Nuevas Responsabilidad (IX)
Decido disfrutar de la diosa pelirroja y de mi inseparable fraulein rubia
Tras dejar a Svet, Yuki e Ira sufriendo en el potro junto a su Maestra Ashanti, y cavilando sobre su negro futuro, recibí gratamente a la diosa pelirroja que acababa de ganar a mi primo Ruppert. Ordené a Candy que andaba por casa que vigilara la integridad de las esclavas y que tras una hora en el potro las liberar y las mandara a descansar. No sé si recordareis pero Candy es la rubita menuda que Ira tuvo como regalo en su primer aniversario con nosotros, tras pasar una dura semana con la espectacular brasileña aun tiembla nada más verla, por lo que será de su agrado ver a esa zorra despótica sufriendo y no le sacará ojo de encima.
Nada más llegar Aline, así se llama la bellísima pelirroja, decidí disfrutar de ella por lo que me la llevé a la cama y hemos tenido una noche de sexo brutal hasta caer rendidos. La flexibilidad de esta niña es inmensa y el vicio y desinhibición que tiene en la cama van parejos a sus ansias de placer, es un bellísimo animal tremendamente dotado para el sexo.
Como ya tenía completos los grupos de esclavos y hasta que no decida qué hacer con ella Aline ha pasado a ser mi sirvienta personal en modo 24/7.
Como sirvienta personal tiene asignado el despertarme con una buena mamada matutina como tan solo ella sabe hacer, esta puta puede llegar a ser adictiva, y mear profusamente en su garganta para vaciar la vegija tras una buena corrida te deja nuevo para disfrutar de un nuevo día. Decido que es una buena mañana para disfrutar de Aline y exhibirla un poco.
Tras llamar al grupo de cuatro esclavas que hoy estaban de guardia, es el grupo de las gemelas, les ordeno que procedan al castigo matutino del resto de esclavos sin mi presencia, pero les indico quiero oír los gritos de dolor de los esclavos disciplinados resonando por toda la casa.
Tras despacharlas pienso que como partenaire me llevaré a la esclava con la que tengo más feeling, la imponente fraulein Ingrid. Nuestra diferencia de edad - ella con sus muy bien llevados 43 años y yo con mis 25 - nos permite adaptar diversos papeles madre-hijo, tía-sobrino…
Inmediatamente llamo a Jordi, al jefe del grupo de Ingrid, que recordad que está compuesto por la explosiva pelirroja Verónica, la dulce y menuda francesita Sophie, el inmenso negro Mandingo y la ya mentada fraulein Ingrid.
Jordi tienen una empresa de venta de materiales de construcción y mis esclavos son los únicos empleados, las tres bellas esclavas en administración y atención al cliente y el musculado negro en almacén.
La política de la empresa es fácil, se hace lo que sea por la satisfacción del cliente.
- Si el cliente hace una buena compra ahí está la esclava, o Mandingo, para mostrarle el agradecimiento de la empresa por su compra.
- Si algún material llega defectuoso o en mal estado, por supuesto la culpa es de Mandingo, y no hay nada como colgar al puto negro de una viga del almacén y castigarlo duramente con el látigo ante el cliente, o que sea el mismo cliente el que se resarza de las molestias causadas manejando el látigo, la caña o la palmeta.
- Si el pedido no incluye lo solicitado, en esta ocasión es la esclava la que sufre los rigores del látigo, palmeta, caña y por supuesto debe disculparse apropiadamente ante el cliente, ya me entendeis.
Las ventas van al alza aún en estos tiempos de crisis para el sector de la construcción, ayer fue el primer día de trabajo de los esclavos y lo petó, llegaron 5 clientes nuevos, será por una buena política comercial.
El cabronazo de Jordi tan solo tiene “despachando” a dos esclavas, la otra la tiene permanente en su despacho. Ayer por la tarde me llamó para decirme que estaba seco, que se había corrido en todos los agujeros de las esclavas y de Mandingo, que no había hecho otra cosa en todo el día que follar y follar, bueno eso y ostiar al negro que aunque no había cometido ningún error dice que es indecente el pollón que se calza y que solo se puede domar a base de fustazos en la polla.
- Jordi, que pasa cabrón
- Hola John ¿Ya me has mandado a las putillas y a esa polla andante negra?
- No, Jordi. Te llamaba por eso, hoy necesito a Ingrid, tendrás que prescindir de ella.
- No me jodas tio. Ayer estas putas agendaron 20 clientes y atender a cada cliente lleva más o menos una hora entre que compran, se las follan … y si solo me mandas dos voy a tener que prescindir de mi putilla y me voy a aburrir todo el día viendo como los hijos de puta de los clientes se tiran a éstas y yo a dos velas.
