Nuevas sensaciones (17)

Una vision de como estan las vidas de cada uno de los integrantes del clan.

Capitulo XVII

Esa tarde del sábado era particular, había algo extraño en el ambiente moviéndose por el aire, era algo intangible y buscaba ceñirse como un manto oscuro sobre las vidas de cada uno de los integrantes del clan. Era la mirada del destino, observando detenidamente las acciones de los chicos, las cuales irremediablemente derivarían en las decisiones cruciales que todos toman en un momento critico de la vida, el resultado puede ser positivo o negativo, todo depende de las decisiones y del destino.

Cada quien, siguiendo sus pasiones, iban demarcando su presente y su futuro. Encerrado en su habitación, Alejandro le enseñaba a su novio a dar una buena mamada, David era un buen estudiante, aprendía con gran rapidez y demostraba dotes de maestro chupando todo el pene de su amado. Al principio le desagradaba tener que meterse hasta la garganta todo ese pedazo de carne, pero luego el sabor, el sentir esa piel suave, rodear con su lengua aquel glande rojo de pasión, lo excitaba en demasía.

Alejandro disfrutó de buenas mamadas ese día, eyaculó tres veces en la boca de David quien se tragó sin dejar desperdicio todo aquel semen, en menos de una semana había pasado de ser virgen a ser penetrado mas de 10 veces, su ano se había acostumbrado a recibir castigo dos o tres veces al día, tanto era el placer que había descubierto que por las noches, solo en su cama, David jugaba con sus dedos, introduciéndolos al máximo en su culo, ansioso de estar otra vez a merced de Alejandro.

En una habitación a dos calles de donde estaba David, su hermano, todo un hombre ante sus ojos, estaba en cuatro patas recibiendo dentro de sínodo el pene de Luis, quien lo había adoptado y fungía como su mentor en este mundo homosexual completamente nuevo para Adrián, pero que disfrutaba al máximo. Sin duda Luis tenía el privilegio de tener para sí a este chico de piel canela, glúteos redondos y firmes, piernas torneadas, un torso definido…todo un galán al cual él (algo gordo, fuera de condición física, con bastante vello en su cuerpo, en fin, lo contrario al cuerpo de Adrián), podía poseer y ser poseído, ya que ese miembro venoso de 18 cm era un arma que su culo probaba con hambre, lo devoraba al instante. Ellos habían formado una pareja maestro-aprendiz para disfrutar del cogerse el uno al otro haciendo largas sesiones de sexo.

Por su parte, la sinceridad había abordado a Miguel quien en su casa le declaraba su amor a Manuel, quien algo inseguro de formalizar algo y abandonar su vida promiscua, aceptó a Miguel, un buen chico de grandes sentimientos, algo sensible pero recio en la cama. Durante toda la tarde gozó ser penetrado con contundencia por su novio quien cerraba este gran momento en sus vidas acabando en la cara de un Manuel goloso que chupó hasta la última gota de semen que brotaba de aquella fiera que buscaba dormirse después de tanta acción, pero que él no estaba dispuesto a dejar ir y que reactivó con una mamada fenomenal, proseguiría el sexo por mas tiempo; Miguel feliz de conseguir la aceptación del chico de sus sueños; Manuel lo disfrutaba, se sentía bien tener la seguridad de una pareja, pero no podía dejar de pensar en los penes de Luis, Gustavo y Antonio, dejarlos era el costo de su decisión.

Una relación mas extraña se desarrollaba en una habitación algo desaliñaba de una pensión. Antonio vestido con ropa íntima de mujer de color rojo entraba al cuarto donde lo esperaba en la cama el Chino, el mismo que lo penetró salvajemente después del juego de baloncesto y que casi hizo lo propio con David. Ahora Antonio era su juguete sexual, el Chino un tipo rudo y de buen físico que gustaba de poseer a jóvenes culos, suaves y redondos para que recibieran todo su poder representado en un miembro de mas de 20 cm. Disfrutaba de sexo fuerte, romper el culo de Antonio lo satisfacía desde aquella tarde en las canchas, pero aun no olvidaba aquel apretadito y delicado ano al cual solo pudo introducir uno de sus dedos, un buen día disfrutaría de destrozar el culo de David. Antonio, a pesar de tener que vestirse de mujer para saciar las fantasías del Chino, seguía buscándolo, era su decisión perseguir a este hombre y a sus mas de 20 cm ce miembro, en cierta medida lo amaba.

Tal vez el único sin actividad sexual reciente era Eduardo, quien acostado en su cama y con su cuchillo en la mano recordaba con melancolía y algo de rencor, aquellos buenos momentos del inicio del clan, todo era perfecto, esa idea loca de su mejor amigo Alejandro de crear este grupo había tomado una forma de placer infinito acompañado de gran fraternidad, sin embargo para sus ojos ya todo había cambiado, no todo evoluciona para bien y el clan había perdido el rumbo y tras la marcha de Alejandro ya esos momentos dorados no volverían. Ahora solo le queda su afición por los cuchillos y practicar montañismo, su nueva pasión, ya su lado homosexual parecía desaparecer y encontraba motivación en nuevas cosas, por lo menos tenía la satisfacción de saber que su buen amigo Alejandro había encontrado la dicha después de tanto tormento tras la muerte Mauro.

