Nuevos comienzos 3ª parte
Comienza una nueva semana, una nueva vida
A la mañana siguiente me levante con el sonido del despertador. Mi primo ya no estaba en la habitación. Me dirigí al baño y al pasar por delante de la cocina me encontré a mi tío y a mi primo, ambos en calzoncillos como ya era costumbre. Esta vez mi tío llevaba unos slips grises ajustados y mi primo unos boxers naranjas.
-Buenos días, sobrino ¿Has dormido bien? – me preguntó guiñándome un ojo
-Sí, muy bien – dije avergonzado
Mi primo seguía insistiendo en que tenía que apuntarme a su equipo de futbol, iba a pasarlo muy bien, me decía. No tenía muchas ganas de formar parte de un equipo de futbol y menos empezando la universidad, pero ante su insistencia no pude negarme. Al ser amigo de todos los miembros del equipo no me costó entrar.
La semana transcurrió sin mucha novedad. Mi tío y mi primo no eran muy pudorosos, y los veía todos los días en gayumbos. A insistencia de mi primo yo también andaba en ropa interior por la casa. Andaba siempre muy caliente, aprovechaba siempre por las noches cuando mi primo se acostaba para ir al baño a pajearme, con la esperanza de volver a encontrarme con mi tío pero no coincidí con él esa semana.
El viernes llegó y después de comer me fui a darme una ducha, tenía la polla durísima. De tanto ver a esos dos machos en ropa interior todo el día con una paja por la noche no era suficiente.
Casi por inercia llevé la mano a mi polla y empecé a masturbarme pensando en las pollas de mi tío y de mi primo.
-Uo, vaya primo sí que te pillo ocupado – dijo mi primo divertido pillándome por sorpresa al entrar al baño
-Yo, no, eh veras… - traté de justificarme mientras me cubría la polla con las manos
-No te preocupes, primo solo venía a mear nada más – dijo mientras se sacaba la polla con toda la tranquilidad del mundo y empezaba a mear sonoramente en la taza del wáter sin prestarme mayor atención. Era una meada muy potente y debía de estar meando directamente en el agua porque el sonido del chorro retumbaba por los azulejos del baño.
-No voy a tirar de la cadena – me dijo al terminar de mear mientras se guardaba la polla en los pantalones – ya tirarás tu cuando acabes de ducharte, no quiero que te salga el agua fría – termino diciendo con una sonrisa mientras yo seguía inmóvil sin dejar de observarle.
-Voy a salir, primo, te quedas la casa para ti solo, así puedes terminar lo que estabas haciendo – dijo riéndose – y si yo tengo suerte volveré tarde.
Y se fue de casa, di por hecho que se iba a ver a su novia y que acabarían follando. De solo pensarlo recuperé la erección que perdí cuando Christian vino al baño a hacer pis. No solo la recuperé, si no que hasta se me puso más dura incluso. Ni siquiera termine de ducharme, me seque rápidamente, tenía bien claro que es lo que iba a hacer.
Me fui al cesto de la ropa sucia, esta vez me costó un poco más, pero acabé dando con un par de calzoncillos de mi tío y mi primo. Unos slips blancos que eran de mi tío, olían a sudor y un poco a meo. Estaba algo acartonados por la zona de los huevos, sin duda aquello era corrida seca. Los otros eran unos boxers de colores, olían mucho más a sudor incluso que los slips, tenía algún que otro pelo y también estaban acartonados por la zona de los huevos.
Instintivamente me los llevé a la nariz. Me encantaba aquel olor, era tan intenso como la semana pasada, incluso más. Primero me llevé los slips a la nariz, empecé a olerlos por la zona del culo, olían a culo de macho. Era un olor impresionante, podría pasarme horas oliendo solamente la parte trasera de aquellos slips pero por suerte para mí tenía otro manjar ante mí.
Me pase los boxers por la cara. Tenían un olor a sudor muy fuerte, se notaba que mi primo jugaba al futbol. Tenía algunos pelos dentro, lo que cual me sorprendió ya que mi primo no tenía tanto vello como mi tío.
Me volví a llevar los slips a la nariz, notaba cierto aroma a pis por la parte de adelante, se notaba también como la zona estaba algo amarillenta por la zona de la polla. Aspire profundamente hasta absorber todo el olor que pudiese.
