Nunca me lo hubiese imaginado, fuí poseído...
Siento que deja de levantar mis piernas y solo lo escucho decir: abre las piernas y afloja... yo me encontraba en casi posición fetal, y mis piernas formaban una maravillosa V que lo deseaba con desesperación, con mi culito al aire, dispuesto a su merced.
Nunca Me Lo Hubiese Imaginado, Fui Poseído Por Mi Antiguo Amor "Mi Macho Peludo" Y Fui Victima De Su Insaciable Fantasía
Fecha: 5 de Julio 2004
Autor: Insaciable
Correo:superpegaso16@hotmail.com
Debo comenzar por disculparme con ustedes, mis fieles admiradores de mis historias, por no haber vuelto a escribir acerca de mis vivencias, pero no había tenido el tiempo para hacerlo, pero ya regrese con ésta historia que seguro pondrá caliente a mas de uno, y cuando lleguen a ese estado, espero que se deleiten tratando de imaginarse que son ustedes los que están protagonizando ésta historia conmigo.
Para resumir un poco, recuerden que hace algún tiempo relate una maravillosa historia con un exquisito hombre peludo, muy macho como a mí me gustan, y cuya virilidad me hacia estremecer con solo sentir su presencia. Si recuerdan bien, él se llamaba Cesar, el chico que llegó a la residencia donde yo vivía y me encantó apenas lo vi, para los que no lo recuerdan aquí está su descripción: un ejemplar de hombre que escasamente se consigue a la vuelta de la esquina, era todo un portento de macho, bello, grande, robusto, fuerte, de bellísimos ojos color ámbar, piernas gruesas pero con una definición de futbolista que pude apreciar por lo ceñido de sus pantalones, con unas nalgas que provocaban morder y acariciar, un enorme paquete que se mostraba como una deliciosa golosina para niños, y lo que me volvía loco de él, sus vellos por todo el cuerpo, era el hombre peludo mas hermoso y varonil que jamás había visto. Espero que ahora si lo recuerden......
Lo cierto del caso es que después de un largo tiempo de amores con él, yo tuve que viajar a otra parte del Estado y lo tuve que abandonar, por tal motivo nuestra relación se tuvo que acabar, pero ambos quedamos como buenos amigos, y por ende, tanto él como yo, por esas necesidades que tiene el cuerpo, tuvimos que relacionarnos con otras personas, conocer amigos nuevos y por supuesto vivir inolvidables experiencia sexuales.
Cuando nos despedimos, recuerdo claramente sus palabras:
Cesar: no quisiera perderte, si pudiera hacer lo que fuera por que te quedaras aquí conmigo, nunca le he dicho esto a nadie sinceramente, pero te has vuelto el aire que necesito par seguir viviendo y TE AMO como nunca imagine que podría llegar a amar a alguien y siempre te voy a AMAR.
Sus palabras se clavaban en mi corazón como una daga que me atravesaba de lado a lado, era el hombre más maravilloso que Dios me había puesto en el camino, no quería dejarlo, por él estaba dispuesto a confesarle a mi familia mi gran secreto mi "Homosexualidad", ahora me arrepiento de no haberlo hecho. Pero las razones que tuve para irme me obligaron a dejarlo... recuerdo que ese día yo le respondí:
Yo: inmediatamente lo abrace fuertemente y él me abrazó de la misma manera, le dije: yo también te AMO, tú eres mi vida, pero el motivo que tengo para irme ya te lo explique, por favor entiéndeme, sé que en ninguna parte voy a encontrar una persona que me ame de forma incondicional como tú lo haces, que me dé todo lo maravilloso que tu me has dado, es por eso que te he llegado a mar mas que a mi vida... pero el destino esta empeñado en separarnos, pero recuerda que yo tampoco me voy para siempre, voy a venir por acá frecuentemente a visitar a mi hermano que va a comenzar a estudiar en la universidad.
Cesar: si es cierto, pero ya nada será igual, recuerda que aquí dejas la mita de tu corazón y te llevas la mitad del mío a donde quiera que vayas... y sellamos esa conversación con un apasionado beso que culminó en una despedida sexual que no puedo describir los limites del éxtasis al cual llegamos juntos...
