Nuevas vivencias,nuevas historias II

Continuación del relato anterior, donde narro la historia de Fabián

Hola de nuevo a todos los lectores de todorelatos. Pensaba escribir esta segunda parte justo después de la anterior historia, pero unos asuntos, tanto profesionales como personales, han hecho que no tuviera tiempo para contarla, por lo que he tenido que retrasarla hasta hoy. También decirles que tenía previsto contarles esto en varios relatos, pero lo narraré todo de una aunque se quede un poco largo, ya que no tengo ahora demasiado tiempo.No obstante, ahora les contare la otra parte del relato anterior, en la que después de un encuentro sexual mío y de mi pareja con un escort de lujo llamado Fabián, él nos contó un relato excitante de sus inicios en ese mundo que paso a narrarles enseguida. Pero antes, y de manera breve, les pondré un poco en situación.

Tanto yo, que soy un hombre de 30 y pocos años, como mi novia Ruth (como ya dije en mis anteriores relatos, ese no es su nombre real), somos una pareja heterosexual delante de los ojos del mundo, pero en la intimidad de la cama, somos una pareja muy liberal y nos gusta experimentar en el sexo. Mantenemos muy en secreto esta “vida oculta” por mera apariencia. Ambos somos bisexuales y nos conocimos en una fiesta u orgía, como quieran llamarlo, en la que ambos mantuvimos sexo entre nosotros y con otra gente, tanto hombres como mujeres indistintamente, por lo que nuestros gustos quedaron expuestos desde el primer día (hace tiempo que les conté esta historia). Así que, de vez en cuando, nos pone mucho tener sexo con otras personas, y aquí entra Fabián. Encontramos su nombre por internet. De origen argentino, sus fotos eran espectaculares y ofrecía todo tipo de servicios tanto a hombres, mujeres como parejas. Sus honorarios son ciertamente caros, lejos del alcance de muchos bolsillos, pero, por suerte para nosotros, mi trabajo me lo permite. Sin embargo, a pesar de ser caro, vale mucho la pena contratarlo.

Así pues, después de varios servicios, empezamos a adquirir cierta confianza con él y, después de nuestro último encuentro en nuestra casa, le invitamos a una copa y nos pusimos a charlar una ratillo. Allí fue cuando nos contó su historia personal, que ahora les pasaré a contar.

Pues bien, la historia de Fabián empezó en su argentina natal. De familia humilde, se crió con sus abuelos y tíos debido a que, a los 3 años, sufrió la perdida de sus padres en un accidente de tráfico. Él apenas tiene recuerdos de ellos y su infancia fue muy complicada. Como muchos argentinos, el deporte, y el fútbol en particular, fue su particular válvula de escape. Sin embargo, no era un jugador que destacara demasiado y, además, como le sucede a muchos, una lesión de muy joven freno su progresión. Por todo esto, se tubo que buscar la vida, dejar el deporte y ponerse a trabajar muy joven. Por suerte para él, era bastante listo y manitas, y se ganó bien la vida con trabajos como obrero o fontanero. Sin embargo, su situación familiar no era la mejor y el fallecimiento de sus abuelos agravó esto. Pensó que era el momento de dar un giro a su vida y, por este motivo, y por la situación económica que pasaba Argentina, pensó que lo mejor era emigrar a España. Acordó con sus tíos la herencia de sus abuelos y con el dinero que obtuvo, se vino para España en busca de trabajo y una nueva vida (esto sucedió ya hace unos 10 años, la situación económica del país no era la actual).

Así pues, llegó a España y empezó a buscar trabajo. Por aquella época, no tardo en encontrarlo en varios puestos derivados de la construcción (albañil, fontanero, etc...). La vida le iba bien, hasta se compró un piso, pero, como le paso a mucha gente, la crisis le afectó sobremanera y se quedó en paro después de varios años. Empezó a tener problemas con los pagos de la hipoteca puesto que no le salía ningún trabajo serio. Se ganaba la vida haciendo chapuzas, pero no era suficiente.

Al tener mucho tiempo libre, empezó a cuidarse aun más el físico, ya de por si bien esculpido, y su éxito con las mujeres era evidente. En este punto hay que decir que, en un principio, a Fabián solo le gustaban las mujeres y no miraba para nada a los hombres. No tenía pareja estable, pero era porque no quería tenerla, estaba bien así. No le costaba ligar, atraía a las mujeres, pero cada vez, por la ausencia de dinero, se podía permitir menos el salir.

