Nunca más estarás sola 13

Fue inevitable no sonrojarme, porque, aunque yo no dijese nada, estaba deseando que Venecia Abrahams me besara.

Capítulo 13

Venezuela lo estaba haciendo bien, para su edad, y su conocimiento lo estaba haciendo muy bien. En los descansos había tenido tiempo de verla y desearle éxitos. Hacer que se controlara y retomara el hilo, por segundos se nublaba y perdía la cordura necesaria para continuar. En el último receso, me le escape a Tess cinco segundos para ir hablar con mi niña.

  • ¿Qué pasa futura ganadora del Nobel? -le levante una ceja- ¿los nervios te han traicionado?

  • Para nada... -ella intento llorar y me coloque a su altura-

  • ¿Quieres continuar con esto? -ella asintió- ¿te sientes segura?

  • ¿Lo estoy haciendo bien?

  • Excelente. -tenía asegurado el segundo o tercer lugar si no respondía bien esta ronda-

  • Quiero el primer lugar. -suspiro- estoy aterrada -confeso por fin- tengo miedo de fallar en el último minuto.

  • -Sonreí tomando sus manos- pase lo que pase, has representado muy bien a tu escuela. Tus padres y familiares estarán muy orgullosos de ti.

  • Pero si no ganó, le habré fallado a usted. -comprendí su miedo cuando bajo la cabeza-

  • -coloque mi frente sobre la suya- jamás me fallarías a mí, Venezuela. Yo te fallaría a ti, si pierdes la motivación. -deje mis manos sobre su rostro- ¿te gustan los animales? -le pregunte buscando un salvavidas a su indecisión- tengo un cachorro.

  • Oh, me encantaría conocerlo. -asintió efusivamente-

  • Cuando bajes de ahí -señale el pódium- debes hacerlo con la cabeza en alto, con la mayor convicción, sin importar el resultado, Bernardo estará encantado de conocer a una campeona como tú.

  • O sea, que ¿Bernardo es un perro?

  • -asentí- tu madre lo sabe -ella hizo una mueca confusa, y esa sería la mayor confesión que podría darle por ahora a esa niña tan dulce- ve y lúcete campeona. -ella volvió asentir, pero antes de irse me dio un beso en la mejilla, luego me dio un escueto abrazo y susurro en mi oído-

  • Te quiero Guadalupe.

Me aleje del escenario de vuelta con Tess, quien no necesito saber que había hablado con la niña.

  • Estas enamorada mi querida Lupita. -Sonreí sin prestarle atención a su comentario, mi sonrisa que duro cero segundos al escuchar la categoría- ¿qué pasa? Palideciste en un momento.

  • Ella odia la historia -Tess me abrazo fuertemente, intentando transmitirme todas sus fuerzas... Si ella perdía, me dolería, porque esa pequeña, aunque sabia muchas cosas, no conocía el fracaso y esta no era la mejor forma de aprenderlo.

Los minutos fueron largos. Era una ronda rápida catorce preguntas y la de gloria. Venezuela tomaba sus manos y respiraba mucho antes de responder. Sonreía y luego volvía en sí. Había respondido 3 preguntas incorrectas, 3 de 7. Su oponente le tocaba el turno. Por primera vez desee ver al niño perder, pero al parecer sus ganas de ganar eran tantas que contesto correctamente. 5 aciertos. ¡¡¡5!!! La victoria ya era suya.

  • Un momento. -intervino uno de los jueces revisando unos papeles. - la fecha correcta fue 1492, no 1498.

Por unos minutos se reunió todo el comité, Venezuela se golpeaba la frente hasta que comenzó a recitar suavemente, tan sutil para nosotros, pero no para su micrófono que estaba encendido y comenzó a transmitir sus palabras.