Esa fue nuestra ultima noche juntos, después yo me fui y duré algún tiempo sin regresar, pero lo extrañaba como a nadie, mi soledad se hacia cada día mas y mas grande, comprendí el significado de su frase: " aquí dejas la mita de tu corazón y te llevas la mitad del mío " imaginaba que él sentía lo mismo que yo, pero poco a poco fui conociendo gente nueva y la soledad ya no se hacia tan dolorosa, encontré un chico que me gustó mucho, nos hicimos novios, en pocas palabras estaba intentando rehacer mi vida e imagino que él hizo lo mismo...
Por esas casualidades del destino, tuve que viajar a la cuidad donde él vivía, no me pude aguantar las ganas de verlo y fui a visitarlo. Al verlo sentí un huracán de sentimientos que recorría todo mi ser y en especial mi corazón, parecía que había sido ayer cuando lo deje de ver, e imagino que él sintió lo mismo, por la cara que puso. Su única reacción fue correr y abrazarme tan fuerte que yo no quería separarme de él, nos quedamos así por largo tiempo, hasta que nos separamos pero solo unos milímetros para poder vernos a los ojos. Fue entonces cuando me dijo:
Cesar: te extrañe, no sabes la falta que me hiciste... no pude olvidarte por completo todo este tiempo...
Yo: yo también te extrañe mucho, el mundo no era lo mismo sin ti... sentía que no estaba completo sino te tenía a mi lado... ¿pero porque dices que no me olvidaste por completo?
Fue entonces que me explicó, que sentimentalmente estaba ligado a otra persona, pero que lo había hecho con la intención de sacarme de su corazón, y ha logrado con él una estabilidad que no quería perder, ni siquiera por mi... cuando escuche sus palabras no sabia que pensar, me embargo un sentimiento de celos y rabia, pero no podía reclamar nada, yo había provocado esa situación lo único que podía hacer era aceptar su relación y ser los mejores amigos del mundo.
Yo: me alegro que consiguieras alguien que te hiciera feliz, tu te lo mereces, le comenté que yo también había conseguido un buen hombre pero que la relación había durado poco. Él se alegró cuando escucho eso, fue entonces cuando pensó: "está solo" que bueno... estuvimos hablando durante largo rato de todo lo que nos había pasado durante este tiempo, y con cada palabra recordaba lo maravilloso y feliz que me sentía cuando estaba su lado, recordaba su fabuloso cuerpo, que yo adoraba, besaba y recorría cuando estaba con él, sus maravillosas y peluditas piernas de futbolista, sus fuertes brazos que me agarraban de la cintura y me contraían hacia él, su marcado, velludo y musculoso pecho, el cual acariciaba y lamía inclusive sus tetillas rosaditas, sus fabulosas nalgas redondas, firmes, y peludas que me volvían loco de placer, no podía dejar de pensar en todo lo vivido, para mi era como si no hubiese pasado un solo instante de nuestra relación.
Después de una serie de confesiones le dije que me tenia que ir, además en la residencia habían más residentes y estaban todos, es decir, si hubiésemos querido entregarnos el uno al otro hubiera sido un poco difícil evitar que los demás se enteraran de que éramos gays y sobre todo amantes. Así que me dispuse a irme, pero antes él me pregunto que haría en la noche, al escucharlo, note que su comentario tenia una doble intención, pero ya tenia un compromiso en la noche con unos viejos amigos, y había quedado de vernos en una fiesta publica que semanalmente se da para los estudiantes de la universidad.
Cuando se lo explique, él me comento que tenia una entrada para la fiesta, pero que no tenía intenciones de ir, pero como ahora iba a ir yo, se animaba y de seguro nos encontrábamos allá. La idea me encantó y así quedamos... lo que yo no sabia era todo lo que tenia planeado para mí esa noche.
La noche llegó y me fui a la fiesta con unos amigos que tenia tiempo de no ver, la rumba estaba súper animada, había música actual, cervezas, mucha gente bailando y gozando, yo también me uní al grupo rumbero y me dispuse a bailar y beber, como un adolescente (aunque solo tengo 25 años), de pronto siento que alguien, en medio de la multitud y el baile me toma por la cintura, eran una manos fuertes que me resultaban familiar, cuando voltee, pude apreciar que era Cesar que había llegado solo para estar conmigo en la fiesta, me alegre mucho de verlo y le di un fuerte abrazo, luego lo presente a los pocos amigos que todavía no lo conocían y nos dispusimos a seguir la rumba.
