Nunca más estarás sola 20

Estaba cayendo a un sueño delicioso, el orgasmo que había tenido fue maravilloso, estaba tocando el puto éxtasis, el cielo entero, veía a Michael Jackson cantando

Capitulo 20

  • Necesito que contestes hoy, si no lo recuerdas mi rodilla aún duele.

  • Lupita -la mire con ternura y amor- claro que acepto.

  • Ya estaba comenzando a helarse mi sangre. -ella sonrió, la ayude a levantar del piso, se quejó al levantarse-

  • ¿Te duele algo?

  • Creo que me duelen muchas cosas. -sonrió-

  • Algo en específico, te quejaste. -me acerque más a ella, y pase esos rebeldes cabellos por de tras de su oreja- ¿quieres vayamos al médico?

  • Si, hace unos días me duele, pero nada para preocuparse. Recuerda que he tenido días complicados.

  • Sobre todo, unas cuantas botellas de alcohol.

  • Pero que rico alcohol -sonrió mientras se colgaba de mi cuello- eres hermosa. Y te amo.

  • ¿Segura?

  • Claro, si para ti vivo.

  • Señorita lupita, ¿segura que está bien?

  • -ella tomo mis mejillas- no te libraras de mí tan fácil. -sonreí en automático, porque, que bien sonaba eso-

  • Ya decía yo, que mala suerte quedar viuda antes de casarme.

  • No podrías enviudar si no te has…

  • -la besé- ñañaña, deja de usar tanto la razón Guadalupe.

  • Te amo necia. Y quiero estar contigo…

  • Toda la vida a tu lado -bese sus labios- todo el tiempo que me quedé junto a ti -bese sus mejillas- todo el tiempo que Dios me permita a tu lado estar -bese su frente- Te amo Lupita Rilvers. -desde arriba se escucharon unos aplausos-

  • ¿Cuánto tiempo nos llevarán espiando? -comento ella observando a mis padres, Melquiades y Euclides- son amables, pero me avergüenza que alguien más se entere de mis sentimientos desde este aspecto. -acaricio mi mejilla- lamento el golpe, no vuelvas a detenerme cuando alguien intenté besar estos labios deliciosos. -me beso-

  • Eres una mujer de armas tomar.

  • Y tú alguien que no sabe actuar bajo presión.

  • Hey -la acerque a mí- eres hermosa.

  • ¡¡¡FAMILIA!!! LLEGO SU HIJO FAVORITO -Ella desvío la mirada al lugar del que venía la voz-

  • Es Lucas, ha regresado. -bese su mano- vamos hacerlo oficial.

  • Debo hablar con tus padres.

  • -La observé un poco confundida - ¿sobre?

  • Sobre las costumbres arcaicas de pedirle permiso a un adulto para desposar a otro adulto.

  • Lupita eres tan elemental…

  • Quiero pedirles tu mano, quiero hacerles saber que mis intenciones contigo son serias y las mejores, quiero que tengan presente que, aunque yo no tenga una familia, respeto la suya y me hace feliz formar parte de ella -suspiro- ¿estoy hablando mucho?

  • Más de lo que deberías. -la bese y caminamos al recibidor del edificio, mi familia estaba reunida allí- FAMILIA -todos nos veían con una sonrisa- Lucarillo que gusto verte…

  • ¿Quienes son ustedes? -pregunto mi madre, a todos se nos congelo el alma-

  • ¿Mamá? -pregunto Lucas-

  • ¿Quienes son y dónde estoy? -mi voz, sin emitir sonido se había quebrado- Guadalupe, ¿quienes son estás personas?

  • ¿Sabes quién es ella? -Melquiades hablo-

  • Claro, es la profesora.

  • -solté la mano de Guadalupe quién se dirigió a mi mamá- ¿quiere vayamos por un café? -le dijo abrazándola-

  • ¿Me dirá quienes son estás personas?

  • Por supuesto. -mientras se alejaban a la casa de mis padres, me hizo una señal. Debía esperar. –

  • Esto será más difícil de lo que creí. -ese fue papá- ¿como voy a vivir con el hecho que la mujer con la cuál llevo 47 años casado me olvidé?

