Nueve días y medio (Introducción)

Hola Soy Karla, tengo 24 años y esta es la historia de como pasé de ser una simple ninfómana a una ninfómana enamorada de su prima.

Todo tiene un comienzo y este es el comienzo de mi historia de amor con Sonia, porque aunque esté cargado de sexo, erotismo y pasión es el comienzo de una historia de amor que perdura hasta hoy. Antes de Sonia nunca había estado con una mujer y luego de conocerla creo que ya no necesito estar con alguien más, pues ella y solo ella, me hace sentir una mujer plena en todos los sentidos….Si, leíste bien una mujer plena, mi nombre es Karla, tengo 25 años y hace cuatro estoy con mi amada Sonia, disfrutando de un amor total y el amor no distingue entre sexos, si por estar con Sonia me encasillas dentro del mundo lésbico, déjame decirte que no siempre fue así y aún hoy no lo es, porque si no estuviera con Sonia, de seguro estaría con algún chico, pues los hombres siempre me han atraído, pero fue el amor y la lujuria desenfrenada, la que me llevaron a enamorarme de Sonia. Déjame contarte un poco de mi historia personal, para que veas como estaba mi vida antes de Sonia y así podrás darte cuenta de los términos en que te estoy hablando.

Como ya te había dicho, querido lector, mi nombre es Karla y para cuando conocí a mi ángel, tenía un poco más de 20 años, soy una trigueña no muy baja y no muy alta 1.65 mts y debido a que mi madre fue en su juventud modelo, heredé de ella un hermoso rostro y una buena figura, mi pelo es negro lacio, mis ojos son de un verde profundo, mi nariz respingada, lo cual contrasta con mis labios ligeramente carnosos, en el colegio siempre me catalogaron como una de las más bonitas, aunque en realidad, nunca me importó, mi contextura es delgada, sin embargo como buena latina, mis caderas son anchas, a la medida perfecta, lo cual contrasta con mi diminuta cintura, mi piel luce un bronceado perfecto permanente, color de piel heredado de mi padre y es suave y tersa, siempre me he cuidado y siempre he sido bastante femenina con el trato que le doy a mi cuerpo, como lo suficiente, trato de no exagerar, voy al gimnasio regularmente por lo que mi cuerpo es tonificado y mi culito, es redondito y paradito, eso lo suele decir mi ángel aunque no es nada en comparación al espectacular culo de mi nena. Como te había dicho y si me sigues, mi madre fue modelo, por lo que no heredé un busto muy prominente, pero a los 19 años mi padre accedió y me realice la cirugía plástica de aumento de busto y este es mi orgullo, siempre quise tener unas tetas grandes y luego de la operación lo conseguí, el trabajo del doctor fue perfecto, mis senos quedaron tal como los quería, grandes, 34 D, pero totalmente redondos como dos pares de jugosos melones y totalmente parados, coronados por unos pequeños pezones canela que me encantan. Luego de la cirugía, las tetas me quedaron supersensibles, de manera que con solo acariciarlas, tan solo con retorcer mis pezones o con lamerlos, puedo llegar al orgasmo. Soy una chica traviesa, desde siempre lo he sido, simplemente naces con eso, me gusta colocarme camisetas o tops súper justos sin sostén para insinuar todo lo que tengo, para que a través de la tela se marquen mis pezones y así tentar, sugerir, atraer. Me enloquece el sexo, creo que los astros así lo quisieron desde que nací bajo el signo de Escorpio, tengo tendencias ninfomaníacas, y en cuestión de placer me gusta que me hagan y hacer de todo, me masturbo a diario, uso todo tipo de vibradores y juguetes sexuales, me encanta ver porno por Internet o por televisión por suscripción (muchas mujeres querido lector somos así aunque la diferencia es que a mi no me da pena confesarlo, soy una puta en la cama), tengo un pircing en el clítoris, me depilo el coño integramente todos los días y me encanta que me traten mal, como a una zorra cuando me están comiendo. Pero déjame confesarte las tres cosas que más me gustan en materia sexual, no quiero que las olvides y aunque en un principio te suene raro esas fueron exactamente las razones por las cuales Sonia me conquistó. Primero: Ya te había dicho algo de esto, me encanta que me coman las tetas, que jueguen con ellas, que las aprieten, las acaricien, que me chupen los pezones, que los retuerzan, los jalen, los muerdan, que me den palmaditas en los senos, que mi amante ponga su verga erecta entre mis tetas, para masturbarlo con ellas con desenfreno…..esto me da pie, para mencionar mi segundo punto; Segundo: me encanta comer verga y por supuesto, el semen, luego de un rato de lujuria, me encanta que me bañen en el, sentirlo en mi boca, tragarlo, sentirlo escurrir por todo mi cuerpo, por mis tetas, entre mis nalgas, que se vengan en mi cara y me embadurnen el pelo de esperma, ahhhh, eso me excita mucho. En una ocasión estuve con tres hombres al tiempo y lo mejor fue sentirme al final de la jornada exhausta y bañada de semen, si alguna vez estas conmigo querido lector cómplice de esta historia, y si al final, no me descargas todo tu semen en mi boca, en mi rostro o en mis tetas, es como si nada hubiese pasado. Tercero: El sexo anal me vuelve loca; un buen orgasmo se consigue con una buena sesión de sexo oral, jugando y consintiendo mi clítoris, el sexo vaginal, es mejor, pero que me la metan por el culo es lo máximo, los orgasmos son dementes, vienen uno tras otro, me estremezco hasta el delirio, es lo que más me gusta, primeo una enculada salvaje, que me monten analmente y luego, cuando ya esté satisfecha, que se vengan en mi boca, que se masturben con mis tetas y que me llenen de leche toda la cara, mientras me susurran al oído que soy la más puta de las putas (ves por que decía que tenía tendencias ninfomaniacas).

Realizadas las aclaraciones pertinentes, permíteme empezar con mi historia, la historia más sexual que jamás leerás, porque precisamente, Sonia, mi ángel, es eso, sexo salvaje y amor sin medidas; nueve días fueron suficientes para enamorarme de ella, así sucedió….