Nunca es tarde (10) y final

Llega el fin de la historia.

Ana se acurrucó en su lado de la cama. Estaba agotada. Juanita y Pedro se fueron a su cuarto. Se acostaron en la misma estrecha cama.

-¿Te ha gustado cumplir tu fantasía, Juanita?

-Umm, ya lo creo. Ha sido increíble.

-Creo que a mamá también le ha gustado.

Juanita tenía su cabeza apoyada en el pecho de Pedro. De repente, se sintió triste. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¿Qué te pasa, Juanita?

-No...nada.

-¿Cómo que nada? ¿Por qué lloras?

-Porque soy feliz.

-Esas lágrimas no son de felicidad.

-Es porque  esta felicidad que siento terminará.

-¿Por qué dices eso?

-Seamos realistas. Te doblo la edad.

-Eso no me importa.

-Ahora no, pero dentro de unos años, sí.

-Ya se verá.

-Además, tú....debes buscar una mujer con la que formar una familia.

-Jajaja, Juanita. Las mujeres no se buscan. Aparecen.

-Pero tú tienes que poner de tu parte.

-Juanita, no te puedo decir lo que pasará dentro de un tiempo. Lo que te puedo decir es que ahora mismo no hay más mujer en mi vida que tú. Que tú y.. mamá.

Lo abrazó fuerte. Al rato, los dos dormían.

Por la mañana Pedro se despertó al sentir una mano que acariciaba su polla. Era su madre.

-Buenos días, Pedro.

-Uohhhh, buenos días, mami.

-Tú tía me ha contado tu fantasía  - le dijo antes de meterse la polla en la boca  y empezar una lenta mamada.

En ese momento entró Juanita, que había ido a hacer pis.

-Hey, te dije que no empezaras sin mí. Hazme un hueco.

Pedro aún no se había despertado del todo y tenía a dos mujeres chupándole la polla.

-Ummmm mami, Juanita...esto si que es despertarse con buen pie.

Mientras una chupaba la punta, la otra lamía todo el tronco. Luego cambiaban. Pedro las miraba. Le encantaba ver como aquellas dos mujeres se peleaban por su polla, por tenerla más tiempo dentro de sus bocas. De vez en cuando ellas se besaban.

La mamada se hizo más profunda.  Pedro tuvo una idea.

-Juanita, porque no te sientas en mi cara?

-Ummmmmm sí, sí,

Hicieron un 69 mientras, Ana, entre las piernas de Pedro, seguía chupando. Ahora Juanita chupaba y gemía. La lengua de Pedro en su coñito le daba mucho gustito.

-Aggg, Ana...que lengua tiene tu hijo.

La sentía a la entrada de su vagina. En sus labios vaginales. En su clítoris. Y hasta en su culito. Si él seguía así, no tardaría en correrse. El detonante de su orgasmo fue cuando Pedro le metió un dedo en su culito. Apenas pudo gemir, porque Ana cerró su boca con un beso. Cuando pudo hablar le dijo.

-Ahora te toca a ti.

Cambiaron de posición. Juanita entre las piernas y Ana sobre Pedro.  Se repitió lo mismo. A los pocos minutos la cara de Pedro se llenaba con los jugos de Ana.

Pedro se puso en pie.

-Venid aquí, chicas.

Las hizo arrodillar delante de él. Juntó sus caritas. Les acarició la cara con su polla. Ellas sonreían. Fue alternando entre boca y boca hasta que no pudo más.

-Me voy...a..correr...

Las mujeres esperaron la ducha de leche caliente. No se hizo esperar. Cada una de ellas recibió en su carita una buena parte. Pedro admiró su obra.

-Estáis preciosas.

Ana y Juanita se miraron. Luego se besaron y se limpiaron la una a la otra, tomándose la rica leche de sus caras. Quedaron limpitas.

Pedro y Alberto se fueron a trabajar. Las mujeres se quedaron en la cocina, desayunando.

-Lo de anoche no me lo esperaba - dijo Ana

-¿El qué?

-Que compartieras a los hombres conmigo. Se suponía que anoche eran los dos para ti.

-Pudieron con las dos, no?

-Ummm, ya lo creo. Me encantó sentirlos a los dos dentro de mi.

-Lástima que a Raúl no le gusten las mujeres

-JUANITA!!!! jajaja. Te estás volviendo una viciosa de cuidado.

-Ummm, si con dos fue tan rico, imagínate con tres! Jajaja.

-Seguro que ya estás mojada de pensarlo.

-Ummm, jajaja, como un lago.

-¿A ver..?

Ana metió su mano debajo de las bragas de Juanita. Efectivamente, estaba muy mojada. Le pasó los dedos por la rajita.

-Me parece que este coñito necesita mimitos.

-Ummm, sí....¿Le harás mimitos?