- Joder Jordi, un solo día y ya solo piensas en tu polla.
- Coño, el negocio va bien, las zorritas venden y el negro a currar como el puto esclavo que es, pues yo a disfrutar.
- Vale, te voy a proponer un trato que no vas a poder rechazar, en vez de mandarte a Ingrid te mando a un par de gemelas, y además te dejo elegir. Por una parte tienes a Kala y Najma, son dos preciosidades tuareg de 20 años, calcada una a la otra. O bien a Keiko y Shizu dos japonesitas de 23 años ES-PEC-TA-CU-LA-RES, creo que son las únicas japonesas altas y con las tetas gordas que vas a encontrar por estos lares. Piensa que las tres putas las vas a tener a tu disposición todos los días pero dos yeguas de los hombres del desierto o la sutilidad oriental y encima por partida doble…
- Ostias John, tu sí que sabes convencer a un cliente, mándame a las moras que voy a estar follándomelas hasta deshidratarme, y encima voy a hacer la oferta del día el cliente que más compre las tendrá dos horas adicionales para follárselas y castigarlas hasta decir basta, si no te importa.
- Jordi, para que están los colegas, por supuesto y aunque me las mandes más tarde no pasa nada. Gracias tío.
- Bye John
Me acerco a la sala donde las cuatro esclavas están impartiendo los últimos castigos y ordeno a Kala y Najma que se adecenten y vayan con Verónica, Sophie y Mandingo a trabajar.
A Keiko y Shizu les ordeno que hagan una limpieza general del apartamento que será detalladamente revisada a mi vuelta.
Llamo a Ingrid y le detallo el plan el día.
- Ingrid, hoy tengo el día juguetón y me apetece exhibir a Aline. Vamos a ir a comprar por Passeig de Gracia, hoy vas a hacer el papel de tía cachonda.
- Si, Amo. ¿Cómo debo vestir?
- Pues como te he dicho de madura cachonda. Te pones un buen sujetador que realce los maravillosos pechos que tienes y por encima una blusa amarillo chillón, nada discreta, bien ceñida a punto de explotar, con los botones abiertos para lucir el impresionante escote que tienes. En la parte de abajo como no podía ser de otra forma mini de cuero negra, bien ceñida al poderoso culo que tienes. De largo lo justo para no enseñar nada, no queremos que nos detengan, pero que se aprecien bien esos muslos, medias con liguero que no lleguen hasta la falda, que dejen ver algo de la blanquecina carne de tus muslos y en los pies sandalias con taconazos, no menos de 15 centímetros y con tiras que se amolden a tus bellas piernas. Déjate la melena rubia suelta, ojos azules bien maquillados y labios evidentemente rojo putón, recargados, que los hombres solo piensen en follarte y las mujeres que eres una puta, aunque algunas seguro que también querrían follarte.
- Como ordene, Amo. ¿Y para Aline? – me responde con una sonrisa.
- Dado que es mi asistente personal, la vestiremos como tal. Blusa blanca, bien ceñida, con sujetador negro de media copa que deje los pezones al aire, con lo joven que es y lo tersas que tiene las tetas no necesita más. En la parte de abajo sin bragas, al igual que tu, medias y ligueros como los tuyos también en color negro. Falda lápiz de cuero, también, asimétrica y con abertura lateral justo hasta las rodillas, y finalmente botas altas, de gamuza suave también negras, que se ciñan como una segunda piel a las maravillosas piernas que tiene la zorrita. Por supuesto otros taconazos de 15 cm.
- No podía ser de otra forma Amo –responde la bella fraulein que empieza a excitarse.
- Maquillaje discreto, la larga melena pelirroja suelta y acabas la indumentaria con unas preciosas gafas de concha. Al cuello gargantilla de terciopelo negra con el símbolo de la familia y pendientes con forma de esposas.
- Si, Amo. Si me permite voy a cumplir sus órdenes.
- Bien Ingrid, pero antes de que se vista mándame a Aline.
- Voy Amo –se despide apresuradamente la rubia.
Al cabo de unos instantes aparece Aline totalmente desnuda.
- ¿Me llamaba Amo?
- Si Aline, vamos a salir de compras, pero antes quiero maquillarte un poco.
- Amo, ¿No es ese trabajo de Ingrid? –pregunta una desconcertada Aline.
- Si, Ingrid procederá a maquillarte el rostro pero yo ahora mismo te voy a maquillar el culo. Me gusta que mis esclavas salgan de casa con el culo rojito. Por favor acércame la pala de ping pong que encontrarás en el vestidor.
