Nuevos vecinos y cámara espía (9)
Aparece una nueva protagonista delante de mi cámara espía.
— Hola vecino… ¿dónde vas tan temprano?— le pregunto al vecino del 3-D
— Salgo de viaje. Mi empresa ha organizado unas charlas de reciclaje y nos obligan a ir a la central. Estaré fuera hasta el jueves (esto significa que su esposa estará sola durante tres días y dos noches)
— Vendrá mi hermana pequeña a estar con Daniela…le da cosa estar sola por las noches— añade intentando contrarrestar la cara de sorpresa que seguro ha visto en mi.
— Cualquier cosa que necesite…solo tiene que llamar— le digo servicial.
— Gracias…pero las dos se las arreglan bien, juntas son tremendas…jejeje. No te preocupes—
Eso lo tendré que ver yo mismo. Si Pedro supiera…las buenas pajas que me he hecho viendo a Lucia… y ahora quizás con el aliciente de conocer a su sobrina. Estoy deseando que llegue la noche para asomarme a su habitación a través de la cámara espía que les instale frente a su cama.
— Oye…por cierto… ¿tú sabes cómo se instala el router pirata para sintonizar gratis TeleSports?. Me gustaría tenerlo en la tele para ver la NBA por las noches.
— Claro, si quieres te compro el aparato y cuando vuelvas te los instalo— le digo viendo que se me abre la oportunidad de volver a trastear en su dormitorio y así poder instalar una nueva cámara más potente, con más ángulo de visión y esta vez…con audio.
— Gracias. Eres un tío grande…un día tenemos que quedar y nos tomamos unas birras…le diré a Daniela que te invite a cenar algún día. Oye, ¿tú tienes pareja? Si quieres podemos quedar los cuatro— me dice contento ante la expectativa de poder ver en la tele de su cuarto el canal de pago de todos los deportes.
— Si, tengo una amiga. Podríamos quedar los cuatro— le digo viendo una nueva posibilidad de acercamiento a su esposa que tan buenos ratos me está proporcionando.
Todavía no he logrado averiguar con certeza si lo que puedo ver es fruto del azar o mi querida vecina sabe de mi engaño y disfruta exhibiéndose de esta forma que no se sabe si es si o si no lo es. De cualquier forma…viéndola me he hecho las mejores pajas de mi vida.
Mientras Pedro parlotea sobre lo importante que es la reunión o su intensa afición sobre los partidos de baloncesto de EEUU, por mi retina pasan a la velocidad del rayo las imágenes de Lucia, desnuda, poniéndose leche corporal, tocándose hasta el orgasmo, jugando con su nuevo vibra lush…
— Uy, te dejo que se me hace tarde. Quedamos que cuando vuelva me pones la conexión, vale?
— Vete tranquilo, yo me encargo de todo y lo instalaré en cuanto vuelvas— le digo imaginándome cómo voy a disfrutar de los últimos avances tecnológicos instalados frente a su lecho conyugal.
Pedro se va arrastrando su ruidoso troley presuroso para recuperar el tiempo que ha perdido conmigo. Yo me hago el remolón, me quedo en la escalera. Sé que Lucia está a punto de salir, es su hora de ir a la oficina y tengo ganas de verla tan arregladita, tan mona, tan discreta…va trabajar y nos es la leona que veo sobre su cama en su intimidad, pero también me encanta hacerme el encontradizo y darle los buenos días.
Nunca me defrauda, hoy lleva puesto un conjunto de chaqueta pantalón azul marino que le sienta fenomenal, zapatos de medio tacón y bolso a juego.
— ¬Buenos días, ¡que elegante vas hoy! —
— Jajaja gracias, me voy rápido que llego tarde…hoy preparando la maleta de Pedro se me ha hecho tarde. Se va dos días fuera y espera hasta última hora para prepararse las cosas y a mí me hace ir de cabeza— me dice aportando en su comentario una información valiosa que me transmite de forma involuntaria…o quizás no.
La veo alejarse caminando rápido por lo que su culito se mueve con una alegría que hace despertar mis más intensos instintos. ¡Que delicia de culito, rotundo, prominente, de curvas maravillosas! Desnudo es precioso, pero envuelto en la tela del pantalón es…bueno una delicia.
A media tarde oigo a alguien que entra en el piso de mis vecinos, tras dar un portazo que ha retumbado todo el edificio, la oigo deambular de un lado a otro, abriendo y cerrado puertas. Voy eh busca de mi cámara a ver si logro captar la imagen de la hermana de Pedro. Siento mucha curiosidad para saber cómo es y espero que no interfiera en mis observaciones a su cuñada.
La veo pasar delante de la cámara varias veces, tan cerca y tan rápido que solo veo pasar una gran mancha. Por fin se aleja, está junto a una cajonera alta situada a un lado de la habitación. Abre y cierra los cajones como si estuviese buscando algo…en el segundo cajón encuentra algo que le llama la atención. Una buena colección de ropa interior, braguitas, sostenes… los va sacando, los mira y los vuelve a poner en su sitio con sumo cuidado.
Más adelante la conoceré, se llama Lucía y así la llamaré a partir de ahora. Con el mismo interés que ella revuelve el cajón en búsqueda de algo desconocido, yo la observo atentamente. Es una chica muy joven de unos veinte años, parece bastante delgada, mediana estatura y pelo castaño claro muy largo, recogido en una cola de caballo en lo alto de la cabeza.