-¿Qué prefieres...mimitos o que te coma el coño?

-Que me lo comas.

-Ven conmigo.

La cogió de la mano y la llevó al dormitorio. En la cama grande estarían más cómodas. Se desnudaron y se acostaron. Enseguida habían formado un 69. No tenían prisa. Se lamieron la una a la otra despacito, gozando de las caricias de la otra. Tuvieron varios orgasmos suaves, pero placenteros. Luego estuvieron largo rato abrazadas.

-Ana, hace poco tiempo yo estaba en el pueblo, y mírame ahora. Con vosotros y gozando del amor como nunca imaginé. Me gustaría que durara para siempre.

-Aunque Pedro se vaya, nunca se irá del todo. Además, siempre me tendrás a mi. Y a Alberto.

La besó con amor. Con mucho amor.

-¿Vamos a preparar la comida?

-Vamos

Después de comer, Juanita y Pedro fueron a la cama. Ella lo necesitaba. No tuvieron sexo. Sólo estuvo abrazada a él, que le acariciaba el cabello y la besaba de vez en cuando. Ella cerraba los ojos y se imaginaba que ese momento sería para siempre.

Al rato, vino Alberto a buscar a Pedro para volver a la oficina. Juanita se quedó en la cama y se durmió.

Un par de horas más tarde, cuando despertó, Ana estaba abrazada a ella, dormida. Quería a su hermana. Amanda a su hermana. Largo rato estuvo mirándola dormir junto a ella. Hasta que abrió los ojos.

-Ummm, que rica siestita me he echado.

-Y yo.

-Vámonos de paseo

-A donde sea.

-Vale.

Se pusieron guapas y se marcharon. No hicieron nada especial. Solo dar vuelas, mirar escaparates. Merendaron en una cafetería. Se dieron cuenta de que los hombres maduritos, y algún que otro jovenzuelo, las miraba. Las hizo sentirse bien. ¿Qué mujer no se siente bien al sentir las miradas de los hombres en ella?

-Hoy no tenga ganas de preparar la cena. Llevemos algo, vale?

-Vale Ana. ¿Cómo qué?

-Uf, podemos llevar una pizzas, comido china, pollo frito, hamburguesas, bocadillos....Hay muchas posibilidades.

-Elige tú.  Me gusta todo, creo.

-Pues unas pizzas. A Pedro le encantan las de la pizzería de la esquina de casa. Con dos familiares tenemos de sobra.

Cuando Pedro entró en la casa al llegar del trabajo y olió, los ojillos se le iluminaron.

-PIZZA!!!!! ¿Es de la pizzería de abajo?

-Por supuesto.

-WOW!! Pues estoy muertito de hambre.

-Pues data una duchita y cenamos.

Alberto besó a Ana y le dio una nalgada cariñosa a Juanita.

-Hola cuñadita.

-Hola cuñadito! jajaja

Casi se comen hasta las cajas de las pizzas. Menos mal que había algo de postre.

En el salón, Pedro reposaba la cena.

-Uf, estoy que reviento.

-Es que eres un brutito. Te comiste tu solito casi una pizza entera.

-Es que están tan ricas.

-¿Ponen alguna película en la tele? - preguntó Juanita.

-A ver....sí, ponen varias.

-Pon alguna romanticona  - pidió Juanita.

Ummm...Viernes 13, segunda parte. Esta no. Los albóndigas en remojo. Tampoco. Yo, robot. Ummm, el negrito está buenorro, pero no. ESTA!!

-¿Cual?

-Mientras dormías, con Sandra Bullock

-No me suena.

-Es muy bonita. Te va a gustar.

Cada pareja cogió un sofá. Las mujeres abrazadas a sus hombres. La película le gustó mucho a Juanita. Alberto se durmió. Cuando empezó a roncar, Ana los despertó de un codazo en las costillas.

-Pero mira que eres....Tienes el romanticismo en el culo.

-Anita, pero si ya la he visto. Y la Bullock esa no me gusta

-¿Que no te gusta? Cómo sois los hombres. Si la pillaras en pelotas a ver que dirías.

-Como mujer tiene un polvo. Me refiero a como actriz.

-JA!!! Ya nos salió el Spielberg que llevas dentro!

Los cuatro rieron.

-Pues Spielberg se va a la camita, que mañana tengo películas que rodar. Buenas noches a todos.

-Me voy contigo. A ver si escribimos un buen guión antes de dormir - dijo Ana acompañando a su marido.

Juanita y Pedro terminaron de ver la peli.

-Me ha gustado mucho.

-No está mal. Vamos a la cama?

-¿A ..dormir?

-¿Tienes sueño?

-No

-Yo tampoco.

Sus bocas se pegaron. Abrieron sus labios y sus salivas se mezclaron.

