Nunca en soledad

Querido lector: Pido disculpas por mi humilde poema, perdón por la métrica y la rima. Solo pretendo enviar un canto sentido y un homenaje merecido. Gracias.

Nunca en soledad

Es difícil saber que te llevó a marchar,

que te movió a olvidar todo y a todos,

arrastrado en tu angustia y sufrimiento,

en tus secretos, tus desvelos… tus sentimientos.

Contigo aprendí muchas cosas… tantas cosas

viví en carne propia tus escritos,

descubrí nuevos mundos en tus letras,

me alegré de ver en ti tanto talento

Cada frase tuya escondía un regalo,

una estrofa envolvía celosa la siguiente

como un canto de ballenas en la noche

adornando con maestría cada verso.

Me sentí una alumna aventajada

con ganas de aprender de cada historia

disfrutando con su estilo y su armonía

descubriendo en tu relatos, mi relatos.

Ahora no estás, si, ya te has ido

quizás a otro mundo o a otro cuerpo,

quizás a otro cielo o a otra vida

quizás estés aquí, aún… todavía.

Estés donde estés, te recordaré

porque fuiste, eres y serás grande,

tan enorme que nunca se te podrá olvidar

y nunca dejaré de agradecerte haber existido.

Estoy triste por tu ausencia

me siento sola, huérfana, herida

desde aquí quiero darte mi abrazo más querido

y que con su calor no te sientas nunca en soledad.

Adiós a un autor de los mejores, colega, amigo, maestro

Adiós Vudú Blanco.

Lydia