Es la pala con la que dos días atrás azoté a la también pelirroja Verónica y que hoy va a realizar la misma función, de pelirroja en pelirroja y nalgueo porque me toca (perdón por el chiste horrendo).
Al igual que anteriormente procedo a poner mi pie izquierdo sobre un escabel para que la pierna quede haciendo una ele a la altura de la cintura y ordeno a la esclava que se incline sobre ella dejando su culo totalmente a disposición de la paleta de ping pong. Y me dedico durante 10 minutos a azotar duramente el culo de Aline hasta que toma un bello color rojo intenso a juego con su cabellera.
- Mucho mejor, ahora ese culo tiene vida y no muestra el aspecto pálido y blancuzco de las pelirrojas.
- Si Amo –responde una sumisa Aline.
- Peeeeero, no es suficiente, seguro que tras unas horas el color va bajando y quiero algo un poco más permanente, por favor acércame la caña que estaba al lado de la palmeta.
Aline, palidece, ya que la caña que le he solicitado no es una caña de bambú normal y corriente, es una fina caña de cuero con alma de fibra de vidrio, flexible pero muy dolorosa y que deja unas bonitas marcas que duran unos cuantos días.
- Tome Amo – me acerca la caña una pálida Aline
- Bien Aline, inclínate hacia adelante, apoya las manos en la pared y mantén la posición.
- Como ordene Amo –responde sumisa mientras adopta la posición indicada.
El espectáculo es inconmensurable, los 180 cm de hembra apoyados en la pared, la roja melena desparramándose por su espalda y casi acariciando ese culo en forma de corazón que espera ser salvajemente acariciado por la caña. Las dos piernas abiertas, sosteniendo poderosas a esta impresionante yegua, los muslos blanquecinos y bien torneados. Un cuerpo que pide ser domado a base de polla y fusta.
Tomando impulso lanzo velozmente la caña contra el ahora rojo culo de la escultural esclava e impacto fuertemente la caña.
- Fiuuuuuuu –silba la fina caña en el aire
- Arghhhhhh –replica la escultural pelirroja al sentir el doloroso mordisco de la caña
Inmediatamente en ese perfecto culo, justo en el centro justo en el centro aparece una fina línea que marca ambas nalgas, en una paralela perfecta al suelo. Me siento orgulloso.
Esta perfecta línea, tremendamente rojiza y de relieve bien marcado, me permite distribuir otros seis azotes, tres por encima de la primera línea y otros tres entre la línea y el suave pliegue que marcan los muslos. El maravilloso culo ahora se muestra perfecto, con un tono rojizo que se va tornando en azulado por el efecto de la paliza recibida con la pala de ping-pong y esas marcas, paralelas perfectas que rompen la monotonía del mismo. Soy un artista.
Aline, ha soportado entre sollozos la gratuita paliza que está recibiendo.
- Venga, venga -le digo cogiéndola y apoyando suavemente su cabeza en mi hombro –Ya está, ya pasó. No has oído aquello de que para estar guapa hay que sufrir.
- Si, Amo –me responde esbozando una ligera sonrisa y limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.
- Muy bien, tan solo queda un pequeño detalle.
- ¿Más Amo?
- Si, Aline, vas a llevar un bonito escote y no queremos que quede estropeado por esas blanquecinas tetas que tienes, son espectaculares pero al igual que tu culo de un tono blanquecino muy monótono. Por favor ponte las manos en la nuca y saca pecho que voy a proceder a marcar las tetas con los finos trazos de la caña.
- Por favor, Amo - se resiste la joven esclava.
- Zas –resuena por la habitación el sonoro revés que cruza la cara de Aline y deja una bonita marca roja en su mejilla derecha. Aline se queda muda.
- Ves, ahora te he marcado una mejilla y no puedes ir con solo una mejilla marcada. Mantente de pie que voy a soltarte otra ostia para que vayas a juego.
- Si, Amo –responde ahora si de forma sumisa Aline.
Tomando posición y midiendo la distancia le calzo una buena ostia en la mejilla izquierda.
- Ahora si –respondo, soy un fanático del equilibrio – Y adopta la posición para que pueda marcar esas tetas.
- Si, Amo –replica Aline que ya no se atreve a discutir.
Si el cuerpo de la joven de espaldas es un espectáculo de frente se nota perfectamente que es una diosa. Esos 180 cm que empiezan por una cabellera ardiente, enmarcando una pecosa cara en la que destacan los ojos azul intenso resaltados por las lágrimas de dolor que le está produciendo el inmerecido castigo al que está siendo sometida. Los labios carnosos, voluptuosos, entreabiertos, pidiendo a gritos que introduzcas su polla en ellos. Qué decir de esos 100 cm de tetas que por la postura en la que se encuentra se yerguen desafiantes esperando la caricia de la caña, que desde que la vi ayer tenía ganas de utilizar.