  • 1428, Francia se siente libre con la aparición de Juana de Arco. 1492, Cristóbal Colón descubre el nuevo mundo. 1498, llega a suramericana en su tercer viaje de expedición. 1525, llega la papa a Europa y comienzan a cosecharla en esos años cuando menguo el alimento, siendo este su único sustento. -nadie decía nada, todos en el salón estábamos estupefactos observando a esa pequeña mientras inocente de todo seguí relatando la historia en un perfecto orden cronológico como deseaba el comité- 1543, Copérnico público su libro de los cuerpos celestes, muy bueno su libro, en 1559 Llego el tabaco a Europa, un mal año, terrible vicio, gracias a Dios en casa nadie lo usa. -mientras ella hablaba sola ahí, el comité tomo un veredicto-

  • Abrahams -ella guardo silencio y observo apenada a todos- por su valiente desenvolvimiento, y gran explicación, además de la gallardía que ha tenido para dar su explicación, cuando el veredicto la había dado descalificada, nos complace anunciarle que es usted la ganadora de estas olimpiadas Inter escolares.

  • -Venezuela palideció mientras le colocaban la medalla y le entregaban el certificado de participación-

  • Felicidades -le dijo el presentador y los miembros del comité le daba la mano-

No recuerdo en qué momento me escapé los brazos de Tess y corrí al escenario donde ella me abrazo fuertemente, yo le correspondí. Este abrazo ambas lo necesitábamos. Me hizo tan feliz ver su alegría.

  • Gane, gane. -decía mientras me abrazaba- Guadalupe gane.

  • Felicidades a usted también -me dijo uno de los directivos- yo también estaría tan orgulloso de tener una hija así.

  • Ella es mi segunda mamá -hablo mi alumna. Quede atónita- gracias, no lo habría logrado sin ti -volvió abrazarme. -

  • Te lo dije, esto para ti sería algo tan fácil.

  • Solo me relaje y todas las ideas vinieron a mi cabeza, la cronología que habíamos estudiado. Los temas conversados. -sonrió ampliamente- me siento plena.

  • Con todo el derecho.

Me baje del escenario para poder digerir sus palabras "Mi segunda mamá" con una sonrisa tonta llegue donde Tess, ella me abrazo tan fuerte, beso mis mejillas y me dijo aquello que siempre quise escuchar de papá.

  • Estoy tan orgullosa de la mujer en la cual te has convertido. Él también lo está. -asentí mientras ella acunaba mi rostro entre sus manos-

  • Buenas, buenas -esa voz... Esa jodida voz-

  • Buena tarde. -respondió Tess soltando mi rostro y tomando mi mano- ¿en que podemos ayudarle?

  • Lupita -dijo ella, por fin pude observarla, y lo que vi me horrorizó, su cuello estaba lleno de hematomas, su ropa desarreglada y su pómulo, su pómulo parecía un durazno- gracias por tu apoyo con Miranda.

  • ¿Con que ella es Venecia?

Desde que tengo uso de razón y conozco a Tess ella siempre ha sido imprudente. En cualquier momento ha sabido que NO tiene que decir para decirlo. Y justo ahora me arrepentía de haberle dicho con sumo detalle cómo era Venecia.

  • Un gusto... Venecia Abrahams. -le estiro su mano, esta vez no se la limpio-

  • Terribîlis Ruiz. -estrecho su mano dejando sobre su rostro aquella pesada mirada esmeralda, Venecia me observaba de esa manera en la cual Kelvin me veía antes de besarme, con entrega, con afecto-

  • ¿Qué le paso a tu rostro? -dijo por fin soltando su mano, la escena se estaba tornando incomoda. Para mí buena fortuna me llamo el personal de comité-

  • Con permiso.

  • Quisiera hablar contigo -Venecia me estaba tomando de la mano-

  • Debo irme -sin querer hacerlo me solté y fui con rumbo a la mesa de comité, donde solo había profesores. -

Dure aproximadamente unos 45 minutos escuchando cosas sorprendentes, hasta me pareció oír una beca estudiantil para Venezuela, si sus madres estaban de acuerdo. Oí y asentí sin prestarle atención a la mayoría de cosas que dijeron.