  • Tranquilo viejo -Lucas lo abrazo- nos invitas un café. -me hablo- y me ponen al día, gracias…

  • Mejor cerveza -Euclides desanimado quiso intervenir-

  • No, que sea ron -con la voz opaca un Melquiades decaído se hizo paso a mi casa

  • Beberemos champagne, para celebrar -papá concluyó cuando estuvimos en mi sala-

Sobra aclarar que había motivos para estar tristes, muchos… pero habíamos dejado en manos de Dios lo que sea que fuese a ocurrir con mi madre; está no era la primera vez que perdía la noción de personas o cosas. Aunque estaba feliz porque Guadalupe estaba de vuelta, no dejaba de sentir dolor en el pecho al pensar en mi mamá y sus recuerdos desvaneciendo.

De la nada apareció un flamante Melquiades con dos botellas de champagne, busque las copas y serví.

  • Por mi hija -dijo papá-

  • Por el pedazo de metal este -acoto mi 4 hermano-

  • Yo no tengo claro que ocurre pero te felicito hermana. Es maravilloso -ese fue Lucas-

  • Ahora vivirás en carne propia los delirios del matrimonio -me abrazo tan fuerte, que sabía extrañaba con devoción a su esposa.- quiero verlas en su periodo -me ahogue con el líquido que pasaba por mi garganta- esto será muy divertido.

  • Salud -concluyó mi papá-

  • Salud -respondimos los 4 al unisono-

Nos parecía muy extraño mamá recordase a Lupe pero a nosotros no. No entendíamos eso. Pero hay tantas cosas que nunca entendimos; y nunca las entenderemos. De un sorbo bebí el liquido en mi copa. Con sentimientos encontrados desvié la mirada al anillo de dulce que ella había colocado en mi dedo anular derecho.

  • Se ve muy seria como para hacerte una propuesta asi. -fue Lucas-

  • Quiero verlo -mi segundo hermano me extendió su mano izquierda- déjame verlo -me quite el anillo, lo deje sobre su mano buena. Él lo analizo- tiene algo dentro del dulce, debes comerlo

  • Mejor rómpelo -Euclides le pego en la cabeza a Lucas por su idea-

  • Ten cuidado. Puede ser frágil. -Melquiades me sugirió algo para poder abrirlo, y en dos minutos mis ojos se llenaron de lagrimas-

  • No puede ser -murmure-

  • Eso es amor. -comento Quiles- no vales tanto como ese diamante.

  • A la verga -escupí molesta cogiendo el anillo- me dejan de estar jodiendo. -lo coloque en mi dedo y sonreí.

  • Los robot tienen sentimientos -observe desafiante a mis hermanos mayores para que pararan su bullying en mi contra-

  • ¿Te sientes bien con ella? -pregunto papá, que en todo este tiempo había estado sentado en el sofá en silencio- ¿quieres hacer esto? -refiriéndose a la propuesta, suspire-

  • Papá -el color de sus pardos ojos me inspiro- la amo… extrañamente me siento completa con ella, es como la pierna que me hacia falta. Se que venimos de diferentes vidas, pero a Dios eso le da igual, nos sigue amando. -lo vi sonreír- y se que no llevamos el tiempo que es considerado suficiente, pero, ¿qué más da…? mamá y tú se han casado a la semana de conocerse. Y míralos hoy; 47 años después, ustedes me inspiran, y me quiero con ella.

  • No sabia eras tan pendeja -Quiles me levanto del suelo-

  • La prótesis, la prótesis, bájame. Estúpido bájame -le decía intentando patalear-

  • Que niñita -papá se levanto del sofá con un poco de esfuerzo y se acerco a mí-

  • Tienes mi bendición y apoyo incondicional.

  • ¿Jugamos domino? -llego Lucas sacando el juego a la estancia del edificio-

  • Por supuesto -papá se apoyo de mí- vamos a enseñarles a jugar.

Agradecía a Dios infinitamente lo bondadoso que había sido con mi familia, a pesar de tener dinero eran humildes y coloquiales, tal vez fue por la crianza de mis padres, o porque la riqueza llego a la familia después de muchos años. Viendo el juego en la mesa, nos preparamos para jugar. Papá y yo éramos un excelente equipo nadie nos había ganado mas de dos rondas. Lucas hizo equipo con Melquiades, que después de toda una mano perdida pidió que Euclides jugara con él. Hoy no estaba concentrada, mi vista se desviaba constantemente al departamento de mis padres, veía al cielo para calcular el tiempo, no se cuanto habría transcurrido pero ya quería ver de nuevo a Lupe.

