Nuevas sensaciones (Final)
aqui esta el capitulo final de esta saga, espero que lo disfruten y dejen sus comentarios...gracias a todos mis lectores.
Capitulo XXI
A las seis de la tarde de ese viernes, Luis y Adrián llegaron al frente de la habitación 23 del hotel acordado. Adrián estaba temeroso, dubitativo por lo que iban a hacer; era claro que tenía ganas de experimentar cosas nuevas, miembros más grandes, cuerpos adultos, estar con alguien experto que sepa qué hacer, donde tocarte; pero aun estaba inquieto con lo de hacerlo ahí con un sujeto que había contactado Luis por una sala de chat.
A petición de Adrián, Luis volvió a describir el sujeto que los esperaba tras la puerta, a pesar de que no lo había visto, Luis lo describió según los detalles que el mismo sujeto le había escrito. Se trataba de un adulto cercano a los 40 años, de buen físico, trabajado en gimnasio, piel canela, pelo oscuro y corto, cara bien cuidada, sin vellos en el rostro, según que aparentaba un poco menos de edad se hace llamar Mad Max.
Apenas tocaron la puerta, esta se abrió desvelando la incógnita, Luis y Adrián quedaron sorprendidos, ciertamente Mad Max respondía a la descripción dada, sin embargo resultó ser un hombre conocido, y para Adrián muy conocido; por lo que intentó devolverse, pero tras hablar un rato, Mad Max los persuadió para que entraran a la habitación.
Luis: ¿tú eres Mad Max?
Mad Max: si, ese es mi nick de messenger y mi pseudónimo en este mundo preferiría que ustedes me llamen así y no mezclemos nuestras vidas públicas con esto que es parte de nuestra privacidad y como tal debe quedarse ahí.
Adrián: yo quería hacerlo con alguien que no conociera no con mi
-Soy Mad Max, olviden lo que conozcan de mi, pero tranquilos, vamos a sentarnos y hablemos un poco, voy a servirles vino para calmar los ánimos.
Adrián y Luis se sentaron en la cama, mientras Mad Max tomó las copas con vino que tenía sobre la mesa, ya lo tenía todo preparado: el vino, las rosas, música suave los tres charlaron por unos diez minutos, dejando claro que lo que sucediera ahí no lo sabría mas nadie, los ojos del mundo no tienen que saber lo que hacen en privado, ante esos ojos ellos seguirían siendo heterosexuales.
Sin embargo, aun después de aclarar todo, los muchachos aun no estaban en planes de sexo, y eso que estaban vestidos para la ocasión: ropa deportiva, franela, pantalón deportivo y zapatos muy fáciles de quitar; y Mad Max con una bata blanca muy corta, hasta los muslos, y debajo un bóxer. Así que si no hubiera sido por la confusión en un instante se habrían desnudado y estuvieran disfrutando de sus cuerpos.
Mad Max no iba a dejar la oportunidad de estar con dos chicos, y menos con dos que conocía y les guardaba cierto morbo, así que posó sus manos sobre los hombros de Adrián y empezó a darle un masaje bajo la excusa de que lo veía muy tenso. Adrián no se opuso a la idea y se dejó quitar la franela y los zapatos, luego se acostó boca abajo y cerró los ojos. Mad Max le indicó a Luis que le alcanzara un aceite para masaje que estaba sobre la mesa, cuando lo trajo, Mad Max tomó por la cintura y le dio un beso con lengua a Luis quien se dejó, estaba claro que quería sexo, solo tendría que acomodar el terreno para que Adrián también quisiera.
El aceite rodó por toda la dura espalda de Adrián y se fue diluyendo entre su cuerpo y las manos de Mad Max que subían y bajaban, desde el cuello hasta la base de la columna, lo palpaba con sensualidad, disfrutaba tocar ese cuerpo. No tardó Mad Max en quitarse la bata y sentarse casi sobre el trasero de Adrián, para estar más cómodo y tener mejor ángulo para dar el masaje. Luis se sentó en un sillón para ver bien la escena mientras que con su mano empezaba a tocarse su pene por encima del pantalón.
Las manos cada vez bajaban más y con ellas el pantalón de Adrian, ya se veía el inicio de la división de sus nalgas. Mad Max sugirió darle un masaje corporal completo a lo que Adrián solo sonrió. A un lado cayó el pantalón y bóxer de Adrián, mientras que su cuerpo desnudo era untado por completo por aceite. Luis estaba excitadísimo, ya se estaba masturbando por dentro del pantalón mientras veía como Mad Max masajeaba desde el talón hasta el cuello de Adrián.