- Fiuuuuuuu –vuelve a silbar la fina caña en el aire
- Grrrrr –replica la escultural pelirroja al sentir el doloroso mordisco de la caña cruzando ambos pechos
Y al igual que pasó con el culo, como por arte de magia aparece una fina línea que cruza ambos pechos por la parte superior.
- Mucho mejor –comento a Aline, cuando te veas en el espejo me lo agradecerás
Como no quiero ensañarme mucho con la pelirroja tan solo golpeo una vez más los voluptuosos pechos que ahora están marcados por dos bonitas líneas paralelas.
- Ya está Aline.
- Gracias Amo –replica ella.
- ¿Pensabas que iba a fustigarte los pezones?
- Si, Amo, lo temía enormemente.
- Y ¿Por qué crees que no lo he hecho?
- No lo sé, Amo.
- Porque sería muy cruel por mi parte.
- Si, Amo, es una zona muy sensible y sería especialmente doloroso
- Nooo, tontita, no me refiero a eso, no te los he fustigado porque sería especialmente cruel por mi parte azotarte los pezones cuando vas a llevar todo el día unos anillos para los mismos.
Un rictus de disgusto aparece en la cara de la obediente sumisa que no se atreve a protestar. Los anillos para pezones que va a llevar son unos anillos ajustables que se ponen en la base de los mismos, se pueden apretar más o menos, y aparte de la molestia que supone hacen que los pezones de la esclava se mantengan erectos y rocen la tela de la blusa marcándose a través de ella.
- Anda tontita –le digo después de ajustarlos fuertemente a sus pezones –Ve con Ingrid y prepararos para salir.
- Si, Amo –responde Aline.
Al cabo de unos minutos aparecen las dos esclavas que se muestran espectaculares, sobretodo Aline que con la blusa blanca ajustada, el sujetador de media copa que deja libres sus pezones y los anillos en los mismos parece un toro a punto de embestir con los pitones marcándose obscenamente a través de la blusa. Cogiendo del brazo a Ingrid ordeno a Aline, síguenos a tres pasos de distancia con la mirada baja.
- Si, Amo –responde la pelirroja que es la viva imagen de la secretaria perfecta que todo directivo querría tener y follarse hasta la saciedad.
Nada más salir, decido ir a una lencería cercana a casa de Agent Provocateur. Es de las más pijas, de esas que unas bragas te pueden costar 100€, un conjunto supera los 300€ y cualquier casa mínimamente elaborada y provocativa sobrepasa con creces el sueldo de un mes de la dependienta de turno.
Antes de entrar me aseguré que no hubiera clientes en el local y haciendo una señal a Ingrid se desató la tormenta.
La imponente rubia agarró a Alina por su frondosa cabellera pelirroja y arrastrándola al interior de la tienda en voz lo suficientemente alta para que la oyeran las dos dependientas de la tienda.
- Puta inútil, como es posible que se te hayan olvidado las bragas en casa. ¿Crees que así puedo ir al Consejo de Dirección? Con una puta con el coño al aire, apestando a pescado.
- Señora -se intenta disculpar una sorprendida Alina.
- Zassss - De un sonoro bofetón Ingrid acalla cualquier protesta.
Las dos dependientas tienen la boca abierta por la sorpresa, están paralizadas por una situación que las desborda. Mientras tanto Ingrid recorre la tienda revolviéndolo todo.
- Pueblerina, a ver si al menos sacamos algo de provecho y te puedes ir de esta tienducha con un guardarropa completo para tus tetas y coño - increpa a la joven pelirroja cuyo rostro escarlata por la vergüenza hace juego con su pelo, y le va entregando cositas de aquí y allá.
Seleccionando un tanga de color azul de la colección Davinah que marca unos increíbles 420€. Seguro que supera el sueldo de una semana cualquiera de las dos dependientes se acerca despectivamente al mostrador y se dirige a la más jovencita.
- Hola nena, donde están los probadores, esta guarrilla -y señala a Aline- se ha olvidado las bragas en casa y necesitamos comprar de forma urgente unos cuantos conjuntos.
La sorprendidísima dependienta, incapaz de hablar, señala con el dedo los probadores que se encuentran al fondo.
- Por favor, querido, espéranos aquí y escoge algo bonito para mí -me indica Ingrid totalmente metida en su papel.