  • Lucas, ven -llame a mi hermano, para que me relevara-

  • Hoy no sirves para nada -Quiles burlón-

  • Que te den

Ellos pronto siguieron jugando, se concentraban tanto que no obedecían voces a su alrededor, papá un hombre calmado meditaba cada jugada, mis hermanos sin embargo podían sudar un poco antes de pensar el próximo movimiento. Con cautela subí al piso de mis padres, la puerta estaba abierta, me recosté del marco observando a Guadalupe recogiendo unos vidrios del piso. Cantaba una canción.

  • Your hand fits in mine

Like it's made just for me,

But bear this in mind

It was meant to be

And I'm joining up the dots

With the freckles on your chesub, And it all makes sense to me

  • Vaya, muy cursi para ti.-ella se sobre salto-

  • Ve… vene… Venecia.

  • Si -le sonreí, ella aun seguía en el piso- ¿todo en orden? -asintió-

  • Fue un accidente -por un momento la vi alarmada-

  • No te muevas -recordé su pavor a la sangre-

  • ¿Qué? -entre a la casa, y corrí a buscar el maletín de primeros auxilios, igual que una toalla- oh por Sócrates -la escuche, corrí hacia ella-

  • Descuida, veamos -tenia un charco de sangre terrible en el piso. La envolví con la toalla- vamos al lavabo.

  • Pero… pero..

  • No estas sola.

Un cristal había cortado su mano. Estando bajo el chorro de agua enjuagamos su mano dejando caer todos los cristales. Lave tres veces su mano hasta que se detuvo el sangrado, ella estaba pálida y con los ojos llenos de lagrimas. Con cuidado como si se tratase de una herida de clase 3 llegamos al sofá.

  • No se como me paso -murmuro visiblemente apenada-

  • Ya, no importa -tome del maletín ungüento y vendas- ¿te duele? –

  • ¡Ay! -la vi estupefacta-

  • Ni te he tocado -sus ojos se llenaron de lagrimas- pero, ¿de qué va esto?

  • Me duele.

  • ¿Qué te duele?

  • El brazo entero -tuve que reír a carcajas- no te rías que me duele mas.

  • Pero mujer ni te he tocado -sondee la zona afectada para descartar posibles heridas internas, ella chillo de nuevo-

  • Ten más cuidado.

  • Te estoy tratando como si tuvieses el cristal atravesando la mano y resulta que no… que solo es una cortada superficial. Solo fue el escandalo de la sangre, te colocare la venda para proteger la herida.

  • Me duele -quito la mano de mi agarre-

  • Por dios, ¡que escandalosa eres! -concluí perdiendo la paciencia- no te voy a curar, se te infectara y se te caerá la mano.

  • No -por adan y eva que infantil era- mi manito -sus ojos estaban a colapsar de lagrimas- cúrame -esa faceta de niñita de ella no la conocía. Me parecía adorable

  • Quédate quieta -asintió-

  • Gracias. -ella me observaba atenta.-

  • Cortamos, colocamos bajo la mano -estaba haciendo un tutorial mientras la ayudaba- volteamos, cubrimos -Lupe me observaba atenta- ungüento, venda, protegemos y listo.-

  • Para manejar un vehiculó de carga pesada, eres muy dulce -coloque mi mano en su mejilla

  • ¿Tú dices? -me acerque y bese fugazmente sus labios- te Amo -ella sonrió en mis labios-

  • Te Amo Venecia -un suspiro se escapó en medio del beso.- gracias por todo esto.

  • Me hace feliz hacerte feliz.

  • Oh, eres muy cursí.

  • Y es tan solo el comienzo.

  • -ella me observo- no me importa vayas a soltarme, Definitivamente lo que sea que vaya a pasar será bueno a tu lado -recostó su cabeza en mi hombro-

  • A esto me refiero cuando digo que Dios es bueno.

  • El universo y sus misterios.

  • Vaya misterios -comente viendo el anillo en mi mano-

  • Lo descubriste...

  • fue Euclides.

  • Tess tiene razón. eres muy despistada.

  • Pero te tengo a ti que siempre estás atenta a todo.