Sin previo aviso, un dedo de Mad Max se introdujo dentro del ano de Adrián, él solo suspiro y empezó a gemir un poquito cuando este dedo entraba y salía de su culo, lubricándolo a más no poder. Ya los tres estaban súper excitados, Mad Max y Luis se terminaron de desnudar, estaba claro que los tres querían hacerlo. Luis se acercó a la cama pero Mad Max le dijo que esperara, primero era Adrián.
Ya con los glúteos aceitados y separados al máximo por esas grandes manos, el miembro de unos 18 cm de Mad Max penetró sin inconveniente, entró completo ante el gemido de Adrián que se aferraba a las sabanas. Levantó un poco la cadera y empezó a meter y sacar su pene dentro de ese chico, un ritmo mediano pero bien movido, Luis se masturbaba con más rapidez al ver a su amigo retorcerse del placer.
Luego de un rato, Mad Max acomodó a los dos chicos en la cama, los colocó en cuatro patas, uno al lado del otro, con sus culos bien aceitaditos y preparados para sentir su pene. Primero lo metió dentro de Luis a la vez que con sus dedos penetraba a Adrian, los chicos gemían de infinito placer, se daban besos con lengua entre ellos mientras eran penetrados con fuerza, sus nalgas temblaban cada vez que los testículos de Mad Max chocaban contra ellas. La puerta empezó a abrirse lentamente
Ya eran las ocho de la noche, la hora pautada para reunirse en casa de Alejandro y pasar todo el fin de semana ahí. Casi todos habían llegado, Miguel, David, Gustavo, Antonio y Alejandro estaban conversando amenamente en la sala. Aun no llegaban Luis, Manuel y Eduardo para que todo el clan estuviera reunido. Miguel llamó a Manuel para saber por dónde venía pero no le respondió, él era parte importante de la reunión ya que intentarían dejar en claro las condiciones de su relación.
A pesar de las risas, los chistes, beber alcohol, bailar entre ellos bien pegaditos, existía un clima tenso entre todos, se notaba que sus relaciones de amistad se habían deteriorado en estos últimos meses. Gustavo y Antonio buscaban decirle entre líneas a David de que su hermano era bien gay y que lo hacía divino, David no entendió mucho lo que le querían hacer entender puesto que ni pensaba de lejos que Adrián era homosexual.
En cualquier momento podía explotar la situación y empezar a decirse verdades ocultas, solo parecía que estaban esperando a que Luis, Manuel y Eduardo llegaran. Miguel seguía mandando mensajes a su novio para saber por qué tardaba tanto, pero parecía que Manuel estaba molesto ya que no le respondía. Sonó el celular de Alejandro y él se apartó del grupo para hablar. Gustavo se sentó al lado de David aprovechando que los novios perfectos por fin se habían separado. Alejandro dijo que tenía que bajar, le iban a entregar algo en la puerta del edificio.
Era la ocasión idónea, los novios se habían separado, Alejandro se tardaría un poco, ya todos estaban bien bebidos, tenían casi dos horas bebiendo a ritmo acelerado, así que Gustavo lo intentó por enésima vez puso su mano sobre la rodilla desnuda de David (estaba en short), y empezó a acariciarla a lo que este respondió apartándose un poco, pero los brazos de Gustavo lo acorralaron al borde del mueble y contra la pared.
Gustavo: me vas a disculpar, pero siempre he estado enamorado de ti, eres muy lindo y me tienes loco.
David: está bien, pero yo tengo mi pareja, así que por favor ay..deja
Las manos de Gustavo eran inquietas, las dos habían entrado por debajo de la ropa de David y ya estaban masajeando la entrepierna y una tetilla. Estaban solos, Antonio se había ido con Miguel para la cocina para abrirle el camino a su líder, Miguel no prestó atención, seguía mandando mensajes e intentando llamar a Manuel.
Gustavo: anda, dime que no te gusta lo que te hago dame un beso.