Me dolía la polla, estaba durísima, era como una roca. Me goteaba como un grifo, había formado una pequeña mancha en el suelo de líquido preseminal. Me llevé la mano al pecho, tenía los pezones duros, fui bajando por el abdomen hasta llegar a mi polla. Nunca la había tenido así de dura, hasta parecía más grande de lo normal.
Me lleve la mano hasta los huevos, donde los acaricie un poco, abrí la mano y la cerré sin hacer presión hasta aprisionar mis cojones. Liberé a mis testículos de la prisión de mi mano y me agarré la polla con firmeza. solté mi polla y me llevé la mano hasta la base apreté con los dedos y me agarré la polla. Subí lentamente hasta llegar al capullo. Tenía la polla cubierta por una fina capa de líquido preseminal. La notaba palpitar bajo mi mano, notaba mi cabeza ligera, mi sangre se había bajado toda a mi polla.
Solo podía pensar en mi polla, tenía la respiración alterada, me estaba pajeando la polla como un mono. Lo único que oía era el sonido de la humedad de mi polla mientras me la machacaba. Un estruendo me sacó de mi trance. Alguien acababa de entrar en casa dando un enorme portazo. Me vestí lo más rápido que pude, guardé la ropa sucia tan rápido como me fue posible. Cuando salí a la cocina, ya había oscurecido, no sabía que hora era, había perdido la noción del tiempo ¿Cuánto tiempo llevaba en el cuarto de colada?
Llegué al pasillo y pude ver la puerta del dormitorio de mi primo y el mío abierto. Dentro había encendida la luz del techo y Christian desnudándose con cara de pocos amigos.
Entre sorprendido por la violencia de su entrada ni siquiera pude decir nada, ya lo hizo el
-Se pasa – dijo enfadado
-¿Quien? – pregunte desconcertado
-Carla, la muy puta no quiso follar conmigo, dice que tiene la regla – contesto airado
-Bueno, primo, entiende que en esos momentos a las mujeres no les apetezcan muchas cosas – le comenté para tratar de tranquilizarlo
-Pero para eso tiene el culo y boca, ni una paja me quiso hacer – dijo tratando de explicarse
-Pero una paja también te la puedes hacer – dije gracioso mientras empezaba a reírme nervioso
-No me va a quedar otra – contesto decidido.
Comenzó a quitarse los pantalones y calzoncillos a la vez, se descalzó y quedo completamente desnudo ante mí. No era la primera que lo veía desnudo pero cada vez que lo veía me impresionaba igual. Era alto, moreno de piel, esta fibrado, se notaba que hacía ejercicio. Tenía mucho vello por el cuerpo, unos gemelos grandes, unos muslos gordos una polla enorme a juego con sus tremendos cojones, todo cubierto por una ligera capa de vello.
Se escupió en la mano un sonoroso lapo y comenzó a estrujarse el rabo. Era increíble, el toro de mi primo estaba cascándose un pajote a un escaso metro de mí. La habitación olía a él, era el mismo olor que tenían sus gayumbos, toda la habitación olía igual. Solamente se escuchaba el sonido que hacia su polla al subir y bajar su mano por la polla. No podía apartar la mirada de él, ni siquiera me atrevía a parpadear. Temía que aquello se tratase de un sueño y no quería perderme nada de aquello.
-¿Me vas a dejar hacer esto solo? – me dijo mirándome directamente a los ojos
-¿Qué quieres que haga? – pregunte dubitativo.
-Pues hazte una paja – contestó mientras me miraba Con algo de vergüenza me bajé los calzoncillos y empecé a sobármelo sentado en mi cama, aunque ya la tenía dura del espectáculo que mi primo me estaba ofreciendo.