Sentados en aquellas gradas; Gustavo, Sebastián, Marcelo y Daniel observaban el final de un entrenamiento de fútbol. En esta extraña tarde marcada por el sexo; Gustavo había disfrutado horas antes de los traseros de los tres chicos quienes aun con sus cabellos mojados y oliendo a ese jabón con el cual tanto jugaron en el baño, no entendían que hacían ahí.

Sebastián: disculpa Gustavo, ¿pero que hacemos aquí?

Gustavo: ves a aquellos chicos, el 7 y el 13, eso son los primos de Miguel, estamos aquí para cerrar un trato con ellos.

Marcelo: ¿un trato?

Gustavo: si, vamos a planificar un gran cierre para el clan.

Sebastián: ¿cierre? Y por qué

Gustavo: ustedes no lo entenderían, están apenas en 8vo y 9no grado, pero nosotros; Luis, Antonio, Manuel, Eduardo…ya estamos a un mes de terminar las clases y después de eso solo nos queda el acto de graduación, después de eso nada será igual, por mas que queramos nos dispersaremos, por ello quiero hacer un gran cierre, algo que ninguno de nosotros olvide.

Sebastián: ¿y nosotros que tenemos que ver?

Gustavo: ustedes son los invitados de honor, además de una u otra forma son parte de este clan.

Había terminado la sesión de entrenamiento y los primos de Miguel: Fausto (un chico de buen físico, piernas bien desarrolladas, con un trasero grande y duro, de piel clara, cabello largo color negro y con una sonrisa cautivadora) y Carlos José (moreno, de físico parecido a Fausto pero con cabello corto y ojos pequeños); se acercaron a las gradas en compañía del arquero del equipo: Walter (medía como 1.90, negro, manos largas, físico prominente y de gran presencia viril).

Fausto: ¿ustedes son los amigos de mi primo Miguel?

Gustavo: si, ¿él ya te comentó algo?

Fausto: si, ya se lo comenté al capitán del equipo que es Walter, por eso lo traje, para que cuadren entre ustedes, lo que Walter diga los demás lo acataremos.

Walter: me dijeron que tú y tus amigos quieren tener una orgía con mi equipo, ¿es cierto?

Gustavo: si, esa es la idea, queremos una gran sesión de sexo, ustedes ponen los miembros y nosotros los traseros, aunque somos versátiles y capaces de satisfacer otros gustos.

Walter: me parece bien, yo puedo hablar con varios en el equipo, a pesar de ser un equipo Sub-17, varios apenas pasan los quince, por eso estarán deseosos de sexo.

Sebastián: tú eres bien grande, ¿Qué edad tienes?

Walter: yo tengo diecisiete, y ustedes pequeños ¿Cuánto tienen?

Gustavo: ellos tienen catorce.

Dicen por ahí que a los negros le atraen las rubias, en este caso parecía que Walter quedó cautivado por el rubio Sebastián a quien se acercó y con su larga mano se introdujo por el pantalón y palpó la suavidad de aquella pierna.

Walter: ¿eres virgen?

Sebastián: no, ¿por qué?

Walter: lastima, me habría gustado ser el primero en hacerte sentir el cielo, aunque apuesto que no has probado una gran verga como la mía.

Sebastián estaba asustado, su corazón estaba acelerado y con aquella mano subiendo y bajando por su pierna no podía evitar excitarse. Además no pudo evitar mirar la entrepierna de Walter, en ese short empezaba a marcarse un gran trozo de carne, bien grueso, nada parecido a lo que había visto antes.

Gustavo: entonces, cómo vamos a quedar para la orgía.

Walter: bueno, el próximo sábado juega la sub.20 a la tarde, así que nosotros tenemos entrenamiento de 5 a 7pm…cuando terminamos nuestro entrenador nos deja solos para recoger todo y darnos unas duchas. A esa hora esto está bien solo y podemos aprovechar las duchas para lo que queramos.

Gustavo: me parece bien, es un poco tarde pero si estamos solos y podemos disfrutar de buen sexo, todo esta bien.

Walter: ok, nos vemos el sábado…y tu catire, espero que tu mami te deje venir.

Walter sacó la mano de Sebastián y le hizo un cariñito en el cachete. De repente todo empezó a oscurecer, grandes nubes grises hicieron acto de presencia.

Gustavo: vaya, que extraño, todo el día ha estado el ambiente oscuro, pesado, en una calma interminable y molesta, y ahora parece que viene una tormenta.

Walter: si, eso comúnmente sucede…es la tensa calma que precede a una gran tempestad.