Nunca más estarás sola 17

Lupita, mi novia bonita

Capítulo 17

Había tenido otra descompensación, no era fácil recibir esta clases de noticias, Tess me ayudo, conservo la calma y me atendió en silencio, estaba preparada para afrontar esta clase de situaciones conmigo.

  • Ya, deja de hacerme esto, -reprocho terribilis al ver que volvía en si- no puedes desvanecerte y creer que yo voy a estar bien, te lo prohíbo.

  • Lo siento, es un efecto involuntario -estaba en la tina- tienes mucha fuerza.

  • No se ni como te he traído aquí, me ha costado un infierno.

  • Gracias Tess, eres muy importante en mi vida. -Bese su mano que extrañamente sujetaba la mía- eres alguien lindo que Kelvin dejo en mi vida.

  • Ya, deja la cursilería, debes apresurarte, afuera nos esperan. Saldré a molestar.

  • De acuerdo. – con cuidado salí de la tina, camine a la ducha termine de asearme, corregí de nuevo el asunto de mi menstruación y me arregle; por un segundo me perdí en mi reflejo contra el espejo-

Ánimos Guadalupe

me decía mientras veía como la vida se me iba en un hilo. Sonreí por un momento, porque no todo era malo, aun tenia el cosquilleo en los labios por el beso con Venecia, me encantaba, y definitivamente hablaría con ella para formalizar algo. No se que ni bajo que concepto pero formalizaría lo que sentía por ella.

Esta decisión me hacia feliz, al salir de la habitación las encontré a las tres platicando. Intente mantenerme serena, que no se notara lo traicionero de mis nervios estando con ella, al subir en el vehículo de Venecia, comencé hacer señas al aire, en automático Venezuela me respondió, una niña excepcional, muy culta y aprendida, perdí la noción del tiempo mientras hablaba con ella, señas iban y venían.

Hablábamos sobre la vida, y como se sentía de feliz por lo bueno que Dios había sido con ella, su familia, esas cosas religiosas. Me mantuve a raya con mi posición teológica, solo la escuche, en medio de señas la escuche atentamente.

Llegamos a un restaurante vegano que desde hace algún tiempo había querido venir, pero mi capacidad económica era baja para asistir.

El ambiente era agradable, pero la tensión que se desataba entre Tess y Venecia me molestaba, en algún momento nuestras acompañantes se retiraron un instante al tocador.

  • ¿Me puedes decir que te pasa?

  • Ella, la culpable es ella. No yo.

  • Pero todo esta comenzando contigo

  • Dame un segundo -Atendió una llamada, bastante breve-

  • Y bien… -le pregunte- esta actitud entre ustedes es agobiante. No soporto esto, no deje a los Rilvers para encontrarme con ustedes.

  • La familia Medina del Castillo están en la ciudad por una convención de pocos días. Les gustaría que nos reuniéramos y tomáramos té. Esas costumbres que adopta la gente.

  • Me parece maravilloso, hace años no los veo.

  • Sabia te agradaría, se encuentran entre la Avenida Asthor y tercera, una casa veraniega.

  • De acuerdo.

Nuestra compañía volvió al cabo de unos minutos y aunque intente que todo fuese llevadero fracase, me estaba ofuscando, no servía para convivir bajo esta serie de mañas; sin tener mas paciencia me levante de la mesa . Salí del restaurante y detuve el primer taxi que paso.

Le indique que me llevase a la dirección de Alexandra, definitivamente no soportaría más ello, se que había hablado de formalizar algo con Venecia, pero bajo este contexto, nada pasaría.

El taxista se detuvo en una casa de campo en medio de la ciudad, se veía bastante hogareña, no parecía el tipo de casa que Alex ocuparía. Cancelé el precio de la tarifa y me fui hasta el telefonillo.

  • Buena tarde -hable- por favor, Alexandra Medina

  • Si, ¿quien es? -Reconocí el tono de Estefanía, maternal, dulce-

  • Guadalupe Rilvers

  • Virgen de Chiquinquirá. -escuche a alguien mas hablar- dame un segundo por favor.

  • -pasaron unos cuantos segundos cuando salieron todos a recibirme- Guadalupe Chiquinquirá. Que gusto estés aquí – el dulce acento de Alexandra me recibió- ven a mis brazos niña.

