Nunca rechaces las nuevas oportunidades (III)

De repente suena el móvil -¿Alejandro José? -Si soy yo, ¿Quién pregunta?

-¿En serio? —La miro con cara de sorprendido pero en el fondo siento algo de rabia, aunque no se porque—

[Continuará]


-No, pero quería ver la cara que se te quedaba

-Idiota

-Ahora en serio, la verdad es que lo he visto más animado, ha quedado con mi hermano a tomar algo, pero sigue teniendo una mirada triste, seguro que no hay forma de que volváis a tener lo que tuvieseis… o al menos volver a ser amigos

-Por el momento no es posible, José y yo nunca podríamos tener nada más allá de …

De repente suena el móvil

-¿Alejandro José?

-Si soy yo, ¿Quien pregunta?

-Hola buenas tardes, te llamo por la entrevista que has tenido esta tarde —Mierda, la entrevista se me había olvidado con lo de José— Como sabe, hemos valorado a un total de 10 candidatos y las plazas que ofertábamos eran solamente 2 por lo que la dificultad de conseguir la plaza era muy elevada dado que los perfiles que hemos entrevistado encajaban todos en la plaza demandada

-Entiendo

-No obstante, dadas las respuestas que ha dado a ciertas preguntas clave de la entrevista, no debe preocuparse porque ha conseguido entrar en la empresa, !Enhorabuena! y bienvenido a bordo. Pase mañana por el departamento de RRHH a firmar el contrato y el Lunes deberá incorporarse

-Muchas gracias de verdad, allí estaré.

Cuelgo el telefono y me abrazo a Lorena como si no hubiese mañana.

-¿Qué pasa?

-Me han cogido

-¿Qué dices? ¿En serio? Enhorabuena!!!! Pero y las preguntas del cabrón

-No lo sé, pero o los demás eran muy malos o no lo he hecho tan mal

-Me alegro un montón por ti Alex, mañana me cuentas como te ha ido. Yo ya me tengo que ir — Entre unas cosas y otras llevábamos más de 2 horas hablando y se había hecho tarde—

Si yo también me voy Lo, mañana te cuento

Cuando llegue a casa mis padres se pusieron a saltar de alegría. Les conté un poco por encima como había ido la entrevista (omitiendo el momento Rubén para no amargarles la buena noticia) y al poco de cenar me fui a la cama, dije que estaba cansado pero sabía que no iba a poder dormir bien esa noche, demasiadas emociones acumuladas. En ese momento empecé a darle vueltas a la cabeza, ¿por qué ese tío se cebó tanto conmigo?, ¿será que se dio cuenta de que le miraba y le ofendió?, ¿Por qué esa tarde me había acordado de José durante la entrevista?¿Por qué me había ofendido tanto el “falso nuevo novio” de José?.

Mil cuestiones rondaban mi cabeza y me estaba costando mucho dormirme en ese momento y estaba dandole demasiadas vueltas a todo así que decidí aplicar la solución que mejor me funciona cuando no puedo dormir y estoy nervioso: Hacerme una paja.

Rubén estaba siendo mi quebradero de cabeza desde el momento que lo conocí pero no podía negar que me ponía más que cualquier tío que había visto antes, esa cara masculina de mandíbula marcada, con esos ojazos grises y azules que me atravesaban el alma, que me desnudaban entero y penetraban mi mente. Siempre me he sentido nervioso para ligar o incluso  al estar en presencia de chicos que me gustan mucho pero nunca había sentido esa sensación de quedarme bloqueado como si nada más que mi hombre existiese en el mundo. Como si todo lo que realmente importase en mi vida fuese ese hombre y el placer que podríamos compartir los dos.

Tenía una cosa muy clara, esa noche Rubén y yo íbamos a tener sexo (Aunque él no fuese a estar presente). Así que me aseguré de que todo el mundo dormía y me puse algo de porno en el portátil con los cascos. Busque algo de temática de oficina, un video de menatplay en el que hacían una entrevista a uno de los actores y se acababan follando al entrevistado. Me metí totalmente en el papel, empecé a identificarme con el entrevistado e imagine que Rubén era el entrevistador. Solo pensaba en mi mente como tenía que ser el rabo de ese macho que me vuelve loco desde que lo conocí, seguro que debe besar genial pero con rudeza. Me lo imaginaba dominandome, haciéndome suyo, emanando olor a macho tanto por sus axilas como por su rabo empapado.

Como mi mente ya estaba totalmente sumergida en esa fantasía era el momento de empezar a acompañar los estímulos visuales con estímulos reales. Mi rabo estaba a punto de estallar bajo mis bóxers, que estaban totalmente empapados.r Introduje mi mano por el pantalón del pijama y por dentro del bóxer, mi rabo estaba totalmente lleno de precum y no hay nada que me ponga más cerdo que eso. Así que recogí parte de esa excitación echa líquido y la acerque a mi cara, primero a mi nariz, para recibir el olor a sexo, a macho cachondo, a puro hombre y después a mi boca para saborearlo y tenerlo todo dentro de mi. Aunque era mío en mi mente la olor era del rabo de Rubén, ese rabo que me estaba quitando el sueño y que imaginaba como la única solución a mis necesidades sexuales. Mi rabo estaba a reventar, pero tenía claro lo que quería sentir, no solo el olor a sexo sino el hecho de entregarme totalmente a ese hombre que me dejaba sin palabras, así que empecé a chuparme un par de dedos, quería correrme pero solo si a la vez me sentía penetrado por el. Me metí dos dedos imaginando que era Ruben quién me los metía y me empecé a follar, intentaba no gemir porque estaban mis padres en la habitación de al lado pero estaba muy cachondo y se me escapaba algún gemido de vez en cuando.

-Mmmmmmmmmmmmm —Respiración fuerte— Aaaaahhhhhhhhhhhh

En mi mente ese pedazo de macho me estaba follando el culo a la máxima velocidad, que era en realidad la máxima que me permitía mi brazo, incorporé un dedo más, eran tres dentro de mi, deslizándose en mi interior, entrando y saliendo con ansia, buscando en todo momento emular el placer del rabo de mi hombre. Un par de minutos más tarde estaba llegando al máximo nivel de placer, follándome el culo y pajeandome como si no hubiese mañana hasta que repentinamente mi rabo empezó a palpitar y empecé a correrme como si mi rabo fuese una fuente. Un sordo gemido se me escapo pero por suerte nadie despertó, estaban todos dormidos. ¿Cómo podía ser tan alto el grado de excitación que me provocaba ese hombre al que acababa de conocer?. Con esos pensamientos en la cabeza  y después de una paja pensando en ese pedazo de hombre caí rendido, menos mal que mi solución para el insomnio nunca me decepciona.

A la mañana siguiente estaba tan agusto dormido que no tenía ganas de levantarme, quería quedarme dormido más rato, pero por suerte mi madre se acercó para despertarme.

-Alex, cariño, que ya es de día, tienes que levantarte, que tienes que ir a firmar — el despertador había sonado pero había tardado tanto en dormirme que inconscientemente lo había apagado, porque estaba muy cansado—Cariño, ven a desayunar

-Voy mamá, ¿Qué hora es?

-Las 9.30, tienes tiempo, pero es mejor que vayas pronto para que causes buena impresión desde el primer momento

-Tienes razón—Como si llegando pronto Rubén fuese a verme de otro modo pensaba yo—

Salí de casa y me dirigí a la empresa, se encuentra a aproximadamente 30 minutos de mi casa por lo que llegue allí sobre las 10.30. Entre a la recepción de la planta baja y Marta, la recepcionista, me dijo que esperase allí, que bajarían a buscarme y de paso me entregarían mi tarjeta de acceso al edificio y me explicarían como funciona el sistema, la seguridad y otras peculiaridades. Pero me dijo que debía esperar 15 minutos, porque el jefe de RRHH estaba en una reunión.

Me quedé en el mostrador de recepción presentándome a Marta y conociéndola un poco, cuando de repente apareció por la puerta Rubén, el día anterior no había podido verlo de pie, pero ganaba aún más llevaba un look similar al del otro día, americana, camisa y vaqueros, con unos zapatos que terminaban en punta y que le daban un aire de hombre rudo y firme que a mi me encantaba. En ese mismo momento mi cabeza hizo una fotografía mental, de sus labios, sus piernas largas, su culazo y ese paquete que se le marcaba en los vaqueros. Yo solo pensaba fóllame, fóllame.

Mientras yo estaba absorto mirándole, el iba saludando a la gente que había en recepción, especialmente a Marta con quien parecía tenía algún tipo de relación mas allá de la amistad. De repente se me quedó mirando y dijo:

-Hombre, pero mira quien está aquí, el chavalín, aunque creo que te pega más cachorrito, si, creo que te llamaré cachorrito. ¿Y que?¿Cuándo vas a empezar a espantar a todos nuestros clientes?

Yo me quedé impasible sin saber que contestarle. Tenía ganas de mandarle a la mierda, pero a la vez me encantaba tenerlo allí. Por suerte Marta salió en mi ayuda

-Rubén, el chico viene hoy a firmar, déjale tranquilo mientras viene Pascual que el chaval no te ha dicho nada.

-Está bien, ya empezaré el Lunes a darte caña, hasta entonces voy a tratar de proteger las principales cuentas de clientes y voy a tratar de bloqueártelas para asegurarme mi pasta a fin de mes. No quiero que arruines el trabajo que hacemos los demás.

Yo simplemente me mantenía ajeno sin saber si quiera como contestarle, pero de repente y sin saber como, logré articular palabra, así que de un momento a otro le dije

-Nunca he estado en una empresa, pero espero que poco a poco aprenda de los mejores y pueda quedarme aquí siendo uno más y sin ser un lastre —Su rostro cambió de nuevo, reflejándose en él la misma expresión que tuvo al final de mi entrevista—

Cuando parecía que me iba a contestar apareció Pascual por detrás

-Hola Álex, bienvenido a la empresa, esta es tu tarjeta de acceso, con ella […]

-Bueno, te dejó adiestrando al cachorrito que parece que va a costar lo suyo

Ahí estaba de nuevo firme en sus ataques contra mi y no había forma de hacerle cambiar de opinión. Pascual siguió contándome todo y fue presentándome a los compañeros de equipo, me dijo que al entrar en régimen de prácticas se me asignaría a un tutor/supervisor pero que todavía no habían tenido tiempo de hacerlo, que el Lunes me informaría debidamente.

Me iba del edificio muy contento cuando Marta me llamó desde la recepción:

-Álex, espera

-Dime Marta, ¿Qué pasa?

-Era para tranquilizarte por Rubén, es buen chico y nunca es así con nadie, pero has debido de pillarlo con el pie cambiado, seguro que unos días empieza a ver que eres bueno y deja de meterse contigo

-Marta, ya que me hablas de él, ¿puedo hacerte una pregunta?

-La respuesta a la pregunta que me quieres hacer es no, mejor dicho ya no, Rubén y yo tuvimos algo hace tiempo, pero yo quería algo más y la cosa quedó ahí

-¿Cómo sabías que te iba a preguntar eso?

-Por la cara que has puesto esta mañana cuando me ha saludado, de repente me has mirado con cara diferente como si te hubiese hecho algo. Y al ver como te trataba he entendido que me mirabas así porque pensabas que era su novia o que estabamos liados.

-Si, la verdad es que me ha cambiado un poco la cara, pero no por tu culpa sino porque aún no me conoce de nada y ya va a saco conmigo. —La verdad es que el hecho de pensar que Marta pudiese ser en ese momento la novia de pedazo de hombre era lo que había hecho cambiar mi cara. Por muy cabrón que sea conmigo, me seguía  volviendo loco y no podía evitarlo—

-Hazme caso, dale tiempo y déjale conocerte, verás como cuando te conozca mejor haréis buenas migas

Me despedía de Marta y salí de allí con una sensación rara, pensando que a partir de ese momento estaría siempre aprueba, y perdiendo casi todas las esperanzas de poder tener en algún momento algo con Rubén, era hetero, tenía pinta de casanova y trabajaba con una de sus ex. Al menos ya tenía una amiga dentro de la oficina, aunque fuese la ex de Rubén

[Continuará]