Cuando por fin pude escapar, ya no quedaba nadie en el instituto, a diferencia de Tess sentada en un banquillo sosteniendo la bicicleta.

  • ¡Mierda! ¿Qué demonios hacías tanto? -dijo exasperada- las malditas ganas que tengo de comer no se quitaran con lechuga, así que esperó tengas si quiera un gato muerto en ese escueto refrigerador que posees.

  • Debemos comprar algo de eso. Pero tranquila, vamos.

  • -resoplo colocándose el casco- espero el estúpido ese me haya dejado unos cuantos millones para reparar el estúpido volvo.

  • Sería mejor si compraras otro auto. -le sugerí comenzando a manejar-

  • ¿Crees que no lo he pensado? De hecho, ya lo hice, pero el maldito volvo lo amo tanto que no quiero dejar de usarlo. -Sonreí sabiendo lo especial que era ese auto- es linda.

  • ¿Disculpa? -dije tontamente. Sabiendo bien que había dicho-

  • Ya sabes de lo que hablo. -Sonreí- se ve alguien bastante ruda, pero solo en apariencia. -me abrazo por la cintura mientras comenzaba el descenso en una colina- ¿lo intentaras?

  • No lo sé, no creo funcione.

  • ¿Por qué? ¿Por qué eres educadora y ella maneja una gandola?

  • No, sabes que mis dilemas no radican en eso. -suspiré- ya te lo dije. Ella tiene una niña.

  • La cual te quiere con locura. ¿Cuál es el, pero...? -no pude responder, pero ella lo entendió- deberías intentarlo. Carpe Diem, quam minimun crédula postero.

Con su consejo en mente pase el resto del viernes. Fuimos al mercado, surtimos un poco más mi alacena, y refrigerador. Ella pago ese grotesco mercado con la condición que cocinara los próximos días para ella.

Llegado el sábado, le informe del evento que tendríamos que asistir. También le puse al tanto que pensaba donar el dinero que Kelvin me había dejado en el sobre.

  • ¡¡¡Estas loca Chiquinquirá!!! Se te fundió todo lo que tienes en el cráneo. ¿En qué estás pensando?

  • En salvar ese parque. Arréglate. Ponte guapa. Iremos, estaremos, escucharas todo lo que tengan que decir y al final de la noche me dirás si hago bien en lo que deseo hacer.

  • Pero... Pero son cien mil dólares.

  • Aunque sean trescientos, los domare todos.

  • Eres una estúpida peor que la virgen. -resoplo intentando calmarse- ¿Usaras vestido? -preguntó coqueta cambiando el tema-

  • No, sabes cuánto odio eso.

  • Excelente porque te compre esta bomba sexy para el día de hoy. -dijo sacando de la maleta un vestido original RC

  • Oh, oh, oh... Esto no es posible -dije viendo el vestido- esta hermoso, es uno de sus últimos diseños.

  • En efecto. A mí también me llego un dinerito y quise obsequiarte esto. Se que ella es una de tus diseñadores preferidos.

  • Esta precioso -deje el vestido a un lado y salte sobre ella- te amo... -bese sus mejillas y me fui arreglar con mas animo que antes-

Debía llegar más temprano que el resto de las personas, pero el volvo de Tess jamás quiso encender, y ella no me dejo ir en ninguno de los medios de transporte que poseía.

  • ¿Quien mierda tiene un convertible a su disposición y paga taxi? Oh, ya se. ¡Tú, perra!

  • Ya, yo estoy bien con mis vehículos.

Al llegar al parque donde sería el evento ya la música sonaba, algunos invitados comenzaban a llegar.