- Zorrita tira para los probadores - increpa a Aline mientras la empuja hacia los probadores
Ya en los probadores Ingrid indica a Aline que se desnude completamente y le entrega para probarse el delicado tanga. Totalmente a propósito Ingrid ha escogido una talla ligeramente mayor que la que necesita Aline. Asomado la cabeza por la puerta grita a la joven dependienta.
- Nena, ven aquí.
La aturdida dependienta se acerca para ver que necesita tan despótica e imponente cliente.
- ¿No crees que esta talla es un poco grande? -se dirige a la estupefacta dependienta- Tu putilla gírate para que vea como te queda el tanga por atrás.
Aline, que sigue con el rostro encendido por la humillación, lentamente se da la vuelta. Al girarse la pelirroja y mostrar el culo aun intensamente rojo por la paliza matutina y en el que se aprecian claramente las marcas de la caña, la situación sobrepasa a la joven dependienta que lanzando un Ohhhhhh huye despavorida del probador.
La dependienta más veterana, se acerca al probador para ver qué pasa.
- Señora ¿Puedo ayudarle en algo? -se dirige a Ingrid
Por suerte esta dependienta, de unos cincuenta años, está bregada en atención a todo tipo de clientes, y en cuanto huelen una venta sustanciosa se tragan el orgullo y la dignidad y permiten al cliente todas las excentricidades.
- Si, le comentaba a la estúpida de tu compañera que necesito una talla menor, ya que el tanga no se ciñe lo suficientemente bien a esta putilla.
Aline al sentirse tratada como un mero objeto, un simple trozo de carne se mantiene cabizbaja, avergonzada, con la mirada fija en el suelo y el rostro cada vez más rojo aun si cabe.
- Ahora le traigo una talla menor, señora.
- Venga, rápido, estúpida, que no tengo toda la mañana -increpa Ingrid a la dependienta clavando una gélida mirada de sus ojos azules en ella.
Una vez Aline se ha probado el tanga que le sienta a las mil maravillas. Ingrid le increpa.
- Anda furcia sal y que vea John qué tal te queda, ya que es él el que va a pagarlo porque con tu miserable sueldo es imposible que pagues estas prendas.
Aline, con tan solo la gargantilla y el tanga cubriéndole se dirige hacia mí. Ingrid se coloca a mi lado y colgándose de mi brazo me pregunta.
- ¿Que te parece querido?
- Tienes un gusto delicioso, creo que le queda muy bien. Por favor Aline date la vuelta que pueda ver cómo te queda por atrás.
Aline se gira lentamente.
- Me gusta como el azul resalta el bello tono rojo de las nalgas, creo que cada vez que se ponga este tanga habrá que propinarle una severa azotaina para resaltar ese bonito azul.
- Aline dóblate por la cintura y agárrate los tobillos para que el señor pueda apreciar cómo se ciñe a tu piel esta maravillosa prenda.
Aline se dobla por la cintura y adopta la forma indicada mostrando una bellísima estampa con las piernas abiertas, arrastrando la esplendorosa melena pelirroja por el suelo -que flexibilidad la de esta muchacha. Piernas coronadas por el culo intensamente rojizo que muestra orgulloso las finas marcas de la caña.
- Queda maravilloso, fíjate como resaltan las bonitas marcas de la caña, nos llevaremos un par más. Ahora a por las tetas.
- Tú -le grita a la dependienta- otros dos tangas en color negro y rojo y un tres sujetadores del mismo juego junto con sus portaligas.
- Ahora mismo, señora -se apresura una cada vez más servil dependienta, cuyos ojos hacen chiribitas por el importe de la venta, cada conjunto cuesta casi 1.700€, no puede creer que vaya a hacer una venta de casi 5.000€, con esta clienta tan borde
La dependienta trae tres bonitos sujetadores, pero Ingrid la increpa.
- Zorra estúpida ¿No sabes nada de tu negocio? ¿Crees que pago a este trozo de carne por su inteligencia? Tráeme tres sujetadores de una talla menor. Quiero ver los tremendos melones de esa zorrita bien ceñidos y elevados.
Ingrid ordena a Aline, escogiendo el azul que hace juego con el tanga.
- - Póntelo, no hace falta que vayas al probador, total no hay más clientes y no creo que a esta amable dependiente le importe.
- -Por supuesto que no señora -replica la dependienta calculando el pastizal de comisiones que se va a llevar.
Aline se prueba el sujetador y nos muestra su bello torso, espléndidamente realzado por tan magnífica prenda.
- No se -comenta Ingrid- tengo un problema, con el tanga ha sido fácil ya que al verle el bonito tono rojizo contra este intenso azul se puede apreciar el contraste, pero con las pálidas tetas de esta inútil no me hago a la idea.
- Mmmmm -se hace la pensativa la bella y cruel rubia -ya lo tengo John espero que no te importe que te haga trabajar.