Alex me apretó tan fuerte que por un instante olvide que hacia allí. Luego vino Estefanía su esposa y sus tres hijos.

  • Que alegría verte después de tanto tiempo. -no me dejaban hablar con tantos mimos-

  • Por pascal, no me dejan decirte lo agradecida que estoy por estar aquí contigo. Con tu familia, que gusto.

  • ¿Recuerdas a mis niños?  -Ella los señalo- Erick, Laura y Sophia. -los fue mencionando según su edad-

  • Claro, la pequeña prodigio, par de ocasiones le di clases. -Sophia me abrazo, acepté el cariño- que linda estas.

  • Yo no te recuerdo pero mis madres me han hablado mucho de ti.

  • Si, sin duda te estiman mucho -completo Laura la oración de erick-

  • Y yo a ellas -abrace también a los niños, que no pasaban de 8 años- ya están enormes.

  • ¿Hace cuanto no nos vemos? -Comento Estefanía.-

  • Unos 3 años -acote, por un instante sonó el teléfono asumo fue de casa, Estefanía se disculpo y fue atenderlo-

  • Me da tanta alegría verte Guadalupe. -Alexandra me invito a su estudio mientras sus hijos se perdían por la casa- llegamos hace unas horas de Ibiza y solo pensamos en ustedes en verlas, estamos esperando a mi hermana, que seguramente no demora en llegar.

  • ¿Kelly vendrá? -ella asintió- por fin tendré la oportunidad de conocerla.

  • Por supuesto, ¿vino? – me ofreció-

  • aceptare la copa derivada de la atención.

  • Siempre tan diplomática usted. -ella me sirvió una copa de vino tinto- brindemos por el reencuentro. -estrechamos nuestras copas- salud

  • Salud -repetí-

  • Amor. -dijo Estefanía- lamento interrumpir, Kelly llamo, ya esta en el aeropuerto.

  • Ah, perfecto. -te importaría… -comento Alex-

  • Descuiden, yo iré por ella. Terribilis, también ha escrito, nos encontrara en un rato aquí.

  • De acuerdo amor.

  • No beban mucho vino. Esperen por nosotras para brindar todas.

  • Con gusto mi dama -Alex sonrió- no demoren, llama a mi celular cualquier eventualidad.

Estefanía se despidió y nosotras quedamos en un silencio cómplice, las observe, ellas se amaban.

  • ¿Cuanto tiempo llevan de casadas?

  • 10 años. Once próximamente.

  • Como vuela el tiempo, era solo una niña cuando las conocí.

  • Me hace feliz mi tiempo vuele con ella.

  • Se te ve muy embelesada.

  • Cada día un poco más. -suspire- ¿hay alguien haciendo eso en ti? -Asentí- ¿Quieres hablarlo?

  • Es la representante de mi alumna destacada. -bebí un poco más de vino- jamás pensé admitirlo, pero se que siento algo por ella, pero su actitud y aptitud me desconcierta. No consigo equilibrio. Un día hace todo bien y el resto de la semana hace todo mal.

  • Debes hablarlo con ella -Alex sirvió nuevamente vino, admito que era una bebida delirante, desinhibidora, a media que bebía me relajaba más - hacerle saber como te sientes.

  • Se lo he dicho, a mi manera le he comunicado que me molesta su actitud y no la tolero, pero ella no da marcha atrás.

  • Lo malo de personas como nosotras, es que quienes están acostumbrado a los matices de gris sufren mucho ya que, aunque no lo expresemos solo aceptamos blancos o negros.

  • Quiero aceptar el gris, pero me es imposible.

  • Nada es imposible querida virgen, todo es permitido.

  • Ayúdame a entender a esta mujer, ayúdame a entenderme porque me quiero con ella pero no cargando con la irritación de no soportarla.

  • Es fácil, ¿como lograste decirle lo que sentías?

  • Ella estaba ebria y su actitud hizo que se explotara mi armario de cosas pendientes por decir.

  • Así que necesitabas verla débil para sentirte fuerte, para poder hablar, algo estamos haciendo mal. – ella agito la copa en el aire, viendo a contra luz el vino-

  • ¿Cómo se lo que estoy haciendo mal?