-Así que ya lo tenías planeado – me dijo Christian
-¿Tienes alguna zorra en el pueblo que te hagas pajas? – dijo interesado
-No – dije avergonzado
-¿En serio? No me irás a decir que eres virgen
-No – respondí en voz baja
-Dime la verdad, no tiene nada de malo ¿Nunca te han hecho ni siquiera una paja? – dijo mientras seguía pajeándose su enorme polla
-No, nunca me han hecho una paja – dije con un hilo de voz casi inaudible
-A lo mejor y hasta eres maricón ¿no, primo? – dijo mientras se reía
-No, para nada – dije avergonzado pensando que tal vez se había percatado de cómo lo miraba
-Y es así tampoco tiene nada de malo, los maricones también tienen derecho a gozar – mientras me decía esto se acercaba a mi hasta quedar justo delante de mí – ¿Seguro que no eres maricon? – me volvió a preguntar mirándome a los ojos
-No – conseguí contestar de una forma seca, muy poco creíble
-No ¿Qué? – me pregunto firme - ¿No sabes si eres o si no eres? – dijo con tono chulesco – Porque me fijo en cómo nos miras a mi padre y a mí.
-Creo que no – me atreví a contestar ante sus insistentes preguntas
-Ya lo sabía. Y si tienes esa duda quien mejor que un familiar para ayudarte a salir de dudas. Y eso se sabe mamando
Tomó mi cabeza y la guió hasta su enorme y peluda polla
-Abre la boca y no uses los dientes porque te doy una paliza – me dijo contundente
Con muchas dudas comencé a hacer lo que me decía. Comencé a chuparle la punta de la polla, apenas estaba empezando y meterme aquello en la boca y ya no me quedaba mucho más sitio. Me tomó la cabeza y comenzó a marcarme el ritmo de la mamada
-No cabe duda de que eres un completo puto. La mamas muy bien, como si tú y mi polla os reencontraseis tras mucho tiempo – dijo mirándome a los ojos
Seguí mamando lo mejor que pude, empezaba a notar la boca salada, sin duda estaba lubricando aquella inmensa polla. Podía oler su vello púbico. Sus pelos me rozaban la nariz hasta hacerme cosquillas.
No me dejaba despegarme de su polla ni para tomar aire. Me sacaba un poco la cabeza, sin sacarme la polla de la boca. Me empezaba a doler la mandíbula, pero Christian no paraba. No me cabía entera en la boca debido a lo larga y ancha que era su polla, me estaba atragantado, me estaba manchando con mis propias babas, empezaba a sentir asco por aquello, pero a él no parecía importarle.
-Ahora que ya la saboreaste vamos a ver si tienes la garganta profunda – me escupió en la boca – Toma aire – me dijo mientras me volvía a agarrar la cabeza.
Me la clavo hasta el fondo. Notaba como se iba abriendo paso en mi garganta, la sentía hasta el cuello. Traté de librarme de él empujando sus piernas, pero mis esfuerzos fueron inútiles, no se movía ni un milímetro.
-Para ser la primera vez lo haces muy bien, putita – me decía mientras las lágrimas cubrían mi rostro – Si sigue así vas a hacer que me corra – sentenció
-¿Quieres que te la saque? – me pregunto con sonrisa perversa en su cara - ¿Quieres que te la saque? – me volvió a preguntar de nuevo sabiendo que no podía contestarle que parase por más que yo quisiera.
Siguió repitiendo la misma pregunta un poco más, conociendo de antemano que su pollon no me dejaba contestarle.
Me la saco un poco hasta casi la mitad de su polla y me la volvió a clavar hasta el fondo con todas sus fuerzas. Volvió a sacar su rabo de mi boca y me la volvió a introducir lo más profundo que pudo. Me estaba ahogando, me costaba conseguir aire, su polla se interponía. Estuvo repitiendo un rato más el mete-saca hasta hacerme casi desfallecer.
