Nunca pensé que rico es coger con un gordo 2

El regidor inserta una media estocada en mi... adelanto mi cadera buscando una mejor penetración

En casa de mis tíos

Era espantoso sentirme tan vulnerable ante este sujeto que había logrado lo que nadie... el sentimiento en mi estómago de culpa... el de haber sido tan bruta, la incertidumbre de estar en un lugar lejos de mi esposo y en las circunstancias en las que estaba... incluso el haberme puesto el pantalón aún mojado y frío, con un poco de tierra, subió muy a fuerza.

Esperamos a que pasara la lluvia, la cual tardó unos cuarenta minutos más. Yo estaba callada, mientras el regidor hablaba de lo apretada que estoy... era un tanto bizarro y grotesco.

De regreso caminamos hasta la camioneta entre sus historias y una que otra apretada de culo que me dio a su antojo. En la camioneta le pregunté ¿que qué había pasado con las personas que esperábamos? Me dijo que seguramente por la lluvia no llegaron, no le creí... tocaba mi entrepierna a su antojo, pero esta vez la culpa no me dejaba.

¿Cómo vería a Miguel a los ojos? ¿Por qué me había portado así? ¿Cómo que quitaría de encima al regidor? Estaba hecha un nudo de nervios

Llegamos antes de lo planeado según el, me invito un café, el cual no acepte, le dije que me sentía muy incómoda, que deseaba un baño, y también me dijo que podía bañarme en su casa... ¡ja! ¿¿Quería que me mudara con el?? Obvio no acepte.

Me dejo en casa mis tíos, no hay mucho que les pueda platicar, realmente estaba fuera de mi, me bloquee por un tiempo, solo recuerdo que me bañe por un par de horas, que me puse una pijama de Miguel. Prendí el tv de la recámara y me recosté, cuando oí que llegaron don Agustin y mi marido fingí estar dormida, no quería verlo.

A la mañana siguiente desperté por ruidos abajo, sonaba todo un show familiar donde los trastes, comida y ruidos de sillas avisaban la preparación de un desayuno de mis tíos. El cielo seguía nublado en este domingo que de haber sido otras las circunstancias habría sido delicioso.

Esta cruda moral era la más grande que había pasado, ni cuando a inicios de la universidad fuimos a Cocoyoc con el equipo de voleibol a la casa de una de mis mejores amigas. Ahí el papá de una del equipo me hizo ver que podía ser una especie de sugar daddy si yo lo deseaba, aunque nunca tuve aprietos económicos era muy alargador que un hombre mayor fijara sus más bajos instintos en una niña de diecinueve años. Esa ocasión aprendí que si dejaba que se ilusionara con mis coqueteos y roces llegaría a ser para este señor una obsesión tan grande que fue difícil ponerle un alto después de meses de acoso. En fin, se que hice cosas horribles, pero ¿esto? ¿Que había hecho?...

9:16 a.m.

En un intento de agradar a Miguel me puse un jeans azul que le encanta, sobre todo por cómo lucen mis nalgas, de cómo deja ver un poco mi parte femenina dibujarse en un pantalón con corte a la cadera, tenis blancos y una blusa rosa bajo un suéter blanco, mi pelo negro lacio lo recogí en una cola de caballo, no le gusta que no me pinte mucho, mis ojos aceitunados lucen bien naturales según el.

Baje y fui cariñosa, aunque me sentía sucia. Desayunamos huevos rancheros con café y pan, un buen jugo de naranja y platicas de los terrenos y cómo se les podría obtener beneficios económicos.. bla, bla, bla...

A pesar de tratar d encajar estaba ausente... recordaba todo lo de ayer.

Salimos a qué Miguel conociera el rancho del primo de mi tía a unos veinte kilómetros de Manantial Verde, donde pasábamos algunas vacaciones, ahí cabalgábamos y la pasábamos de lujo. A pesar de todo lo bueno que estaba pasando no dejaba de pensar en donde estaría el regidor, ¿si le habría sido suficiente?, ¿por qué no se aparecía? Tenía miedo que apareciera de la nada y me violara delante de todos.