  • Di lo que sientes por mí

  • Aprecio.

  • ¿Por ella?

  • Amor.

  • ¿Te das cuenta? Es fácil, ¡dile lo que sientes! Sencillo, sin darle mas vueltas al asunto. Desde la experiencia te hablo que darle vuelta a los asuntos es el peor error que cometemos los que estamos enamorados -la observe detalladamente porque si, tenia razón, no por nada su edad dictaba la experiencia.-

Alexandra comenzó a llenar mi copa de vino sin detenerse. Hablamos de mis sentimientos, de lo difícil que fue en algún punto para ella empezar con Estefanía. Así que solo hablamos de todo lo necesario. Le dije lo mal que me hacia sentir la conducta de Terribilis.

  • Compréndela es una buena amiga, ella es quien ha estado contigo después de todos estos años, te ha cuidado, te ha dado afecto, esas cosas no las consigues en una tienda de ropa, ha de ser por eso su actitud, y como tú, ella no conoce puntos medios.

  • Creo que me he vuelto muy cerrada a raíz de la soledad por tanto tiempo.

  • Kelly me defendió a capa y espada por muchos años, incluso cuando estuve apunto de morir tía, Kelly se la rifo por mi ante Estefanía, le grito cuatro cosas innecesarias pero ella quiso hacerlo, esa fue la mejor forma de decirle a Estefanía que daría la vida por mí, tal vez eso pase aquí, puede que el comportamiento de Tess se deba a esto, que no acepta nadie mas dañe  a alguien importante en su vida.

Sus palabras me quedaron sonando como eco, sonreí levemente porque tendría que tener una conversación con Tess muy pronto, sino no podría formalizar nada con Venecia. Un suspiro  escapo al pensar en su nombre.

  • Alguien aquí esta enamorada – como si mis pensamientos se fuesen materializados, escuche la voz de Terribilis-

  • En el estudio. -grito Alex. Segundos después apareció Estefanía acompañada de Tess, y de quien asumí era Kelly.-

El reencuentro de Kelly y Alex fue una escena memorable, hablaba del cariño que se tenían, Esmeralda por un momento se acerco a mí y con la mirada me guio al balcón que estaba en el fondo del estudio.

  • Perdón -comenzó ella, levante una ceja- no comiences con esas mierdas gestuales. Me estoy disculpando de una manera muy honesta. – tomo de mi mano la copa y bebió el vino- quiero seas feliz y si ella te dará felicidad, lo aceptare.

  • Tess, quiero agradecerte.

  • ¿Quién eres tu y que hiciste con mi mejor amiga?

  • Escúchame.

  • Esto es una trampa – repitió sin dejarme hablar- la virgen no es condescendiente con nadie, ni con el montón de mocosos a los cuales les da clases.

  • Cállate ¿Quieres.? -asintió- se que eres mi persona más cercana y has cuidado de mí  durante estos años. Me has brindado paz y tranquilidad, un regalo muy precioso de parte de Él -trago saliva-

  • Guada…

  • Escucha, ella me importa, estoy llena de miedo -acote caminando a la orilla del barandal- pero, no quiero seguir prohibiéndome no sentir, si, lo se. Mi parte emocional es la que esta hablando ahora, mientras intenta procesar todos los sentimientos.

  • Espera…

  • No, no quiero esperar, estoy ansiosa, no dejo de pensar en ella. Quiero ser transparente y decirle que la quiero -Tess sonrió-

  • No me importa lo que hagas mientras tu sangriento corazón no sufra. -mi cara se volvió roja- dilo de una jodida vez y sin filtros.

En dos minutos me hizo contarle toda la noche anterior, al final dejo la copa de lado y me abrazo.

  • Mal motivo buen impulso, esa es mi chica ruda. La que manda. -me dio una nalgada- después de todo, la virgen si se le moja la papaya.

  • Tess -no contenía mi vergüenza.-

  • Sabes que no soy amante de cualquiera que quiera llegar a tu vida, pero ya te lo había dicho, la cosa esa me cae bien, aunque desee patearle su plano culo. Es una horrible versión de lo que espero para ti,  se nota honesta en cuanto a lo que siente, pero… -aquí venia mi mejor amiga- si la gandolera esa llega hacerte sufrir por una decima.