-Si así tienes la boca, primo, no me quiero imaginar cómo debes de tener el culo – dijo sacando finalmente su polla de mi boca, dejando coger aire por fin – Pero no me voy a quedar con las ganas de saberlo, quieras o no te voy a follar
-Está bien – conseguí contestar mientras seguía recobrando la respiración
-No te hagas el tonto, primo, no te estaba preguntando, solo te estaba contando lo que voy a hacer – sentenció
-Pero lo puedes hacer tranquilo, por favor – me atreví a decir – es mi primera vez
-Lo voy a hacer como yo quiera, pero por ser familia y ser la primera vez, lo voy a hacer despacio
-Gracias – respondí casi de manera inconsciente
-Mira que hasta voy a usar lubricante y eso que no me gusta – dijo mientras abría un cajón de su armario
Me agarro de las piernas y me las levanto, puso mis tobillos sobre sus hombros
-Esta mi postura favorita – me dijo – porque aquí puedo ver la cara de mis victimas cuando les clavo mi potente polla
-Ahora si primo, vas a saber lo que se siente al ser la hembra de un macho – dijo mientras bajaba su cara a la altura de mi culo
-Parece que lo tienes cerrado, así que voy a estrenarlo yo – dijo mientras escupía en mi culo y le echaba lubricante
-Puedes echarle un poco más por favor – dije temeroso -Te dije que no me gusta, pero no bueno – contesto
Se echó un poco más de lubricante que se unto por toda la polla, empezó a restregármela por toda la raja del culo
-Vas a sentir un fuerte dolor, pero no quiero que se te ocurra empujarme o te la meto de una sola envestida, así que ya sabes – dijo firmemente
Comenzó a hacer presión para que entrase su polla, ahí empecé a sentir algo de molestia al mismo tiempo que sentía algo de miedo y de excitación. Christian dejo caer su cuerpo un poco más sobre el mío hasta que se oyó un “pop”.
Yo ya quería que me la sacase, tenía la boca abierta, los ojos cerrados.
-Joder que bueno, vaya si estabas nuevo – dijo mi primo Christian – si estuviésemos en otra situación no pararía, pero voy a esperar a que te acostumbres, aunque ya de por si es sorprendente que te haya entrado – dijo de forma despreocupada
Tras unos instantes en los que estuvo quieto sin moverse dijo: -Bueno ya es suficiente – y siguió empujado su polla
Me estaba doliendo, creo que debía de llevar la mitad cuando se me ocurrió llevar las manos a mi culo y apartarlo.
-¿Creo que te explique lo que iba a pasar si se te ocurría meter las manos, no? – dijo de forma autoritaria
-Perdón, pero me duele mucho – dije tratando de explicarme
-Se me está olvidando que eres mi primo, eh, y para que llores con razón, toma – dijo mientras notaba que le clavaba la polla hasta lo más profundo.
Espero unos minutos quieto y empezó a bombear muy fuerte. Tenía los ojos en blanco, desorbitados, sentía como se iban abriendo los anillos de mi culo, notaba el sudor del pecho de Christian caer sobre el mío.
No sé cuánto llevaba clavándomela hasta que volvió a hablar
-Vamos a cambiar de postura – fue lo único que dijo
Cuando me la saco sentí algo de dolor y un gran vacío en mi culo. Se puso tumbo de lado y me dijo que me tumbase de lado también, delante de él.
-Va, venga, que no tengo todo el día – dijo apresurándome mientras me cogía el pie para levántamelo
Volvió a llevar su polla a la entrada de mi culo y me la metió sin contemplaciones, retomando el ritmo de la follaba que me estaba dando. Siguió con aquellas embestidas de toro, el sonido debía de oírse por toda la casa, era como si alguien estuviese aplaudiendo muy fuerte.
Al pasar un rato dejé de sentir dolor, así que decidí agarrar yo mismo mi propia pierna.
-Creo que ya vas entendiendo y eso me gusta – dijo mi primo de forma satisfecha
En esto siento un fuerte empujón y todos los vellos de mi primo por mi espalda
-Felicidades, te ha entrado toda, y eso es digno de celebración, casi a ninguna tía le entra, todas se quejan y acabo metiendo solo la mitad – dijo mientras seguía follándome con todas sus ganas
Yo solo alcanzaba a gemir, me era imposible articular ninguna palabra.
-Así que no te podías esperar, Christian – oí la voz de mi tío de fondo
Abrí los ojos por primera vez desde hacía rato, no podía creer que estuviese mi tío viendo la follada que su hijo me estaba dando a unos pocos centímetros de nosotros ¿Cuánto tiempo llevaba ahí?
-Lo siento papa, lo que pasa es que llegué muy caliente – se justificó mi primo Christian
Yo me estaba muriendo de la vergüenza, mi tío estaba viendo como su hijo me sodomizaba justo delante suya con su enorme polla, pero para ellos parecía una situación de lo más normal. -Oye ¿Y te está gustando? – pregunto mi tío
Seguía sin poder articular ninguna palabra, pero asentí con la cabeza para responder a mi tío.