Pues bien, una noche estaba viendo la televisión en su casa y vio un programa que hablaba sobre el tema de la prostitución. Se sorprendió bastante del dinero que algunas chicas llegaban a ganar y, lo que mas le sorprendió, es cuando hablaron de prostitución masculina. Viendo el panorama que tenia encima y aprovechando que no tenía familia cercana que pudieran enterarse de su “nueva” profesión, decidió intentarlo. Pensó,”¿por qué no?, me gusta el sexo y no pierdo nada”.

Así pues, decidió poner un anuncio en una página de contactos de internet. Se hizo unas fotos de su escultural cuerpo y las colgó junto a un anuncio en el que ofrecía acompañamiento y sexo a mujeres por dinero. No puso cantidad, pero tenia claro que no iba a ser “barato”. Estaba preparado para con cualquier mujer, se mentalizó para ello. Sin embargo, y a pesar de insistir en los mensajes, nadie llamaba a su teléfono. Hasta que un día por la mañana, recibió su primera llamada e hizo su primer servicio con una mujer. Esa primera vez no estuvo tan mal y pensó que sería la primera de bastantes servicios, aunque, eso si, tubo que rebajar un poco sus honorarios.

Sin embargo se equivocaba. A pesar de bastantes llamadas, muchas eran solo para informarse y en las siguientes semanas solo tubo 2 o 3 servicios más. Las deudas le acuciaban, no tenía dinero hasta que, una noche, vio un anunció por un chat televisivo: “hombre maduro pasivo buscaba hombre activo para ahora. Pago. Tlf...”. El jamás habría pensado llamar pero se dijo a si mismo, “por mirar a ver que tal no pasa nada”. Así que llamó y le contesto un hombre con voz bastante varonil al otro lado (se sorprendió bastante, porque esperaba oír una voz con “pluma”). Fabián fue muy claro. Él era un escort profesional activo (no le dijo que nunca había estado con un hombre) y puso precio a su servicio. Después de negociar con el “cliente”, se pusieron de acuerdo con el precio (bastante más alto que sus servicios habituales con mujeres), y le dieron la dirección de la casa y allí acudió Fabián.

Según contó Fabián, estaba aterrorizado. No sabía si darse la vuelta, llamar y cancelar o lo que fuera para no ir, pero el dinero era muy jugoso. Tenía miedo de, incluso, no empalmar y quedar mal. Estaba hecho un mar de dudas pero, cuando se quiso dar cuenta, había llegado a la dirección del cliente. Le costó un par de minutos llamar al timbre pero, al final, se armó de valor y llamó. Rápidamente le abrieron la puerta de abajo y subió hasta el piso en cuestión. Cuando llegó, vio la puerta entreabierta, toco con la mano y enseguida apareció su cliente(le llamare así ahora).

Era un hombre maduro, de unos 50 años, bien conservado y, lo que mas le sorprendió, de aspecto bastante varonil( Fabián no era homófobo, pero tenía la idea preconcevida que, en el mundo gay, los pasivos solían tener pluma y los activos no, o no tanta). Una vez dentro, su cliente le explicó el servicio que quería. En principio, le daría 150 euros por un polvo con él, desde la mamada a la penetración, sin mas. Él ejercería de pasivo y Fabián sería el que se lo follara. Luego, una vez acabado, se ducharía y se iría. Y, sin mas preámbulos, le dijo que pasara a la habitación que quería empezar ya.

Los nervios de Fabián eran evidentes, nunca había estado con un hombre, pero eran nervios extraños. Se encontraba algo excitado y no lo entendía demasiado. Notaba como su polla, un instrumento bastante grande, estaba empezando a endurecerse, y eso que no era una mujer ni habían empezado aún. Así pues, entraron el la habitación y su cliente empezó rápidamente a desnudarse, diciéndole a él que se la quitara también. En poco tiempo, ambos se quedaron totalmente desnudos. Como ya he dicho antes, Fabián era un hombre escultural, pero su cliente llamaba bastante la atención. Era un hombre maduro, bastante alto y muy bien conservado, se notaba que hacía ejercicio. Vientre plano, espaldas anchas, fuertes piernas... seguramente hacía natación. No tenía depilada ninguna parte de cuerpo, pero no era excesivamente peludo. Tenía un culo, bastante firme y prieto y, otro “mito” que se le cayó a Fabián, una buena polla(como antes, debido a los estereotipos de la sociedad, pensaba que alguien pasivo también lo era por tener una polla pequeña).