Bailamos, el ambiente estaba súper prendido, las luces eran tenues así que no se podía ver casi nada, esa situación la aprovecha Cesar para tocarme y manosearme todo, con la excusa de estar bailando, pero sus intenciones eran otras inclusive se me ponía detrás de mí y fingía estar bailando, cuando en realidad me recostaba su bulto que por cierto estaba bien duro y grande. Yo lo disfrutaba y lo dejaba hacer, en el fondo quería sentir de nuevo su verga dentro de mí, comiéndome el culito y destrozando las paredes de mi ano... pasamos así toda la noche de vez en cuando, salíamos de la multitud para tomar algo y refrescarnos, ocasión que aprovechaba Cesar para llevarme a sitios un poco despejados, y decirme que deseaba tenerme como antes, que quería hacerme suyo, que lo tenia súper caliente, cosa que yo ya había comprobado, me abrazaba y besaba desesperadamente. Yo respondía a sus caricias y sus besos, pero le decía que vinimos con unos amigos y si nos íbamos solos iban a sospechar de nosotros que mejor esperábamos un poco, así pasó la noche y a eso de las 5:00 de la madrugada decimos irnos todos, yo estaba bastante ebrio por el alcohol, uno de los amigos tenía carro y decidió dejarnos a cada uno en sus respectivas casas, cuando llegamos a la de Cesar, él convenció a los demás de que era mejor que yo me quedara en la residencia a dormir, ya que en mi estado no era recomendable que llegara a casa de mi tía donde se queda mi hermano. Los demás aceptaron y yo no puse resistencia, la verdad estaba mas dormido que despierto.
Nunca imagine que Cesar tenia todo planeado para hacerme el amor como nunca antes lo había hecho...
Llegamos a su habitación y lo primero que me conseguí fue unas cuerdas que colgaban del borde superior de su cama y una serie de accesorios que no pude reconocer al instante... en medio de mi ebriedad le pregunto:
Yo: ¿donde estoy...?
Cesar: en mi cuarto.
Yo: ¿y que hago aquí, como llegue?
Cesar: yo te traje, no te podía llevar así a tu casa.
En este instante, siento que Cesar comienza a desvestirme lentamente, clavándome la mirada en cada rincón de mi cuerpo, como reconociendo el terreno que había perdido.
Yo: ¿que haces?
Cesar: te desvisto para que estés más cómodo
Yo: ¿pero me tienes que quitar toda la ropa? Para ese entonces ya me estaba bajando el bóxer que era lo único que me quedaba puesto.
Cesar: había olvidado lo rico que estabas, y lo mucho que me gustabas, ahora entiendo por que no te pude olvidar.
Por su parte, él comenzó a desvestirse y yo lo observaba deleitándome con aquel cuerpazo que parecía estar creado por el mismo Dios. Que bello eres, le dije y él se me lanzó encima completamente desnudo, para devorarme la boca y recorrer todo mi cuerpo con desesperación, como una persona que lleva semanas sin comer, como el único vaso de agua del planeta, yo respondí de inmediato a su estimulación y quería comérmelo también, rozaba sus piernas con las mías, su pecho estaba apegado al mío, apretaba y acariciaba sus nalgas peluditas, las abría y cerraba, explorando su culito cerradito por efecto del frió, que rico sentir de nuevo ese majar de los dioses encima de mi, ya había olvidado lo maravilloso que se sentía tenerlo encima de mi, aquel osito era en ese instante solo mío y yo, solo suyo.
Lo escuchaba decirme al oído: te amo, no he dejado de amarte en todo este tiempo, no he encontrado a nadie que me haga sentir como tú lo haces, no me vuelvas a dejar nunca, porque sin ti mi vida no tiene rumbo. Sus palabras aceleraban mi corazón y yo solo podía decir: hazme tuyo mi vida, no quiero ser de nadie mas, solo te quiero pertenecer a ti, tú eres mi razón de vivir y quiero que me des todo lo que me tienes preparado esta moche y para siempre.
Podía sentir como su lengua recorría todo mi cuerpo, aun salado por el sudor del baile de la noche, era como si me estuviera dando un baño con su lengua, la sensación era imaginable, yo parecía un helado y él, mi devorador, solo le decía: cómeme, cómeme y no me dejes de comer nunca.
Al poco tiempo siento que él se aleja de la cama y va hacia la mesita de noche y trae una cinta roja que coloca en mis ojos. Esa situación me intrigó y le pregunto:
Yo: ¿qué haces?
Cesar: tranquilo que te va a gustar.