  • -ella se quedó en silencio un momento- Venecia, se que hemos avanzado muy rápido -ya sabía por donde venía su culpa- ¿realmente estás segura de esto?

  • Lupita -levanto una ceja- ¿cuántos meses pase cortejándote?

  • Ocho. -confirmo ella-

  • ¿Crees que después de ocho meses de indirectas, corrientazos, golpes, llanto, borrachera -sonrió- y abandono voy a dudar de lo que siento por ti?

  • Podrías…

  • Ay Lupita… Lupita. -conecte su mirar al mío- dame tu mano.

  • ¿Para qué?

  • Para sentir tu mano en mi mano.

  • ¿Por qué? -ella siendo tan intensa como siempre-

  • -tome su mano buena y entrelace nuestros dedos- porque me gusta sentir tu mano en mi mano. -ella se ruborizó-

  • ¿Así se siente? -suspiro-

  • ¿El amor? Sí. Se siente así. -la atraje a mi cuerpo y dejé su cabeza descansar en mi pecho, bese sus cabellos- así se siente.

Por un momento nos quedamos ahí, en silencio. Ella sobre mi pecho y yo tumbada en el sofá acariciando su cabello. Sonreía y tarareaba una canción. Me gustaba toda esta oleada de sentimientos.

  • Tú haces que quiera ser mejor persona… -sentí cómo suspiro sobre mi pecho- lo mío no son las palabras, creo que lo has notado.

  • ¿Puedo preguntar algo?

  • Adelante.

  • ¿Por qué siempre limpias tu mano antes de tocarme?

  • -me ruborize un poco- desde el primer día que te ví dije que te conquistaría; pero con tu actitud cada día fuiste apagando mis ilusiones, no perdí la fe, porque me decía “¿Cómo podría ella aparecer en mi camino y dejarla pasar?” -bese su frente- una tarde te Vi en el parque haciendo ejercicio -la abrace más fuerte- te veías tan fuera de mi alcance, no creía que alguien como tú se fijaría en mí.

  • Básicamente me estás diciendo que lo haces porque te sientes no merecedora de mi afecto -me encogí de hombros-

  • Yo merezco todo lo que tengo Lupe, pero tú eres magia pura.

  • -ella levanto la cabeza para poder enfocarme- la magia… -la bese- no -la bese- existe -la bese de nuevo-

  • No uses tanto la razón.

  • Eres inigualable -soltó y volvió acomodarse en mi pecho- solo eso.

De nuevo volvimos a ese cómplice silencio y tranquilidad, me sentía sumamente conforme y feliz. Confiada, tranquila. Por un momento me quede dormitada así, con ella sobre mi pecho. Definitivamente tenia mucho que agradecerle a Dios.

En medio de mi paz, estaba plácida y comencé a sentir como poco a poco sus manos acariciaban mis brazos, se sentía bien. Sus manos subieron a mi rostro y lo tocaron, pasaron a mi cabello; Guadalupe se subió más en mi torso, sentía su aliento llegar a mi boca, nos besamos. Fue el beso más intenso que nunca nos habíamos dado, con todas las jodidas ganas del mundo. Estaba en un trance, deje salir un gemido ahogado en nuestros besos.

En cuestión de segundos comenzó a sacar los botones de mi camisa, me veía, me besaba.

  • Quiero llevarte al paraíso ese del que tanto hablas.

Se veía tan pura. Mi cuerpo se sentía lleno de éxtasis. Me aventure a tocarla, la bese con desespero. Con pasión, con amor. Toque su cuerpo que no paso desapercibido para mi inexperto instinto, la vi directo a los ojos, ella tenia la mirada llena de lujuria. Me observaba retándome. Queriendo conseguir algo.

Me acerque a su cuello y pude sentir su piel, era deliciosa. Suave como la seda. Ya sin camisa Me sentía más excitada que nunca.

  • Venecia – ella pronuncio mi nombre con su perfecta voz- ven

Le sonreí intentando besarla de nuevo, iba por ella. Y como un balde de agua fría desperté ahogándome.

  • ¿Con qué meretriz soñabas querida? -ella y esa estúpida sonrisa llena de alambres me veían de pie- te veías agitada.

Todo había sido un sueño.

  • No puede ser.

  • ¿Todo en orden? -Guadalupe tenia un tazón en su mano-

  • -negué- ¿era necesario el agua?

