Nuevas sensaciones (14)
Lo ocurrido a Adrián al salir de su casa luego de la situación caliente con David.
Capitulo XIV
Tarde del lunes: Al cerrar la puerta había dejado atrás, entre aquellas paredes, el inicio de un gran problema con su hermano, aun estaba perturbado, no asimilaba lo que acababa de ocurrir. Adrián siguió caminando, tenía que legar a casa de Sebastián en quince minutos, era lo que habían acordado esa mañana en el liceo.
Sebastián era su mejor amigo en el salón de clases y en el karate, él era un año menor, sin embargo tenía mayor éxito social que él, debido principalmente a su linda cara de ángel; labios delgados, nariz perfilada, ojos claros, largos cabellos rubios, su piel era clara casi rosada, delgado pero no tanto, medía 1.50, un poco mas pequeño que Adrián él era la ilusión de las niñas de 1er Año y de algunas cuantas de su salón.
En menos de media hora se encontraba junto a Sebastián en la sala de su casa, los dos se habían cambiado de ropa, ambos vestían ahora sus karategi (ropa que usan los karatecas). Mientras pasaban los minutos, los chicos conversaban sobre lo ocurrido esa mañana en el liceo, de cómo dos muchachos de 5to Año le habían pedido que le dieran clases de karate y que además le pagarían por ello, esto les caía como caído del cielo, pues ellos llevaban tiempo reuniendo dinero para comprar zapatos y ropa, y este dinero extra les venía muy bien.
Un poco mas tarde de lo acordado llegaron Luis y Gustavo, los de 5to Año que querían clases de karate, pero en sus miradas denotan que les interesaba algo más que eso. Primero hablaron un rato sobre lo básico, Sebastián criticó el hecho de que habían venido con jean, camisa y botas, ropa no adecuada para practicar el karate. Gustavo explicó la situación, cuando pudieran comprarían el atuendo indicado, mientras tanto habían traído una ropa deportiva que les permitiría hacer los movimientos flexibles. Sebastián les indicó donde quedaba el baño para que se cambiaran.
Al salir del baño, Sebastián y Adrián quedaron sorprendidos por la "ropa deportiva" que se pusieron Luis y Gustavo: se habían quitado toda la ropa quedándose con unas franelillas y unas licras cortas ceñidas al cuerpo que marcaban completamente la forma de las piernas y de sus penes aun dormidos. Los chicos no quisieron prestarle mayor atención a esto, sin embargo no pudieron evitar una que otra mirada curiosa a los cuerpos de sus pupilos mientras le indicaban los primeros movimientos básicos del karate.
Todo estaba transcurriendo con normalidad hasta que Gustavo le puso un poco de acción, quería ver como era un combate cuerpo a cuerpo y sin previo aviso derribó a Sebastián y le aplicó una llave de lucha libre con sus piernas alrededor del cuello a la vez que con sus manos le sujetaba una pierna. Luis intentó hacer lo mismo con Adrián pero este con un movimiento rápido lo proyectó contra la colchoneta que habían dispuesto en la sala para practicar. Gustavo no hizo fuerza sobre la pierna de Sebastián, en cambio le empezó a hacer cosquillas en la planta del pie a lo que este respondió entre risas: no, deja que me haces cosquillas.
Aprovechando la confusión entre Adrián y Luis; Gustavo prosiguió un poco mas allá y metió su mano por dentro del pantalón y masajeó desde el tobillo hasta la ante rodilla un par de veces, Sebastián se puso serio mas no dijo nada, le gustaba sentir esa mano grande subiendo por su pierna suave. Gustavo sabía que el trabajo ya estaba casi hecho con este catire lindo, no obstante su objetivo era Adrián, él era mas complicado y si lo lograban sería un aviso para David, el objetivo principal de aquel plan trazado por Gustavo y Luis.
Esa tarde todo concluyó con normalidad, por la noche Adrián llegó a su casa, pensaba que encontraría a un David fastidioso pidiendo excusas por lo sucedido, pero se encontró con un David meditabundo (estaba pensando en la propuesta de Alejandro). No quiso preguntar el porqué de esa conducta, era mejor así.
Martes: el día pasó con normalidad, durante la tarde fue a entrenarse al dojo, allí planificó con Sebastián lo que le enseñarían a sus estudiantes al día siguiente, solo era un poco incomodo las risas cómplices de Marcelo y Daniel, los mismos que en la fiesta de quince años de Adrián le dieron el placer de la primera mamada a David.