Yo lo deje hacer lo que quisiera, ya que el éxtasis que estaba sintiendo era mayor que cualquier cosa, y a él le permitía que hiciera lo que fuera conmigo, solo quería que fuera mi hombre y yo su hembra.
Ya con los ojos vendados, siento como sus enormes manos vuelven a tocar mi cuerpo, pero esta vez se detiene a subir y bajar el prepucio de mi pene, que para ese entonces ya estaba bien duro y parado, comenzó con un sube y baja, sube y baja, sentía que sus manos recorría todo mi pené desde el glande hasta la base, con la otra mano masajeaba mis huevos de una forma lenta pero sensual. Yo me deleitaba con aquellos movimientos sólo podía decir: ohh si, si, si, sigue por favor, no te detengas mi amor, siente ese palo en tus manos, es todo tuyo, siente lo ardiente que esta, y solo es por ti. Cesar no dejaba de bajar y subir, una y otra vez, por mi parte yo gemía cada vez con mayor fuerza, gracias a su vaivén.
Cesar decide levantarse, por lo cual yo le pregunto, ¿dónde estas, a donde vas? Él me responde, no te preocupes, espera y no te quites la venda, te tengo una sorpresa... de repente me tomo un tobillo y lo ata con la cuerda que colgaba de la parte superior de su cama, con el otro tobillo hace lo mismo, lo que me pareció extraño, por lo cual le pregunto, ¿qué me haces? Y él responde, espera y disfruta lo que viene... una vez que me amarra los dos tobillos, me anuda las manos para que no me pueda soltar y entonces se dispone a halar las cuerdas y mis pies, lentamente van subiendo, como consecuencia del amarre, entonces entendí lo que hacia, quería subir mis piernas con la cuerda, de manera que mi culito, ya con unos cuanto meses sin uso, quedara al aire libre y así facilitarle la entrada de sui enorme herramienta a mi interior.
Siento que deja de levantar mis piernas y solo lo escucho decir: abre las piernas y afloja... yo me encontraba en casi posición fetal, y mis piernas formaban una maravillosa " V " que lo deseaba con desesperación, con mi culito al aire, dispuesto a su merced le pregunté, ¿por qué haces esto?, él me responde que es una fantasía que ha querido cumplir hace mucho tiempo, pero solo ha querido compartirla conmigo y el destino me puso en su camino para que yo lo complaciera. Yo le respondí: yo te complazco en todo lo que desees y sacia tu sed en mi. Una vez en esa posición, era casi imposible moverse, de pronto siento que se sube a la cama y yo, inocente de todo, por causa de la venda, no sé lo que me esperaba, pero la situación me ponía cada vez más caliente, pude sentir que se inclinaba y se sentaba sobre mi pecho diciéndome: chupate esta golosina y reconoce su sabor, el olor lo conocía, así que busque con mi boca aquel mástil que una vez había sido mío y ahora volvería a serlo. Él olor me fue guiando hasta que lo encontré, saboreé su cabeza, la chupe, lamí alrededor de ella e introduce mi lengua por su pequeña ranura, que delicia volver a saborear aquel guevo que me había hecho tan feliz, y el cual que no había podido olvidar, poco a poco fui introduciendo aquel miembro en mi boca, para comenzar con un traga y saca, traga y saca, una y otra ves, y en cada embestida trataba de tragar mas y mas, por su parte, le sacaba gemidos de placer a Cesar que me animaba a que siguiera mamandole el guevo, él se estremecía de placer, me decía: ahhh, bebe, sigue nene, no te detengas, nadie me lo mama como tu, comételo todo, no desprecies nada, ahhh así, disfrútalo, ohhh, yeah, devóralo completo, es todo tuyo, sigue bebe, si, si. Sus palabras me encendían cada vez más, y yo solo quería recompensarlo por todo el tiempo que lo había dejado solo.
Mientras se lo chupaba como nunca, él aprovecha para hurgar mi culito casi virgen de nuevo por la falta de uso, lo masajeaba, lo habría con dos dedos, trataba de introducirme un dedo, pero casi no podía entrar, en medio de la mamada, yo me retorcía de placer y de dolor por lo que me estaba haciendo. Siento entonces que él me retira su palo de mi boca y me da como símbolo de gratitud por placer brindado, un beso apasionado que me dejo pidiendo más, me quita la venda roja de los ojos y pude apreciar de nuevo su maravilloso cuerpo, aun encima de mi pecho y sobre todo aquel enorme mástil frente a mi cara, que rico se veía, yo quería seguir comiéndomelo pero él no me dejo.