- Tita querida, sabes que estoy totalmente a tu disposición -le contesto amorosamente.
- ¿Podrías azotar las tetas de Aline, para darles un bonito tono rojizo? - me pide engatusadora.
- Por mí no hay problema, pero no se qué pensará esta diligente dependienta, al fin y al cabo es su local -comento dirigiendo una seductora sonrisa a la dependienta.
- Poooooor favor, no es ninguna molestia, esperen a que cuelgue el cartelito de cerrado para que no sean interrumpidos por otro cliente y por mi puede proceder -Acepta la dependienta dispuesta no perder las jugosas comisiones que le proporcionarán la venta.
- Bien Aline, quítate el sujetador y ponte en posición.
Aline, lentamente se saca el sujetador mostrándonos a los presentes los voluptuosos pechos coronados por los dos impresionantes pezones aprisionados por los anillos. Cruzando las manos detrás de la nuca se arrodilla proyectando hacia el infinito sus duros pezones. El coño brilla con los jugos que destila, la muy perra disfruta siendo humillada.
Me desabrocho el cinto y lentamente tiro de él mientras sisea al soltarse de las presillas del pantalón. La dependienta contiene la respiración y mantiene la boca ligeramente entreabierta, juraría que está tan caliente como Aline, Ingrid o yo mismo.
Doblo el cinturón en dos y lo chasqueo contra mi mano, el espectáculo va dirigido a la dependiente que cada vez respira más agitadamente. Dejándome llevar por la intuición decido no ejecutar de momento el castigo y me dirijo a Ingrid diciendo.
- Tita, me dijiste que escogiera algo bonito para tí. ¿Qué te parece esta bella pieza? -le comento alargándole un precioso playsuit rosa y dorado.
- Acertada elección del caballero, el Rhonda Playsuit es uno de nuestros productos fetiche y seguro que realza el ya de por si espectacular cuerpo de si tía –calza la dependienta.- Y si me lo permite yo lo combinaría con los delicadísimos Elice Mule Ivory que con sus 10 cm de tacón realzarán las bellísimas piernas de su tía. Y perdone el atrevimiento pero también incluiría unos en azul y otros en negro para su secretaria que combinarán espléndidamente con los bellos conjuntos que han elegido para ella.
Joder con la dependienta, es un tiburón, 5.000 de la lencería de Aline, 2.800 del playsuit y 400 por cada par de mules, la venta le puede salir por 9.000 euros, no me extraña que se le haga el chichi agua.
- Divino- responde entusiasmadamente Ingrid-ardo en deseos de probármelo.
- ¿Puedo? -se dirige Ingrid a una excitada dependienta.
- Por supuesto.
Sin pensárselo dos veces, Ingrid se desnuda delante nuestro mostrando su espectacular cuerpo maduro, al que la madura dependienta lanza apreciativas miradas. A continuación se "viste" con el maravilloso conjunto que realza su espectacular anatomía a cotas indescriptibles.
Una desinhibida Ingrid modela encantadoramente el conjunto que lleva puesto.
La jovencísima dependienta asoma su cabecita por la puerta del cuartito en el que se había refugiado y la más mayor le hace señas que se acerque. Se acerca tímidamente y se coloca al lado de su compañera ambas entrelazan sus manos expectantes.
- Aline levántante.
- Ingrid ayuda a Aline a mantener la posición de castigo -Entrelazando sus brazos con los de la pelirroja Ingrid hace una llave que obliga a Aline a mantener las manos en la nuca, al tiempo que amolda su cuerpo al de Aline.
Chasqueando el cinto me acerco a Aline
- Perdone, Señor, pero permítame que la casa le obsequie con una maravillosa pala –me indica la dependienta sacando de una cajita una delicada palmeta de cuero que lleva el logo de Agent Provocateur grabado en su superfice.
- Maravilloso objeto, agradecido –indico a la madura dependienta cogiendo tan bello objeto de entre sus manos.
Me acerco a Aline y de reojo veo que las dos dependientas están muy juntitas, expectantes, abrazadas por la cintura, la mano de la dependiente mayor soba discretamente el joven culo de su compañera.
Alzo la pala y ésta golpea cruelmente el pecho izquierdo. Aline resopla de dolor y gruesos lagrimones empiezan a resbalar por sus mejillas.
La joven dependienta lanza un grito de sorpresa y esconde su cabeza en el cuello de su compañera que acaricia suavemente el pelo de la joven.
