Nunca lo imagine así 2

Su aroma me embriagaba y lograba acelerarme el corazón

Me levante demasiado entusiasta, le prepare el desayuno a los chicos, lo serví y me fui a duchar, al terminar desayunamos juntos y nos fuimos para la universidad charlando de tonterías, en cada clase no dejaba de revisar mi celular, Carlos y Mirel parecían no recordarlo, cada quien en sus cosas, ellos se la pasan de chicos en chicas y cuando andamos en esas ni quien nos saque de nuestra burbuja, llegaron las 5 que es mi hora de salida y me puse más nerviosa si es que se podía, como el día anterior supuse que me llamaría o mandaría un texto para quedar a las 7, entonces yo le diría que fuéramos mejor a algún café, total que esperé y llegaron las 7, a esa hora llegaron Carlos y Mirel, no me preguntaron nada, ni siquiera se acordaban, Carlos se puso a Jugar video juegos y Mirel se fue directo a la recamara, después dieron las 8 y como la entrevista era para el día siguiente no tuve más remedio que escribirle a mi ex novio para preguntarle si conocía a alguien que me pudiera ayudar, me dijo que si, llego por mí a las 8:30 y nos fuimos a casa de su amigo que es asesor financiero.

-Hugo, ¿cómo me dijiste que se llama tu amigo?-

-Esteban, es un buen tipo te va a caer bien, es un tipazo ya verás-

Llegamos con Esteban lo entrevisté y charlamos de otras cosas, resultó ser un tipazo, me dio su número para que le marcara si necesitaba algo más, nos despedimos y nos subimos al coche, llevaba rato aguantando la incomodidad que me hace sentir Hugo y la molestia de que Sophie se había olvidado de mí.

-Vienes muy callada Kate, ¿paso algo?-

-No, es solo el estrés de la universidad y las tareas-

-Pero acaban de entrar-

-Bueno, cambiemos de tema-

-Está bien, porque no vienes a mi casa y te quedas, cenamos y vemos una película y así te desestresas un poco ¿Qué dices?-

-Hugo no quiero ser grosera contigo pero solo quiero llegar a mi casa y recostarme en mi cama, por favor no insistas-

-Está bien, como quieras-

Llegue a casa y ya los chicos dormían, así que me cambie de ropa y me acosté a dormir, sin cenar y muy molesta. Al siguiente día me arregle y me fui, los chicos me preguntaron porque Salí tan temprano y la verdad lo hice porque no quería que me preguntaran por la tarea.

-No me jodas, Katherine mi hermana no vino ayer, ¿y tú tarea?-

-No te preocupes le hable ayer a Hugo para que me llevara con un amigo suyo, no hay problema-

-Lo siento mucho Kate, debió surgirle algo, ni siquiera me avisó que no vendría, ¿a ti te avisó?-

-Si a ti que eres su hermano no te escribió, menos a mí-

-Oye lamento de verdad que hayas tenido que recurrir a Hugo, se lo incomoda que te hace sentir- dijo esto y note que estaba muy apenado.

-No te preocupes Carlos, olvídalo si, no quiero hablar más del tema, ¿y Mirel?-

-Está bien, no sé, no debe tardar en llegar-

Así transcurrió todo el día, decidí olvidarme de todo lo relacionado con Sophie, no sé porque me hice ilusiones, era obvio que desde un principio esto no iba a ningún lado, es mayor que yo, con otro estilo de vida, está comprometida y con una vida casi construida, y yo no soy nada aun, no tengo nada, solo soy una simple estudiante de licenciatura, que esperaba.

Al salir de clases Carlos me dijo que porque no íbamos a tomar algo al centro de la ciudad, le dije que no me sentía con mucho ánimo pero me logró convencer, pedimos de cenar y tomamos un par de cervezas, después de eso nos fuimos a la casa. Al llegar me quite los zapatos y nos sentamos en el sofá a ver la televisión.

-Le hable a mi hermana antes de ir a cenar para decirle que se olvidó de venir a la entrevista, se apeno mucho, hasta me dijo que se iba a comunicar contigo para disculparse- dijo esto con un tono burlón.

-Que! No tenías que hacer eso, te dije que lo olvidaras, ella no tiene por qué disculparse, yo entiendo que ella tenga cosas más importantes que hacer-

-No es así, ella simplemente lo olvido, no es porque le haya supuesto una molestia-

Nos quedamos en silencio viendo la tele y yo me quede pensando en ello, 20 minutos después Carlos se quedó dormido, apague la televisión, y lo desperté para que se fuese a dormir a su habitación, después baje y oí que intentaban abrir la puerta, me quede esperando y apareció Percival. Otro de los chicos que vive en la casa, y que se había ido el día de la fiesta para visitar a su madre al hospital de su ciudad natal.

-Perci, tan pronto volviste, pensé que estarías fuera al menos una semana completa-

-También creí eso, pero mama se recuperó muy rápido y me dijo que no perdiera más clases y regresara pronto ¿y tú que haces? ¿Ya vas a dormir?-

-Si tuve un día muy cansado, te parece si mañana que vuelva de la universidad me cuentas todo-

-Si claro, descansa traviesa-

Fui a la cama directamente a acostarme, pero aquella noche no sé muy bien porque no pude dormir, en la mañana no quise desayunar y me fui a la universidad sin mucho ánimo, tenía sueño y mucha desgana, ese día Mirel se quejaba más que nunca antes y faltando una hora para salir mí celular sonó, un número desconocido.

-Hola ¿quién es?-

-Hola, soy Sophie, ¿estas libre en este momento?-

-Ahora mismo no, dentro de una hora lo estaré-

-Paso por ti entonces a las 5, espérame en la salida del campus-

-Amm, OK- y colgó.

Así sin más, ni siquiera comprendía bien la naturaleza de su llamada tan repentina y tan dominante, y yo tan sumisa aceptando sin preguntar, supuse que se quería disculpar personalmente por haber quedado mal, total que terminó mi última clase y Salí del campus a esperarla, entonces vi un coche Jetta sport dorado, que por cierto es el coche de mis sueños, ella se bajó y se acercó a mí.

-¿Cómo estás?- dijo mientras se acercó a darme un beso en la mejilla.

-Hola, bien, no tenías que venir hasta aquí- ese olor 212 sexy de Carolina Herrera pensé.

-Pues no vine hasta aquí solo para disculparme, si es lo que crees-

-Entonces ¿a qué vienes?- dije un poco embriagada de su aroma y un poco molesta.

-A compensarte, te invito a cenar, ¿vienes?-

-No tienes que hacerlo, está todo bien, en serio, no hay problema-

-Vamos, además me sirve para disipar mi estrés, una buena charla y una deliciosa cena me vienen estupendamente- dijo y sonrió maravillosamente, hasta parecía brillar.

-Está bien, si te sirve de algo entonces voy-

Nos subimos al coche, encendió el aire acondicionado y por si me hacía falta embriagarme más de su aroma toda la atmosfera y el encierro del coche no ayudaron mucho, me encanta su aroma, ese dulzor suave producido por la mezcla de su olor corporal combinado con el perfume, igual que un catalizador solo aceleraron mi ritmo cardiaco al ir pensando en eso y mis ganas de acercarme y hundirme en su cuello a respirarla completamente.

-Y bien Kate… ¿te puedo decir así?-

-Si, por supuesto-

-Te gusta la italiana o ¿prefieres japonesa?-

-Las dos me gustan, aunque en este momento me apetece la italiana-

-Vaya me leíste la mente bruja, conozco un lugar en donde preparan unos raviolis exquisitos-

-¿Puedo hacerte una pregunta indiscreta?-

-Qué miedo, a ver dime-

-¿Qué edad tienes?-

-¿Y tú?-

-¿Yo pregunte primero?-

-¿Es importante?-

-¿Quieres responderme ya?- dije riendo.

-Bien, tengo exactamente 29, hace tres meses fue mi cumpleaños ¿y tú?-

-23- dije nerviosa porque no quería que hubiera un silencio incomodo que se venía ahora.

Atrapadas en aquel silencio, después de 5 minutos más de viaje llegamos al restaurante, pedimos mesa y nos sentamos y llevaron las cartas.

-¿Qué piensas pedir tú?- me pregunto indecisa.

-Estoy entre las albóndigas y la lasaña, dijiste que querías raviolis ¿no?-

El mesero se acercó y ella le pidió traer un merlot.

-Sí, vi la carta y ahora no estoy tan segura… pediré mejor pasta, ¿qué será?- se pregunto así misma haciendo un puchero que me pareció muy tierno y reí con ternura por su gesto.

-¿De qué te ríes?- me pregunto sonriendo.

-Del puchero que hiciste-

-Mejor pediré pizza margarita, es deliciosa-

-Eres muy indecisa- dije riendo.

-Pues trato de tomar las decisiones correctas, aunque no creas que estoy muy segura de la pizza margarita-

-Entonces piénsalo un poco más, debe haber algo que te parezca más apetitivo-

-Si lo hay, pero lo dejare para otra ocasión-

¿Qué se supone que eso quería decir? Me preguntaba, la comida llego, nos sirvieron vino y me dispuse a tomar mi copa y me percaté de que ella miraba atentamente mis movimientos.

-Tienes manos muy hermosas me dijo, y dedos largos, serias buena tocando el piano-

-De hecho toco el piano, también me gusta el cello pero no me he animado a aprender-

-¿En serio? Me gustaría escucharte tocar, soy aficionada a la música clásica, en especial me encantan las sonatas para piano- dijo un poco sorprendida-

-En ese caso puedes ir a la casa cuando tengas tiempo, tengo un piano en mi habitación, apretujado entre todas mis cosas pero me gusta tenerlo ahí, me recuerda a la casa de mis abuelos en el campo, solían tener un piano ahí, mi abuelo me enseñó a tocarlo, todas las vacaciones de invierno iba y me enseñaba día y noche, cuando aprendí a tocarlo muy bien me encantaba tocar para él y para mi abuela, en invierno las notas logran calentarte y son reconfortantes… lo siento, me deje llevar por los recuerdo-

-No, está bien, es una historia muy linda, entonces iré te mandare un texto cuando tenga tiempo libre-

-No quiero ser inapropiada pero ¿te casaras pronto?-

-Dentro de 3 meses, Ferdinand mi prometido quería casarse cuanto antes pero quiero que todo sea organizado con el tiempo correcto como para ser perfecto-

-Es todo lo que cualquier mujer desearía, tener una boda perfecta-

-¿Tú quieres una boda perfecta?-

-Yo no suelo pensar en el matrimonio, no creo que todas las mujeres hayamos nacido para casarnos y tener hijos-

-¿Feminista?-

-Quizás un poco- solté mientras reía por su pregunta tan directa-

Terminamos la cena y me llevo a casa, detuvo el coche y me despedí de ella, desabroche mi cinturón y quise abrir la puerta pero esta no abría y no tenía el seguro, en eso ella se estira de su asiento y trato de abrirla, su torso quedo a escasos centímetros de mi regazo y mi rostro, sentí su aroma impregnándome nuevamente, en eso se gira hacia mí y quedamos por un momento viéndonos tan cerca.

-la abriré por fuera- dijo quitándose rápidamente.

Me abrió por fuera y me dijo que lo llevaría al taller para que lo arreglaran, me recordó lo del piano, entre a casa y ella se fue.