Nunca se sabe cuando llega la Infidelidad 3
Una mujer casada, muy comprometida con su familia y su pareja se deja llevar por la seducción en la que ella misma participa, y le es infiel a su marido . Leer las anteriores narraciones
Nunca se sabe cuando llega la infidelidad (2)
Sus cometarios positivos nos animan a seguir ofreciéndoles parte de este diario, me alegra que les guste, es una historia basada en hechos reales, solo les hemos puestos alguna terminología y le hemos dado forma de narración para hacerlo más atractivo. Como les contaba al inicio de esta saga, es la historia de una persona que vino a pedirme un consejo porque toda infidelidad tienen un límite y trae consecuencias. Felizmente pudimos ayudar y gracias a la superación de su crisis emocional es que nos autorizó a narrar su historia
Esta es una historia original, del que somos autores, no nos gusta el plagio, por ello para aquel amigo que dice tener o haber visto esta historia, nos gustaría que nos señale la fuente
Continúa . Leer los anteriores para seguir la historia y entender lo que está ocurrido
Estando en mi dormitorio, me entro un remordimiento profundo y un sentido de culpa que sentía que el mundo se me venía, que había cometido el peor error de mi vida, deseaba que no hubiese ocurrido, que solo fuese una fantasía más, pero al verme sin calzones y con la concha y piernas aun húmedas con el semen de Luis, sentí que era algo irreversible, que había ocurrido, y lo peor de todo es que me había gustado y lo había disfrutado. Recordar el placer que había sentido me emocionaba y lo recordaba con cierta satisfacción, mi concha se estremecía cuando recordaba los orgasmos que había logrado.
Pero lo ocurrido me hacía dudar de mi misma, de mis valores, de mis principios, de mi imagen, de mi prestigio. Me sentía sucia, traidora, sentía que era una mujer fácil y caliente, había descubierto que el sexo aventurero me trasformaba, me volvía puta sin reparos ni tabúes
Aun sentada en el borde de mi cama recordaba que cuando llegó mi marido y estuvimos en el bar comiendo el piqueo (yo casi no comí nada), me atreví a tomar tres rondas de pisco savuer, para darme valor y fuerza, y mientras se hablaba, yo observa a Luis y a mi marido, quería encontrar aquello que hizo que Luis me excitara tanto, si yo tenía a un marido guapo, muy bien conservado, con una personalidad definida, muy seguro de sí mismo, alegre, amable conmigo, complaciente, cariñoso conmigo y mis hijos, en la cama era completo, tenemos sexo imaginativo y placentero, no me hacía falta más sexo, por lo menos eso es lo que yo creía. Luis es un Joven alegre, simpático, conversador, un poco más bajo que mi esposo, pero corporalmente un poco más atlético, va al gimnasio y corre todas las mañanas, pero en realidad no era mucho más que mi marido, ni menos un sex simbol. Ni siquiera sabía si su pinga era mejor que la de mi marido, porque ni lo había visto ni tocado, solo lo había sentido y disfrutado en mi concha, si lo sentí distinto pero creo que tampoco era excepcional como para decir que es lo mejor que tiene. Lo que si me perturbaba eran sus miradas, eran muy profundas, hasta descardas diría, tenía un dominio de la situación que sabía manejarlo con bromas y gestos de niño tierno y engreído, creo que eso lo hacía muy atractivo.
Quise alejarme de ese absurdo y me metí a la ducha y empecé a lavarme todo el cuerpo y la concha una y otra vez como si quisiera limpiar lo ocurrido, como si el baño y el jabón me limpiarían las culpas. Estuve como media hora bajo el agua luego me fui a dormir solo envuelta en una bata, quería que mi marido me poseyera, pero no porque tenía excitación, sino porque tenía un profundo sentimiento de culpa y quería limpiar lo ocurrido, en realidad sexo ya no quería, lo que había tenido era suficiente por esta noche.
