Nuevas sensaciones (15)
Aquí comienza el ultimo tercio de esta historia.
Capitulo XV
La actitud de Sebastián esa mañana del viernes era extraña, no quiso responder a las preguntas de Adrián sobre lo que había sucedido en las duchas el día anterior; era previsible que estuviera molesto porque lo abandonó, pero que no quisiera decir nada al respecto cuando entre ellos no había secretos, levantaba algunas sospechas. Sin embargo, la amistad seguía igual, por lo menos eso aparentaba, y esa tarde darían su tercera clase y cobrarían sus honorarios por la semana, solo que esta vez la casa de Sebastián estaba ocupada por sus padres, así que darían la clase en casa de uno de sus estudiantes.
Adrián llegó al apartamento indicado a las tres de la tarde, un poco tarde de la hora pautada porque le costó dar con la dirección. De inmediatote abrió la puerta un Luis casi desnudo, solo con una toalla alrededor de la cintura y chorreando agua por su cuerpo, se notaba que acababa de salir del baño. Adrián entró a lo que pensaba era el apartamento de Luis o Gustavo, pero que en realidad era de Alejandro.
Adrián se metió inmediatamente al baño para cambiarse, no quería ver a Luis así por mucho tiempo, sin embargo cuando salió con su karategi puesto aún estaba Luis con solo la toalla, lo había esperado así en vez de ponerse ropa. Para quebrar el ambiente incomodo preguntó si Sebastián había llegado o llamado, a lo que Luis respondió que ya tenía más de una hora ahí. Ante la sorpresa de Adrián por no verlo en la sala, Luis lo guió hasta un cuarto, abrió la puerta y dejó al descubierto una escena inverosímil a los ojos de Adrián.
Allí estaban Gustavo y Sebastián completamente desnudos sobre la cama, el chico en cuatro patas con su culo rosado ligeramente levantado para dar un ángulo ideal al pene de Gustavo el cual entraba y salía a un ritmo acelerado. Los ojos claros de Sebastián observaron a su amigo, no era miedo ni pena, era satisfacción y una invitación lo que reflejaban esos ojos seductores.
Adrián quedó helado observando el mete y saca de Gustavo sobre su amigo, no opuso ninguna resistencia a que le quitaran el cinturón y la chaqueta, se dejó guiar por Luis hacia un lado de la cama para que viera de cerca como era penetrado Sebastián. Gustavo siguió un momento nada más luego se detuvo, sacó su pene y tomó la mano de Adrián.
Gustavo: ¿te gusta ver a tu amigo así?
Al no obtener respuesta Gustavo guió la mano de Adrián para que tocara la espalda, el pecho, las piernas y por ultimo las suaves y redondas nalgas de Sebastián, una delicia el solo tocarlas. Luis terminó de desnudar a Adrián y con una mano tomó aquel pene duro y grueso y empezó a masturbarlo para que alcanzara su longitud máxima, a la vez que con su otra mano se quitaba la toalla y acomodaba su pene contra los glúteos duros de Adrián, solo para que lo sintiera.
Gustavo: y a ti Sebastián, ¿te gusta ver a tu amigo así?
Sebastián: bueno si, él es mi mejor amigo pero así, desnudo y con su pene delicioso cerca de mi no puedo negar que me atrae, y mas después de sentir por primera vez lo divino que se siente ser penetrado.
Gustavo: ah, entonces quieres ser penetrado por adrián, bueno yo me aparto, entre los mejores amigos no debe interponerse nadie.
Gustavo se bajó de la cama y Sebastián se acomodó para dejar frente a Adrián su ano dilatado y pidiendo que lo perforasen. Luis guió el pene de Adrián hasta dentro de Sebastián, luego le movió la cintura para que diera sus primeras embestidas. No tardó en reaccionar Adrián ante lo que había llegado, tomó la cintura de Sebastián con sus manos y empezó a arremeter con su pene aquel culo blando. Sebastián lo disfrutaba inclusive más que las penetraciones de Gustavo y Luis, era su mejor amigo quien lo poseía ahora con sus hermosos 18 centímetros de deseo.