  • Tess.

  • Nada de Tess, porque si lo hace, no le alcanzara la vida para arrepentirse. Eres mi virgen y aunque me la pase todo el día maldiciendo te venero.

  • -la observe fijamente, no podría estar mas feliz con ella- Gracias.

  • Las que te adornas mi amor -me abrazo tan fuerte que me dio tos. Golpee su espalda- que débil eres.

  • Soy de cristal -ambas sonreímos-

  • ¿Interrumpo? -dijo Estefanía-

  • En lo absoluto. -negué-

  • Bien, vengan. Queremos conozcan a Kelly.

  • Ya vamos -esa fue Tess, Estefanía asintió y se fue- ¡ay! Por el infierno apocalíptico de dante, esa mujer esta como se le pega su maldita gana.

  • Terribilis…

  • No me salgas con discursos moralistas.

  • ¿Dónde esta tu heterosexualidad?

  • Esa perra estará en una puta esquina pidiendo un aventón a la espalda de esa mujer.

  • ¿Qué pasó con los sentimientos encontrados por la otra joven de la cafetería?

  • No, eso ya pasó cariño, es aquí, ahora y los labios de ella -se quedó observando a Kelly por la puerta de cristal-

  • ¿Hace cuanto no tienes coito?

  • Dos meses -tomo la copa- y espero esta noche alguien bese mi fruta prohibida.

  • Definitivamente son las hormonas hablando -golpee su cabeza- vamos.

Entramos al estudio de nuevo para encontrarnos con nuestras anfitrionas bebiendo vino, Kelly se levanto para saludarnos. Estrecho mi mano primero. Y luego fue con Tess esta en lugar de tomarla, cogió sus brazos y beso sus mejillas. El segundo beso se prolongó más de lo habitual.

  • A lo español -alcance a oír como le decía en el odio, Alex levanto su pulgar izquierdo hacia mi en señal de aprobación.

  • Kelly Ruiz -dijo ella- un placer.

  • Placer el que debes provocar. Terribilîs Smaragdus Ruiz, -aun cerca de ella le hablo- coincidencialmente compartimos apellido y que gusto me daría experimentar en esta belleza -Tess no se andaba con rodeos, era una mujer decidida y atrevida, soltó a Kelly- te ves muy bien Alexandra. -y descarada-

  • La buena mano -comento Estefanía antes de beber de su copa, todas reímos, porque ella usualmente no soltaba esos comentarios, culpemos al vino-

Pude ver la hora en el reloj del centro y marcaban las 3:18pm. Era un buen tiempo. Empezamos a platicar de nuestras vidas, profesiones, algunas confesiones.

  • Debes hacerlo. -esa fue Kelly-

  • ¿Que? -por un instante me había perdido de la conversación, por haber ido al baño-

  • Si, debes hacerlo -acoto Alex-

  • Estoy de acuerdo con ellas -Estefanía siguió y vi a terribilis asintiendo-

  • No se diga mas, vamos hacer que lo haga. -Tess se levanto y estiro sus brazos a los lados para buscar estabilidad, era una de las mas ebrias, le seguía Alex, Kelly por ultimo Estefanía, que era la que menos había bebido, yo había dejado mi copa hace una hora, estaba volviendo a estar en mi cabales-

  • Un momento, ¿qué es esta futilidad? No entiendo. -todas me vieron-

  • Debes hablar con Venecia. -Kelly de nuevo-

  • No, ¿qué es esta emboscada? No estaba preparada para esto.

  • No necesitas estarlo. -dijo Estefanía- si lo sientes

  • Lo sabes -termino Alex viéndola, con unos ojos a medio cerrar-

  • No siento y no se nada. -de  nuevo mi razón hablando-

  • Yo conduzco. ¿Dónde la conseguimos? -levante una ceja mostrando discrepancia. Fuí completamente ignorada-

  • En la iglesia luz del camino -Tess se sostuvo de mí para no caer- todos los domingos seis de la tarde hasta las siete, muy religiosa la gandolerita -me dijo con esa picardía en su voz y el tono lejano de su cordura.- tú vas a mi lado. -Kelly le sonrió terminando su copa-

  • Andando. -ellas salieron en busca de Estefanía-

  • Me explicas-

  • No hay tiempo. Es razón o felicidad, las dos no pueden ir de la mano.

