Nuevas sensaciones (11)
Reunión en casa de David para un trabajo, la presencia sensual de Adrian desata ciertos deseos.
Capitulo XI
Ya iban algo tarde, le habían dicho a David que estarían en su casa a las tres de la tarde y ya llevaban media hora de retraso. Gustavo y Luis se apresuraron en llegar, tenían que preparar todo para la exposición que tenían los tres al día siguiente. Ellos nunca hubieran pensado que David los recibiría con tan poca ropa: descalzo, una franelilla que dejaba ver sus brazos no tan flacos, un short que le quedaba bastante ajustado lo que le marcaba su hermoso trasero.
Gustavo y Luis entraron un poco dudosos, David nunca antes se había dejado ver así, sobre todo porque él no quería que los instintos gay de sus compañeros hicieran acto de presencia al estar tan ligero de ropa, sin embargo desde hace una semana él estaba un poco mas abierto a juegos como mostrar las piernas en el salón, tocarse los bíceps para ver quién era mas fuerte, entre otras cosas, por supuesto, lo que Gustavo y Luis no sabían era lo sucedido en la fiesta de cumpleaños de Adrián y aquellos muchachos juguetones.
Los tres se sentaron en el mismo mueble grande de la sala, David quedó en el medio. Hablaron un buen rato sobre la exposición, era necesario prepararse bien para no dejar perder esa materia, sin embargo Gustavo y Luis estaban sumergidos en los encantos de la desnudez de las partes del cuerpo que David exhibía. Gustavo no tardó en ponerle algo de picante a la situación al preguntarle a David si se afeitaba las piernas porque no podía creer la ausencia de vellos en esa zona de su cuerpo. Acto seguido se subió el pantalón para enseñar como sus piernas eran algo velludas, Luis hizo lo mismo y mostró el bosque de pelo que cubría sus extremidades inferiores.
David: yo no me afeito ni nada de eso, solo soy un tanto lampiño, pero si tengo unos cuantos vellos lo que pasa es que son cortos y claros.
Gustavo y Luis no dudaron, cada uno tomó una pierna de David y con sus manos fueron palpando los diminutos vellos que brotaban a lo largo de aquellas suaves piernas. David se dejó tocar, le gustaba como masajeaban su piel, lenta y sensualmente, era un juego que podía permitir, no se excedía y lo hacía sentir muy bien, sin embargo el juego siguió: primero fueron las piernas, luego se fijaron en la ausencia de vellos en sus axilas, después buscaron en su torso, despojándolo de la franelilla, llegando asi a lo que era ineludible.
Luis: ¿no me digas que tampoco tienes vellos en tu pene?
David: si claro que tengo un poco.
Gustavo: a ver, muestra, porque no te creo.
David: yo creo que ya vieron bastante, ya es suficiente de este juego.
Gustavo: te vas a poner ahora con eso, además recuerda que este fin de semana vamos a ir todos a la piscina del complejo residencial donde vive Alejandro, y ahí lo mas seguro es que nos bañemos desnudos.
Gustavo mentía para lograr su objetivo, era claro que no podían estar desnudos en una piscina que era común para todos los inquilinos, pero trataba de esta manera de persuadir a un dubitativo David que no se atrevía a mostrar nada por temor a que lo vieran con su pene completamente erecto dando pie a posibles conjeturas de que si le excitaba que lo tocaran otros hombres.
Se escuchó el sonido de una puerta al ser abierta, los tres se separaron de inmediato. Era Adrián quien salió de su habitación y fue directo hacia su hermano. Gustavo y Luis quedaron impactados al ver a aquel joven atlético, exhibiendo cada uno de sus músculos a lo largo de su exquisito cuerpo cubierto solamente por un ajustado boxer negro. David se percató de las miradas lujuriosas de sus amigos, así que rápidamente presentó a Adrián y le indicó a este que su mamá le había dejado comida en la nevera, que solo tenía que calentarla en el microondas. Al recibir la información que necesitaba, Adrián se marchó a la cocina.
Luis: vaya, tu hermano es muy lindo y está muy bueno, ¿va al gimnasio?
David: si, él hace un poco de gimnasio y practica karate.
Gustavo: ¿y que edad tiene?
David: él es casi dos años menor que yo.