Me tiré en la cama y muy apenada y sumida en mis pensamiento me salieron lagrimas de dolor y arrepentimiento, no sabía que iba a pasar con mi vida después de esa experiencia, no sabía si esto se terminaba aquí o era el inicio de algo no iba a poder controlarlo, y pensando me quedé dormida profundamente, no sentí a la hora que mi marido vino a la cama, supongo ha sido muy tarde y algo mareado.
Cuando me desperté Ramón estaba a mi lado abrazándome y con la ropa puesta, lo miré y me quedé en la cama pensando, no sabía que hacer ni como actuar, sentía que mi marido y mis hijos cuando se despierten y hasta cuando llegue la empelada me mirarán y verán que en mi cuerpo hay evidencias de lo que había hecho, sentía que sería juzgada con sus miradas y no sabía como iba a reaccionar ni como me iba a justificar. Es como cuando uno en la adolescencia da su primer beso o es tocada por primera vez, se siente que todo el mundo te mira y saben lo que has hecho.
Pero en realidad todo seguía igual, mi marido al despertase era el mismo de siempre, cariñoso y amoroso, mis hijos vinieron como siempre y se pusieron a jugar, nada había cambiado, eso me tranquilizo, me di cuenta que era yo la perturbada, y era la única que había cambiado y que ahora tenía un severo problema que resolver.
Me había gustado ser penetrada por Luis, y más de la forma que lo hizo, evocar esos momentos me llena de satisfacción y me excitaba, siento un cosquilleo en mi concha y siento una vacio, como que le faltara ese pedazo de carne que me había hecho gozar, no sentía remordimiento del placer sentido, me sentía mal por mi marido, por mis hijos, por las consecuencias de este desliz, por mi propia imagen, sentía temor a ser juzgada, a que todo el mundo se entere y me vea como una puta o una adultera que hace daño a su familia, sentía miedo de no poder controlar la situación y que esto traiga consecuencias para todos, por ello, me propuse cortar aquello de raíz, porque no quería dañar a las personas que más quiero.
Sabía que en algún momento me encontraría con Luis y para ello debería estar preparada para asumir la responsabilidad y dejarlo como un desliz, una aventura o lo que sea, pero debería terminar allí, por más placer y satisfacción que haya sentido, por más excitación que me provoque recordar el momento, total esta mi marido para complacerme y hacerme gozar
Hoy sábado iba a ser un día de playa, de familia, ya lo habíamos planificado con anterioridad, por ello decidimos salir temprano para ir al súper y comprar algunas cosas para llevar a una casa de playa que queda al sur de la ciudad, es una casa que estoy trabajando y teníamos autorización del dueño para usarla mientras remodelábamos la decoración. Lo usábamos algunos fines de semana, por ello pusimos en la camioneta lo necesario para un fin de semana en la playa y nos fuimos en la camioneta de Ramón, porque era más grande y más cómoda.
Yo llevaba un vestido de algodón suelto de tiras y más arriba de la rodilla, un sostén de encaje de media copa y una tanga blanca pequeña y adicionalmente me puse una pantaloneta ajustada a medio muslo de algodón (tipo licra), esa forma de vestir me hace más joven y adicionalmente resalta mi figura
Estando ya a la salida de la ciudad, recibí la llamada de uno de los trabajadores que tenía en un edificio de un distrito residencial (responsable de obra en ese edificio) y me dijo que no había recibido el depósito para el pago del personal, tenía 20 personas trabajando en el lugar porque teníamos 7 departamentos implementando la cocina, los closets y los baños que ya estaban casi terminados, solo se hacía los retoques finales para entregarlos entre el lunes y martes.
Llamé a mi contadora, que es la que me ayuda en estos menesteres y me dijo que yo no había firmado ese cheque por error y que en la noche de ayer me había tratado de comunicarse conmigo (como iba a contestar si me estaban haciendo feliz). De hecho había que solucionar ese problema, porque los trabajadores cobran semanalmente y son muy conflictivos y reacios a esperar, mucho más ahora que era el último día de trabajo para la mayoría.