  • Pero…

  • No estas sola. Vas con dos borrachas, una ebria, una casi cuerda y Dios.

  • Desconozco al último personaje.

  • Por suerte yo no -me sonrio ampliamente, para llevarme guiada a donde estaban todas intentando acomodarse en el auto.

  • ¿Tus hijos?

  • Ellos están bien. -me dio una palmada en la espalda-

  • No hay excusas. -Tess desde el auto- Venga Guadalupita – el hipo le comenzó- sube adelante. -sin más remedio y llevada por la energía de estas mujeres subí en el asiento del copiloto al lado de Estefanía.

  • ¿Cuanto tiempo tenemos? -pregunto Tefa-

  • Este -esa era Kelly dándole vueltas al reloj en su brazo.- ah caray ya son las 12.

  • Son las 6:49 pm -corregí-

  • Puta madre -Alexandra se escucho preocupada mientras se acomodaba en el medio de Tess y Kelly- están a un suspiro de empezar a dar la paz.

  • ¿Eso que significa? -pregunte viéndolas por el retrovisor-

  • Que tenemos el tiempo justo -Estefanía no dijo nada más y se puso en marcha, no se donde quedaba la iglesia esa. Ni que se supone debía hacer, estaba en modo automático, perdida.-

  • Música maestro -Kelly encendió el estéreo, una música familiar para mi sonó-

Esto era muy irreal, las mujeres atrás iban cantando. Estefanía golpeaba el volante al compas y yo una espectadora taciturna allí, viendo como se daban las cosas.

me trajiste un aire que me dio el respiro que hoy me esta salvando, te reto a ser capaz… que quiero verte…”

La canción sonaba y me deleitaba porque sentía que calaba mis huesos con su verdad.

He conseguido respirar la vida diferente, es que quiero verte… quiero beberte boca a boca y frente a frente”

Nada más real que eso.

  • 7:10pm -menciono Alexandra-

Estefanía detuvo el auto frente a un estacionamiento, estaba un poco oscuro, ni las luces del auto eran suficiente para iluminar.

  • ¿Qué hacemos aquí?

  • Esta es la zona de estacionamiento, ve a buscar su auto.

  • Pero…

  • No, nada de perros, ve maldita sea, ve -Tess estaba muy motivada y ebria-

  • De acuerdo. -la noche estaba fría, estábamos en la época del año donde oscurecía muy pronto y amanecía muy rápido.-

Me baje y camine con cuidado, las muchachas tocaron el claxon. Voltee y con la poca visibilidad que tenia las vi sonriendo.

“Tú puedes Guadalupe Rilvers

Camine y busque la camioneta de Venecia,  no estaba por ningún lugar. Me senté abatida sobre un tronco seco que estaba frente a la iglesia. Sentía tanta ansiedad. La calle se veía sola, llena de desesperanza lleve mis manos a mi cabello.

  • Deberías lavarte el cabello más a menudo -escuche su voz ronca, pesada y cálida. Tal como lo necesitaba-

  • Una vez al mes es más que suficiente. -respondí levantándome para verla sonreír, tenía el rostro un poco inflamado aún, se veía morado su cuello. Pero por un instante me pareció la mujer mas hermosa del mundo.-

  • No puedo creer me guste alguien que se adapte a mis hábitos.

  • -levante una ceja- una cosa es la falta de higiene.

  • Y otra la necesidad de querer besar - se abalanzo a mi encuentro acariciando mis mejillas, dejo sus manos tras mi nuca – ¿puedo besarte?

  • Haznos un favor.

Ella me besó, sutil, suave, yo me abrace a su cintura y solo me deje ahí. Entendí durante la plática de la tarde que yo estaba llena de irá, de muchas molestias. Y no era culpa de ella o de los demás, eran cosas mías. Tal vez a eso se refería mi terapeuta con aceptar, asimilar, superar y avanzar.

