Nuevas sensaciones (8)

Encuentro entre Alejandro y David.

Capitulo VIII

Era la mañana de un domingo caluroso, tras una larga semana de estudios, repleta de exámenes y trabajos, David por fin puede descansar tranquilo en su cama. El calor inclemente le obligó a despojarse de toda su ropa, durmiendo así completamente desnudo con gotas de sudor que recorrían todas las partes de su cuerpo. A pesar de esto, David estaba profundamente dormido, tenía días sin poder disfrutar de un buen descanso, pero el zumbido que se hacía cada vez mas fuerte lo fue despertando poco a poco, era su celular que estaba sonando sin cesar. Medio dormido estiró su brazo para alcanzar el teléfono en su mesa de noche, sin embargo su mano se tropezó con un objeto duro. Abrió los ojos rápidamente y vio a su hermano Adrián justo en la mesa, estaba casi desnudo, parecía que salía de la ducha, puesto que estaba mojado y con una toalla alrededor de su cintura.

Los dos se quedaron quietos, sin mencionar palabra alguna, quizás fue un instante o tal vez unos minutos, lo cierto es que este momento quedó congelado, los dos hermanos viéndose sus cuerpos como nunca antes. Debajo de la toalla de Adrián empezó a crecer un bulto, así como el pene de David, completamente al descubierto, creció aceleradamente. El celular dejó de sonar. Adrián bajo la mirada hasta el sexo de su hermano, David al percatarse se cubrió con las sabanas.

David: ¿qué haces en mi cuarto?

Adrián: me estaba bañando, pero tu celular no paraba de sonar, así que vine a ver qué pasaba y ahí fue cuando te despertaste.

David: está bien, ya puedes volver al baño, gracias por preocuparte.

Adrián abandonó la habitación, David no pudo evitar mirara la espalda y el trasero bien formado de su hermano, se veía que el karate le había dotado de un buen cuerpo. Al cerrarse la puerta, David volvió en sí y tomó el celular para ver quién había estado llamando insistentemente; era Alejandro y le había dejado un mensaje de voz: que comprendía que no le respondiera las llamadas, pero que esto era importante y necesitaba hablar con él, que si quería fuera a su apartamento por la tarde para hablar, era urgente.

David pasó toda la mañana pensando en lo que debía hacer, si iba de repente era una trampa, pero por otro lado, parecía que era algo importante. Decidió ir, sin embargo el miedo de que pasase algo lo carcomía. Duró un buen rato para vestirse, no encontraba la ropa adecuada para ir, hacía mucho calor y lo mejor era salir ligero de ropa, pero esto podría ser muy provocador para Alejandro. Finalmente encontró lo ideal: un pantalón y una camisa blanca de tela casi fina, que eran bastantes frescas para el calor, más unas sandalias, si Alejandro iba a verle algo que viera sus pies solamente.

Se fue a pie hasta el apartamento de Alejandro, llegó a su puerta a eso de las tres de la tarde, Alejandro abrió y quedó un poco impresionado con David, el sudor había pegado la ropa al cuerpo y al ser casi transparente permitía ver todo cuerpo, sus tetillas rosaditas se marcaban en la camisa y su trasero redondo y blanco se veían completamente, David no traía ropa interior.

Luego de observar bien el cuerpo de David mientras se saludaban, Alejandro le indicó que sus padres estaban en la casa y que no podían hablar allí, pero que tenia las llaves de la azotea, en donde nadie los molestaría ni escucharía lo que tenían que hablar. David titubeó un momento pero accedió.

Al llegar, Alejandro cerró la puerta con llave, dejando esos 80 mts cuadrados para ellos dos solamente. Le explicó a David que ese edificio era el más alto del complejo residencial, por lo que nadie los vería. Inmediatamente David pensó que era el lugar idóneo para que Alejandro intentará iniciarlo, por lo que se mantuvo lo más alejado posible de él para evitar cualquier intento.

Alejandro: ¿sabes algo?, este es un lugar sagrado para mí, es el sitio donde puedo encontrarme conmigo mismo, aquí puedo dejar todas las presiones a un lado, yo solo me acuesto en este piso y viendo al cielo puedo despejar mi mente.

David: ¿y?, ¿qué quieres, que me ponga a llorar?