Así pues, el cliente se sentó al borde de la cama y le dijo a Fabián que se acercara. Este, totalmente desnudo y con la polla semi-empalmada, se acercó con algunas dudas. Cuando se situó delante de su cliente, este no dudo ni un instante, cogiéndole la polla con la mano y empezando a comérsela al instante. Fabián se encontraba algo aturdido, no sabía si estaba haciendo bien, pero enseguida le cambio la sensación. La mamada que le estaba propinando su cliente era fantástica. Decir que era la mejor mamada que le habían dado en la vida quizás era exagerado, pero era sin duda una de las mejores. Estaba totalmente excitado, incluso extrañamente mas excitado de lo normal, y notaba que si no paraba pronto de comerle la polla, se iba a correr enseguida. Sin embargo el cliente paró y se tumbó en la cama. Cogió del cajón de la mesita de noche un par de condones y un lubricante y se le dio a Fabián. Le dijo que se pusiera el condón y un poco de lubricante, y que luego también se le pusiera un poco en el culo para facilitar la follada. Así pues, Fabián se colocó el condón y el lubricante, y vio como su cliente se colocaba a 4 patas en la cama, facilitandole el trabajo en su culo. Fabián ya ni lo dudó. Se embadurnó un dedo de lubricante y lo llevó al culo de su cliente, empezando a meterle el dedo para que dilatara una poco y dejarlo bien preparado para su polla. No era el primer culo que se había follado, pero si el del primer hombre, así que no iba a llegar a más, ni beso negro ni nada. Poco a poco, el ano de su cliente fue dilatando un poco y este, ya entre gemidos, le pidió que lo follara ya.

Fabián, con la polla dura como una piedra, se situó detrás de su cliente, puso su polla en la entrada de su culo, le agarró de la cintura y fue metiéndole la polla muy despacio. A pesar del trabajo realizado en el culo del cliente y del lubricante, debido a la gran polla de Fabián, le costó bastante meterla. Repitió esta penetración lenta y profunda varias veces hasta que, poco a poco, notó como el culo iba cediendo y aumentó el ritmo de la follada. Su cliente empezó a gemir de placer con cada embestida y, borracho de placer, el iba pidiendo que lo enculara más fuerte, que quería más. Fabián jamás pensó que disfrutaría tanto de follar con un hombre. Tener a un tío de aspecto varonil a su merced, dándole por culo a cuatro patas y que encima le pidiera más le daba una sensación de poder y morbo que jamás había sentido. ¡¡Y encima le iba a pagar por follarlo!!

Sin embargo, el hombre le pidió que parara. Fabián salió de él y su cliente aprovechó para darse la vuelta, mostrándole una importante erección a Fabián y pidiéndole que lo follara de cara para así poderse pajear. Dicho esto, Fabián volvió a ponerse entre sus piernas, se las levanto hasta dejarlas casi encima de sus hombros y volvió a metérsela, pero esta vez la follada fue intensa desde el principio. Mientras se lo follaba, el cliente aprovechaba para pajearse, lo que extrañamente le daba gran morbo a Fabián, el cual no iba aguantar mucho más. Le dijo al cliente que se venía, y este le pidió que se corriera encima de su pecho y, cuando no pudo más, así lo hizo. Se derramó en abundancia sobre su cliente que, casi al mismo tiempo, hizo lo mismo, llenándose de semen el pecho. Fue una corrida brutal por parte de ambos. Fabián se dejó caer al lado de su cliente en la cama y permaneció tumbado al lado de este para recuperarse. De repente el cliente habló:

-Tienes algún tipo de horario en cuestión? Me gustaría saberlo para poder volver a llamarte otro día.

-No, puedes llamarme cuando quieras, pero mejor hazlo con tiempo por si acaso ya tengo contratado otro servicio (no tenía demasiados, pero se las dio de importante)

-Ok. Otra pregunta, ¿eres escort solo activo o versátil? Lo digo porque yo soy versátil, me gustan ambas cosas, pero hoy sin mi mujer me apetecía más que me follaran. Sin embargo, a veces, después del polvo, como ahora, me apetecería follar a mi. ¿Te apetece? Estoy dispuesto a pagar más.

Fabián no sabía que decir. Se tomo su tiempo para responder. Su primer impulso fue decir no, nunca, pero...tenía 2 extraños pensamientos. Lo primero era el dinero. Le acababan de paga 150 euros por follar y le estaban diciendo que le darían más si se dejaba follar. Y segundo, y esto Fabián no lo podía entender, le daba mucho morbo la situación, incluso, por que no decirlo, tenía ganas de probar. Por estas razones la respuesta de Fabián clara y contundente.

-¿Cuánto más estas dispuesto a pagar?

-Solo me quedan 100 euros, no tengo más en casa.

-Ok, acepto los 100, pero has de saber una cosa...