Cuando se paró frente a mi pude ver que tenia puesto un diminuto hilo dental de cuero color negro, de esos que usan los jugadores de béisbol como protector, pero con la diferencia de que en la parte delantera, tenia una abertura por donde salía el enorme guevo de Cesar. Nunca lo había visto de esa forma, era una mezcla de sensualidad, hombría, morbo y deseo, lo que produjo en mi un inenarrable deseo de despedazarlo y comérmelo todo todito. Que machote se veía con esa tanga puesta, solo pensaba en hacerlo mío, ya me tenia al extremo de lo caliente, en medio de mi calentura, se acercó de nuevo con la venda roja y vuelvío a colocármela, como me había gustado la sensación anterior, me deje poner la venda si ningún problema, pero esta vez, logre percibir en el ambiente un olor que no había detectado minutos antes, era un fuerte olor a mandarina que no sabia de donde venía, era delicioso pero misterioso, fue entonces cuando le pregunte que era ese olor y él me respondió:
Cesar: es algo que tengo preparado para ti, he soñado todo este tiempo con cubrir y acariciar tu cuerpo cubierto por este olor. Fue entonces cuando sentí sobre mí aprisionado cuerpo, un liquido que era derramado por cesar y cuyo olor yo ya había descubierto, era un aceite para masaje con olor a mandarina, cuando Cesar termino de vaciarme el aceite, comienzó con una danza de masaje con ambas manos por todo mi cuerpo, su intención era impregnarme con el aceite, yo en medio del éxtasis lo único que hacia era animarlo para que siguiera manoseándome, tocándome, masajeándome, quería sentir sus enormes manos por todo mi cuerpo, y así lo hizo, no dejo una sola parte de mi cuerpo sin cubrir con el aceite de mandarina, cubrió delicadamente mi cara, mi pecho, mis piernas que lo enloquecían, mi cintura, mi pene lo cubrió por completo, mis pies y sobre todo mis nalgas y culito, que fue el lugar al que se dedicó con mayor devoción, por lo cual aprovecho para dejarme ir un par de dedos, los cuales entraron sin dificultad gracias al aceite me había untado.
Yo: ohh si mi amor, méteme tus dedos, ahhh, siiii, eso, sigue mi bello, eso es lo que tu querías, tenerme de nuevo, pues aprovecha la oportunidad, enciende el fuego de mi culito para que luego lo apagues con tu leche, sigue mi osito, que soy todo tuyo, ohhh yeah, si, sii, no me hagas esperar más hazme tuyo de una buena vez...
Cesar: espera todavía no es el momento. En ese instante comprendí su juego, quería que yo lo deseara más que a nada en el mundo, que le suplicara que me hiciera suyo, quería tenerme doblegado, pero esa sensación lo que hizo fue calentarme aun mas.
Cuando terminó de meterme sus dedos en mi culo y recorrerme el cuerpo con sus fuertes manos, se alejó para traer otra herramienta con la cual me seduciría aun más...
Cesar: espero que disfrutes lo que viene.
Yo: y que es, ¿me vas a destrozar el culo por fin?
Cesar: aun no, pero falta poco, no te desesperes.
De pronto siento que un liquido caliente comienza a caer sobre mi pecho y me hace dar pequeños saltos, con la poca parte de mi cuerpo que me quedaba recostada sobre la cama, no lo podía creer, Cesar me estaba vaciando la cera de una vela en el pecho, entre el calor de mi cuerpo y la cera de la vela, yo solo podía arquear mi espalda hacia atrás para disfrutar de la mezcla de placer y dolor de la cual yo estaba siendo victima, su fantasía se había convertido en un fetiche que me estaba torturando todo, pero al mismo tiempo lo disfrutaba al máximo, cuando termino de vaciarme la cera de la vela en el pecho, escucho su voz que me dice: a ver como se siente la cera caliente en tu agujerito...