No hablaban de otra cosa más que de dinero, estaban tan contentos con el posible negocio de los terrenos y el tour del rancho que ni me preguntaron qué qué tal la había pasado con el regidor. En fin, transcurrió más de medio día y salimos a comer cerca de ahí, un negocio de carne asada que no conocía. En la comida sonó el celular de Miguel, traté de escuchar pero no pude, por qué mi tío Agustin hablaba conmigo de de infancia.. cuando colgó nos dijo que Narcizo iría en la noche a casa de mis tíos, que ahí platicarían de los términos de compra venta de los terrenos. Evidentemente me puse nerviosa, ¿iría Abelardo? Me las arreglaría para no verlo.

7:38 p.m.

Después de estar con mi familia tantas cosas como  ¿cuando tendríamos hijos? y otras preguntas más paso la tarde...

Anticipándome al regidor planee subir a ponerme la pijama de Miguel nuevamente, que aunque me queda muy floja me hacía sentir de él... y así cuando llegarán fingiría cansancio u me subiría a dormir. ¡El plan perfecto!

Empece a bostezar con la mera intensión de anticipar mi graciosa huida. Poco a poco asomaron mis desganados bostezos  y brazos estirándose mucho

Entre Miguel y mis tíos todo fluía como si se conocieran de años atrás, por lo que yo estaba siendo discriminada ampliamente... así era mi marido. Decidí caminar hacia la sala donde la chimenea daba ese calorcito rico y el ruido de la leña quemándose era tan peculiar; justo ahí en el sillón más grande me recosté con las piernas recogidas y me tapé con un sarape que parecía más un chal que apenas me  tapaba medio cuerpo

Sin saberlo dormite una media hora sospecho, cuando entre abrí los ojos estaban charlando en la cocina con Narcizo, traté de no llamar la atención y continué con los ojos cerrados.

Salieron todos y se subieron a la camioneta de Miguel, no se donde iban.. me levante y me subí a la habitación para ver tv y descansar, era un alivio estás sola.

Parecía una niña boba con la pijama y comiendo pan en la cama, pero de vdd disfrutaba ver tv con frío.

Unos veinte minutos después oí que abrieron la puerta y que subían por las escaleras de madera, el ruido era cómo si se fuera a caer la misma, me llamo la atención pero estaba tranquila

-¿Eres tú Miguel? A punto de entrar a la habitación me contesto el regidor

-¡Para nada criaturita!, ¿quien crees que soy?

¡Me quede muda! Sabía quien era...

Se abrió la puerta de un solo movimiento y entró el regidor con un tipo pants ridiculo verde y de tenis, se veía cómo botarga de un sapo gigante... ¡¿qué pasó criaturita?! Pensé que ibas a venir a la jugada de lotería en  la casa del cuñado del abuelo, ¿por qué no viniste?

-¡Eh..! Buenas noches señor regidor, apenas conteste sentándome en en la cama recargándome en la cabecera

-buenas noches ricura, me parece mucho más la idea de ver “pelis”, me dijo acomodándose en la orilla de la cama

-Señor regidor, ¿no ve que pueden venir en cualquier comento?,

-¿no te estoy diciendo criatura que se quedaron en la casa del Remigio? Se quedaron y después ahí pienso que salen como a las dos de la mañana, tenemos cinco horas para ver películas mi niña..

No sabía que hacer, ¿de verdad quería ver películas?...

-¿De qué tipo de “pelis” vamos a ver chamaca? ¿Mmmm?, este.. no se, ¿a usted de cuáles le gustan más señor regidor?

-¡La mera verdad de “sustos”! ¡Esas me cuadran harto! ¿Y a ti ricura?

-Pues, este... románticas, y de enredos cómicos románticos ¿sabe?

-No, no se nada de eso, pero esas son maricadas, mejor vemos de ¡miedo!

-Como usted diga, a mi no me gustan mucho, pero bueno.

Con la punta del pie se quito un tenis y luego el otro, no sé si la panza evita que se agache a quitárselos como todos los demás, la cama se movió de tal manera cuando se deslizó sentado hasta mi costado izquierdo, pegado a mi..

-Oiga señor regidor, este..  será que si llegan no sea bien visto por mi marido que estemos los dos en la cama, lo conozco y podemos causar un problema donde no lo hay, ¿no le parece? Puse una carita de inocente...

-¡”nombre” criaturita! No se preocupe, usted déjemelo a mi, usted hágase “pa ca”... ok, subí los hombros.

Después de buscar una película de terror por fin encontramos una, que por cierto a mi si me da miedo.. una muñeca ¿saben?

Después de un tiempo se me ocurrió preguntar una tontería... ¡hay yo no sé qué haría en esa situación!, ¿usted qué haría don Abelardo?

Se puso de pie fuera de la cama y me dijo, -mire párese aquí, le voy a enseñar...

-¿ósea como? ¿Me levanto? Pregunte con flojera

-claro chamaca, mire párese justo aqui, señalándome la orilla de la cama

Me levante sosteniendo el pantalón de la pijama con las dos manos, incluso jalándolo hacia  arriba de mi cintura, ¿ok, y luego? Pregunté

Hizo un movimiento rápido a pesar de su corpulencia que me levanto por el aire y acabé en la cama boca abajo con mis dos manos en medio de mis piernas detenidas por su rechoncha mano, mi cara totalmente hundida en el colchón y mis piernas abiertas con el culo levantado, la otra mando de Abelardo en mi cuello y parte de él encima de mi, no sabía cómo lo hizo

-¡wow! Señor regidor, ¿cómo hizo esto?

-fácil mijita, con entrenamiento ninja, ¿es verdad eso don Abelardo? Usted sabe muchas cosas..

Me soltó con cuidado y pude notar que traía la pijama apenas abajo del trasero, mi ropa interior estaba al descubierto, me puse de pie con la elegancia de un pingüino, y sin decir nada me volvió a ejecutar otra llave, o como se llame eso, di media vuelta en el aire para caer boca arriba a la orilla, con la cabeza de fuera de la cama entre las piernas del regidor y las mías enredadas de manera que no me podía soltar... ¡Auchhhh! ¡Señor regidor basta! ¡Es usted un luchador! Pero yo soy una princesa

-¡jajajajajajajjaja! ¡Así es! ¡Y muy rica!

Pude sentir mis nalgas al aire una vez más, en una pseudo posición de loto invertida sobre la cama, ¿en qué momento pensé en ponerme una prenda así? odiaba ya esa pijama

No se de qué manera me tenía pero él tenía una mano libre y me tocó con el dedo justo en el nacimiento de mi nalga derecha

-Oye, pero que bárbara, ¡tienes unas hermosas piernas fuertes niña!

¡Este sii...i, un poco! Estuve en voleibol toda la carrera ¿sabe?, suélteme ya que me estoy asfixiando porfa...

-Mira, justo aquí el músculo denota un daño que puede ser permanente, mientras recorría con su dedo una parte de mi nalga, el músculo “inverso candrico”

-¡No invente señor regidor! ¿De que habla? Me soltó enseguida y me giro para ponerme boca abajo, parecía una niña a la que iban a castigar a nalgadas..

-Mira, quédate quieta... empezó a tocar con su mano el nacimiento de mi trasero, y me dijo, esto es grave, hizo presión, no sentí nada la verdad...

-¿sientes algo criatura? Mmmm... no la verdad no son Abelardo...

Luego con toda su mano tomó mi nalga derecha y la apretó un poco al mismo tiempo que la abría, seguro pudo ver mi ropa interior dentro de mi culo

-¿qué tal ahora? Mmmm no nada señor...

-es que si este músculo se atrofia ¡puedes quedar paralitica niña, puedes dejar de caminar! Y el que no sientas nada habla del daño tan avanzado que tiene señora Tatiana..

-¡No me diga! ¿Tan grave es? ¡Pero claro, este músculo siempre se les daña a las atletas como tú, ahora entiendo la chulada de nalgas que tienes ternurita

-¿y que debo hacer don Abelardo? Mira, espera niña... siguió con el manoseó deliberado en toda mi zona trasera con libertad, un par de veces sentí como pasó los dedos bajo mi ropa interior... ¿será?, no esta ocasión me quiere ayudar, ¿por qué seré tan desconfiada?

Pronto metió sus manos en mi ropa interior y la bajo de un tirón

—¡Hey! ¡Señor regidor! ¡¿Pero que hace?!

-Esperare mamacita, esto es meramente médico, “ora verás”

-¡No, no.. por favor! Por favor don Abelardo, déjeme subirme los calzones, decía mientras me retorcía para soltarme sin ningún resultado...

-Si no los quite, nomas los baje, espérate y verás

-por favor  don..  sentí como abrió mis nalgas con cierta fuerza y las empujó como si quisiera subirlas a mi espalda

-¡haaaay! ¡¿Don Abelardo que hace?! Una descarga de adrenalina me hizo temblar

Sin pelarme en lo absoluto el regidor empezó a masajear profundamente mientras me aceleraba el ritmo cardiaco y la respiración...

-¡aquí está el problema! Ya lo encontré mijita, espera ahora mismo lo resolvemos

-¿que? ¿Que como? ¿Que encontró?

-te estoy diciendo que el problema, ahora lo corregimos

Pude sentir su pulgar en forma descendente desde mi ano hasta mi vagina, instintivamente levante las nalgas

-¡¿pero que hace?! ¡¡¡Señor regidor!!! ¡Esto no, no.. no está nada bien!

Empezó a subirlo y bajarlo a lo largo de mi entrada vaginal apenas abriendo mis labios, y apretando ligeramente “ahí” en la zona del clitoris

-¡Haaaaay! Levantaba mis nalgas hacia arriba y de un lado para otro pero me tenia bien sometida con la pijama y mi ropa interior bajo mi trasero... me movía como delfín fuera del agua

-¡por favor detén... deténgase! ¡Don Abelardo! ¿Que no ve que pueden llegar?

-relájate niña, ya casi terminamos, esto es rápido... y metió su dedo hasta el nudillo en mi vagina para que viniera una batida que solo me éxito a más no poder... empecé con toda clase de suplicas para que se detuviera, para que no siguiera... sonaban a todo lo contrario

De pronto había un ritmo entre mi cadera y su mano.. no lo podía creer, una revista me pagaba una buena cantidad de dinero por fotos “artísticas” de mi trasero y no acepte por la educación que me dieron mis padres, ¡y este gordo me tenía a su antojo! Podía tomarme cada que él quisiera, ¡estaba jodida!

Metió su cabeza en mi culo, su bigote me era tan familiar en ese momento, me empezó a estropajear a morder y a besar todo lo que quiso, yo solo estaba ahí para su antojo... mis nalgas no las podía levantar más

Se levanto mientras yo gemía tanto que podían haberme escuchado en la entrada de la casa... oí cómo bajo su ropa y pude imaginar a su pedazo de carne desafiando la gravedad y apuntando al frente como guerrero sobre su caballo

Se acomodo y de un solo embate me penetro con fuerza

¡Ahhhhhhhhh! ¡Señor regidor está, está usted muy grande!... ¡mmmmmmm!

Mi voz y palabras lo enloquecían, empezó a bombear de manera que la cama se movió de su lugar, soñaba que toda la madera se caería del techo, la cabecera se azotaba, los burós estaban chuecos... qué pena, pero me estaban dando una cogida tan fuerte que tendríamos que acomodar todo en su lugar al terminar

!plaf, plaf, plaf. plaf, plaf, plaf, plaf! Se intercalaban con mis gemidos y los de Abelardo

¡Ahhhh mmmmm, hay, hay, mmm si, don Abelardo, es usted un abusivo!

Don Abelardo detuvo para pararse, me jalo y me puso de pie en la orilla de la cama con mis manos sobre el colchón, no me quitaba la pijama... creo que lo excitaba aún más, a mi también

¡Ahhhhhhh! Me penetro una vez más, no tenía misericordia de su peso y fuerza, pienso que hasta me quería meter sus bolas, o sacarme su miembro por la boca

-¡señor regidor que rico me coge!

!plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf! Seguía sin piedad, después de unos minutos sentí calor, rigidez, y grite, mi orgasmo llego tan delicioso que levante mis nalgas tanto que esta vez si podía lesionarme...

Esto metió al regidor en mi calentura de tal forma que me aprisionó tan fuerte de la cadera penetrandome muy profundo, para llenarme con su semen... completamente pegado a mi como si fuéramos siameses, descargando todo lo que tenia... tendrían que despegarnos jalándonos en sentidos contrarios o no habría manera que el regidor se saliera de mi en ese momento

Se tomó su tiempo para salirse de mi, nunca me habían dejado tan servida que  me escurría líquido tibio por mi pierna, nunca me habían llenado de tanta leche, pensé que solo pasaba en el porno... me temblaban las piernas, me hinqué a la orilla del colchón con mis pechos sobre la cama, mis rodillas estaban no tan abiertas por la pijama, estaba aún jadeante

-¡Don Abelardo..! ¿A caso de vino dentro?, perdóname mijita, pero no tuve opción, estás bien rica, y cuando vi que te “venistes” pues me sacaste toda la leche chamaca, ¡pero que cosas dice señor regidor!