-Mira papa – dijo mi primo interrumpiendo – la tiene toda dentro Mi tío se acercó para ver más de cerca como la enorme polla de su hijo entraba entera en mi culo.
-Felicidades – me dijo mi tío con un aire de satisfacción – mi hijo tiene una polla muy grande y en pocos sitios le cabe entera Papá, antes de follármelo lo puse a chupármela y lo hace de puta madre – le dijo mi primo a mi tío
Rodrigo se acercó a mi puso su paquete delante de mi cara, se bajó los vaqueros y los slips delante de mi dejando su polla a la altura de mi cara.
Me la metí en la boca como había hecho antes con la polla de su hijo.
Era incluso más grande que la polla de Christian, trate de hacerlo lo mejor que sabía. Le lamía la polla por los lados para lubricarla y que así entrase mejor en mi boca, le mamaba el capullo con intención de meterme tanta polla como me fuese posible. Al igual que Christian, su polla también lubricaba un montón. En cuestión de momentos volvía a tener la boca llena de babas que caían por mi barbilla.
-Tenías razón – sentenció mi tío – la mama de lujo
-Te lo dije, oye ¿Y si cuando terminé de mamártela le hacemos lo mismo que le hicimos a Verónica? – pregunto mi primo dirigiéndose a mi tío obviándome por completo
-¿Crees que aguantará? – respondió mi tío con curiosidad
-Yo creo que sí, si aguanto la mía, puede hacer de todo – dijo mi primo respondiendo de manera confiada
-Bueno – concluyo mi tío si hacerme ningún caso
¿Quién era Verónica? ¿Qué le habían hecho? ¿Qué me iban a hacer? ¿Me iban a hacer daño?
Al parecer debí de olvidarme de mi propia polla porque sin tocarme comencé a correrme. Mi tío se percató de ello
-Se ve que lo estás pasando bien ¿verdad? – me pregunto mi tío divertido
-Si tío – fue lo único que pude decir tras un buen rato callado
-¿Te acuerdas que cuando llegaste dijiste que me pagarías por todo lo que hacía por ti? Pues ya sé cómo me lo vas a pagar – me dijo mi tío recordándome nuestra conversación
La polla de mi tío Rodrigo era incluso mayor que la de mi primo, eso me asustaba, así que trataba de chupársela lo mejor posible con la esperanza de que se corriese en mi boca y no tener que sentirla en mi culo
Cuando ellos lo decidieron, ambos se separaron de mí. Note un enorme vacío y un gran alivio, por un momento pensé que ya se habían cansado y que por fin podría descansar de tanta follada, pero me equivocaba, lo peor aún estaba por llegar.
Mi primo Christian se acostó boca arriba sobre la cama y me ordeno que me sentase encima de su polla, lo hice metiéndome otra vez su polla en mi culo. Se inclinó sobre mí y me abrazo agarrándome por la espalda.
De repente noto como la cama se hunde aún más, empiezo a notar los vellos de mi tío en mi espalda y su gran polla apuntando hacia mi agujero que aún estaba ocupado por la polla de su hijo.
-No por favor – dije asustado – si queréis primero una y luego la otra, pero las dos a la vez me van a partir
-Tranquilo, primo, es mejor así, que sea con alguien de la familia – intervino mi primo para tratar de tranquilizarme
Mi tío cogió un frasco marrón del mismo cajón del armario del que Christian había cogido el lubricante. Me tapó un orificio de la nariz y debajo del otro orifico colocó el frasco
-Inhala – fue lo único que dijo mi tío, después cambio el frasco al otro orificio y volví a inhalar
Me puse eufórico en cuestión de segundo, mi tío se echó lubricante en la polla y empezó a meterla en mi culo. Poco a poco la fue metiendo hasta que estuvo entera dentro de mi culo junto con la de su hijo.
Estábamos los tres sudando, había un olor muy fuerte en la habitación no sabría describirlo, pero era muy intenso era lo único que mi olfato era capaz de percibir. Mis ojos lo único que veían era la cara de mi primo, de tener una cara risueña paso a tener una sonrisa perversa en el rostro. Lo único que era capaz de oír eran mis propios gemidos.
