Nunca en soledad
Querido lector: Pido disculpas por mi humilde poema, perdón por la métrica y la rima. Solo pretendo enviar un canto sentido y un homenaje merecido. Gracias.
Nunca en soledad
Es difícil saber que te llevó a marchar,
que te movió a olvidar todo y a todos,
arrastrado en tu angustia y sufrimiento,
en tus secretos, tus desvelos tus sentimientos.
Contigo aprendí muchas cosas tantas cosas
viví en carne propia tus escritos,
descubrí nuevos mundos en tus letras,
me alegré de ver en ti tanto talento
Cada frase tuya escondía un regalo,
una estrofa envolvía celosa la siguiente
como un canto de ballenas en la noche
adornando con maestría cada verso.
Me sentí una alumna aventajada
con ganas de aprender de cada historia
disfrutando con su estilo y su armonía
descubriendo en tu relatos, mi relatos.
Ahora no estás, si, ya te has ido
quizás a otro mundo o a otro cuerpo,
quizás a otro cielo o a otra vida
quizás estés aquí, aún todavía.
Estés donde estés, te recordaré
porque fuiste, eres y serás grande,
tan enorme que nunca se te podrá olvidar
y nunca dejaré de agradecerte haber existido.
Estoy triste por tu ausencia
me siento sola, huérfana, herida
desde aquí quiero darte mi abrazo más querido
y que con su calor no te sientas nunca en soledad.
Adiós a un autor de los mejores, colega, amigo, maestro
Adiós Vudú Blanco.
Lydia