Vuelvo a alzar la pala y un nuevo azote cae ahora sobre el pecho derecho de Aline que apenas puede contener el grito de dolor que florece en sus labios. Por suerte, Ingrid la mantiene firmemente sujeta y al mismo tiempo el roce entre ambas hace que tanto la rubia como la pelirroja se encuentren en un gran estado de excitación.
La dependienta mayor parece hipnotizada. Es incapaz de separar la mirada del bello espectáculo que muestran ambas yeguas con sus cuerpos entrelazados. No hace falta ser un adivino para saber que salvando las distancias se está imaginando a ella y su joven compañera en la misma situación, las edades son prácticamente calcadas pero la clase, belleza y elegancia de mis esclavas frente a estas dos poligoneras con ínfulas es infinita. Cada vez estrecha más contra su cuerpo a su joven compañera que tiembla cada vez que oye el impacto de la pala sobre las tetas de Aline.
Un tercer y cuarto azote caen sobre Aline que ya es incapaz de reprimir los gritos de dolor. Las poderosas tetas muestran claramente dos líneas rojas en su parte superior.
Dos nuevos azotes caen implacablemente y las tetas ya están totalmente coloreadas no hay sombra de la blanquecina piel de la pelirroja, están teñidas de un violento rojo con rayas azuladas en los lugares en los que los golpes de pala se han superpuesto.
Alzando la pala por una última vez el golpe impacta en los sensibles pezones de la pelirroja que boquea buscando el aire que le falta debido al dolor y de repente estalla en un grito histérico. Ingrid debe realizar grandes esfuerzos para que Aline mantenga la posición de castigo y no se derrumbe en el suelo.
La madura dependienta devora a besos a la joven que pasiva y sollozante se deja hacer.
- Aline, ya puedes ponerte el sujetador para ver qué tal te queda.
- Si, Amo –responde una dolorida pelirroja.
- Es-pec-ta-cu-lar –grita Ingrid – el azul del conjunto sobre los pechos rojos resaltando en la blanquecina piel de la putita. Estupendo nos lo llevamos todo.
- ¿Aline, no estás contenta de que te hayamos comprado ropa?
- Si, Amo –responde la pelirroja.
- Creo, que debes agradecer a esta amable dependienta –le digo dirigiendo la mirada a la dependiente mayor- su excelente atención.
- Señora –dice Aline dirigiéndose a la dependienta- podría tener el honor de servirla en lo que necesite para agradecerle su excelente atención.
La madura dependienta empuja hacia un lado suavemente a la jovencita y me dirige una mirada interrogadora.
- Adelante –le indico con un gesto ampuloso de la mano- es suya puede hacer lo que quiera con ella.
Los ojos de la dependienta irradian alegría, no solo va a cobrar una comisión estratosférica sino que además va a poder gozar de la espectacular esclava pelirroja.
Sin perder un momento, se despoja de su falda y de unas bragas horribles que lleva. Sentándose en el mostrador, abre las piernas mostrando un coño algo descuidado, un coño que ya se ve mayor y que destila unos jugos de olor acre no del todo agradable, nada que ver con los dulces jugos que desprende cualquiera de mis esclavas debido a la dieta que siguen.
- Niña, acércate y chúpame el chirri –ahora sí que se ha caído el pequeño barniz cultural que le dan a estas dependientuchas, se nota que bajo su pose es pueblerina a más no poder. Anda que no le debe joder a Aline tener que comer un coño viejo, descuidado y maloliente.
Mientras Aline hunde la cabeza entre las piernas de la dependienta y ésta empieza a jadear, le digo a la pequeña:
- Y tú no quieres que ella –le digo señalando a Ingrid- te haga algún favor.
- No –responde enfurruñada la joven dependienta.
- ¿Y eso?
- Ha sido mala.
- ¿Por qué?
- Al llegar me ha insultado, y yo me he atavalado. No he reaccionado bien delante de una clienta y hemos estado a punto de perder una venta muy muy grande. Seguro que cuando usted se vaya mi jefa cogerá la palmeta y me dejará el culo bien caliente por no haber sido una buena dependienta.
- ¿Y no crees que sería justo que Ingrid se llevará un buen castigo?
- Despellejaría a esa puta zorra si pudiera –responde la joven dependienta destilando odio hacia la bella Ingrid.
Miro de reojo a la jefa que tiene firmemente agarrada la cabeza de Aline con sus muslos y manos y está corriéndose copiosamente en la cara de Aline entre gritos de satisfacción mientras le grita:
- Come puta come y bébete todo lo que suelta mi coño.
No debe ser fácil para Aline respirar en tan húmedo y hediondo lugar.
- ¿Puede su joven empleada ajustar cuentas con mi bella rubia? –Pregunto a una desatada jefa, lo que desata una mirada de odio en Ingrid que ve que sin comerlo ni beberlo va a recibir una paliza pro parte de la joven poligonera.