- No se han hecho el depósito para pagar al personal de Surco, le dije a mi marido, busquemos un banco para hacer la transferencia porque el personal lo va a linchar a Jesús (capataz) agregué
- Hay un banco cerca, me dijo, de lo contrario lo puedes hacer por internet me dijo, creo que es más fácil. Llevaba la portátil de mi marido que además tiene tarjeta de internet inalámbrica.
- Al buscar mi cartera no encontré mi tarjetero y billetera, tengo que regresar a la casa, porque no he traído mis documentos ni las tarjetas del banco CCC, (donde tengo las cuentas de los trabajos que realizo), solo tengo mi tarjeta de débito del Banco DDD, le dije my apenada y preocupada. Tampoco lo puedo hacer por Internet porque no traje la tarjeta con las calves, agregué
No suelo llevar tarjetas cuando no tengo que hacer movimientos o cuando estoy con mi marido, por lo general él es que hace los pagos, solo por precaución es que llevo una tarjeta de débito de cuenta personal y dinero en efectivo, los documentos si fue un lapsus aunque casi nunca los necesito, solo mi licencia de conducir.
Vi la molestia de Ramón y la de mis hijos cuando nos dimos cuenta que era muy necesario regresar a la casa, por ello le dije
- Yo regreso en un taxi y hago esos trámites, tu vete a la playa con los niños e Hilda (empleada), te doy el alcance terminada la gestión, los niños se van a fastidiar, porque debo ir a una agencia del centro comercial (atienden todo el día los sábados) si no alcanzo alguna por la casa o la obra (atienden solo hasta las 13 horas).
- Es mejor que regresemos, los niños entenderán, me dijo, además lo hacemos más rápido con el coche, ya tendremos tiempo de ir a la playa, me dijo un poco molesto, aunque no me reprochaba.
El tema es decidimos que el continuaría y yo regresaría sola luego los alcanzaría, no era la primera vez que alguno de nosotros se iba primero y después nos reuníamos.
Por casualidad allí había un taxi de agencia, por lo que lo tomé y me fui a casa
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Cuando bajaba del taxi Luis estaba en la puerta de mi casa y me vio llegar
- Hola Guiss, me dijo sonriente y muy animado y se acercó a darme un beso en la mejilla
- ¡Trágame tierra! pensé en ese momento, sabía que me iba a encontrar nuevamente con él, pero jamás me imaginé que fuera en ese momento, no estaba preparada para ello.
- Hola, contesté muy perturbada y me sonrojé profundamente de vergüenza, ya que se me vino a la mente lo ocurrido el día anterior, me quede callada y nerviosa, no sabía como actuar ni que decir, solo agache la cabeza y recordé como había disfrutado, como me había entregado sin reparos y me percibí como una puta, como una mujer caliente y arrecha. Estos recuerdos produjo unas sensaciones en mi entrepierna y sentía que me humedecía, sentí que mi concha estaba vacía, como si extrañara estar ensartada con la pinga de Luis,
Me había martirizado con sentimientos de culpa casi toda la noche y durante la mañana, había pensado que esto se terminaría que esto no continuaría, y ahora no sabía que decir o hacer, es más, me estaba excitando, me estaba agradando la presencia de Luis, pero en este momento se impuso mi racionalidad y me propuse no ceder a mis instintos animales.
- Los buscaba porque Ramón me dijo que se irían a la playa y me invitó a pasarla con ustedes, me dijo sacándome de mi desconcierto.
Pensé que ya se habían ido porque me quedé dormido por los tragos, pero qué bueno que los encuentre aun, agregó
Dentro de mi desconcierto y torpeza, y con el ánimo de que se fuera lo más pronto, le dije inocentemente
- Ramón ya está en la playa, yo he regresado por una emergencia, creo que será en otra oportunidad, yo estoy apurada y me debo ir al banco, lamento no poder atenderte agregué. (inconscientemente le había enviado el mensaje que estaba sola)
Diciendo esto apuré en abrir la puerta de mi casa porque llevaba prisa y además sentía la necesidad de alejarme de él, de que no estaba preparada para mirarle a la cara o tener una conversación más seria y que esto se terminara, Además me sentía débil, sentía que su presencia me excitaba.