  • Pase lo que pase, disfrútate esto. -asentí queriendo hoy fuese cumplido el cometido para recuperar el parque-

Me baje del taxi y por un instante me quede petrificada. Me sentía desnuda, el vestido era blanco, con tela de encajes preciosos, llegaba un poco más abajo de mi rodilla el lado izquierdo, no me quedaba completamente ajustado por lo que me dejaba caminar a complacencia, la espalda era descubierta hasta los últimos diez centímetros antes de mi trasero. El escote era precioso en forma de C. Cubriendo mi brazo izquierdo hasta el antebrazo, donde luego la tela se volvía solo de encaje para llegar a mi muñeca, mi hombro derecho también estaba cubierto, y mi brazo quedaba al desnudo.

La C que se formaba en mi pecho mostraba el inicio de mi busto. En definitiva, Tess tenía el gusto exacto. Pero era tan exacto que más de una persona me quedo mirando, algunos no me reconocieron. Para finalizar mi atuendo, admito le quedo excelente los tacones negros de punta fina que guardaba para una ocasión especial y el peinado de princesa que Terribîlis me hizo, tomando en cuenta el maquillaje al mejor estilo de cuentos de hadas.

  • ¿Guadalupe? -me preguntó blanca corriendo a mi lado- te ves preciosa. Estas guapísima. -me observo impactada-

  • Ya, contrólate -le dije seria conteniendo una risa- debemos prepararnos para los próximos minutos.

  • Tus juegos son de lo último.

Sonreí, porque si recaudar dinero era lo que queríamos, yo lo lograría a cualquier precio. Y que mejor que jugar con algo que el ser humano no puede resistir dinero y sexo.

Mis dinámicas eran básicamente, transportar billetes de cincuenta dólares de un punto a otro sin tocar el piso para depositarlos en un contenedor donde se recaudaba parte del dinero para la obra, los participantes estarían en parejas. Debían tomar un balón de voleibol colocarlo entre ambos a la altura de su abdomen, procurar con su cuerpo llevarlo al otro lado de la cancha, con el billete de cincuenta uniendo sus frentes, a unos veinte metros desde la línea de partida, sin que nada tocase el piso

  • ¿Que planeas con eso? Debe haber una excelente recompensa aquí. -esa fue Tess luego de explicarle la dinámica-

  • Es fácil Tess, tomaran el billete lo colocaran entre ellos. Junto con el balón que debe ir en su abdomen y se moverán hasta el otro lado, al que se le caiga cualquiera de las dos cosas, pierde. Y el que llegue de primero gana un efusivo aplauso.

  • Que basura, todo esto por un aplauso.

  • Por eso me hace tan feliz participes en esto, ve y busca una pareja. -ella me miro con desconfianza-

  • ¿Participarás?

  • Quizás, tú lo harás igual necesitamos todo el dinero posible.

  • ¿Que? -me reprochó- a veces suenas como político corrupto.

  • Oye, ¡por favor! Necesito y quiero salvar este parque.

  • ¿En qué momento te enamoraste de la naturaleza? -levanto sus manos al cielo-

  • Vamos, ya comienza el evento.

Fuimos a reunirnos con las personas que se iban haciendo presentes por todo el lugar, cordialmente los ubicamos, les dábamos trago. O acompañábamos a los niños. Bueno, yo lo hacía. Tess se había ido fuera de mi alcance.

  • Gracias damas y caballeros. - dijo Emiliano- es para mí un hermoso honor tenerlos a todos ustedes aquí apoyando esta noble causa. Así que por favor. Paren la oreja, dejen atento su corazón y tengan bien abierto su limite a donar porque hoy queremos recuperar el hogar de estos animales.

La pantalla detrás de él se encendió mostrando la amplia gama de animales en peligro de extinción por falta de un hogar digno. Emiliano se dedicó a dar una breve historia de los animales, la cual termino conmoviendo a muchas personas, incluyéndome. Luego de su plática, nos pasó el mando a los colaboradores para comenzar con las actividades. El primer juego lo haría mi equipo. Estaba muy emocionada, al fondo del salón vi a Tess con un hombre tomada por el brazo, ya ella tenía pareja. Procure llamar la atención del público y explicarles cual serían las reglas a seguir, unos ayudantes dieron la demostración; solo se necesitaron tres segundos para escuchar las risas estallar. Pedimos formas las parejas.