  • ¿Luego de escucharte gemir? Claro que era necesario -me avergoncé completamente, ¿qué me había ocurrido?-

  • ¿Qué hora es? -intente ubicarme en tiempo y espacio, era de noche, pero seguía en el sofá de mis padres-

  • Veinte horas menos quince minutos. -la mire con desprecio- siete y cuarenta y cinco de la noche.

  • -por un instante me alarme-

  • Le he pedido a tu familia que te dejara descansar, sabia que lo necesitabas.

  • Como… -me interrumpió-

  • Tus pómulos estaban opacos. -acaricio mis mejillas- y a tu frente le nace esa línea de expresión. -imagine ya no la tenia- tu madre ya esta mejor -me senté, allí note que no tenia la prótesis. Hice que ella se sentara en mi regazo- he hablado con tus padres.

  • Tus suegros.

  • Mis suegros -me beso- ¿segura?

  • ¿de casarme contigo mañana? -le sonreí- claro mujer. A las 5pm después del trabajo.

  • Si sientes que es…

  • Ocúpate de conseguir a tu padrino -le dije interrumpiéndola- no hay nada que pensar señorita Rilvers.

  • -ella sonrió- debo irme -mi sonrisa se desapareció-

  • Eso no lo veía venir -dije descolocada- me cambio y te llevo, ¿de acuerdo?

  • No, descansa, duerme. -tomo mi rostro en sus manos, por inercia cerré los ojos- novia, Tess debe estar por llegar-

  • ¿La has llamado? -negó-

  • Es un poco paranoica. Así que a las veinte horas estará aquí. -vi la hora en su reloj-

  • Tenemos aun siete minutos, me cambio en tres y…

  • podrás besarme en cuatro -tuve que reírme, reírme para disimular el asombro y su brote de valentía- ¿muy osado para una virgen?

  • Demasiado osado para mi novia la virgen Guadalupe.

Como se lo había dicho. Corrí como pude a la habitación de huéspedes de mis padres, la noche estaba fresca así que me coloque una bermuda blanca, había cogido mi prótesis que estaba al lado del sofá para volver a ponerla en mi muñón. Una camiseta negra, la chamarra del mismo color, y mis botas blancas. Estaba lista. Lave rápidamente mi cara, para salir a la velocidad de la luz.

  • Te sobraron dos segundos -su mirada me detallo, me rastreo por completo de pie a cabeza-

  • ¿Te molesta vaya en bermudas?

  • Por favor, Venecia -se levanto del mueble para acercarse a mí- me gusta verte así, natural. -beso mis mejillas, luego mi mentón, pómulos, ojos, cada espacio de mi rostro- te amo como eres. -le sonreí aun con los ojos cerrados- ya hable con tus padres.

  • ¿En serio? -abrí los ojos de golpe- ya me lo habías dicho

  • Cuando estoy nerviosa suelo repetir las cosas.

  • Ya me di cuenta -sonreí- ¿qué tal?

  • Me siento más tranquila, y ellos también, después de todo eres su única hija.

  • Hablando de hijas -comente-

  • Venezuela esta con ellos abajo, juegan algo que no entiendo, pero al parecer soy buena.

  • ¿Qué juegan? -ahora fue mi turno de levantar una ceja-

  • Es un monopolio.

  • Ah carambas… -Sonreí- ¿Miranda está jugando cierto?

  • Ella fue quien me desbanco -se sonrojo-

  • ¿Segura?

  • Quería venir a verte antes de irme. -vio su reloj-

  • ¿Es la hora? -asintió-

Me aleje de ella y fui a la habitación de antes, luego volví.

  • Ten -tome su mano y dejé allí mi celular-

  • Venecia…

  • Nada. -la mire fijamente- necesito saber de ti. No importa que no me llames, pero si te quieres volver a ir necesito saber donde estás.

  • No sé usarlo. -sonreí, ella estaba avergonzada- y tiene tus cosas.

  • No importa, serás mi esposa tienes acceso a esas cosas. Y la mayoría son juegos.

  • Venecia -la bese para evitar que la razón entrara de nuevo-

  • Solo escríbeme un sms cuando llegues a casa. Y si mañana no me quieres escribir da igual, te veré en la escuela. -la sujete por las mejillas y luego la besé- vamos.