Entre a mi casa rápidamente y antes de cerrar la puerta me volteé para despedirme, pero vi que él se había acercado y no me dio tiempo para despedirme sino que entró y cerró la puerta.
Esto me desconcertó, quise reaccionar pidiéndole que se vaya, pero Luis me abrazó y me presionó contra la puerta y me dio por primera vez un beso en la boca que me dejó más estática aun.
En un principio estaba sin movimiento y no correspondía a su beso, pero tampoco lo alejaba de mí, porque sentir que su cuerpo pegado al mío avivaba la excitación que tenía y tener pegado sus labios a los míos era agradable, aunque racionalmente quería resistirme y alejarlo, la sensación agradable me tenía muy debilitada que abrí la boca para recibir su beso, fue una aceptación a sus intenciones y mis deseos, y así se inicio un nuevo encuentro
Nos besamos con lujuria, con erotismo, empezó a comerme la boca, yo le correspondía, cruzamos nuestras lenguas y abríamos a más no poder la boca para sentirnos. Como besa ese hombre, que ganas tenía de comérmelo, que dulce y agradable era su boca, y así estuvimos por varios minutos, no sé cuantos.
En un principio solo nos comíamos a besos y nos abrazábamos y apachurrábamos como si quisiéramos unirnos por la boca y fusionar nuestros cuerpos, dios mío como me estaba excitando, que ganas de tenerlo, que ganas de abrazarlo, de tocarle todo su cuerpo.
Sabía que estábamos solos y no había temor a que alguien llegue o nos descubra, por ello me deje llevar por los deseos, por las ganas, ya no importaba nada más. Él por su parte también estaba muy excitado, muy emocionado que no dejaba de besarme y abrazarme.
Luego de esa frenética expresión de afecto nos miramos a los ojos y me dijo:
- Pensar que siempre me gustaste, que me quedé prendado de ti desde el primer día que te vi, pero sentía que había llegado tarde y que jamás podría tenerte porque ya eres de otro hombre
Saberte a mi lado me emociona y me hace muy feliz, cuanto había soñado con este beso y con tenerte, como me excita tu sola presencia, acotó muy tiernamente y me abrazó con fuerza y gran ternura
Yo me recosté en su pecho y le contesté
- Me has vuelto loca, me has trastornado, porque yo no debería estar aquí contigo, debería estar con Ramón, debería estar con mi familia, sin embargo aquí estoy.
No sé que me pasa porque quiero mucho a mi marido, y disfruto estar a su lado, nunca me ha faltado nada con él, sin embargo tú me has transformado, me has vuelto una loca porque me agrada estar a tu lado, no te puedo rechazar a pesar que siento que esto no está bien, que estamos haciendo una estupidez, agregué con voz de tristeza, reproche y lamento, aunque recostado en su pecho abrazándolo fuerte como diciéndole que me gusta ese momento
No sé qué pasará de aquí en adelante le dije mirándole a los ojos, no es amor el que siento por ti porque amo a mi esposo, pero me gusta estar a tu lado, me excita tus manos, tu boca agregué.
El me dio un beso suave, me abrazó con mucha fuerza y ternura y me dijo
- No espero que te enamores de mi ahora, solo siento que debemos disfrutar del ahora, ya veremos que pasa y hacemos más adelante, lo único que sé es que no hare nada que a ti no te guste o te haga daño.
Y me volvió abrazar y me dio un beso profundo que yo correspondí, me gustaba ese momento me excitaba sus besos y abrazos, sentí que ya no había tiempo para lamentarse, o arrepentirse y por ello disfrutaba del momento.