Tal vez era por el efecto del alcohol o por sentir placer, pero David no opuso mayor resistencia a ese beso que empezó a subir por su cuello. Aquella mano ya sujetaba sus bolas a la vez que el dedo medio buscaba palpar su ano. Cuando ya esos labios estaban casi sobre los suyos, solo hasta entonces David reaccionó y se apartó del mueble. Gustavo se levantó algo molesto, (estaba tan cerca de lograrlo), se puso frente a David y metió bruscamente su mano dentro del short de este y sujetó bien esas nalgas blancas, apretó a David contra su cuerpo, para que sintiera la erección que tenía, para felicidad de Gustavo, David también lo tenía duro.
David: déjame déjame por favor te lo pido por lo que más quieras.
Gustavo: lo que más quiero es a ti.
Acto seguido introdujo un dedo hasta lo más profundo de David quien aguantó el dolor para después darle una buena patada en las bolas a Gustavo, quien se retorció mientras David salió del apartamento para buscar a su novio. Aun no había pasado el dolor, cuando Antonio y Miguel regresaron a la sala con cara de espanto, Miguel casi estaba llorando solo le mostraron a Gustavo un mensaje que le llegó a Miguel del celular de Manuel que decía: "vengan a recoger a su amiguito maricón antes de que se desangre en la acera..."
Acelerado aun por lo que acababa de pasar con Gustavo, David bajó rápido hasta el estacionamiento del edificio, ya hasta el efecto del alcohol se le había pasado con semejante acoso. Buscó en la oscuridad a Alejandro, pero era difícil, había poca luz, de repente las luces de un carro que estaban estacionando iluminó parte del estacionamiento, y ahí, entre sombras y luces, David quedó paralizado al identificar a Alejandro. Estaba contra un carro con el pantalón hasta las rodillas y con una verga entrando y saliendo de él, no vio bien quién era el que poseía a su novio, solo se veía algo mayor que ellos.
Algo aturdido abrió los ojos Luis, vio el techo blanco de esa habitación de hotel, aun en su difusa mente recordaba el placer de hace pocas horas, semejante pene entrando dentro de él, se sintió en el cielo de repente se dio cuenta que por más que intentaba seguir recordando todo lo que había pasado, todos los movimientos, cómo lo tocaron; no podía recordarlo. Un intenso dolor lo invadió, era por su costado, bajo la mirada para ver que había palpado con su mano, era húmedo, rojo, era sangre sangre que brotaba de su costado, las sabanas blancas ya eran rojas, no podía ver su herida, estaba cubierta, tampoco podía pararse, estaba como drogado.
En tal desespero por querer moverse y sentirse entumecido, solo acertó a tomar una hoja de papel que estaba al lado de su almohada, leyó esas líneas que se le hacían borrosas, pero quedó paralizado cuando terminó de leer la carta de Mad Max pedía disculpas, pero así son los negocios, Adrián es un chico muy lindo y muy apetecido, le serviría a su asociación, obtendrían muchos clientes gracias a su cuerpo y hermoso rostro. También lo lamentaba por Luis, pero todo esto es un negocio y al no ser tan atractivo como Adrián, entonces el provecho que le pudieron sacar era un riñón.
Aquellos gritos entrecortados y casi sin fuerzas de Luis eran semejantes al de todos aquellos homosexuales que buscan placer con tantas ansias que se adentran en lo desconocido, se arriesgan en pro de vivir la vida en el placer máximo, pero que el destino, la vida, el hombre, les arrebata la ilusión de ras, con sufrimiento, con dolor con sangre pagan su osadía de buscar más allá el placer y que encuentran la realidad de un mundo atroz.
Los gritos mudos de David eran semejantes a todos aquellos que brotan de las entrañas de los gay que buscan la felicidad y la estabilidad en una pareja, pero que por errar en la elección de su ser amado, por dejarse llevar muchas veces por el placer, se encuentran de frente con el engaño que los destroza por dentro e impide que salga el sufrimiento ya que es un dolor que se adentra hasta lo más profundo de su corazón.
Y los gritos de horror y desgarradores de Manuel cada vez que le daban con ese bate que se manchaba cada vez más con su sangre, se asemeja al de muchos homosexuales que surgen de la promiscuidad y queriendo cada vez mas y mas sexo y placer, yerran el camino y cruzan el puente del atrevimiento, pero que se consiguen de frente con el rechazo de los heterosexuales.
En fin, son gritos de una realidad que yace sobre todos, seres humanos buscando alternativas para ver la vida, para sentirla, para ponerse en contacto con ella, pero como todo en el mundo: acción-reacción no todo resultado siempre es bueno. Por lo menos la vida sigue para muchos que pueden aprender de los tropiezos