Nuevas sensaciones (3)

David quiere indagar un poco mas sobre el clan pero MAnuel quiere otra cosa mas lujuriosa.

Capitulo III

Durante el camino, David y Manuel apenas intercambiaron, tenían mucho de que hablar pero lo mejor era llegar a la casa, allí si podían conversar más tranquilos. Caminaban rápido para llegar pronto y escapar del inclemente sol de 3 de la tarde, el cual ya empezaba a causar efecto en los muchachos quienes comenzaron a sudar cada vez más y más. Afortunadamente llegaron a la casa, jadeantes los dos se bebieron una jarra de agua fría para calmar la sed. Posteriormente subieron a la segunda planta donde estaban las habitaciones: la de sus padres, la de su hermano y la suya.

La casa estaba sola, sin embargo David insistió en hablar en el cuarto. Ya adentro le pasó cerrojo a la puerta para evitar cualquier intruso. En virtud del calor y que tenia la camisa mojada por el sudor, Manuel le pidió permiso a David para quitársela, este dudó un poco, pero le dijo que no había problema, así que lentamente Manuel se quitó la camisa dejando al descubierto un torso sudoroso, David no pudo dejar de mirar esa piel oscura y aun brillante por las gotas de sudor que recorrían desde el cuello hasta la base de la espalda donde desaparecían por el pantalón, además los músculos se le empezaban a marcarse, se notaba que Manuel se ejercitaba o practicaba algún deporte. Ese momento de contemplación, Manuel lo interrumpió preguntando:

-¿tú eres hijo único o tienes otros hermanos?

David: yo tengo un hermano, se llama Adrián.

Manuel: ¿es mayor?, ¿en qué trabaja?

David: no vale, él es un año menor que yo, él estudia nuestro colegio, está en tercero de secundaria.

Manuel: ah OK, pero ya debió salir del colegio, ¿por qué no está aquí?

David: si, ya salió de clases, lo que pasa es que él practica karate en las tardes por eso es que no está.

Manuel: entonces Adrián debe tener buen cuerpo.

David: ya va, no venimos a hablar sobre mi hermanito.

Manuel: disculpa, no quise molestarte.

David: no vale tranquilo.

Manuel: entonces, dime de qué quieres hablar.

David: bueno, yo… este...quería

Manuel: ¿me quieres preguntar sobre lo que pasó ayer?

David: bueno, si.

Manuel: tranquilo, ¿qué quieres que te diga?

David: ¿A dónde se fueron Alejandro y tú?, de repente se perdieron y nos dejaron hablando solos a los demás.

Manuel: no necesitas ser tan cauto, si lo que quieres saber si Ale y yo lo hicimos, pues si, tuvimos sexo.

David: ¿te lo follaste?

Manuel: no, realmente Ale fue el que me penetró, me hizo suyo como quiso.

David: ¿te gustó?

Manuel: por supuesto, sentir el pene de Ale dentro de ti es divino, él sabe como llevar el ritmo, sabe como colocarte, él es un experto en eso, lastima que solo lo pude disfrutar ayer, ahora solo me tengo que conformar con los otros del clan, pero igual lo voy a disfrutar.

David: ¿cómo que ahora lo harás con los demás?

Manuel: bueno, ya Ale me dio la iniciación, ahora puedo hacerlo cuantas veces quiera con Eduardo, con Luís, con Gustavo hasta contigo…lógico, después de que te inicien.

David: espera un momento, a mi nadie me va a hacer nada.

Manuel: jejeje, yo también decía lo mismo, pero después de ver a un hombre de cerca, sé lo excitante que es…yo sé que tú también sientes lo mismo.

Manuel se acercó lentamente a la cama donde estaba sentado David. Cada paso que daba, tocaba con su mano su torso desnudo para excitar a David, sensualmente fue bajándola hasta que tropezó con el pantalón, hubo un silencio cómplice, Manuel no titubeó y dejó caer su pantalón, dejando al descubierto unos bóxer grises que contenían a una fiera enjaulada pidiendo a gritos ser liberada.

Manuel: me vas a decir que no te gustaría tocarme.

David: eh, mira… ponte el pantalón q

Manuel se puso al frente de David y le dejó, delante de la cara, la carpa que formaba su pene dentro del bóxer. David tragó fuerte y su respiración aceleró.

Manuel: ¿él te quiere conocer?

Antes de que David emitiera alguna respuesta, Manuel soltó a su pene, el cual al ser liberado casi golpea el rostro de David. Era grande, inclusive un par de centímetros de lo que David había fantaseado la noche anterior. Manuel se volteó y se agachó, mostrando su ano, aun un poco dilatado y enrojecido por la actividad sexual reciente.

Manuel: mira, así me lo dejó Ale ayer, por este agujero entró y salió repetidamente su pene, llenándome de placer cada vez que lo hacia.

David no hallaba que decir, más Manuel se levantó rápidamente y se acercó de nuevo, pidiendo que lo tocaran, él llevaba la batuta de la situación. Se acercó tanto y David se inclinó tanto para evitarlo que finalmente los dos terminaron acostados, uno sobre el otro. Manuel aprovechó, y movía su cuerpo desnudo sobre la ropa de David, quien intentó quitárselo de encima, sin embargo al tocar esa piel desnuda lo que hizo fue palpar esos músculos que no se marcaban pero se sentían muy bien. Lo intentó un momento, sin embargo Manuel era más fuerte y estaba en una posición ventajosa.

Manuel: ¿no te gusta sentirme?, a mi me fascina tu olor.

Manuel intentó besarlo en la boca, pero David se quitó y recibió esos labios deseosos en la mejilla. Ante esta negativa, Manuel paseó su lengua por el cuellote David a la vez que fue bajando su mano derecha hasta tomar dentro de sus dedos los testículos de David, por encima del pantalón, pero se sentían muy bien esas bolitas.

Manuel: umm, qué rico está esto…y mira lo tienes parado por mi.

Con las hormonas aceleradas al máximo, las ideas a David no le fluían, se había dejado llevar por Manuel hasta este punto, en donde reaccionó, vio como tenia ese cuerpo fuerte y delicado a la vez de Manuel encima de él, sentía la lengua de un intruso como jugaba en su cuello, a la vez que su mano derecha masajeaba su erecto pene por encima del pantalón, mientras que la otra mano ya había desabotonada su camisa hasta la mitad y empezaba a jugar con sus pezones rosaditos. Y el pene de Manuel, que pasó a un segundo plano, palpitaba sobre su muslo derecho esperando entra en acción. David reaccionó ante esta escena, y con un movimiento rápido logró zafarse de Manuel a quien tiró a un lado de la cama. David se levantó y se dirigió a la puerta.

David: Manuel por favor vístete, nada de esto debió pasar.

Manuel: los muchachos hablan mucho de ti, y tienen razón; eres todo un trofeo.

David: vístete, te espero en la entrada para abrirte la puerta.

Manuel: bueno, igual no podía pasar más nada, tengo que esperar a que Ale te inicie.

David se retiró del cuarto. Minutos mas tarde bajo Manuel ya vestido. Apenas cruzaron palabra para despedirse. David cerró la puerta y respiró hondo, ya había escapado de Manuel, sin embargo en su mente seguía la imagen del pene de Manuel y la idea de que cada vez estaba mas cerca el momento que más lo aterraba o quizás lo anhelaba, después de tener una erección con todo lo que sucedió, David ya no sabia que pensar o que querer.