Nuria, la mamá de la guardería. II
Despúes de la sesión de sexo oral en el baño, pasamos a la cama.
Después de nuestra ración de sexo oral en el baño y de la ducha para quitarnos el sudor y otras cosas, Nuria y yo nos acomodamos en la cama, bueno más bien la acomodé yo a ella, había decidido llevar la batuta en esta escena. Con decisión la puse a 4 patas en el borde de la cama, con las rodillas juntas. Yo me puse detrás de ella con mi polla apuntando a su coño.
Pasé mi polla repetidas veces por su vagina, notando como se iba humedeciendo con sus flujos y como Nuria se retorcía de placer cada vez que mi glande rozaba su clítoris. Para que mi glande rozase más su clítoris, ella se apoyó con un codo en la cama y con la mano libre, abrió sus labios. Sus gemidos eran lo más morbos que había escuchado y mi polla reaccionó a ellos poniéndose mucho más dura. En un momento dado, Nuria me pidió que se la metiese ya, que no quería un orgasmo clitoriano sino vaginal. Yo no lo dudé un momento y apoyé mi glande en la entrada de su coño y de una sola embestida le introduje toda la polla en el coño. Su gemido sordo podría haber indicado que me había pasado de entusiasmo, pero su movimiento de cadera y su “sigue cabrón” me dieron más confianza y seguí con las penetraciones profundas y salvajes.
Nuria, con la mano que anteriormente había abierto sus labios mayores para que mi polla rozase su clítoris, ahora se dedicaba a masajearme los huevos cada vez que estaban a su alcance. Yo con mis dos manos libres amasaba sus nalgas y les daba algún cachete, pero al cabo de un rato, me empezó a atraer la idea de juguetear con su culo. (En la ducha nos habíamos limpiado el culo). Ensalivé el dedo gordo de mi mano izquierda y empecé a hacer pequeños círculos alrededor de su culo. Esto le debió gustar a Nuria porque inmediatamente dejó de jugar con mis pelotas y apoyando el pecho y la cabeza en la cama, abrió sus nalgas con las dos manos para mí. Yo lo tomé como una señal y mientras que seguía penetrándola profundamente, mi dedo gordo se escurrió dentro de su culo. Ella ni se inmutó al meter mi dedo en su culo, no sé si por el placer o por la costumbre. Yo empecé a mover en círculos mi dedo dentro de su culo, y a intentar ir abriendo su culo poco a poco. Mi intención era meterle los dos dedos pulgares en su culo mientras que me la follaba.
Su culo cedió rápidamente y sus gemidos iban en aumento, por lo que sin dudarlo un segundo metí el otro pulgar en su culo y lo abrí lo más que pude. Sus gemidos se debían escuchar en toda la casa. Justo cuando tenía pensado meterle mis 17 cm por su culo bien abierto, ella empezó a correrse.
Lo primero que noté es como su culo se intentaba cerrar sobre mis dedos y como mi polla era aprisionada por los músculos de su coño. Lo segundo que note fue si respiración entrecortada y sus gemidos secos y cortos. Lo tercero fue un largo y gran gemido acompañado de un squirt como no había visto en mi vida. Los chorros de corrida de Nuria golpeaban en mis huevos y en mis muslos, cayendo por mis piernas hasta formar un charco en el suelo y dejar las sábanas empapadas. Hay que mencionar que durante el orgasmo de Nuria yo no deje de penetrarla y de jugar con mis dedos en su culo, había perdido la ocasión de encularla, pero no iba a perder la ocasión de hacerla tener el mejor orgasmo de su vida. El cuarto y último punto fueron una serie de convulsiones del cuerpo de Nuria acompañado de unos últimos latigazos de corrida y seguramente de una perdida momentánea de la consciencia, según me dijo ella después.
Después de su orgasmo, Nuria se dejó caer de lado en la cama y yo saque mi polla y mis dedos de sus agujeros, me tumbé a su lado, la besé la espalda, la abracé y espera q ue se recuperara. Pasamos unos 5-10 minutos así, cuando Nuria se levantó de la cama y se fue al baño, yo me quede en la cama con mi polla un poco morcillona esperando a ver qué pasaba.
A los pocos minutos salió Nuria son una sonrisa maliciosa que hacía prever lo que iba a pasar. Me hizo tumbarme en el borde de la cama y abrir mis piernas, ella se puso de rodillas en el suelo y agarró mi polla con las dos manos. En dos meneos ya tenía la polla tan dura como antes y entonces Nuria se me metió la polla entera en la boca, sin ningún problema ni dificultad. Mis huevos chocaban con su barbilla y mi grado de excitación subió a un nivel en el que tuve que concentrarme para no correrme inmediatamente.
Cuando sacó la polla de su boca, esta estaba completamente empapada. Nuria pasó su lengua desde mi glande hasta mis huevos, pero no de detuvo ahí, sino que siguió bajando por el perineo y su lengua se entretuvo en mi culo, mientras que su mano pajeaba suavemente mi polla. Yo separé todo lo que pude mis piernas, porque la sensación de que me comiesen el culo me estaba gustando, mucho. Nuria intentaba meter la lengua en mi culo y mis pelotas no hacían más que encogerse del placer. En un momento dado, volvió a tragarse la polla entera y suavemente introdujo un dedo en mi culo. Fue una sensación rara, pero muy placentera y me obligó a hacer un esfuerzo extra para no correrme.
Pero Nuria debía tener prisa, ya que introdujo un segundo dedo en mi culo y los puso en forma de gancho, tocando directamente mi próstata. Creo que aguante 5 segundos. Sus dedos en mi próstata y su boca en mi polla era algo demasiado para aguantar. Ella notó que me iba a correr y dejándose solo el glande dentro de la boca, succionó y lamió hasta que la corrida más grande que jamás he soltado la llenó la boca. Fue una sensación increíble, seguramente el orgasmo más intenso que he tenido nunca y también el más descontrolado, ya que no era dueño de mi cuerpo, la corrida salía a borbotones sin yo poder controlarlo.
Nuria intento tragarse toda mi corrida, pero tal cantidad era imposible, por lo que le resbalaron algunos chorros por la comisura de la boca, pero ella ni se inmutó, siguió chupándome la polla hasta que yo deje de correrme y luego se afanó en dejarla bien limpia.
La verdad es que fue y es la mejor corrida de mi vida. Después de estar un rato tumbados en la cama, volvimos a la ducha, nos refrescamos, nos lavamos y no s vestimos. Yo la comenté que me había quedado con ganas de probar mi polla en su culo y ella me dijo que eso habría que comprobarlo en otra ocasión, que ya no podía más, y la verdad es que yo tmapoco.