Volvimos a besarnos y así nos fuimos hasta la sala y nos sentamos en el sillón de tres cuerpos, y allí entre besos y abrazos yo terminé tirada y entregada totalmente a él, yo estaba boca arriba y él arrodillado en el piso besándome y acariciándome.
Empezó a tocar mi cuerpo, sentí que sus manos sobaban mis pechos y bajaba hasta acariciarme las nalgas por encima de la pantaloneta, y esas caricias me excitaban mucho, como me gustaba como me transformaba.
Me bajó las tiras del vestido y me soltó el brasier quedando mis tetas al aire que el empezó a acariciarlos y besarlos con suavidad, me lamia las tetas y me succionaba suavemente los pezones, que forma de excitarme, que forma de hacerme llegar al cielo, como disfrutaba del momento.
Acaricié su cuerpo y le levanté el polo para acariciar y besar su piel, llegué a sacárselo y besar sus pechos su cuello, sus brazos y su abdomen.
Al rato sentí que sus manos levantaban mi vestido y empezó a acariciar la pierna y sobarme la entrepierna, me levantaba y me agarraba las nalgas con fuerza por encima de la pantaloneta que ya estaba mojada, porque tenía una excitación terrible, me sentía una puta con necesidad de caricias , besos y una buena pinga.
Metió sus manos dentro de la pantaloneta y empezó a jugar con mi concha por encima de a tanga, yo abrí las piernas para facilitar que sus dedos acaricien mi chucha, para que haga de mi lo quera, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de llegar a tener placer completo, estaba entregada totalmente a él, sentía que mi cuerpo quería sexo y más sexo, yo estaba que volaba de placer, él era mío y yo de él.
Al rato me bajó la pantaloneta dejándome la tanga y abrió mis piernas primero para mirarme y ver mi tanga metida dentro de mi concha y ver que estaba mojada a más no poder. Luego me frotó con sus dedo y muy suavemente me metió sus dedos, primero uno y luego dos, yo hacía movimientos pélvicos para disfrutar de esos dedos y mientras tanto lo jalaba para besarlo, para comerme su legua al ritmo del movimiento de sus dedos, que placer, que dulce es cachar con alguien que no es tu marido, que dulce y rico era tener otro hombre para mí, esa sensación de tener dos hombres para mí sola me excitaban más todavía, me volvía loca que hizo que llegar a un primer orgasmo maravilloso y que ahora si lo expresé violentamente, porque besaba con frenesí la boca de Luis, cruce las piernas para sentir como entraba y salía los dedos de mi amante y empecé a jadear con fuerza, estaba muy agitada
- Ufffff, ufffff, ufffff , sigue, sigue no pares por favor que voy a tocar el cielo,
- Uffff ufffff , queeeeeeeeeeeeeee riiiiiiiiiiiiiiiiico, gemía con voz suave pero de mujer arrecha, de puta que llega al placer que busca
- Como me gusta hacerte disfrutar, como excita verte así, toda arrecha, toda una puta, me dijo Luis
Que Luis me diga puta hizo que explotara, que llegara a mi primer orgasmo y como en la primera vez que me toco, me saliera un montón de flujo, sentía que me chorreaba
Luis me beso y sacó sus dedos de chucha y me los metió a mi boca, y empecé a chupar sus dedos, yo quería más, recién estaba empezando, por ello me deslice hacia la alfombra y lo jale para que se eche a mi lado, había mucho espacio, y por primera vez sobe su pinga por encima del short que llevaba, sentí que su pinga estaba erecta, que estaba dura, lo empecé a pajear por encima de su ropa y él me comía las tetas, me besaba los labios, el cuello
El aflojó su short como invitándome a que se lo agarre en directo, por ello metí mi mano dentro de su bóxer y agarre por primera vez esa rica pinga, en ese momento sentí como una corriente eléctrica por todo mi cuerpo que me vino en un segundo orgasmo, sentí que mi chucha convulsionaba y mojaba abundantemente, como me corría.