Sentía el cuerpo tenso, tenía que esforzarme para no resbalar, sentía que de hacerlo iba a sentir un gran dolor. Estuvieron quietos unos momentos, sin hacer ni decir nada.
De repente ambos empezaron a bombear, empezaron a follarme de una forma frenética, se movían como locos.
-Sobrino, parece que estas bien apretado ¿verdad, hijo? – dijo mi tío a mi primo
-Sí, papa, ya te lo había dicho – concluyo mi primo
No sé cuánto tiempo estuvieron follándome el culo entre los dos, podrían haber pasado minuto u horas, no lo sabía, aquella noche iba a ser de las más largas de mi vida.
Aceleraron sus movimientos, por fin se iban a correr. Pero antes de que eso pasase yo me volví a correr, ni me había acordado de mi polla en todo aquel rato, me volví a correr, esta vez sobre el pecho de mi primo.
Justo en ese momento mi tío y mi primo empezaron a correrse dentro de mí. Gemían como animales. Mi tío me agarro de los hombros y me metió su polla lo más humanamente posible, si es que se podía. Me sentía inundado por dentro.
Descansaron un poco aun con sus pollas dentro de mi culo y se separaron despacio, con más calma que con la que me habían follado. Se separaron y me dejaron a mí en medio de ambos.
-Ha estado muy bien – enjuicio mi tío
-Sí, papa – respondió mi primo Christian – hasta lo hemos debido preñar con tanto semen – concluyo mi primo antes de que empezasen a reír conjuntamente
-Mira, si hasta te has vuelto a correr otra vez – dijo mi tío divertido mientras señalaba mi corrida sobre el pecho de mi primo
-Si – atine a decir
-Límpiaselo – me mando
Hice amago de levantarme para ir a coger papel o algo con lo que poder limpiarlo. Antes de poder hacerlo mi tío me agarro de los hombros impidiendo que me moviese.
-Límpiaselo con la lengua – dijo mi tío ante la atenta mirada de su hijo
Con algo de vergüenza y asco empecé a lamer mi corrida sobre el pecho de mi primo, no era muy abundante por suerte, pero había abarcado bastante. Cuando llegue a uno de los pezones le pase la lengua por encima, a lo cual mi primo respondió dando un leve gemido
-Cuidado primo, o vas a conseguir que te vuelva a follar – me advirtió con su tono jocoso de siempre. Todo esto ante la atenta mirada de mi tío.
-Me habría gustado que la primera lefa que probases fuese de macho – dijo mi primo dirigiéndose a mí
-Tengo una idea – dijo mi tío interviniendo en la conversación – porque no está bien que la primera que pruebes se la tuya Salió un momento de la habitación y volvió con un vaso
-Levanta – me dijo con autoridad – separa las piernas y flexiona un poco las rodillas sobre el vaso – me mando
Justo cuando me levante de la cama mi primo se fijó en mi culo y dijo con sorpresa
-Guau, papa ¿Ya te fijaste como le dejamos el culo? Lo tiene bien abierto, se ve de puta madre – dijo mi primo satisfecho
-Espera – me mando mi primo, cuando me quise girar ya me había sacado una foto con su móvil mientras la seguía mirando asombrado
-Así es como tienen que quedar cuando son muy putas – concluyo mi tío
Colocándome tal y como mi tío me indico
-Empuja – me mando mi tío
Hice fuerza y empujé todo lo que pude empezó a caer semen de mi culo era casi como una cascada
-Hemos llenado más de la mitad del vaso – dijo ilusionado mi primo
-Sí, está muy bien – le dijo mi tío a su hijo – Ahora bébetelo – me dijo a mi
Me lo bebí tan rápido como pude, de haberlo pensado más tal vez no lo hubiese bebido por el asco que aquello me producía.
-Sí que tenías sed, eh – me dijo mi primo
-Toda una puta, tal y como yo decía – respondió mi tío
-¿Te ha gustado? – me pregunto mi primo
-Sí, estaba muy rico, gracias – conteste
Nos acostamos los tres de nuevo en la cama, estaba machando de semen, sudor, babas, lubricante y rodeado por los cuerpos peludos de mi tío y de mi primo. Quedando así, me dormí enseguida.