Fabián le contó a su cliente una historia en la que mezcló verdades con mentiras. Le dijo que él era escort principalmente de mujeres, y que con los hombres siempre había sido activo(era verdad, aunque lo fuera desde hacía 20 minutos, jeje) y que  nunca había sido pasivo(también verdad) pero que le gustaría experimentar. Al oir esto, su cliente se levantó de la cama, fue a por el dinero y se lo dio. Luego se fue al baño a limpiarse el semen del pecho y le dijo que se fuera preparando.

Fabián volvía a sentir miedo. Pensaba que había cometido un error, que mejor le devolvía el dinero y se iba...pero no lo hizo. Se espero sentado al borde de la cama hasta que apareció su cliente. Este, después de haberse limpiado un poco, se acercó a Fabián y se situó delante de pie delante de él, dejando su polla ya semi-erecta delante de la cara de Fabián. De repente, noto como su cliente le cogía de la cabeza y la llevaba hasta su polla. Fabián apenas pudo reaccionar, pero actuó por instinto. Abrió la boca y empezó a comerle la polla a su cliente. Nunca antes había comido una polla (nunca antes lo imaginó) y no sabia hacerlo. Sin embargo, no le costo aprender. Su cliente le guiaba, iba moviéndole la cabeza adelante y atrás, dirigiendo el ritmo de la mamada, y dándole indicaciones precisas de cómo tenía que hacerlo. Y lo más curioso de todo, Fabián estaba disfrutando. Poco a poco, él mismo fue cogiendo el ritmo y ya no le hizo falta la ayuda de su cliente, el cual lo estaba disfrutando. De repente, este hizo que parara de comérsela y le dijo que se colora en la cama a 4 patas, que era la forma mas fácil de empezar.

Fabián le recordó que era virgen, que tuviera cuidado, a lo que su cliente respondió que sabía lo que se hacía. Con Fabián ya a 4 patas, su cliente empezó a jugar con su agujerito virgen, realizándole un impresionante beso negro y metiendole progresivamente varios dedos dentro del culo con el fin de dilatárselo un poquito. Fabián estaba disfrutando como nunca. Solo una chica le había hecho algo parecido, metiendole un dedito en el culo mientras le comía la polla, pero esto de ahora no tenía ni punto de comparación. De repente, el cliente paró y Fabián, poco después, notó algo frio en su culo. Le estaban poniendo algo de lubricante para facilitar la penetración y esto hizo que Fabián se erizara, por una mezcla de frio y miedo. ¿de verdad iba a permitir que un tío lo follara? Estando como estaba a 4 patas, giró la cabeza, vio como su cliente se ponía un condón y se situaba detrás de él con la polla totalmente empalmada. Sabía lo que venía, y lo deseaba. Notó como su cliente colocaba su polla en la entrada de su virgen culo y empezaba a empujar. Fabián notó dolor y le dijo que parara, pero su cliente le dijo que se tranquilizara y que aguantara. Poco a poco, la polla le fue entrando en el culo hasta tenerla toda dentro(como ya dije antes, era una polla de buen tamaño). Una vez toda dentro, el cliente empezó, poco a poco, a bombearle el culo. Poco a poco, el dolor que sentía Fabián iba desapareciendo y convertiéndose en placer. ¡¡Un hombre lo estaba enculando y lo disfrutaba!!,¡¡y cada vez más!!. Noto como su cliente le agarraba de las caderas y empezaba a follarlo cada vez mas fuerte, mientras que él gemía como si se tratara de una mujer. A pesar de ser follado por un hombre maduro y que este se hubiese corrido media hora antes, su aguante era enorme. Lo estuvo follando como 15 minutos, hasta que Fabián noto que se tensaba, que le sacaba la polla de dentro y que se le corría en la espalda. Fabián se quedo tumbado en la cama, descansando del polvo que le habían dado, hasta que su cliente le dijo si quería ducharse ya, que quería acostarse, por lo que se fue al cuarto de baño y se duchó. Le ardía el culo, pero había pasado un momento fantástico. Después de la ducha, se vistió y se despidió de su cliente, el cual le dijo que le volvería a llamar, a lo que Fabián respondió que cuando quisiera y con el precio convenido. Después se fue.

Desde ese día, Fabián descubrió la bisexualidad completa y “amplió” su negocio de escort. Quedó varias veces con el cliente anterior, actuando a veces de activo, a veces pasivo y otras ambas a la vez. También este cliente le  presentó otros potenciales clientes, tanto hombres como mujeres, incluso parejas, todos adinerados, lo que le permitió salir de su crisis económica y convertirse, ahora si, en un escort de lujo de éxito que, en la actualidad, era muy selectivo con sus clientes.

Esa fue la historia que nos contó Fabián a mi pareja y a mi,  que tanto nos excitó ese día a los dos y la cual esperó que les haya excitado tanto a ustedes. Hasta otra.