- Por mí puede hacer lo que le de la puta gana, yo ahora solo tengo una cosa en mente que esta furcia pelirroja haga que me corra hasta que se me seque el coño.
- ¿Ves? Tu jefa te deja que hagas lo que quieras con la rubia –le digo tendiéndole la pala, mientras me siento en un cómodo sofá a ver el espectáculo de las cuatro chicas.
- Tu zorra, quítate inmediatamente esa bonita ropa –le indica la joven a Ingrid.
Ingrid se desnuda y se planta en jarras delante de la jovencita, la diferencia de estatura es impresionante Ingrid con su 175cm de altura y sus taconazos de 10 cm le saca más de una cabeza a la menuda dependienta que no debe de pasar de los 150 cm y que lleva unos feísimos zapatos planos, prácticamente sus ojos quedan a la altura de los pezones de Ingrid que la domina con su altura y poderío físico.
Pero la jovencita no se deja amilanar y sin traslucir ninguna emoción suelta un rodillazo justo en el centro del coño de la espectacular rubia que cae de rodillas debido al repentino estallido de dolor que inunda su cerebro.
Aprovechando el movimiento de Ingrid, la jovencita pinza el pezón derecho y tira de él hacia arriba obligándola a levantarse y gritándole:
- Puta de mierda quien te ha dado permiso para moverte.
En cuanto Ingrid recupera la posición vertical suelta un derechazo con toda su rabia directo al estómago de la alemana que vuelve a doblarse con los ojos llorosos y boqueando buscando el aliente que tan duro golpe le ha quitado.
Nuevamente la jovencita se ensaña en el pezón de la fraulein, lo retuerce y estira hacia arriba gritándole a escasos centímetros de su cara:
- Zorrita, ahora ya no estás tan segura de ti misma
La menuda dependienta agarra con cada mano un pezón y tira de él hacia abajo obligando a la espectacular rubia a hincar las rodillas en el suelo, como buena sumisa que es las mantiene separadas y los brazos cruzados detrás de la nuca.
La jovencita nuevamente se ensaña con las espectaculares tetas de Ingrid y procede a golpearlas repetidamente con sus puños, abundantes lágrimas de dolor corren por la cara de la sufrida rubia, cuando de repente la menuda dependienta suelta una descomunal patada en el coño de la rubia que cae redonda al suelo entre alaridos de dolor.
La jovencita se ensaña propinando patadas en todo el cuerpo de la rubia que se encoge como puede para evitar en la medida de lo posible los puntapiés que entre insultos le está propinando la fiera dependienta.
Me levanto como un resorte del sofá y agarrando a la dependienta la tiro contra el suelo liberando a Ingrid de su furia.
- Aline, deja lo que estés haciendo y ayuda a vestirse a Ingrid y vístete tu, nos vamos.
Un rugido de impotencia se escapa de la dependienta mayor, la bella pelirroja ha dejado su trabajo a medias. Muy educadamente me acerco a la dependienta mayor y le indico:
- Después de dañar seriamente a mi esclava no esperará que realice compras en su establecimiento. De gracias a que no la denuncio.
- Señor, ha sido un malentendido, está sucia puta es incapaz de contenerse.
Corto sus lamentos de un bofetón que la manda directamente al suelo y le digo, espero que haya disfrutado porque moveré cielo y tierra para que tan solo pueda tener como pareja a esa putilla descontrolada.
Ya vestidas Aline e Ingrid se acercan a mí y mientras salimos de la tienda oímos como la dependienta mayor grita a la joven
- Puta inútil, no sabes disfrutar de lo que la vida te proporciona, siempre lo tienes que estropear con tu agresividad y tu furia. Me has jodido unas comisiones bestiales y el poder disfrutar de la pelirroja. Pero esta vez se te va a acabar la chulería, cuando acabe contigo de la paliza que te voy a dar vas a estar meando sangre semanas enteras.
Ingrid se apoya suavemente en mi brazo y le comento a Aline:
- Aline, Ingrid y yo nos vamos a la terraza Alaire a tomar un cóctel y que se recupere un poco. Tú acércate al Uma y reserva mesa para dos para dentro de una hora y media.
- Si, Amo, responde Aline – que se aleja apresuradamente.
En cuanto llegamos a la terraza, pedimos un Southern Comfort Sour para mí y un Dry Martini para Ingrid que lo necesita para recuperarse de la tremenda paliza recibida. Mientras nos sirven aprovecho para telefonear.
- Iker? Te he mandado una pelirroja espectacular para allí, para que reserve una mesa para dos. No se lo pongas fácil.