Agarre su verga con fuerza y empecé a sobarlo mientras duraba mi orgasmo, estaba delicioso, sentía cosas que nunca había sentido con mi marido, sentía otro tipo de placer, sentía que aquí era una puta, una mujer totalmente desinhibida y sin barreras, en ese momento hubiese hecho cualquier cosa que Luis me pidiese, no tenía límites. Quería más, quería ser penetrada, quería esa carne dentro de mi concha, quería que me cache, que me rompa, que me abra todos mis huecos
Bajé su short y bóxer y por primera vez vi su pinga, lo vi hermoso en ese momento, vi que era una pinga de maravilla, me gusto su presencia, tenía una glande gordo y grande, parecía la cabeza de una boa que es lo que lo hacía atractivo y excitante.
Su pene es un poco más chico que la de mi marido, unos 17 ó 18 centímetros, la de mi marido mide 20, era casi del mismo grosor (ni tanto ni poco), pero esa cabeza era extraordinaria, me quede prendada y empecé a pajearlo a bajar y subir su prepucio para que ese glande se haga más hermoso, imponente y excitante, ahora sé porque ese pene lo sentía distinto en mi vagina, esa cabeza es la que roza las paredes de mi chucha y es la que me da la sensación de tener adentro una pinga gorda y enorme. Mi concha se contraía, deseaba ser penetrada, deseaba sentir que esa cabeza roce mi clítoris,
- Penétrame Luis, méteme esa maravilla, no aguanto más le dije, y me saqué la tanga ofreciéndole mi concha con la pierna abiertas para que observara mi concha contrayéndose y súper mojada.
- Párate y vamos al bar, quiero cacharte en el mismo lugar de ayer, me dijo, y diciendo esto me jaló suavemente del brazo y me llevo al bar y me colocó en la misma posición del día anterior, yo parada apoyada en el respaldar de una de las butacas ofreciéndole mi trasero, pero esta vez no miraba la ventana si el reflejo de los dos en el espejo que tenía al frente
Se sacó el short y el bóxer y vi que su pinga erecta apuntaba hacia mi trasero como una lanza brillosa que busca su estuche, me levante la falda del vestido hasta la cintura abrí las piernas poniendo el culo hacia atrás y se lo ofrecí para que me penetrara, no quería esperar más.
- Ya, méteme ese falo papacito, no me hagas sufrir por favor, le dije
- ¿Te gusta esta pinga?, me preguntó haciendo movimientos pélvicos como si me la estuviera metiendo
- Siiiiiiiiiiii cariño, es hermosa, ya méeeeeetemela
Luis acercó su pene a la entrada de mi vagina y frotaba su glande en toda mi concha, eso sí que era una maravilla, esa cabezota me hacía vibrar de placer, frotaba mi clítoris, mis labios vaginales, que placer, no me la había metido y yo estaba en el cielo, hacía movimientos pélvicos para sentir más ese pedazo de carne, como jugaba con mi concha, como me desesperaba, yo abría las piernas a más no poder y empujaba mi culo hacia atrás con la finalidad de meterme todo esa pinga, pero Luis se hacía hacia atrás y solo dejaba la punta en la entrada de mi concha, pero me estaba matando de placer, como me encantaba ese momento, realmente había perdido la razón por una pinga, solo importaba cachar, que me rompa toda, que me rompa la chucha, podría soportar todo, cualquier cosa, que el glande frote la entrada mi concha y mi clítoris hizo que me viniese en otro orgasmo, en una corrida de loca, de desenfreno sexual, ya estaba fuera de mi solo me importaba el placer
- Uffffff, uffffff, ufffff, ¡que riiiiiiiiiiiiiiica pinga!, ¡no pares!, ¡!!!no pares que me veeeeeeeeeeeego!!! dije en voz alta
En ese momento, en pleno orgasmo sentí que me metió toda su pinga de un solo golpe y eso si es indescriptible, me vino una seguidilla de orgasmos, no paraba, no sé cuantas corridas tuve que sentí que mi vagina era un mar, me salía una cantidad enorme de jugos, y Luis empezó a bombearme con fuerza y así me tuvo un buen rato, yo disfrutaba, me retorcía, me movía al ritmo de sus embestidas para meterme ese palo con más fuerza, no sé qué barbaridades hablaba y jadeaba, pero no quería que pare, los orgasmos se hacían más cortos y violentos, nunca había sentido ese placer, ni había tenido orgasmos tan seguidos.