Lleva un pantalón vaquero, no muy ajustado, aunque su cadera queda bien marcada. Una blusa blanca y vaporosa, disimula unos pechos medianitos y respingones. Es una jovencita muy adorable que poco tiene que ver con la sensualidad de su cuñada.
Su cara se ilumina al encontrar algo en el fondo del cajón. Ha descubierto que su venerada cuñada, su “hermana mayor”, guarda en un cajón un vibrador de última generación, de color rosa que llama poderosamente su atención.
Se sienta en el borde de la cama, abre la caja y saca el aparato. Lo sujeta con una mano y con la otra lee las instrucciones. Toca el extremo y se pone en marcha, agitada trata de pararlo a toda costa. Luego lo pone en marcha otra vez, ahora sabiendo lo que va a pasar. Lo observa, pone la mano encima y siente la vibración.
La mano que sujetaba las instrucciones ahora está en su entrepierna buscando el calor de su sexo. Sin deshacer los cordones se quita las zapatillas deportivas que lleva puestas, se baja la bragueta, se pone cómodamente recostada en la cama y se mete la mano dentro del pantalón.
Lucia se está tocando con una mano mientras la otra sujeta el vibrador de su cuñada. La veo como empieza a jadear y hacer que la mano se mueva con más intensidad sobre su sexo. Minutos más tarde se apoya sobre los pies hace el puente con sus piernas para así poder quitarse el pantalón.
La puedo ver en una postura semejante a la que tenía su cuñada hace un par de días, recostada con los pies sobre la cama y las piernas haciendo el puente. Su mano entre las piernas, apoyada sobre su braguita pasando el dedo medio repetidamente arriba y abajo encima de su rajita.
Por fin quiere probar el artilugio que tan escondido estaba en el cajón, lo pone en marcha, y lo pone sobre la braga. Uhmmmm que sensación tan rica! Su cara es todo un poema, es la primera vez que tiene un vibrador sobre su clítoris y la vibración es exquisita. No contenta con el resultado manipula el aparato para ir experimentando con las distintas intensidades y los distintos pulsos.
Quien me iba a decir a mí que iba a contemplar la primera vez para una dulce jovencita con el sofisticado juguete. La estimulación es intensa, la está disfrutando mucho y se corre como una bendita mojando su braguita. Por mi parte, ya llevo rato con un flujo incesante de flujo preseminal que me moja el calzón, presa de una excitación creciente.
Después de un momento de reposo, tras su primer orgasmo, vuelve a la carga, manipula el aparato para dar el máximo de potencia y se lo pone sobre la rajita debajo de la tela. Comprueba que está bien colocado y pone ambas manos sobre las rodillas para mantenerlas bien separadas y para mantener las manos alejadas del aparato, no quiere interferir en su vibración programada.
Al primer orgasmo se sucede otro, esta vez mucho más intenso, que le hace botan de forma incontrolada sobre la cama. Vaya con la nena, se está poniendo las botas y su segundo orgasmo ha sido para enmarcar…lástima que no lo haya podido oír. Por la expresión de su cara ha debido de ser espectacular (tengo que resolver cuanto antes este tema de falta de sonido).
Tras mantener apretadas las piernas varios minutos, y resoplar como un toro se saca el aparato, se da varios restregones sobre la braga y se levanta en dirección al abaño. Deduzco que ha ido a lavarlo, pues al volver lo introduce en la cajita, pone los papeles dentro y los devuelve a su sitio.
Lucia se pone el pantalón y las zapatillas, se arregla el pelo y pone una expresión en su cara que quiere decir: “aquí no ha pasado nada. Nadie me vio, luego no sucedió”, para a continuación desaparecer del ángulo de visión de la cámara.
Tengo que esperar hasta las 20:30 para ver como la luz de la alcoba se enciende y aparece Daniela, se desnuda por completo en un santiamén y antes que yo pueda reaccionar se pone un calzón corto, y una camiseta amplia a modo de cómodo pijama. Un minuto después la luz se vuelve apagar y paso a oír ruidos en la cocina, están preparando la cena.
Una hora más tarde aparecen las dos en la habitación, Daniela se pone en su sitio habitual, la postura de siempre y sobre las piernas en forma de puente su libro electrónico. Lucia se echa en el lado de Pedro, solo lleva puestas las diminutas braguitas que esta tarde no ha tenido ningún reparo en mojar.
Daniela lee su libro, Lucia de costado dirigida hacia ella le habla sin cesar. Con cierta desgana su cuñada le va contestando a cada una de las preguntas, hasta que finalmente da su brazo a torcer, cierra le libro de un golpe y se vuelve hacia la joven.
— Está bien…hablemos. ¿Qué te preocupa? ¿qué quieres saber? — leo en sus labios.
— De cosas de chicas…tú ya me entiendes— le responde Lucía haciéndose la inocente.
A los pocos minutos están las dos mucho más animadas, se ríen, se empujan, hacen ver que se pelean, revolcándose sobre la cama, se enfadan y se reconcilian enseguida. Daniela hace de hermana mayor, Lucia escucha atenta, pregunta y repregunta, hasta que se convence de algo o saca de quicio a su cuñada. Las dos están disfrutando de una autentica noche de chicas.
Continuara con una autentica exhibición de sexo entre las dos, dedicada a un sufrido mirón como soy yo.
Deverano.