Tres de la tarde del Miércoles: ya estaban los cuatro en casa de Sebastián, los dos chicos se mostraban estrictos para enseñar, mientras que Luis y Gustavo se mostraban torpes para ver si podían propiciar algún roce que iniciara algotas caliente. Casi terminando la clase, en la licra de Luis comenzó a marcarse su gran miembro que crecía cada vez mas, Sebastián se percató y se quedó mirando.
Gustavo: Luis, se te está parando.
Luis: bueno si, tú sabes que a mi se me para por cualquier cosa.
Gustavo: pero lo tienes grande, te debe medir como 16 o 18 centímetros.
Sebastián: de verdad, lo tienes grande.
Lo habían logrado, habían capturado la atención de los chicos, Sebastián incrédulamente se acercó un poco a Luis quien en un movimiento rápido atrapó en su mano el pene dormido de Sebastián por encima de la ropa.
Luis: vaya, siento como esta creciendo en mi mano.
Sebastián: déjame que me estas apretando.
Adrián se interpuso y separó a Luis y Sebastián, luego recriminó por la acción a Luis quien se excusaba diciendo que eso eran juegos de hombres y no había nada malo en ello. Sebastián se había apartado y metiendo su mano dentro de su ropa buscaba acomodar sus bolas presionadas sin percatarse que Gustavo se acercó y sin decir nada le dio un besito en la boca, Sebastián no dijo nada, solo dibujó una leve sonrisa cuando Gustavo le guiñó el ojo.
Tarde del jueves: el maestro del dojo se había molestado por la actitud indisciplinada de Marcelo, Daniel, Sebastián y Adrián (propiciada principalmente por las risas de los dos primeros), así que los castigó dando unas 50 vueltas de trote alrededor de la cancha y luego los dejó solos para que limpiaran y recogieran todos los implementos de la practica. Ya eran como las seis de la tarde cuando los cuatro muchachos cansados y sudorosos se metieron en las duchas.
No era la primera vez que ellos se encontraban desnudos allí, sin embargo no era normal la conducta incitadora de Marcelo y Daniel; ellos jugaban con el jabón, se ayudaban mutuamente para enjabonarse todas las partes del cuerpo. Cuando aquel jabón llegó a los pies de Sebastián no se imaginaría que mas atrás Marcelo y Daniel lo derribarían, comenzando un forcejeo.
Marcelo: vamos defiéndete.
Sebastián buscaba quitarse a los dos de encima, pero mientras más buscaba salir mas se enredaba entre las piernas y los brazos de ellos. Más de una vez sintió aquellos penes semi erectos pasar por su cara, a la vez que varias veces tanto su pene como su culo fueron palpados sin contemplación. No le quedó de otra que seguir el juego y él también tocar.
Cuando sintió que uno de sus rosados pezones fue mordido, un dedo fue más allá en su ano y que su pene fue masajeado por más de cinco segundos, Sebastián le pidió ayuda a Adrián, quien permanecía inmóvil viendo la lucha. Él no hizo nada, cuando sintió que su pene empezaba a despertar, Adrián sintió pena, se tapó y salió de las duchas.
Sebastián: Adrián, ¿a dónde vas?
Daniel: ¿qué pasa, te sientes indefenso sin tu amigo?...defiéndete.
Adrián se fue de inmediato, mientras se vestía escuchó por un rato las suplicas de Sebastián para que volviera, que no lo dejara solo, pero él estaba asustado y se marchó dejando a su mejor amigo entre Marcelo y Daniel y aquel jabón que rodaba por el suelo.
Aló, ¿quién habla?
Soy yo, ya tomé una decisión y quiero decírtela, mañana nos podemos ver.
Claro, en la tarde nos podemos ver en el Centro Comercial que queda en la Avenida.
¿y por qué no en tu casa?
Bueno, es que se la presté a los muchachos del clan.
¿y eso?
Ellos son mis amigos, si la necesitan yo se las presto, no van a cambiar su modo de vida por mi.
Está bien, entonces a las dos en el Centro Comercial.
Está bien, adiós David, espero que lo hayas pensado bien.
Si, esta es mi decisión definitiva, lo pensé toda la semana, no es una decisión apresurada por el calor de un momento. Nos vemos mañana.
Tarde del Viernes: