Nunca la había visto asi...

Llegar pronto a casa después de una cena puede darte más de una sorpresa.

Nunca la había visto así

Era viernes por la noche, había estado cenando con unos amigos y lo que tenia que ser una larga noche de fiesta acabo siendo solo una cena. Al acabar nos despedimos y cada uno para su casa. No tuve problemas para aparcar. Subí las escaleras sin hacer ruido, ella estaría en el primer sueño, apenas eran la una. Abrí la puerta con sumo cuidado, como un ladrón de guante blanco… Era el inició de una grata sorpresa

Una vez dentro pude ver que había algo de luz en el comedor, lo que me estaba dejando sorprendido era lo que estaba oyendo. A mi oído llegaba la voz de un hombre, no entendia lo que decía pero por los suspiros de ella no era necesario saber más. Confuso me acerque despacio, intentando no ser descubierto, no me podía llegar a imaginar la situación y al mismo tiempo quería verla, era todo muy extraño. Ya estaba más cerca y pude distinguir claramente, por lo que oía, que allí había más gente. Se distinguía perfectamente la voz de otra mujer. Cerré los ojos y por unos segundos imagine la escena, en mi propia casa mi mujer se estaba montando un trío con otra pareja, era imposible! Durante esos segundos, que fueron eternos, me embargo un sentimiento de rabia. Estaba furioso aunque no sabia si era por lo bien que se lo estaban pasando o por no saber del tema. Era cuestión de zanjar tanta imaginación e ir a ver realmente que estaba pasando. Oculto en la oscuridad del pasillo mire hacia el interior. No podía ser verdad lo que estaba viendo con mis propios ojos, estaba ella sola. Y las voces que estaba oyendo? Era simplemente una película, una de mis películas. Hice memoria, nunca habíamos visto una juntos. Tenia algunas guardadas en el fondo de algun cajon. Una vez recobre la cordura y deje de decirme a mi mismo "idiota como se te ha pasado algo así por la cabeza…", me centre en mirarla. Ante todo hay que decir que tenemos un sofá grande, no tanto como nos gustaría pero las dimensiones de la sala no dan más de si. Estaba tumbada en la parte corta del mismo medio tapada con una manta, sus ligeros movimientos habían hecho que una de sus piernas quedara al descubierto, estaba cubierta hasta la cintura. Solo podía ver una de sus manos, la otra podía adivinar por donde se encontraba. Sus ojos estaban entrecerrados y no parecía estar viendo el televisor, o al menos eso creía yo. Una parte de mi estaba deseando ir a por ella pero la curiosidad estaba ganando la partida.

Me queda allí inmóvil, junto a la puerta, como un extraño en mi propia casa. Poco a poco fue subiendo la temperatura del ambiente, la mano que hasta el momento tenia a la vista se refugio bajo la camiseta en busca de uno de sus pechos. Lo estaba disfrutando, su cara lo decía todo, su respiración la delataba. La mano derecha apareció de debajo la manta para hacer que esta cayera al suelo. Entonces pude verla en todo su esplendor, solo llevaba una camiseta, mía por cierto, que podía perfectamente usar de camisón. La izquierda no dejaba en ningún momento de acariciar sus pechos. Lo hacia de forma suave, siguiendo su contorno, se intuía por los movimientos bajo la prenda. No estaba seguro que no hubiese notado mi presencia pero tampoco había nada que hiciera suponer lo contrario. Su mano derecha estaba buscando algo entre los cojines. Rápidamente adivine que estaba buscando, lentamente apareció el ultimo juguete que le había regalado. Estaba funcionando, lo podía oír. Se lo llevo despacio a la boca, la escena me estaba dejando atónito, digna de cualquier escena pornográfica, lo humedeció con la punta de la lengua recreando cada movimiento, aquello ya empezaba a desbordarme. Volví a abrir los ojos y para entonces parte del vibrador había desaparecido en su boca. Aquella imagen me nublo la vista, aparecieron por mi mente imágenes pasadas. En la cena apenas había bebido dos copas de vino, todo aquello no era producto de mi calenturienta imaginación, lo estaba viviendo, las imágenes se quedaban gravadas en mi mente a cámara lenta y yo como espectador exclusivo. Una vez húmedo lo paso por encima del pecho de camino a su destino final. Hubo un alto en el recorrido, unos segundos sobre su estomago para deshacerse de la camiseta más cómodamente. Igual que en un striptease no existía la noción del tiempo, no lograba entenderlo. Volvió a pasar por sus senos pero ahora concentrado todo su poder en los pezones, ya por aquellos momentos ya estaban más que excitados. Retomo su camino, estaba cerca, lo apretó entre sus piernas para notar aun más los rítmicos movimientos. Su cuerpo se electrizo, dejo de acariciar sus senos para acompañar al juguete en su ardua tarea de saciar aquel cuerpo. Por momento su cara apuntaba hacia donde yo estaba pero sus ojos estaban cerrados, yo por instinto me ocultaba. Al volver a la posición inicial el aparato ya había desaparecido. Mirando su cara era fácil saber que estaba gozando. Su boca entreabierta, sus labios húmedos, sus ojos cerrados, sus facciones marcadas, su respiración agitada

Su cuerpo empezó a ponerse rígido, era inminente, el clímax llegaría en cualquier momento. Yo seguía allí, quieto, parado, congelado con la situación. Alguna vez la había imaginado en alguna de mis sesiones solitarias, pero ahora una vez llegado el momento mi cuerpo no obedecía y mi mente solo estaba siguiendo la situación. Pude escuchar claramente como se le escapada un pequeño grito antes de morderse el labio inferior. Esperaba que apagase el juguete y entonces yo haría mi entrada como quien no sabe de que va el tema. Lejos de eso, seguía vibrando. Una de sus manos volvió a los cojines y apareció un pequeño plug con vibración que usábamos algunas veces. Mi cuerpo ya no podía soportar tanta presión, estaba a punto de estallar. Se llevo el plug a la boca y lo humedeció. Al ver que se levantaba di dos pasos atrás para adentrarme más en la oscuridad del pasillo. Espere unos segundos antes de volver a mirar y deseando que no apareciera por la puerta. Solo de pensar que me viera allí escondido se me caía la cara de vergüenza. Lo que creía que era insuperable se quedo atrás después de ver la siguiente escena. Cambio de lado, ahora estaba en la zona larga. Con las rodillas en el asiento y sus pechos apoyados en el respaldo. Me daba la espalda, ahora podía mirar más tranquilo, o eso creía yo. Su cuerpo ya era puro placer, los dos juguetes se encargaban de ello. Los gemidos eran cada vez más claros. Tenia las piernas apretadas y las maños separadas en el respaldo, una de ellas se soltó para ir a buscar el primer dildo, estuvo jugando un rato con él. Lentamente fue sacándolo para saborear toda su longitud.

Una vez fuera dejo de funcionar. Lo siguiente fue escuchar claramente:

Vas a venir o te quieres quedar toda la noche mirando?

Dios! Pensé para mis adentros, me quedé paralizado al oír su voz, por unos segundos era un adorno mas de la sala, reaccioné y los botones de la camisa fueron saltando por los aires, no estaba dispuesto a perder ni un segundo que aquella larga noche que di por acabada por una juerga a medias. El resto lo podéis imaginar, o no? Los detalles en un siguiente relato. Un abrazo y a disfrutar todos.