Estaba resignada a no participar, pero su voz llego a mis oídos, de forma profunda. Cálida. Potente y llena de luz.

  • Vamos por esos cincuenta dólares cariño -su aliento me llego al cuello y me sentí débil-

  • Pero...

  • No, nada de peros. Debemos ir y ganar, quiero dinero para invitarte a salir.

Esa mujer no tenía pudor, vergüenza o mucho menos. Hoy sus heridas se veían igual de terribles que ayer, pero su aspecto era más organizado. Su cabello plateado que tanto llamaba mi atención estaba desordenado, caía a su juicio por toda su cabeza, mientras podía observar su vestimenta. Pantalones de dril negros, camisa tres cuartos color tinto, y una chaqueta de tela gruesa, más delicada que el cuero, pero igual de protectora, con el mismo corte de la camisa; sus mocasines mostaza la hacían ver diferente. Me deleite unos segundos interminables detallándola, mi subconsciente me traiciono, porque, aunque yo no quería, estaba allí atontada viéndola... hasta que ella me tomo de la cadera y me levanto.

  • Es hora. -sacó de la chaqueta el billete y lo dejo reposar en su frente, se acercó a mí para juntar nuestros rostros, colocando el balón en nuestro medio- a ganar.

Con cautela me tomó por la cadera para unirme más a ella y poder caminar, sentía nervios, su respiración caía a mi barbilla, sus ojos me veían penetrantes como un amanecer fresco, vivo, lleno de amor luego de una noche tormentosa; me hacía temblar, escuchaba gritos, veía por el rabillo del ojo personas cayendo, otras reían mientras intentaban no caer.

  • Lupita tú también caerás y RC se sentirá atrofiada. -esa fue Tess adelantando el paso-

  • Ella no puede ganar -dije suave- hay que darnos prisa.

  • Guadalupe no hables, que quiero besarte y me desconcentras

  • Deja de decir idioteces -le dije intentando mantener la cordura-

  • ¿Qué más da si ella gana? -su comentario parecía ni tener instinto de competencia

  • Que yo soy muy mala perdedora.

  • Pensé el dinero seria para el ganador -ese comentario fue más un reproche- y ¿con que dinero te invitare a salir?

  • Cada centavo es para el evento. -le dije observando su pómulo-

  • Ni lo sueñes.

  • Venecia, es por esos animales -me moví solo un centímetro y la pelota por poco cae, la risa de Tess se intensificó, Venecia me reafirmó por las caderas- joder -me estaba molestando, esto se volvía personal. - hay que ganar -reafirme tomando sus mejillas-

  • Te besare tarde o temprano Guadalupe. Eso ten lo por seguro, y no me importan las consecuencias.

Fue inevitable no sonrojarme, porque, aunque yo no dijese nada, estaba deseando que Venecia Abrahams me besara.

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Bienvenidos a otro capitulo mas

Happy pride. Me he obligado a subir este capitulo hoy para ustedes como un obsequio por la fecha que es... Me da mucho gusto.

Me uno al team #LupitaDecídete, se el final y estoy sumamente ansiosa que ustedes lo sepan. los quiero...

Han sido dias frescos, humedos y grises, pero, siempre ha un dia mas, una esperanza, un sentir, sueños... Y si todo eso se acaba, ven aqui, juntos te ayudaremos a construirlos.

Les deseo una semana hermosa, divina... Dios los bendiga, el universo los ampare.

GRACIAS POR ESTAR AQUI, me siento orgullosa de todo esto.

un fuerte abrazo desde este sofa viejo. Salud .