Luis: ¿él es gay?
David: no, en lo absoluto, en esta casa no hay homosexuales.
Gustavo: ¿seguro?, tu hermano es muy atractivo y me pareció ver que los tres nos quedamos observando su físico.
Luis: además yo creo que esa forma de él de andar casi desnudo ante ti es como incitándote a mi me parece que tú también le gustas.
David: ¿qué dicen?, él es mi hermano, ¿cómo pueden pensar en eso?
Gustavo: por favor David, yo creo que ambos lo desean, él se exhibe, tú lo ves como hombre y no como hermano solo obsérvate, estas sudando, estas nervioso. Tranquilo, es normal que lo desees, que quieras besar cada centímetro de su cuerpo, sentir esos músculos, tocarlos un buen rato, que él te abrace fuerte, penetrarlo con tu hinchado pene, o mejor aun, que él te penetre con toda su fuerza
Mientras David se calentaba cada vez con las palabras de Gustavo, este jugaba con sus tetillas rosadas y duras de la excitación. Luis sabía que había quedado fuera de aquel juego seductor, sin hacerse notar, se retiró hacia la cocina, dándole espacio y tiempo a su amigo.
Ahí estaba, de espaldas, esperando que su comida se terminara de calentar. Luis abrió la nevera y buscó una jarra con agua. Se quedó viendo aquel firme trasero, se podía apreciar la perfección de aquellas nalgas redondas. Adrián no lo sintió acercarse, solo reaccionó cuando lo sujetaron fuertemente desde atrás y lo despojaron de su boxer.
Luis: tranquilo, solo disfruta que te voy a hacer sentir cosas de otro mundo.
Luis comenzó a besar aquel cuello tembloroso, mientras que con una mano le tomó el pene que creció rápidamente y con la otra le masajeaba las nalgas. Le gustaba lo que sentía, Adrián solo se dejaba hacer, no le incomodo cuando Luis lo puso contra la mesa y con sus manos intentaba abrirle lo mas que podía su gran culo, no tardó en sentir como punzaba el pene de luis a buscar la entrada cerrada de su ano. Le empezó a doler, pidió que se detuviera.
Adrián: no puedo hacerlo, me duele mucho, además mi hermano se puede dar cuenta de lo que está pasando, creo que lo mejor es dejar esto hasta aquí y hacer como si nada ha pasado.
Luis: si te preocupas por lo que pueda decir tu hermano, pues déjame decirte que él también está disfrutando de un buen sexo, ¿o no te has dado cuenta de esos gemidos que se escuchan?
Adrián estaba confundido, escuchaba algo pero muy poco para definir lo que era. Luis lo tomó de la mano como a un niño pequeño y lo guió hasta la sala, Adrián dudó en seguirlo, estaban los dos desnudos, ¿qué diría su hermano al verlos así? No tuvo que pensar mucho en alguna excusa, al llegar a la sala los vio, David estaba sentado completamente desnudo sobre la verga de Gustavo quién acostado en el mueble disfrutaba cada vez que David se metía hasta lo mas profundo todo aquel pedazo de carne.
Luis: ¿lo ves?, él no te va a decir nada, solo unámonos a la fiesta.
Adrián confundido y excitado se dejó poner en cuatro patas e inmediatamente empezó a pujar aquel pene largo que no tardó en romper todas las barreras de su culo hasta llegar a lo máximo que podía, un instante y luego comenzó un constante mete y saca. Los dos hermanos solo se veían el uno al otro mientras sus culos se comían los penes erectos a mas no poder de Luis y Gustavo.
Adrián: eh, amigo, ¿te pasa algo? Tienes un rato con esa jarra en la mano y no haces nada, ¿necesitas un vaso o qué?
Luis volvió en sí, solo se disculpó con Adrián por su actitud sospechosa, se sirvió un poco de agua fría y se devolvió hacia la sala, donde se encontraba Gustavo sentado solo en el mueble, David se había molestado por su actitud, ya habían dejado claro que los acosos cesarían y ese juego seductor de Gustavo rompía con ese trato. Solo dejaron en claro lo que tenían que hacer en la exposición y luego los despidió en la puerta, sin embargo Gustavo sentía que estaba más cerca de penetrar a David, quizás en fin de semana en la piscina.