Me levanto de la cintura para tomarme entre brazos y me llevo a un banquillo de la cómoda de la recámara, me quito la pijama... yo estaba muda, pero muy caliente aún

Se sentó en el banco el cual casi desaparece por el tamaño del regidor

Abrió las piernas y su verga estaba semi flácida.. pero aún se notaba el volumen... ¿¿como eso cabía en m?? Lo pregunto enserio, todo era gigante en el...

-¡mamalo! Dijo con voz firme

-¿perdón? Pero... está sucio, le traigo papel.. le preguntaba mientras estaba medio desnuda hincada con cara de mensa....

-Señora Tatiana, ¿recuerda todo lo que le voy a hacer? ¿No? No se preocupe, ahora mismo se lo recuerdo..

Me tomo de la cabeza con firmeza jalándome hacia el muñón que tiene por pene.. ¡mmmhha, pegffs, abrí la boca y entró la punta, si miembro no estaba circuncidado, por lo que la cabeza no se veía al menos en ese momento de cierta flacidez, empezaba en una punta no tan gruesa, pero se iba engrosando centímetro a centímetro, se volvía un cono ¿saben?

Más me tarde en tomarlo y manipularlo que este pedazo empezará a cobrar vida... creció de una forma que sin pensarlo tuve miedo... que tonta, lo sé

No soy muy buena en el tema de los orales honestamente, pero él estaba como si fuera una actriz porno... se retorcía gemía, a veces me empujaba la cabeza contra su paquetito, sentía ahogarme, me arqueé un par de veces.. así transcurridos unos diez minutos me la saco como si fuera a venirse, me tomo de las axilas para cargarme sin ningún problema

-¡Don Abelardo el banco no nos va a aguantar! Cómo si le hablara al espejo..

Me sentí encima de él, justo arriba de su armamento que apuntaba amenazante a mi

-¡Ahhhhhh señoo...oor regidoooooor! Intento penetrarme pero resbaló desde mi vagina hasta mis nalgas, fue muy muy caliente, me apoye en mis pies y levante el culo para facilitarle cuando me tomo de la cadera y me bajo con energía, sentí como si ciego amigo buscaba perforarme, moví mis nalgas buscando que lograra su objetivo, mis manos estaban sobre sus tetas espantosas...

El regidor inserta una media estocada en mi... adelanto mi cadera buscando una mejor penetración, me desconcentra un poco cuando me muerde mi pecho por encima de la sudadera de la pijama, levanto los brazos y me quito lo que me quedaba de ropa, el regidor abre los ojos que pensé que se estaba viniendo.. creo que le gustaron mis bubis.. obvio

Me cogio un rato, no pude venirme ahí, mi mente se distraía con la ruptura del banco bajo de nosotros

Después de un rato, se levanto conmigo encima, seguía perforada y pegada a él, un oso poderoso que me llevaba de aquí allá sin él más mínimo esfuerzo, de pie fue rico y raro, pero excitante.

Como dos luchadores sin dejar de poseerme se aventó hacia el colchón y les aseguro que mis ojos se salieron de su lugar.. me enterró toda su carne con todo su peso, perdí el aire por un momento, pero lo que nunca imaginé fue que mi libido se fuera a exponenciar así.. no sé si fue un orgasmo o dos, o uno muy largo ¿saben? El prosiguió unos minutos más hasta volver a descargar dentro de mi su tibio líquido

Estaba exhausta, no podía decir o hacer nada... él se levanto y se empezó a vestir su ridiculo pants

-¿A donde va? Pregunte casi sin aliento

-Es hora de irme ternurita, prefiero dejarla descansar, no quiero que se desmaye mañana...

-No se vaya, quédese un rato más..   no es verdad, no suplico a nadie, ¿y lo hacía ahora?

-Créame mamacita, nos vemos mañana... de su chamarra sacó una píldora del día siguiente y la puso en el buró

Y así de simple se fue..

La recámara sin forma, descompuesta, la pijama de Miguel en el suelo... igual que mi  energía

Desnuda y llena de semen me quede dormida.