Gustavo y Luis se sentaron en la otra cama, solo se masturbaban un poco para mantener sus miembros en completa erección mientras veían el acto glorioso de la unión de dos grandes amigos en un solo cuerpo interconectados por el sexo. No tardó en acabar Adrián dentro de Sebastián. Los dos chicos cayeron exhaustos, cada uno a cada extremo de la cama, se podría observar las sonrisas en sus rostros, era el placer de haber consumado algo que en el fondo tenían tiempo deseándolo.
Gustavo tomó un poco de semen que goteaba del culo de Sebastián a la vez que Luis tomó sus piernas, se las colocó sobre los hombros y comenzó a penetrar aquel ano abierto por tanta actividad sexual, pero que quería mas y mas, era el comienzo de la segunda tanda. Gustavo vio a los ojos de Adrián, temerosos de lo que era inevitable, sabía que era su turno, no se resistió a aquellos dedos que se deslizaban hacia dentro de su ano, luego sintió el frío del semen que estaba usando Gustavo para lubricar la entrada de un pene grueso que comenzaba a hacer contacto.
Adrián: detente, no lo hagas por favor.
Gustavo: tranquilo, lo vas a disfrutar mucho, se ve que serás bien gay.
Acto seguido introdujo de un solo golpe todo su pene, hasta el fondo, no importó los gritos de Adrián para que parase, él metía y sacaba su miembro salvajemente en aquel culo duro, la sangre manchó las sabanas. Gustavo disfrutaba de esto, estaba cojiendo sin contemplación al hermano de David, sentía que estaba mas cerca de cumplir su gran objetivo.
Adrián: dale con más fuerza.
Gustavo sonrió pues estaba en lo cierto, este chico era bien gay, un hallazgo importante al igual que Sebastián, uno era hermoso y el otro estaba bueno, un dúo perfecto para tener largas sesiones de buen sexo.
Alejandro: ya estamos aquí, dime cuál es tu decisión.
David: lo pensé bastante, reconsideré muchas cosas y creo que llegué a una conclusión sobre mí.
Alejandro: ¿crees?
David: no, estoy seguro, soy homosexual.
Alejandro: ¿Por qué crees eso?
David: ayer intenté tener sexo con María y no pude, recordaba tu beso o cómo me han tocado ustedes y no era lo mismo, me gusta ser tocado y amado por un hombre.
Alejandro: yo sabía eso, pero también sé que no eres un gay cualquiera, eres distinto.
David: bueno, pero eso no quiere decir que acepte tu proposición.
Alejandro: me imagino que no estarás seguro, me conociste con una vida promiscua pero he cambiado, he cambiado por ti y eso tú lo has comprobado.
David: si, pero creo que es un buen primer paso decir que soy gay como para dar uno tan grande como tener pareja y demostrar mi homosexualidad a todos.
La conversación se extendió por una hora, Alejandro intentaba persuadir a David para que lo aceptara, este se mostraba cada vez más inseguro de poder resistirse a los encantos de Alejandro. Decidió parar eso, se retiró al baño del Centro Comercial, necesitaba un respiro. Ya en el baño, frente al espejo David vio como se acercó Alejandro y lo abrazó por detrás, ahí frente a otros hombres que orinaban y se lavaban las manos.
Alejandro: dime que no me amas, niégame que sientes algo por mí.
David se volteó e iba a negar todo, pero la boca de Alejandro se interpuso a sus palabras y le dio un gran beso, fundidos en un abrazo David se soltó, aquellas lenguas jugaron dentro de las bocas, libres de cualquier prejuicio. Al separarse los ojos de David demostraban felicidad.
David: está bien, no puedo negarlo, te amo.
La voz de uno de los hombres que estaban en el baño dijo: ay qué lindos!!!