Nuevas sensaciones (18)

Sesión de sexo en las duchas, con los futbolistas.

Capitulo XVIII

El sol acababa de ocultarse por completo, el momento había llegado, toda la semana habían estado esperando que llegara el sábado y estar ahí, en aquellas duchas, esperando a que los muchachos terminaran su práctica de fútbol, sin embargo Gustavo estaba molesto, caminaba de un lado para otro, no entendía que solo Antonio y los tres chicos (Sebastián, Daniel y Marcelo) respondieran al llamado.

Gustavo: yo me mato para organizar una velada inolvidable y nadie viene, esto no se hace…incluso Miguel quien apoyaba la idea y me puso en contacto con sus primos no viene.

Antonio: bueno Gustavo, es que para ese momento Miguel no era novio de Manuel, ahora se deben el uno al otro; así que no cuentes con ellos, ni tampoco con David y Alejandro…ellos están en lo suyo.

Gustavo sabía que Antonio tenía razón, era imposible que David y Alejandro vinieran, pero aun albergaba la esperanza de que Alejandro diera por concluida la apuesta y se sumaran a la orgía, y así aprovechar el calor del momento e intentarlo de nuevo con David.

Antonio: además, sabías bien que Eduardo no iba a venir, desde hace tiempo que no nos hace caso.

Gustavo: bueno si, pero lo que mas me molesta es que Luis, mi amigo leal, tampoco vino, no sé que se trae entre manos.

En ese momento se escuchó un ruido en la entrada, todos se asustaron un poco, parecía que la hora había llegado, pero quien apareció fue Manuel, vestido de futbolista (como también estaban vestidos Gustavo y los demás), esto para pasar desapercibidos y los vigilantes no preguntaran mucho.

Antonio: ¿qué haces aquí, tú no eres novio de Miguel?

Manuel: si, pero yo soy libre y esto no me lo podía perder.

De inmediato entraron ocho jugadores, entre ellos Walter, arquero y capitán del equipo con quien habían planeado todo. También estaban Fausto y Carlos José, los primos de Miguel. Hubo un incomodo silencio, todos sabían para qué estaban ahí, pero nadie se atrevía a dar el primer paso, entonces Walter, en su condición de líder, tomó la batuta.

Walter: bueno, aquí está lo prometido, estamos solos, ya el entrenador y los demás se fueron; podemos hacer lo que queramos.

Gustavo: este, lamento que solo seamos seis y ustedes ocho, no sé como vamos a hacer

Walter: si, ya me fijé en eso, esperaba mas de ustedes, pero creo tener la solución a este problema.

Walter se acercó al oído de Gustavo y le susurró algo:

  • ves a aquel blanquito con el corte de Cristiano Ronaldo, se llama Sammy; nosotros pensamos que es gay; ya hablé con Fausto y Carlos José para que se vayan aparte y averigüen si es homosexual o no; si termina siéndolo entonces esta resuelto el problema y somos siete para siete.

Gustavo asintió con la cabeza, apenas empezara la acción se iría con los primos de Miguel a averiguar si Sam era gay; y en eso Gustavo sabía mucho, él era un experto en persuadir a jóvenes dudosos para que terminen entregándose por completo.

Walter: bueno muchachos, a lo que vinimos a hacer…yo me quedo con el catire, ustedes emparéjense como quieran.

Manuel: yo pido a este.

Manuel rápidamente tomó a Matías, un joven flaco pero de buen cuerpo, ojos claros, cabello castaño claro un tanto largo. Él era bastante tímido, algo asustado se dejó tocar por Manuel quien impresionado por el aspecto físico y bello rostro del futbolista estaba muy excitado.

Manuel: anda, hazme tuyo.

Matías seguía quieto, se dejaba hacer. Las manos de Manuel se deslizaron con delicadeza por el pecho de Matías, poco a poco fue desvistiéndolo y besando cada parte del cuerpo que iba quedando al descubierto. Manuel estaba que explotaba cuando sus manos sujetaron aquel pene de unos 17 cm, grueso y palpitante, no demoró en metérselo entero en la boca y tomar con sus manos las nalgas tonificadas de Matías que disfrutaba de una gran mamada.

Por un lado estaban Marcelo, Daniel y Antonio en cuatro patas, uno al lado del toro, recibiendo las embestidas de tres futbolistas que los penetraban sin misericordia, no quisieron preámbulo, solo desvestirse y penetrar de una vez. Además se rotaban entre ellos para así poseer el culo de los tres chicos, los de Marcelo y Daniel eran los más estrechos y que mas placer daban, pero Antonio era el mas experimentado y sabía moverse bien para dar un plus al placer.