  • Yo no soy buena con esto. -dije dejando de besarla-

  • Aquí va de nuevo. -murmuro con fastidio-

  • Mira… soy neurótica y no entiendo mucho el tema de los sentimientos reaccionando al cúmulo de emociones que me causa cuando estoy contigo.

  • Lu

  • No quieras decir una de esas expresiones tuyas tan poco ortodoxa.

  • Hay algo que quiero decirte. -me hele- y no sé cómo lo vayas a tomar.

  • No puede ser que estás saliendo con alguien más.

  • Es algo más físico.

  • ¿Tu pierna? -ella asintió estupefacta-

  • Mira, es algo de Dios. No es mi culpa, me ha costado aceptarlo y no estoy dispuesta a perder la cordura…

  • Abstente de emitir palabra alguna. Te acepto.

  • ¿Ya lo sabías?

  • Estudie lenguaje corporal -Termine diciendo más altanero de lo que creí-

  • Pasó hace años -comenzó hablando ella, mientras se sentaba en la acera frente a la iglesia. Yo me senté a su derecha-

  • No es necesario

  • Si quiero tener una sana relación contigo, debo comenzar a ser más transparente. -ambas suspiramos- era una salida de fin de semana casual, con mi familia. Íbamos en caravana a una estancia que el papá de Venezuela tenía -recordó tristemente- yo manejaba una Kia Sorento, era una de mis primeras camionetas. -suspiro- fue un sábado por el medio día de un 20 de julio, se asume era el día más feliz del aaño -rio, pero no se escuchaba feliz- Manejaba entre 60 y 80km/h, íbamos Euclides, su esposa, las niñas Amor y Fe Esperanza.

  • Hasta las últimas consecuencias. -musite, ella lo entendió-

  • La base de todo. Era un sábado decente -escuche como se quebró su voz- un hombre que irónicamente manejaba una Gandola se quedó dormido al volante termino saltándose la isla a nuestro carril, impactando la camioneta de la cual perdí automáticamente el control. -tomo aire, aunque no se lo pedí- Desperté un mes después en un hospital. Aterrada, gritando, buscando a mi familia. Sin sentido. La primera persona que Vi fue Emiliano que sujetaba a Venezuela. No tuve opción más que romper en llanto cuando quiso sentarse en la cama y terminé gritando porque creí estaba sobre mi pierna. -desvió la vista al suelo y tomo mi mano izquierda- es mi décima prótesis en estos años. -dejo mi mano descansar sobre su pierna artificial- Luego de eso, vino lo peor -pensé que lo peor era perder su pierna.

  • No es necesario. -intente sonar tranquila-

  • Mi familia me comentó que mi cuñada y sobrinas estaban con Dios.

  • Venecia.

  • Se que no crees en Él, pero están allí -no iba armar una complicada escena de teología allí cuando ella estaba llorando- el impacto fue muy fuerte y ellas no lo resistieron. Los médicos dicen que no sufrieron, murieron instantáneamente -respiro hondamente, devolviendo su mirada a mi mano sobre su prótesis, la dejé llorar- Euclides perdido el 50% de la movilidad en su brazo izquierdo y yo, pues yo gane esto -con esmero levantó su pantalón, y allí estaba-

Quedó al descubierto su prótesis.

  • Es una prótesis funcional, rara vez utilizo una estética. -con su antebrazo secó las lágrimas de sus mejillas- ocurrió muy rápido, aquel chófer también murió. Aún me cuesta vivir con la idea de tantas muertes en mi cabeza, el no tener mi pierna. Fueron muchos cambios en muy poco tiempo. -suspiro entrecortado- al principio rompí muchas prótesis porque me molestaba usarlas, no entendía porque todos ellos murieron y yo me quedé.

  • Eres tan valiente Venecia Abraham. -logre decir después de unos minutos-

  • Contigo no soy valiente, solo un humano, lleno de carne, huesos y metal.

  • No podría importarme menos esto. -acaricie su prótesis porque era para de ella- La segunda vez que te Vi supe la tenías, y la quinta vez sabía que algo me pasaba contigo. Eres un hermoso ser humano -sonrió viéndome, seque suavemente una lágrima que se paseo sobre su pómulo lastimado- me siento bien estando contigo, pero no controló la mitad de cosas que me haces sentir, mi instinto a veces me controla y habla por mi, no podría importarme menos tu prótesis porque no estoy enamora de ella, sino de ti.

  • Te quiero

  • El querer es una manifestación de posesión.

  • Coño cállate y bésame -me llevo a ella para juntar nuestros labios- ¿Quieres ser mi novia?

  • Ah… -por un instante olvide hablar- yo…

  • No quiero a tu razón hablándome, no quiero a tu cerebro pensando.

  • Es imposible que mi cerebro deje de … -y allí estaba otro beso, más apasionado que el anterior, más profundo- si -Dije cómo un suspiro que se iba de mi boca-

  • Es todo lo que quiero.

Nos quedamos en un cómodo silencio allí. Con su cabeza sobre mi hombro y mi mano en su  pierna. Todo estaba en silencio hasta que un claxon comenzó a sonar desenfrenado.

  • Por amor…

  • A Dios -completo ella besando mi mejilla-

  • Es por mí. – le susurré-

  • ¿vienes con alguien?

  • Con muchos quienes. si.

  • Ah carambas, ¿quieres ir?

  • No quiero, desearía detener el tiempo y quedarme aquí, junto a ti.

  • Seria maravilloso…

  • Pero detener el tiempo implicaría… -Venecia aclaro su garganta- Es lo mejor -me levanté para ayudarla- de lo contrario la policía llegara en 4 minutos.

  • Tranquila – con mucha audacia de puso de pie, bajo su pantalón y tomo mi mano- novia mía -sonreí anestesiada-

  • Esto no es posible -murmure viendo cómo encendían y apagaban la música, las luces.- ¿Qué pasa aquí? -Pregunté avanzando hacia ellas-

  • Guadalupita y la gan-Tess siendo tan Tess-

  • Aquí -hablo desde mi espalda-

-Gandolera. -extrañamente Venecia sonrió- ¿Ya son algo?

  • ¿Cuánto licor han ingerido? -estaba sintiendo como mi típico yo se apoderaba de mí-

  • Tres botellas más -esa fue la modelo levantando las botellas-

  • Felicidades -Estefanía me sonrió- enhorabuena, se ven muy bien, disculpa la escena, pero son muy efusivas…  será mejor volver a casa. -asentí- ¿te llevamos?

  • ¿A dónde? -Tess golpeando el cabezal del asiento de Estefanía- está con su novia, debe irse con ella -Venecia tomo firme mi cadera-

  • Necesitan a alguien cuerda -comento solo para mí a mi oído- te necesitan -me viro hacia ella acaricio mi mejilla, besos mis labios- ay lupita

  • No me digas…

  • Lupita mi novia bonita -beso mi mejilla, suspire- No me olvides.

  • Recuérdame Venecia -fue lo que salió de mi boca mientras ella se alejaba lentamente de mí-

Sonría como tonta al verla partir, subí al asiento del copiloto y Estefanía inicio el viaje a casa. Después de 30 minutos ya estábamos fuera. Terribilis cómo pudo se bajó del auto. Nos despedimos y las vimos partir con una extraña energía. Me costó tanto despegar a Terribilîs de Kelly, por poco la bajo por los cabellos.

  • Mi querida virgen debemos ir donde Kelvin. -escupio ella antes de dormirse- mañana comenzara la odisea.

-De acuerdo -nos recostamos en la única cama de mi casa-

A ella le tomo solo dos minutos dormirse, mientras yo quedé divagando en todo lo que sentía por Venecia, su historia, lo valiente que había sido y lo hermoso de todo esto. Mi razón estaba perdiendo la batalla ante mis emociones porque ya había aceptado que la amaba.

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Hoy he corrido para publicarla esto porque estoy feliz, me siento emocionada .

Hoy se ha publicado mi participación en un libro para la nueva generación de jóvenes escritores hispanohablantes. Me hace sentir cálida y feliz

Les comparto mi felicidad en estas letras.

Creo que tendremos segunda parte.

les daré una noticia... todo pasa, no importa lo malo que se vea siempre pasa.  Y puede que lo mejor no llegue enseguida, pero siempre llega,así que mientras todo está pasando, no dejen que les pase la vida, hagan lo que les gusta, abracen a quien les da paz y sean felices.

Los quiero 💋🖤