Nuevas sensaciones (20)

De vuelta para concluir la historia, en un par de dias publico el capitulo final, que lo disfruten.

Capitulo XX

Esa mañana se levantó algo cansado, tenso, él día anterior para Manuel fue difícil: golpeado por Eduardo, rechazado por Matías y a pesar de disfrutar de una buena sesión de sexo con su novio Miguel, sentía algo de remordimiento por estar con él pero pensando en otro. Algo meditabundo fue al colegio, presentó su prueba y sin hablar con nadie, ni siquiera con Miguel que lo buscó, se fue de nuevo para su casa. A pensar que sería lo mejor para su vida.

A las seis de la tarde se presentó en el campo de futbol, Matías lo vio e intentó eludirlo a la salida, pero Manuel lo siguió y lo arrinconó en la entrada de un callejón solitario. Lo tomó por la cintura y lo llevó forzadamente hasta una pared al final, donde la oscuridad los arropara. Matías se rehusaba, sin embargo llegó a la conclusión que lo le seducía y obsesionaba mas a Manuel era el hecho de que en su encuentro sexual no lo penetró. Tal vez si lo hacía Manuel lo iba a dejar en paz, aunque esta idea no lo convencía mucho.

Duraron unos minutos diciéndose cosas repetidas, Manuel que lo quería y Matías que lo dejara en paz, forcejearon un rato, pero entre empujones y demás las manos de ambos iniciaron a palparse el uno al otro, Matías se desató, no soportó mas tanto roce, tanto morbo, dejó su timidez a un lado y bajó rápidamente los pantalones a Manuel, iba directo al grano, cualquiera podía pasar y los podía ver, era mejor terminar rápido. Buscó darle la vuelta a Manuel para penetrarlo, pero este estaba embelesado besando su pecho que ya había descubierto.

Matías: oye, ¿quieres que te penetré o no…dale rápido para que no nos vean?

Manuel no hizo caso, siguió en lo suyo, no quería que esto fuera así no mas, quería disfrutarlo, y Matías, a pesar de que quería salir de eso rápido, también empezó a gozarlo. Incluso respondía al placer masajeando las nalgas desnudas de Manuel, quien hizo lo propio, seguía besando el torso y bajó con sus manos el short y bóxer de Matías para asirse a aquellas blancas y esféricas nalgas. Los dos estaban ya semidesnudos y tocándose a más no poder. Se sumieron en su mundo, ya no les importaba ni el sitio o si alguien los podía mirar.

En un movimiento rápido Manuel puso sus manos sobre los muslos de Matías y los levantó hasta apoyarlos alrededor de su cintura y aprovechando que Matías estaba contra la pared, lo apoyó ahí para quedar en buena posición y con su pene erecto apuntando al ano virgen de Matías. Sin duda un cambio en los planes de Matías, había contemplado cualquier posibilidad menos esta, pero solo suspiró, no hizo más nada ante los primeros intentos de penetrarlo, solo se sumió en un beso con Manuel, mientras la abertura de su ano iba cediendo cada vez más ante los intentos de perforarlo.

Finalmente cedió, los cerca de 17cm de carne de Manuel entraron completamente, una pausa y empezó a bombear con rapidez ante aquel culo inexperto que recibía castigo pero que cada vez se abría mas y Matías ayudaba abriendo mas sus piernas. Ahí, en ese callejón y contra esa pared, Matías perdió la virginidad, su culo quedó impregnado del semen de Manuel, su cuerpo quedó impregnado de su olor, de sus besos, de su amor, sin embargo cuando todo terminó, Matías se vistió y se iba a ir sin decir palabra alguna.

Manuel: ¿yo sabía que eras uno de los nuestros, solo tenías que descubrirlo?..ahora si podemos ser felices los dos, ya no hay nada que interfiera.

Matías: no te equivoques, esto fue un momento, un arrebato, mas nada…esto se queda aquí y mas nadie debe saberlo.

Manuel: pero por qué, ya sabes que te gustan los hombres, que gozas que te penetren, a mi también, podemos se runa pareja de versátiles.

Matías: olvídate de esa idea, yo tengo mi novia y la amo por encima de todo, yo no quiero nada contigo.

Manuel. ¿Quién, Isabela?...ya hablé con ella esta tarde y le expliqué nuestra situación, que habíamos estado juntos en las duchas…ella no me quería creer pero quedó convencida cuando le detallé tu cuerpo y sobre todo de ese lunar sensual que tienes en la entrepierna. Ya ella no es un problema, yo hablo con mi novio mañana y estaremos los dos libres para entregarnos a nuestra relación.

Matías: ¿qué hiciste qué?...mira pedazo de…si es verdad juro que me la vas a pagar.

Matías se fue corriendo, iba a buscar a Isabela para recibir su desprecio y decepción porque su novio le había salido gay. Manuel se vistió y se fue para su casa feliz por lo que había conseguido y esperando recoger los frutos muy pronto.

Por su parte, Miguel ya se estaba despidiendo de Alejandro y David en la entrada del complejo residencial, habían estado hablando toda la tarde sobre la situación de Manuel, Miguel estaba muy preocupado por el distanciamiento de su novio en los últimos días. Alejandro lo tranquilizó y prometió ayudarlo a encontrar una solución, además el viernes era un día propicio pues su apartamento iba a estar solo porque sus padres se iban de viaje por todo el fin de semana, así que los iba a reunir a todos los del clan para pasarla juntos ahí, comerían, beberían y hablarían para limar las asperezas entre todos y quedar como amigos después de la graduación. Miguel se fue esperanzado de que el viernes se solucionaría todo.

Ya era tarde así que David también se iba a ir para su casa, por culpa de Miguel no habían podido tener relaciones pero era un amigo y había que ayudarlo, y aunque lamentaban que este fin de semana no lo iban a aprovechar al máximo porque no iban a estar solos, David comprendía que debían dejar todo claro con sus amigos. Coquetearon un poco, tenían ganas de hacerlo pero ya no quedaba tiempo, solo Alejandro, atrevido como siempre, le dio un beso en la boca a David para despedirse, rápido para que nadie los viera. David sonrió y se fue contento. No obstante, y pese a la brevedad del beso, un señor que pasaba por la calle los vio e identificó a David como el hijo de su amigo Fernando.