Nuevas vacaciones
Una mujer se atreve a dar un paso más allá. Conoce la infidelidad
Tengo 42 años y estoy casada. Mi matrimonio no es malo, a veces la rutina lo tira abajo, llevamos juntos muchos años y nunca había sido infiel. No por no desearlo sino por no atreverme. Hace un verano nos fuimos con los chicos a Bariloche a un complejo de cabañas frente al lago. Mis hijos son lo más importante pero muy demandantes.
Ese verano prometía ser más relajado el lugar tenía espacio para ellos. Fue llegar y que los chicos, que son dos hicieran buenas migas con unos hermanos de sus mismas edades. Así que Pablo y yo comenzamos a disfrutar de las instalaciones para adultos que contaba el complejo. La primer noche vinieron los padres de los niños que habían conocido nuestros hijos. Eran una pareja más joven que nosotros. Ella atlética y muy interesante y el un moreno alto, y bien marcado. Los invitamos a cenar. Así descubrimos que venían del norte y llevaban juntos toda la vida. Inmediatamente sentí una conexión súper con Laura, ella me hablaba como si nos conociéramos desde siempre así que comenzamos a contarnos chismes de mujeres. Lo mío no era muy interesante. Me quede boquiabierta cuando me dijo que la fidelidad no era su punto fuerte y que solía tener amantes según la época para mantener la llama encendida en su matrimonio. Julio su marido tomaba vino con Pablo pero ya había notado que no iba por buen camino esa compañía.
Al otro día en la pileta Julio se me acercó y me preguntó que leía. Se sentó junto a mi reposera y nos pusimos a hablar. Era un hombre muy interesante además de lo bueno que estaba. Le gustaba el senderismo así que me dijo de unirme a una caminata por el bosque por la tarde. No estaba muy segura que decir pero me convenció diciendo que me pasaría a buscar por la cabaña. Seguimos hablando de cosas sin importancia y juraría que me miraba los pechos pero no le di importancia en definitiva eran grandes y siempre me los miraban. Fui a la cabaña y le comenté a Pablo que iría a hacer una caminata y que podía unirse si lo deseaba. Cuando me dijo que no festeje internamente. Había partido de fútbol y estaba anotado.
Me puse mis mejores leggins, una remera deportiva y el corpiño igual. Me ate el pelo y confieso que me maquille sutilmente. Cuando toco la puerta y lo abrí se me vino el corazón a la boca. Estaba ahí parado con toda su humanidad marcada. Pero fue él quien me dijo que estaba muy linda para ir a hacer senderismo. Me pidió un vaso con agua así que pasamos dentro. Mientras le servía el agua lo sentí por detrás apoyado contra mi. Me dijo que si quería podíamos quedarnos relajándonos un poco. No me anime a hablar. Simplemente le confirmé que quería lo mismo acercando mi culo más fuerte contra el. Calcule mentalmente el tiempo que teniamos. Puse traba a la cabaña y me entregué por completo a mis deseos. Me solté el pelo y comencé a quitarme la ropa. El solo me veía sentado en una silla. Totalmente desnuda me senté frente a él y lo besé. Nos besábamos apasionadamente mientras empezaba a moverme arriba de él. Julio noto que estaba muy caliente. Así que empezó a meterme los dedos mientras nos besábamos yo gemía de placer y mi mano buscaba desabrochar su pantalón para empezar a tocarlo. Cuando descubrí su pene quede maravillada, era grande, robusto, y venoso. Lo masturbaba mientras el a mi. Nos besábamos de vez en cuando. Se quito la ropa y me apoyo en la mesada. Sin pedir ningún tipo de permiso empezó a cogerme de forma fantástica. Lo sentía entrar y salir como me tocaba y saboreaba mis tetas de a ratos. Yo gritaba y me movía al ritmo. En ese frenesí que no quería que terminara me la saco. Me arrodillé y empecé a chupársela. De forma abrupta, me la metía toda y con mis manos le estimulaba sus bolas. Mi lengua recorría todo su miembro dando lengüetazos como si fuera un helado y por momentos me la metía entera. El me tiraba del pelo y más me excitaba. Sin darnos cuenta terminamos en el piso. Así que lo monte mientras el me decía cuánto lo calentaba esa posición. Terminamos en cuatro, cuando me embistió grite como si fuera mi primera vez me gustaba y me generaba un ardor hermoso. La sentía toda adentro y el golpe era encantador. Me tocaba las tetas mientras entraba cada vez más fuerte .
Terminamos casi juntos. Le pedí que descargara sobre mi culo y estuvimos tirados sobre el piso 20 minutos más. Tocándonos despacito. Julio se fue y al rato volvió mi marido con los chicos. Las vacaciones continuaron iguales todas las tardes. Aún hoy nos mensajeamos y a pesar de tener muy buena amistad con Laura mi relación con Julio es indispensable.