No lo podía creer, Cesar me iba a quemar el culito con la cera de la vela, en ese instante siento el primer chorro de esperma caliente que cae sobre mi aceitado y arrugado culito, lo que me hizo estremecer y pegar un grito de dolor, ardor y placer que yo nunca imagine que podría sentir. La cera me estaba quemando el culo, pero yo me aguantaba y le decía a cesar que me diera más y más, la esperma seguía cayendo en mi adolorido culito pero ya el dolor y ardor no eran tan prominentes como al principio por lo que Cesar decide aumentar mi éxtasis, dándome golpes con un látigo de varias trenzas sobre mis nalgas... eso si no me esperaba, me estaba dando fuertes latigazos, como castigándome por haberlo dejado, era la sensación mas extraña y apasionante que jamás había vivido, al cabo de un rato, no solo disfrutaba sus latigazos, sino que lo animaba para que siguiera castigándome, no puedo describir esa sensación es sencillamente maravillosa, tendrían que probarla para que descubran de lo que les estoy hablando. Todo lo que me hacia, lejos de querer liberarme, lo que conseguía era que lo deseara con mas fuerza, hasta que le suplique:
Yo: ya por favor, no me castigues más y dame lo que quiero recibir de ti, ya no aguanto esta situación quiero sentirme tu hembra, tómame, poséeme, hazme tuyo de una buena vez, pero ya no me hagas esperar. En ese instante, cesar me quita de nuevo la venda de los ojos y me da un beso, luego me susurra al oído ha llegado el momento que tanto esperabas, te voy coger como nunca lo he hecho... prepárate bebe, que me vas sentir por completo.. se dirige hacia atrás, donde todavía tenia las piernas levantadas en forma de " V " por las cuerdas y comienza a limpiarme el culito, me quita la esperma y un poco de aceite para luego comenzar a besarme el hoyito, mientras me besaba, busco en la mesita de noche un tubo de crema, al encontrarlo busco mi hoyito casi virgo y cerrado y comenzó a comérmelo, me metía la nariz, lo olía, me escupía , me metía su lengua, me lamía, era obvio que le gustaba mi culo.
Después comenzó a succionarme el ano de tal forma como si fuese un tornado, quería arrancarlo de donde lo tenia puesto. Yo gemía y silenciosamente le pedía que no parara, que siguiera. Me sentía loco de tanto placer, después él comenzó a meterme crema dentro del culo con un aplicador,... ahh... que delicia, sentir aquella experiencia era todo lo que yo quería. Yo pensaba en esos momentos: "Yo soy tu hembra y te voy dar todo el placer que necesites, te voy hacer feliz, mientras tanto, Cesar se bañaba la verga con esa crema, me pidió que aflojara el culito, ya que el se había dado cuenta de que estaba prácticamente sin uso. Yo quise decir algo, pero él me calló. Comenzó el ritual de la penetración, se ubico a la entrada de mi culito, yo lo podía ver claramente por la posición en la que estaba, me cogió fuertemente de la cintura y me dijo:
Cesar: llegó tu hora, no tienes escapatoria, vas a ser mío de nuevo y tendrás que aguantar esta verga que a partir de hoy en adelante, la tendrás siempre metida en este culito que es solo mío.
Diciendo esto comenzó a metermela, no quería entrar pero dio un fuerte empujón hasta que me la metió del todo. Ahhh, uhhh, sssshh, Hizo tanta fuerza para dejármela ir de una sola vez que prácticamente me arrastro en la cama, yo arañaba el colchón, yo quería soltarme de las cuerdas pero no podía detenerlo. Era imposible decirle que se detuviera, que se parara, Cesar no me escucharía, todo seria inútil. Uyy, que dolor tan rico, ohhh, ahhh, tuve que aguantar callado, el dolor de estar siendo atravesado por esa mole de carne; sentí que ese mástil traspasaba mis entrañas y se quería salir por mi vientre. Aquel monstruo estaba dentro de mí, quieto, tratando de ubicarse para comenzar con esa danza que tanto me iba a deleitar; comenzó muy despacio a moverse, ¡Cómo me dolía cada vez que él me embestía! Sentía que su enorme guevo me llegaba al corazón mismo. Después suavemente se detuvo con su pene dentro de mí hasta el fondo y me dijo: ¡sé que te dolió, pero ahora disfruta lo que viene! y comenzó el mete y saca, el va y ven, y lo hacia con tanta furia que tal parece que quería hacerme desaparecer, era igual que un caballo cogiendo a su yegua, su verga era tan grande y caliente, que le costo mucho a mi hoyo acostumbrarse de nuevo a ella, pero ahí estaba, ignoraba cuanto tiempo la iba tener dentro de mi, horas, días, meses, años, o solamente esa vez?, No lo sabía, después de unos minutos de dolor, comencé a sentir ese placer que ya había comenzado a extrañar, y que tanta falta me hacía, después me movía igual que una hembra, con las piernas colgadas, pero fascinado por el placer. Le devolvía con mis nalgas sus movimientos circulares con tanta furia que él se aferraba a mí. Era el frenesí de una cogida inolvidable. Sus movimientos aumentaban de ritmo, cada vez más rápidos, hasta que comenzó a gemir y a rugir como toro y a decirme que se corría dentro de mí. Yo recibía después de tanto tiempo, aquel liquido que quemaba. Ahhhh, yeahh, ohhh, sentí ríos y mares de semen que me inundaban, no se terminaban nunca, calmando aquel fuego que expulsaba mi culo. Yo lo recibía con alegría.