Bajamos las escaleras tomadas de la mano y fuimos directo al portón dónde en efecto estaba estacionado un auto.

  • ¿Segura qué es ella?

  • Vamos a corroborarlo -se llevo los dedos a su boca y silbó parecía una gandolera, yo ni silbar sabía, inmediatamente sonó el claxon- si es ella.

  • De acuerdo -volví a besarla- Te Amo.

  • Te Amo Mi novia, nos vemos mañana.

  • Por supuesto. -con un poco de esfuerzo nos soltamos las manos-

  • ¿Las piernas se habían terminado? -definitivamente escucharla me daba migraña-

  • Terrible persona -la saludé- te aborrezco -ella sonrió y me extendió la mano-

  • Vamos hacer las cosas en paz. -comento mientras sujetaba su mano- también te aborrezco -le dio la vuelta a mi mano y observo el anillo-

Ambas nos observamos, el anillo era de plata, tenía 7 diamantes diminutos incrustados que hacían la forma de una ola, se podía ver los relieves que se hacía en capa y era perfecto.

  • ¿Tú sola lo descubriste?

  • No -ella sonrió- fue mi hermano.

  • Alguien deberá cocinar. -dijo con esos aires que no se de donde sacaba.-

  • Nos vamos -comento Lupita, Tess y yo nos soltamos- te veo pronto -se acercó y me besó, la abrace por la cadera para pegarla más a mí-

  • Mañana. -deje mi mano tras de su cuello-

  • no llegues tarde -Sonreí porque yo era la persona más impuntual del mundo-

  • A las 5 menos 20 estaré allí.

  • Lesbiamigas, ya… pronto estarán unidas para lo que les queda de vida, por ahora a dormir. Mañana hay clases de nuevo.

  • Que pesada es tu amiga -le dije con sus labios pegados a los míos-

  • Lo se -respondió sonriendo, aun en mis labios-

  • Como la soportas? -ella me beso- que rico beso de mi novia.

  • Demonios, que cursilería. -Terribilis se fue-

  • Me da gusto se haya ido. -nos soltamos- ¿segura quieres irte? -ella dudo-

  • Es lo mejor por ahora. -tomo mi mano derecha y la beso- hay muchas cosas que debemos arreglar para lo que nos resta de vida -la mire profundamente- lo importante ahora es que ya estamos juntas.

  • Y así seguiremos -la volví abrazar- anda, con cuidado. Te veo mañana.

Con mucha renuencia nos despedimos, ella se fue y yo solo la veía. Se iba. Pero pronto se quedaría por mucho tiempo. Espere el volvo se perdiera de mi vista para volver a dentro donde mi familia ya se había dispersado, fui directo a mi departamento, Venezuela estaba terminando de colocarse la pijama.

  • ¡Robot mamá! -sonreí viéndola desde la puerta-

  • ¿Cómo estas? -le dije acercándome a su cama- ¿cómo te sientes?

  • Excelente… -suspiro- me siento feliz. Dios es tan lindo -sonreí-

  • ¿Por qué lo dices?

  • Porque tiene razón lo que dice su palabra “clama a mí y yo te responderé”, yo le pedí tú fueses feliz -se metió bajo las sábanas- la noticia que Guadalupe nos dio ha sido maravillosa.

  • -ella me abrió un espacio, quite mis zapatos, solté mi prótesis y me acomode a su lado- Eres la mejor hija del mundo mundial. -bese su frente-

  • ¿Ya han decidido que harán?

  • La verdad, solo hemos dejado que fluya. -abrace a mi hija- sin protocolos, sin reglas. Estamos dibujando nuestro camino.

Me quede en silencio con mi hija, allí recostadas en su cama…

  • Estoy muy feliz por ti mamá. Y por mi profesora -sonreí mientras me dormía de nuevo-

Guadalupe Rilvers

  • ¿Podrías disimular la cara de estúpida que tienes?

  • Estoy enamorada -abroche el cinturón de seguridad-

  • Ni me lo digas, no se nota. -Tess estaba irritable- ¿Qué le pasó a tu mano? ¿Mucho sexo te la dislocó?

  • Un accidente nada de lo cual haya que preocuparse. -Sonreí para que olvidara el tema. A ella no sé le iba nada.-

  • Ten cuidado, no Quiero matar a la Gandolera por no cuidarte.

  • Se mi padrino -me sostuve el estómago de nuevo-

  • ¿todavía te duele? -asentí- esto debe ser una jodida broma, llevas días con eso.

  • Tomare un té al llegar a casa.

  • Tienes hasta las 12am para estar mejor o te llevaré de las greñas a un hospital.

  • Que dramática eres Tess.

Quizás la persona que estaba siendo poco dramática era yo. Suspire al ver que habíamos llegado a casa, estaba sumamente emocionada. No me creía lo maravilloso que había salido todo. Entramos, fui directos a cambiarme, Bernardo hermoso, me acompañaba mientras Tess hacia llamadas, ella siempre estaba pensando en ese aparato.

  • Aquí tienes tu maldito té, más le vale que te cure.

  • Gracias, no te preocupes, lo hará.

  • Por cierto, el teléfono de la gandolera es una maravilla. -sonrió-

  • ¿A qué te refieres? -pregunte bebiendo mi té-

  • Es el más nuevo de la colección de celulares. Tiene una capacidad increíble. Como una computadora en pequeño.

  • Si. Así, no se usarlo. Es mucha tecnología para mí.

  • Eres tan virgen Guadalupe. Te quiero. Y te me vas a casar. -ella hizo una mueca, se levantó de su asiento y beso mi cabeza- obviamente sere tu padrino.

  • ¿a dónde vas?

  • ¿a dónde te parece que voy? -negué- a dormir Lupita, a dormir, quizás me masturbe antes. Pero dormiré igual. Estoy agotada.

  • Por favor, no bebas somníferos. No son buenos para tu salud.

  • Solo porque se me acabó el frasco no beberé ninguno. Descansa pequeña. Y tú -refiriéndose al perro- también descansa.

Terribilis se fue acostar, mientras Ber' y yo nos quedamos en la sala, el dolor se calmo por un momento, quise respirar aire fresco, así que salí con él a dar una vuelta por el patio, la noche estaba preciosa, antes de salir tome el celular de Venecia y quise revisarlo. No sabía cómo funcionaba, la pantalla principal se encendió y Vi un pequeño recuadro dentro “Venecia Abrahams” lo toque y se desplegó una lista de fotografías impresionantes, eran de ella, de su familia, de su vida. Sonreí abrazando el celular como si pudiera abrazarla a ella. Levanté la vista al cielo, que hermosa estaba la noche, hermosa para comenzar a vivir, para dejarse amar.

Me quedé así por algunos minutos, pero algo paso, un mareo desconocido me invadió, el dolor de antes comenzó de nuevo, está vez más fuerte, más crudo, más vivo. Me sostuve de un árbol para no caerme, comencé a vomitar.

  • Busca a… -las arcadas volvieron- Tess -le pedí a Ber’ que me observaba preocupado. – corre, búscala.

Terribilis Ruiz

Estaba cayendo a un sueño delicioso, el orgasmo que había tenido fue maravilloso, estaba tocando el puto éxtasis, el cielo entero, veía a Michael Jackson cantando cuando los ladridos atroces del estúpido perro me despertaron.

  • ¿Qué mierda? Guadalupe, apaga a tu perro.

Él no se callo todo lo contrario, ladro más fuerte.

  • Maldita sea, si ella no te ha castrado, yo lo haré justo ahora. -encendí la luz, para darme cuenta que ella no estaba- ¿dónde está la virgen? -le pregunté cómo si pudiera responderme, él siguió ladrando y salió corriendo.-

Resignada fui con él, esperando encontrar a Lupita, y lo hice… pero el acontecimiento fue tan fuerte, que nunca espere verla así.

  • GUADALUPE -grite corriendo hacia ella- mi virgen, mi virgen. -Bernardo lloraba junto a ella- busca las malditas llaves. -le dije levantando a Lupita, para llevarla al auto.- no me hagas esto Guadalupe, por Dios, sigues siendo virgen.

Me altere al saber que era imposible llevarla en brazos hasta el otro lado de la casa. Tuve que improvisar.

  • Me matarás, pero si sobrevives yo te mataré a ti. Estúpida. –El perro me entrego las llaves y fui corriendo a buscar el carro- prende maldita chatarra, prende.

El carro se sintió amenazado y su motor comenzó a andar, pase sobre todas las plantas que tenía la virgen en el patio. Sabía que eso le molestaría pero más me molestaría a mí que ella se muriera.

  • Menos mal que eres vegana, porque pesas como el puto infierno mismo. -ella colocó su mano herida sobre mi mejilla-

  • Perdón.

  • ¿ cuál perdón? Si te mueres jamás te perdonaré, Y tú, -súbete -le reclamé al perro- vamos.

Empecé a manejar como el demonio mismo, estaba paranoica, Guadalupe se retorcía de dolor en el asiento trasero.

  • Maldición, aguanta virgen, no me hagas esto. Ya vamos a llegar.

Parecía la aparición de Cruella Devil, me pasaba semáforos en rojo, gritaba al conducir.

  • Señorita no se puede estacionar ahí.

  • Un médico, un enfermero, a Dios, necesito ayuda -le dije al vigilante que me regañaba.-

  • Llamare a un doctor.

  • Nada. No me importa, ayúdame a llevarla adentro.

Lupita había vomitado en el carro, y no paraba de quejarse. El vigilante la levanto, yo entre corriendo a urgencias.

  • Maldita sea, alguien que me ayude. Se muere.

  • Lo siento, vomité el carro -dijo como una disculpa Lupita cuando el vigilante la ingreso a urgencias-

  • Solo no te mueras estúpida.

  • ¿Qué le ocurre? -pregunto alguien con bata acercándose a nosotros-

  • Si supiera que tiene ¿cree qué la fuese traído con ustedes? Cuerda de incompetentes.

  • Señorita cálmese, o me veré obligado a sacarla de la sala.

  • Se llama Guadalupe, tiene dolor desde hace 5 días -me lleve las manos a la cabeza, estaba desesperada- le duele el abdomen, hoy se desmayo, vómito mucho en casa. La encontré inconsciente -me tape la boca-

  • ¿Ha comido algo que pueda hacerle daño? -me pregunto una pasante-

  • Es vegana.

  • ¿Tiene antecedentes?

  • ¿cuáles antecedentes? -pensaba en algo legal-

  • Enfermedades de relevancia.

  • Sí, sí, es asmática. Su padre hipertenso.

  • Muy bien. Debe esperar aquí. -me detuvo-

  • ¿A dónde la llevarán?

  • Hacerle unos exámenes, debemos saber que tiene.

  • Cuídela mucho, por favor.

Intente mantenerme de pie, pero rompí en llanto, estaba sola, mi mejor amiga estaba muriendo y aparte estaba en pijama que olía a sexo. De hecho se veía dónde había puesto mis dedos para tocarme sobre la ropa. Me maldije por un instante.

  • Tenga -me entrego el vigilante el celular que al parecer Lupita tenía en la mano, allí recordé a Bernardo-

  • El mugroso.

  • ¿Cómo dice? -pregunto el vigilante-

  • Gracias.

Salí corriendo al estacionamiento, para encontrar que una grúa quería enganchar el auto.

  • Ya llegué, lo siento señor, ha sido una equivocación, ya mismo muevo el vehículo -le dije intentando mantener la compostura.-

  • Un minuto más tarde y fuese ido peor -intente sonreír- buena noche.

Me subí para encontrarme el nauseabundo olor y al perro llorando.

  • Ella va a estar bien. No puede hacernos semejante desastre antes de casarse. -el perro aulló, no puede morir virgen. Se lo prohíbo.

Moví el carro un poco para salir de la zona prohibida, estacione, sin más opciones hice lo que ella fuese querido hacer. Tome en celular en mis manos y respire profundo, en la lista de contactos vía “mi casa”, que corriente de parte de la gandolera, pero que oportuno. Presioné llamar, esperando alguien contestará.

  • ¿Bueno?

  • ¿Gandolera?

  • ¿Terrible persona?

  • Agarrate, no quiero pierdas la otra pierna.

  • ¿Qué dices, estás loca?

  • -sollose- estamos en el hospital central, Lupita está…

  • Voy en camino.

Se reversa derecho de autor

Relato protegido por Safe creative

Hay dolencias que lastiman, que duelen, pero ignoramos y se vuelven peor, lastiman más, hacen más daño, dan más sufrimiento, por eso hay que tratarlas a tiempo, y evitarnos el pesar. Detecta, actúa, avanza.