-Pedro, no sé como lo consigues...pero me haces desearte a todas horas.

Una mano de Pedro atrapó uno de sus pechos. Lo amasó con dulzura. Su boca estaba en el cuello de Juanita, que había echado la cabeza hacia atrás.

-Ummm, mi vida..como te deseo...como te amo...

Abrió sus piernas cuando sintió como la mano de Pedro acariciaba la cara interna de sus muslos..y fue subiendo lentamente hasta llegar a sus braguitas. Acarició la rajita del coño sobre la braga, pasando el dedo a lo largo de la hendidura. Las bragas se fueron mojando.

Cuando las bocas volvieron a encontrarse, la mano de Pedro se introdujo bajo la braguita, acariciando ahora directamente el coñito. Estaba babosito, caliente.. El dedo corazón frotó el clítoris.

Pedro se separó un poco de ella, para poder mirarla. La masturbaba con delicadeza. Sus miradas estaban fijas el uno en el otro. Juanita respiraba por la boca. Sus labios estaban resecos, y su lengua los humedecía. Cerraba los ojos de vez en cuando.

-Pedro....

-Dime...mi amor.

-Te quiero.

-Y yo a ti.

Por los movimientos del cuerpo, por su mirada, Pedro supo que Juanita estaba a punto de correrse. La tocó más profundamente. Su respiración se aceleró, hasta que de repente se paró. Cerró los muslos, atrapando su mano entre ellos, su cuerpo se tensó y fue atravesada por un fuerte orgasmo. Su cara mientras se corría era preciosa. Se reflejaba en ella el placer que sentía.

Cuando comenzó a relajarse tras la tensión del orgasmo, la volvió a besar.

-Mi vida...como conoces mi cuerpo..

La cogió de la mano y fueron al dormitorio. La desnudó completamente. Ella a él, también. Cayó de rodillas delante de su hombre. Lo miró a los ojos. Luego bajó la vista. Al alcance de su boca, su dura polla.

No tardó en tenerla en la boca. Con mimo, con dulzura, la chupó. Su cabeza iba y venía a lo largo de aquella dura barra que tanto placer le daba. Combatiendo el reflejo, consiguió meterla casi toda dentro de su boca. Pedro gemía de placer. Notó la llegada de su orgasmo. Pero no deseaba acabar aún.

Tomó a Juanita de los hombros y la hizo levantar. Se fundieron en un nuevo beso. A Pedro le gustaba mirarla cuando hacían el amor. Ver su cara de placer. Ver su cuerpo. A ella también le gustaba mirarlo a él. Pero ahora deseaba sólo sentir. Así que apagó la luz. La habitación quedo en oscuridad casi total.

A tientas se acostaron. A tientas Juanita se subió sobre Pedro. Y a tientas se sentó sobre la polla, clavándosela hasta el fondo de su caliente coñito.

-Ahhhhhhhhhhhhh...estás dentro de mi...

No se veían, pero se sentían. Oían sus respiraciones. Las tetas de Juanita fueron acariciadas por dos manos invisibles. Después por una boca invisible. Ella se movía arriba y abajo, penetrándose.

Pedro la abrazó y la atrajo hacia el. Rodó por la cama quedando ahora encima de ella. Con sus bocas fundidas en un beso empezó un lento bombeó, aumentándolo poco a poco de intensidad.

Las piernas de ella rodearon su cintura, apretándolo hacia si. Tenían los ojos cerrados. No había que tenerlos abiertos, pues no veían nada. Con ellos cerrados se podían concentrar más en el placer que sentían.

Juanita notaba claramente como la polla entraba y salía de su coño, frotando al hacerlo su sensible clítoris. Pedro sentía las paredes de su vagina acariciarlo mientras la penetraba

-Ahhhhh me vas a llenar de ti?

-Sí...te voy a llenar de mi....

-Pedro, mi vida. Estoy a punto de correrme.... Cuando siente como me llenas nos correremos juntos...

Y así fue. Cuando la polla de Pedro empezó a soltar su caliente carga en lo más profundo de su coñito, el orgasmo la atravesó de arriba a abajo. Seis..Siete...hasta ocho calientes chorros de semen sintió Juanita llenarla por dentro, hasta rebosar de su sexo y escurrirse por su culito hasta las sábanas.

Minutos después, Pedro dormía, plácidamente, a su lado. Juanita pensaba. Había sido una tonta al entristecerse por el temor a que Pedro la dejara.

Nada dura eternamente, se dijo. Nada es para siempre. Mientras dure, disfrutaré de mi vida junto a Pedro. Junto a Ana. Junto a Alberto. Y si algún día las circunstancias son otras, ya se verá. Ahora soy feliz. Ahora estoy completa.

Se durmió con una sonrisa en los labios, abrazada al hombre que la había hecho nacer de nuevo.

FIN