Después de que él acabo, no sacó su guevo, desamarró las cuerdas y cuidadosamente fue bajando mis piernas que estaban dormidas por la posición inclinada en la que se encontraban, y las fue colocando en la cama si que su verga se saliera de mi interior, sé acostó de lado, me acomodo junto a él, puso su pierna sobre mis nalgas y comenzó a acariciarme y a darme besos, mientras me decía:
Cesar: ¿le dolió el culo a mí bebe cuando se la metía?
Yo: Si, le dije, sentí que moría y volvía a nacer, parecía la primera vez que fui atravesado por un guevo, tu guevo es tan grande y cuadrada, yo creí que querías matarme, atravesándome de lado a lado.
Cesar: ¿Eso significa que quieres que sigamos cogiendo y siendo amantes?
Yo: si, me arrepiento de haberte dejado solo, de ahora en adelante quiero ser tu amor, como tú eres el mío, te amo Cesar, siempre serás mi macho peludo. Vuelve a coger mi culo, tómalo que es tuyo, como mío es el tuyo, somos el uno para el otro. Nadie puede impedirnos que sigamos amándonos, de que seamos amantes hasta que tu quieras tenerme a tu lado.
Nos fundimos en un beso y volvimos a coger. A media noche quise ir al sanitario a asearme, pues toda la leche que Cesar había depositado en mi culito, se estaba saliendo, me levanté y me fui a duchar, cual fue mi sorpresa que mi macho amante me alcanzó en la ducha, y me hizo arrodillar para meterme en la boca su enorme y delicioso guevo, una vez que yo había terminado de mamarsela, me la sacó de la boca, yo me quise limpiar el culo, él no me dejó, ahí mismo en la ducha, me la ensartó y me volvió a coger para recordar viejos tiempos, nuevamente llenó de semen mi culito y volvimos a la cama. Me desperté a las 9 de la mañana y ya tenía a mi bello Cesar metiendomela otra vez. Mi primera noche, después de tanto tiempo, mi hombre me dio ocho grandes cogidas, ocho grandes polvos que me dejaron con el culo todo adolorido y mi cuerpo lleno de semen. Esa mañana, nos metimos nuevamente a la ducha. Nos lavábamos mutuamente. Pasó suavemente su mano por mi culo y dijo: Que feliz me siento al haberte desvirgado de nuevo.
Cesar: Espero que esto que hemos logrado dure mucho tiempo de ahora en adelante, espero que no me vuelvas dejar, no soportaría perderte de nuevo, te amo demasiado como para dejarte ir.
Yo: claro que no me vas a perder, de ahora en adelante tu serás solo mío y yo solo tuyo, me quedaré contigo queriéndote y haciéndote feliz porque te lo mereces y yo también.
Nuestra relación todavía continua, discúlpenme por no contarles todo lo que yo le hice a él esa noche, pero haría mas largo el cuento y mi intención era reflejar todo lo que mi bebe me había hecho sentir la noche de nuestro reencuentro, en otra oportunidad les relato todo lo que yo le hice a él y la forma como lo poseí de nuevo que fue sencillamente sensacional.
Hasta pronto amigos, espero que les haya gustado mi historia y cualquier comentario, por pavor háganlo llegar a mi correo: superpegaso16@hotmaio.com recuerden que soy de Venezuela, del Estado Guárico y vivo entre San Juan de los Morros y Valle de la pascua, tengo 25 años y estoy abierto a tener aventuras con todo aquel que se decida y que no tenga tantos prejuicios, bien sea sociales o físicos. Si alguien en San Juan de los Morros le interesa contactarme hágamelo saber y mándeme su foto para yo enviarle la mía.
Los quiero un besote. Insaciable. Disfruten este regalo que les envió.