Luis también lo disfrutaba, por el espejo lo veía muy concentrado y lo escuchaba jadear de placer, me jalaba de la cintura, me jalaba las tetas, me estrujaba las nalgas, hasta que sentí que me la metía con más violencia, con más rapidez, que deslice mi mano hacia mi entrepierna y sentí como ese falo se me metía y salía caliente y mojado de mi concha, era más excitante tocarlo cuando entraba y salía, quería que me inundara con su semen, quería sentirlo caliente,
- Me coooooorrrrroooooo, exclamo con fuerza
- Daaaaaaaaaaaaaaaame, lleeeeeeeeeeenameeeeeeeeeee, quiiiiiiiiiiiiiiiiieroo ese seeeeemen caliete en mi concha, grité desesperada,
Se movió con rapidez, fuerza y me dio un par de nalgadas fuetes en el preciso momento que se corría y yo sentí su semen caliente dentro de mí y me vine en una última corrida junto con él, esas nalgadas me dolieron, pero fue una combinación perfecta con el placer sentido, fue tan intenso que nuestros gritos e unieron
- Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiicooooooooooooooo, noooooo pareeeeeeeeeees, grité sintiendo que ese orgasmo era un poco corto pero el más profundo, el que me dejó llena y completamente satisfecha.
Luis seguía bombeándome, pero lentamente su pene fue perdiendo flacidez hasta que sentí que salió de mi cueva.
Me di la vuelta, nos miramos y nos fundimos en un tremendo beso y abrazo, ha sido uno de los momentos más placenteros, jamás había sentido orgasmos tan seguidos que me dejo muerta, muy agotada.
No sentamos en la butaca un momento, estábamos muy agotados y con mucha sed.
- Tengo sed, quiero un refresco, le dije
- Voy a servir un trago me dijo
- Lo que quieras le, repliqué
Se paró desnudo y vi como se le balanceaba ese pene cabezón mientras se metía al bar, me quedé contemplándolo mientras preparaba pisco con gaseosa blanca, limón y hielo.
En eso sentí que mi celular sonaba dentro de mi cartera, lo había dejado en la puerta de casa al momento que Luis me abrazó, y en ese momento recordé a lo que había venido, a lo que había regresado a mi casa
Corrí a contestar pensando que era mi marido, pero era Jesús, capataz de la obra, y me comunicó que tenía un motín, que los trabajadores estaban esperando su pago y no querían esperar hasta el Lunes.
Le dije que había tenido un percance, pero que en menos de una hora les llevaría el dinero en efectivo, que por favor los convenciera
Yo había llegado hace una hora y quince a la casa pensando estar menos de 5 minutos, pero por puta irresponsable y arrecha había dejado pasar el tiempo.
Revise mi celular y tenía como 5 llamadas perdidas de mi marido, eso me preocupó, pero no lo llamé en ese instante, porque sentía que me deslizaba la leche de Luis por mi concha, estaba semi desnuda y lo más importante es que estaba satisfecha, contenta, bien cogida, no sentía arrepentimiento, puse la mano en mi concha y sentí que tenía esperma y allí lo deje..
