Nuevo departamento

Mi nuevo departamento viene con un guardia de seguridad que se las trae.

El contrato de mi viejo departamento estaba vencido, así que al comenzar el año decidí dejar el edificio donde vivía por otro más cómodo y barato, más cerca del centro...

No conocía muy bien a mis nuevos vecinos así que es de imaginarse que, era realmente un embole entablar conversaciones inútiles con algunos desconfiados que no me conocían aún, desde el kioskero de la esquina hasta la vieja de la panadería de la vuelta, pero de todos ellos el que realmente me ratoneaba desde el momento que lo ví era el guardia de seguridad de la puerta de entrada... que realmente estaba muy bueno...

Era un rubito de ojitos verdes, 1.85 de estatura y un lomazo impresionante, que cultivaba casi todos los día con un poco de Rugby y gym en el club de las afueras... cosa que realmente le sentaba muy bien... así que tomé un poco de valor y empecé a hacer relaciones públicas con él para conocerlo más y ver hasta que punto podía llegar... Todos los días le saludaba, le preguntaba como andaba, y hasta le tiraba cargadas sobre uno que otro equipo de futbol como para suavizar la situación en las charlas y extenderlas un cacho más...

Venía todo así de monótono, y pensaba que a más no se llegaría, así que comencé a desistir con él, apuntando para otros rumbos. Pero una noche venía de la facu, algo cansado por esas materias de embole de la última hora, lo saludé como de costumbre al entrar, y lo noté algo bajoneado y depre, y a pesar de la poca charla que tube con él y de lo poco que le conocía, le pregunté si algo le pasaba... Y era sabido, por la cara que tenía, era de darse cuenta que algo sentimental podría ser... Charlamos un poco y dentro de lo que podía le daba consejos, aunque nunca había tenido un matrimonio a punto de romperse... yo estaba cansado y casi en pié no me podía quedar, pero el flaco me daba lástima y ternura por lo que le aguanté su rollo un buen rato...

Cuando se sintió mejor me agradeció la charla y me decía que parecía que me conocía de toda una vida, que sentía que se quedaba en deuda conmigo por lo que le había escuchado... Yo ni lerdo, ni perezoso le invité a tomar un café cuando saliera de su turno en la mañana en el departamento y que siguiéramos hablando si le parecía bien... Aceptó la oferta, por lo que a las 8:00 de la mañana sonó el timbre y fuí a atenderlo... El muy gentil trajo unos criollitos calientes, que con el hambre de la mañana no quedaron ninguno...

Luego de eso le pregunté que rumbos seguiría con su vida esos días que se había peleado con su novia, y me comentó que él vivía con ella, y dada la circunstancias se tendría que ir a algún hotel o algo así provisoriamente hasta ver como seguía la cosa... Entre todo esto yo le comenté que, como estaba solo no tendría ningún problema en que se quedase en mi casa mientras, a cambio, para disimular, le pedí que pagase alguna que otra boleta que tenía por ahí por vencer... Estubo de acuerdo, y para la media mañana volvió a casa con un bolso y sus cosas, alardeando de que a la noche para ir al laburo no pagaría cospeles... Le pregunté si estaba cansado y si no quería darse una ducha, cosa que aceptó al toque y procedió a hacerlo.

Luego me pidió alguna toalla que se había olvidado de traer, la cual se la acerqué y disimuladamente disfruté de su figura húmeda por el vapor, ratoneando un poco por el torso desnudo que tenía ante mí... Se marchó al dormitorio, donde comenzó a vestirse y al cabo de unos minutos me llamó para darme algo. Me acerqué y se trataba de una camiseta de rugby nuevita, estilo Puma, la que me obsequiaba por la buena onda que yo había tenido con él, se lo agradecí, pero lo que más me fascinaba era aquel cuerpazo que tenía ante mí con el cabello algo húmedo, y con solo un slip de color liso claro, que no dejaba nada a la imaginación... Su bulto era realmente impresionante, y el slip le quedaba algo chico y algunos pendejos se dejaban escapar por ensima del elástico del mismo... Tenía muchas ganas de quitárselo y comérsela hasta el fondo, pero dentro de lo que podía me controlaba y no lo hacía.

Titubeando un cacho le dije algo sobre la remera que me había regalado, se la agradecí de nuevo, y me senté en la cama. El quedó hablando sobre la marca de la camiseta y sobre la indumentaria del quipo donde juega, en donde hasta los Slips son de la misma... De verdad?... le pregunté como para mostrar un cacho de interés, parándose luego delante de mí y poniendo el bulto prácticamente delante de mis narices... Sí, fijate, ves acá está la marca... El slip poco y nada contenía a ese bulto porque realmente la tenía algo parada ya.

Le pregunté si la tela era cómoda, por lo que se acercó más y me pidió que lo tocara para comprobar... Comencé a acariciar aquel ensueño lentamente, y cuando lo hacía, sentí como se le paraba cada vez más y cobraba más tamaño... Yo estaba realmente al palo como él, y sin dar más vueltas acerqué su cintura hacia mí, deslicé su slip y comencé a chuparle la pija de una manera desesperada, a tal punto que él no paraba de suspirar y gemir con cada chupada. Luego de unos instantes se recostó en la cama y comenzamos a besarnos intensamente, que casi nos quedamos sin lengua en el intento... Entre suspiros me pidió que se la chupara más, por lo que sin perder tiempo continué haciéndolo. La cabeza de su pija no daba más, estaba roja y muy jugosa, ese sabor me volvía loco, como a él tambien cada chupada que le pegaba... En unos momentos jadeó y acabó, y no puedo describir el espectacular sabor que disfruté, llenándome toda la boca con leche tibia.

La pija no se le bajaba, la tenía más dura parecía, por lo que se me acercó me besó, y luego lentamente me bajó el short que tenía puesto comenzandome a pajear y chuparme el culo con esa lengua espectacular hasta el fondo humedeciéndome todo... Me presentó su pija en el orto, y poco a poco me comenzaba a penetrar de manera fantástica, volviéndome loco y volviéndole loco a él, supirando cada vez más fuerte... Me tumbó en la cama, él sobre mí, sin detenerse de cojerme mientras me suspiraba y jadeaba en la nuca, haciéndolo cada vez más y más fuerte hasta acabar nuevamente dentro de mí... Me abrazó fuerte y lentamente por detrás mientras se reponía de semejante sacudída diciéndome que nunca se había sentido tan bien así...

Por suerte ese día él tenía franco y yo falté a la facu, aprovechando cada segundo de ese día para estar juntos y disfrutar de eso que ambos habíamos deseado en forma oculta el uno del otro...

Diego