Mientras tanto, ya Gustavo, Carlos José y Fausto habían apartado del grupo a Sammy: Ya estaban todos desnudos, y los tres futbolistas hacían un semicírculo frente a Gustavo, quien arrodillado se la chupaba a Fausto y en cada una de sus manos tenía el pene de Carlos y Sammy, masturbándolos lentamente. Sin embargo, la idea era saber si Sammy era o no gay, así que Gustavo pasó de masturbar el pene de Sammy a masajear las nalgas duras de este, Sammy no se quejó, le gustaba lo que le hacía, solo se asustó cuando su otra nalga fue sujetada por una mano de Fausto. Para dar algo de confianza, Fausto, con su mano libre, masajeaba los glúteos de Carlos José, aunque con eso dejaba claro que a solas los primos se llevaban muy bien.

Poco a poco aquellas manos iban acercándosela ano de Sammy, Fausto apartaba los glúteos y Gustavo iba tanteando el agujero con suavidad hasta que Sammy se estremeció, casi había entrado el dedo de Gustavo dentro de él. Ahí se detuvo todo, Gustavo se levantó y besó en la boca a Sammy (aun con el liquido preseminal de Fausto en la lengua). Al separarse, Sammy saboreó aquel extraño líquido, le gustó, tanto como ese pequeño dolor del dedo de Gustavo queriendo entrar por su culo. En sus ojos se veía las ganas de saber que se sentía ser penetrado, Fausto no espero para colocarlo en cuatro patas, y ahí no dudó en penetrar con todo a su compañero de juego, quien voluntariamente abría sus piernas para dejar mas claro el objetivo. Soportó con valentía su primera penetración, 16 cm de carne entraron por su ano sin inconvenientes.

Lo demás es historia, Carlos José y Gustavo se emparejaron y tuvieron sexo hasta que Fausto acabó dentro de Sammy, quien agotado, pensaba que había terminado todo, pero Carlos José sacó su pene del ano de Gustavo y lo metió dentro de aquel dilatado y lleno de semen culo. Durante toda la sesión sexual en aquellas duchas, Sammy recibió dentro de si los miembros de Fausto, Carlos José y Gustavo, disfrutando de un placer desconocido para él hasta ese instante, pero que al hacerlo frente a sus compañeros de fútbol, sabía que cada ducha que tomara ahí, sería penetrado por sus amigos.

Quien sufrió mas esa noche fue Sebastián, en un momento ya estaba desnudo, las manos largas de Walter se deshicieron de su ropa con gran agilidad, estando así frente a ese negro de casi 2 metros, se dejó llevar. Walter lo cargó en sus brazos y lo llevó hasta una ducha individual, ahí dejó correr el agua y se desnudo frente a Sebastián que quedó atónito al ver como aparecía frente a sus ojos un miembro de unos 22 cm y bastante grueso, lo peor de todo es que aun estaba un poco flácido.

Walter: vamos bebe, trágatelo completo.

Walter fue metiendo dentro de esa boquita su pene erguido, no tardó en llegar al tope, Sebastián no pudo tragar más, y aun en el límite quedaba más de la mitad del pene afuera de su boca. Walter guió la cabeza del chico para que se lo chupara. Era un poco torpe en sus movimientos, pero Sebastián pudo darle placer a Walter, quien excitado a mas no poder sacó su verga de aquella boca, con sus manos tomó la cara pálida de Sebastián y le dio un gran beso en la boca, su larga lengua jugueteaba al máximo ahí dentro.

Al separarse, Walter colocó en cuatro patas a Sebastián dejando ante si aquel trasero rosado, redondo y suave. Metió despacio su dedo ahí dentro, introduciéndolo y sacándolo cada vez mas rápido, prosiguió hasta que vio una buena abertura. Tomó un poco de jabón y se enjabonó todo el pene, para después ir punzando con él aquel agujero. Apenas había entrado el glande cuando Sebastián empezó a gemir, era muy grueso para un delicado ano, Walter hizo caso omiso y siguió metiendo y metiendo sus mas de 20 cm de carne.

Las lágrimas bajaron por el rostro angelical de Sebastián, finalmente el pene negro había desaparecido en aquel culito blanco, Walter masajeó la espalda de su bebe y lo sujetó fuerte por la cintura, para iniciar un mete y saca frenético que destrozaba al chico. Era el máximo dolor que en su vida había experimentado pero a la vez era la plenitud del placer, nunca encontraría un pene de tales dimensiones.

Así se desenvolvieron las acciones esa noche del sábado, en una hora se habían entregado por completo al sexo y al placer, ninguno de los actores olvidaría esta velada, los futbolistas salieron contentos por penetrar hasta la saciedad y el clan disfrutó de una gran variedad de penes y cuerpos que antes no habían podido disfrutar. Todo de acuerdo al plan, no obstante quedó un cabo suelto, algo que traería secuelas posteriormente. Manuel se retiró a su casa con una satisfacción extraña, sus ojos no olvidarían esas duchas, a pesar que solo chupó el miembro de Matías.