Alejandro: no, no quiero que llores, tampoco tienes que ser tan duro conmigo, lo único que quiero decir con esto es que puedes estar tranquilo aquí, porque no pienso ensuciar este lugar sagrado con un acto sexual tan vacío como una iniciación.

David: ¿vacío?, entonces si piensas eso ¿por qué tanto empeño en iniciar a todos?

Alejandro: escúchame bien, te voy a explicar todo, esto del clan comenzó hace casi dos años. Gustavo, Eduardo, Mauro y yo estábamos en los 15, en la plenitud de nuestra juventud, nuestros cuerpos estaban acelerados, queríamos experimentar, primero entre nosotros, luego cada quien buscó otras opciones, pero Mauro y yo nos enamoramos, yo le huía a la idea, pues como te habrás enterado soy bisexual o gay activo, como lo quieras llamar, no quería involucrarme tanto, sin embargo todo se dio y lo pasamos muy bien durante unos meses, él era especial conmigo, lo quería mucho, pero como es este mundo de la homosexualidad, él quería conocer mas y debido a la libertad o mejor dicho libertinaje que a veces hay entre los gays en cuanto al sexo, él quiso ligarse con otros hombres, sin embargo lo hizo con el hombre equivocado, él tenía como 30 años, lo conoció por Chat, Mauro por inocente o por estupido se dejó llevar y se encontró con él, lo hicieron, pero algo pasó y el hombre se enfureció y lo golpeó hasta la muerte.

David: este…cuanto lo siento.

Alejandro: bueno, eso ya son cosas del pasado. Después de eso, el hombre se suicidó cuando vio lo que hizo, según que estaba drogado. Me dolió bastante, pero gracias a mis amigos lo pude superar. Ahí fue cuando fundamos el clan, no podíamos arriesgarnos a otra tragedia o a contagiarnos de alguna enfermedad de transmisión sexual, así que decidimos hacerlo solo entre nosotros, pero luego teníamos ganas de probar otras cosas, y como sabíamos de la inclinación homosexual de algunos compañeros, empezamos con este proceso de iniciación, que me lo dejaron a mi por mi condición de bisexual y por considerarme el líder del grupo. Así iniciamos a casi todos en el salón, la mayoría solo lo hizo un par de veces, solo para probar, otros como Luis se unieron al clan. Pero te dejo en claro que nosotros a cosamos un poco para ver en realidad quienes quieren hacerlo, si no quieren nosotros lo dejamos tranquilos.

David: está bien, comprendo tu dolor por lo de Mauro y toda esa historia, pero eso de que ustedes solo acosan un poco no lo creo, a mi ya me tienen harto de esto y ya han pasado unos tres meses.

Alejandro: lo sé, pero contigo es distinto…primero eres muy lindo y eres una presa irresistible como para dejarla ir tan fácil. Y segundo hay algo en tus ojos que nos da ciertas esperanzas.

David: ¿en mis ojos?

Alejandro: si, a veces tus miradas parecen como de gay, nos ves y sientes como deseos…pero te llamé para ponerle punto y final a este acoso porque sé que nos hemos pasado un poco.

David: qué bueno!

Alejandro: ya va, solo necesitas probarme que realmente no quieres ser homosexual…quiero que me digas si eres o no eres gay

David: no

Alejandro: espérate, mírame a los ojos, y con la misma sinceridad con que yo te conté mi historia, quiero que lo pienses bien y me digas la verdad.

David: bueno, te estoy siendo sincero, realmente no quiero nada con ustedes ni con ningún hombre.

Alejandro: bueno, te creo, espero que me estés diciendo la verdad, a partir de ahora ninguno de nosotros te va a acosar ni nada por el estilo.

David: gracias Alejandro, y de nuevo lo siento por lo de Mauro.

Alejandro: ok, te voy a abrir la puerta para que te vayas.

Hubo un silencio, la mirada de los dos se cruzaron, en el aire había un enrarecido ambiente de nostalgia, los dos se fundieron en un fuerte y emotivo abrazo marcando el fin… o quizás un comienzo de algo nuevo en esta historia. Lo cierto es que esa tarde calurosa de domingo marcó la vida de estos dos chicos y el camino que iban a tomar.