Luis me trajo la copa de trago y me dijo
- Brindemos por este momento, por el pacer que me has brindado
- Brindemos por ello y por esa hermosa pinga que tienes le dije mirando su pene y acariciándolo con mi mano libre, y nos tomamos el trago de un solo golpe
- Tenemos que irnos rápido le dije, me están esperando en la obra y quieren luchar a Jesús, pero antes tengo que ir al banco, acoté
- Te acompaño, no quiero dejarte sola, por lo menos mientras no te vayas a la playa, me dijo
- Entonces vístete, porque de lo contrario me volveré a comer esa maravilla le die en broma, aséate en el baño de vista, yo subiré a cambiarme le dije
Me fui a mi dormitorio y me metí a la ducha para limpiarme el sudor y lavarme la concha, no me gustaba estar sudada, aunque si Luis me lo pedía, seguro que hubiese conservado su semen por más tiempo en mi concha.
Decidí ponerme la misma vestimenta, no podía cambiarme para no despertar sospechas, solo me cambie de tanga, me puse uno blanco transparente y pequeño, y así baje a la sala, llevando el vestido en la mano, porque había dejado el brasier y la pantaloneta en la sala, no sentía vergüenza, es más me gustó que Luis me viera así porque ahora sentía que era su mujer, su puta y por ello tenía que mostrarme.
Luis ya se había bañado y vestido, pero al verme se acercó y me dijo
- Que hermosa te ves, si sigues así, vamos a salir después de una hora más, agregó
- Me encantaría le dije, pero las obligaciones me llaman acoté
Se acercó a mí me abrazó y me dio un beso, recibí ese beso como agradecimiento, pero al pegarme sentí que nuevamente su pene se agrandaba, y sentí que mi concha se inquietaba y sentía ganas de más, por ello me alejé y me puse el brasier y el vestido, y me iba a poner la pantaloneta, pero él me tomó de la mano y me dijo
- Te lo pones después, llévalo en tu bolso, lo que sí quiero es que pongas esto me dijo, y me mostró la tanga roja que había estada puesta ayer y lo había tirado al tacho del bar. No sé en que momento la había tomado, pero ahora estaba limpia y me lo daba
- Como lo obtuviste
- Eso no importa, pero quiero que te lo pongas ahora y todas las veces que vas a estar conmigo, tú sabrás ingeniártela para mostrármela, ese será la seña que das para acudir a tu lado, para disfrutar de nuestros momentos
- Esta tanga no tapa nada, es muy pequeñita prácticamente estaré desnuda, le dije, no puedo ir así al trabajo, están los empleados y me parece muy escandaloso y peligroso si no me pongo la pantaloneta agregué
Era una tanga pequeña, la más pequeña que tenía, eran tiras que solo tenía una pequeña flor en la parte delantera, pero en realidad no tapaba nada, solo se metía al culo y la concha, lo usaba cuando quería seducir a Ramón, o cuando hacíamos juegos, y ahora sería nuestro código de mensajes con Luis.
No importa lo que tape, sino o que significa me dijo y me jaló a su lado, me bajó la tanga que tenía puesta y el mismo me puso la tanga roja y acotó
Así te ves hermosa y así siempre te recordaré
No hice más comentarios, acepté con una sonrisa pícara su sugerencia y ordené la sala y el bar my rápido, las dos tangas (la que tenía puesta antes de follar que estaba muy mojada y la que me había puesto en mi dormitorio) los llene a mi bolso junto con la pantaloneta y fuimos hacia la cochera y antes de salir subir a la camioneta me abrazó, me dio un beso y me levantó la falda me agarro las nalgas fuerte diciendo
- Esto es mío, porque me hace feliz, lo quiero así, con esta tanga o sin nada .
Nuevamente estaba excitada, pero había que ir a pagar a personal, por ello salimos por la puerta del garaje en mi camioneta que tiene lunas polarizadas, no quería que la gente nos vea y menos salir a Luis de mi casa, y él lo entendió así, por ello hecho el asiento y nos fuimos
Estas entregas iníciales son las que marcaron las pautas de esta relación extra matrimonial, por ello contaré lo que ocurrió después de este encuentro, pero será en otra oportunidad para no aburrirlos,