Nuria cumple su fantasía

Nadia por fin consigue realizar su fantasía : hacer un trio con dos hombres muy serviciales.

Había llegado el día. Tras semanas de preparación, Nuria cumplía por fin su fantasía.

Nadia lo tenía todo planeado : les habían enviado sendos mensajes a Marc y a Jorge, con la dirección de un hotel de Barcelona, un número de habitación y una hora.

El mensaje terminava con la frase "La puerta estará abierta. Sed puntuales, " (en plural) Y un emoticono de un corazón.

Llegó al Hotel 20 minutos antes de la hora. Subió a la habitación para prepararse. Estava muy nerviosa y excitada.

Llegó a la habitación y sacó, de la bolsa que llevaba en la mano, el conjunto de ropa interior que se había comprado para la ocasión. Era un conjunto muy sugerente, muy trasparente, de color verde esmeralda, compuesto por unas medias con ligueros, un tanga y un sostén que le realzaba el busto. Se lo puso y se miró al espejo, y al verse, su cuerpo se tensó, imaginando las manos que en breve le quitarían una a una todas esas prendas.

Sus pezones parecía que querían escapar del sostén. Nuria se los pellizcó. Le encantaba pellizcárlos y siempre que se masturbaba lo hacía. Su mano derecha se dirigió poco a poco a su entrepierna, y con dos dedos atrapó su clítoris para frotarselo y excitarse aun mas. Luego se detuvo. Quería reservarse para sus dos amigos.

Respiró hondo, sonrió y se miró otra vez en el espejo de la habitación. Luego se fué hacia la puerta y dejó un papel doblado en el marco, impidiendo que la puerta se cerrara. La puerta quedaba muy discretamente entreabierta.

Nuria volvió a la cama, cojió el pañuelo de seda que se había traído para la ocasión, miró el reloj (faltaban dos minutos para la hora), se vendó los ojos y se tumbó en la cama, esperando.

El corazon le palpitaba con intensidad... los segundos iban pasando con cuentagotas, y de pronto, a lo lejos, empezo a oír pasos por el pasillo del hotel.

Un ruido le indicó que la puerta se abría, y pudo Nuria distingir claramente los pasos de dos personas acercándose a su cama.

Los pasos se detuvieron, y por lo que dedujo por el ruido, tenía a sus dos invitados, uno en cada lado de la cama de matrimonio donde ella se había tumbado.

  • Os presento- dijo ella sin moverse, ni quitarse la venda - Marc, éste es Jorge. Jorge, éste es Marc.

Nuria oió un tímido "encantado" de ambos y, sin más preámbulos dijo, sonriendo : "Ya sabéis porqué os he convocado a los dos, verdad? Pues a qué esperáis?"

Y se dejo llevar. Notó un primer par de manos en un brazo, y el segundo en la pierna. La acariciaban con cariño, arriba y abajo. Uno de ellos recorría sus medias y su liguero, llegando al tanga. Sus dedos pasaron por debajo de la tela y poco a poco se fueron acercando a su entrepierna.

Otro par de manos recorría su espalda, sus hombros, su cuello, y empezo a bajar hacia su sostén, liberando poco a poco sus pechos. Mientras una mano acariciaba sus pezones, que ahora estaban durísimos, la otra iba quitando el sostén, que al cabo de bien poco ya estaba en el suelo de la habitación.

Mientrastanto, las dos manos "de abajo" bajaban el tanga centímetro a centímetro, entre carícias por todos lados, dejando el húmedo sexo de Nuria totalmente al descubierto. Nuria se preguntaba quien seria el de arriba y quien el de abajo, cuando una voz, la de Marc, le sacó de dudas :

"lástima que haya durado tan poco, porque el conjunto era muy bonito"

Los tres se rieron a gusto. Aquella frase había roto definitivamente el hielo. Las cuatro manos recorrían el cuerpo casi desnudo de Nuria y bajaron hacia el liguero.

Cada uno desabrochó un lado y los dos hombres, poco a poco, le quitaron cada uno una media. Ahora sí, Nuria se hallaba compeletamente desnuda, a merced de estos dos varones que, como si estubieran coordinados, empezaron a darle pequeños besos y lametones a las piernas de Núria. Cada uno subia por una pierna. Nuria podia notar aquellas lenguas dando pequeños lametazos y algun mordisquito, subiendo sin cesar hacia su entrepierna.

Fue Marc el primero que llegó al final de la pierna pero en vez de dirigirse al centro, subió un poquito más, hacia su ombligo. Jorge, en cambio, abrió bien las piernas de Nuria y se dirigió directamente al rasurado chochito de Nuria, y le empezó a dar pequeños y rápidos lengüetazos en los labios vaginales con su experta lengua. Marc, al ver que Jorge le había dejado espacio, bajó poco a poco y le empezó a lamer el clítoris.

Jorge, sin dejar de lamerle el coño a Nuria, le introdujo un dedo poco a poco. Volvió a sacarlo y ésta vez introdujo dos dedos. Nuria estaba tan lubricada que los dedos de Jorge entraban sin ninguna dificultad.

Aquella sensación fue demasiado para Nuria. Gimiendo de placer y lujuria, se arrancó el pañuelo que le tapaba los ojos y disfrutó de la vista de estos dos hombres lamiendole la raja a duo, y estalló en un fuerte orgasmo.

Con la mirada les pidió un descanso y ellos, sonriendo, se levantaron de la cama y, mientras Nuria recuperava la respiración, y sin dejar de mirarla se fueron desnudando, poco a poco.

Tanto Marc como Jorge exibian una erección considerable, y estaba claro que los dos querían guerra. Ambos se pusieron a cada lado de Nuria que los recibió con un tierno beso. Nuria notó como su cuerpo le pedía más. Se incorporó y se situó a la altura de los dos penes y cogió uno con cada mano y empezó a masturbarlos, mirándoles a los ojos. Luego acercó el pene de Marc a su boca y sin dejar el sube y baja a Jorge, empezó una felación que por la cara del chico, le estaba encantando. Pero tenía ganas de ser manoseada, así que se dió la vuelta y puso su culo a merced de los dos chicos, mientras ella seguía chupandoles los penes por turno.

Ellos no se hicieron de rogar y al cabo de nada, Nuria notó como las cuatro manos empezaban a explorar todos los rincones de su anatomía. El no poder distinguir las manos y los dedos que iban desapareciendo en sus agujeros y no poder saber si era uno u otro el que la penetraba, era de lo más excitante.

-Quiero que me folléis, ya! soltó Nuria a modo de orden.

Aprovechando que era el pene de Marc el que estaba en la boca de Nuria en aquél momento, Jorge tomó la iniciativa, y colocándose detrás de ella, le insertó su erecto pene hasta el fondo. Un gemido salió de la boca de Nuria, pero en ningún momento dejo de deglutir con pasión. Las envestidas de Jorge, y sus soplidos dejaban claro que estaba a punto de correrse.

Nuria, notando aquellas dos pollas que la taladraban en la boca y en el coño, estalló en un segundo orgasmo, más largo e intenso. Mientras se corría, se sacó la polla de Marc de la boca y justo en aquél instante, Marc también estalló, en una corrida abundante entre las manos de Nuria. Finalmente, Jorge sacó su pene de dentro de Nuria y entre bufidos se corrió en el culo y la espalda de Nuria.

Los tres cayeron rendidos de placer. Nuria se sentía satisfecha como nunca lo había estado. Sonriendo, les dió un beso a cada uno y se fue a la ducha. Antes de entrar al lavabo, se giró, y miro orgullosa aquella cama y aquellos dos hombres con los que acababa de cumplir su más deseada fantasía.