Nuevas experiencias
Como a una joven recien casada con una educación entre religiosa y castrense la van introduciendo en la vida mundana
Carlos estaba tranquilamente en una pequeña oficina que tenía instalada en su casa, que usaba habitualmente para temas relacionados con su trabajo, buscando por Internet lugares y locales de moda en Asturias. Al día siguiente empezaba las vacaciones junto con su esposa Nuria, y el lugar elegido era obligatoriamente la casa de los padres de ella, y éstos residían en esa comunidad.
Estaba muy entretenido mirando y anotando lo que le parecía más interesante, cuando sonó el teléfono, y como casi todas las llamadas al fijo eran para su esposa, dejó que sonase para que lo cogiera ella; pero se dio cuenta de que al lado del teléfono estaba el inalámbrico por lo que se levantó y llamando a su mujer, que en aquel momento estaba en la terraza hablando con su vecino Germán, se lo entregó diciéndole-
-Toma, estoy seguro de que es para ti.
Saludó a Germán y volvió con sus cosas.
Se quedó un momento pensando en Germán, un vecino ya jubilado que se había quedado viudo hacía un año y la única ocupación que tenía era estar en el bar con su pandilla y sobre todo con su amigo Tomás con el que solía compartir el gusto por el vino y las mujeres, éstas últimas básicamente de boquilla; los dos eran corpulentos por no decir gordos y su vocabulario dejaba mucho que desear, y cuando estaba en casa, la mayor parte del tiempo lo pasaba en la terraza y así cada vez que pescaba a uno de los dos, se hacía muy difícil dejarlo, no se callaba nunca, siempre comentando cosas del barrio y de algún que otro vecino. A Carlos no lo entretenía mucho, en cuanto lo intuía ya no salía, pero con su mujer coincidía más, a ella le hacían gracia sus comentarios y echaban buenas parrafadas.
A veces para meterse con ella le decía que aún le iba a gustar el viejo, y ella siempre le contestaba mal y se hacía la enfadada. Él se lo decía de broma pero estaba seguro de que al vecino le gustaba mucho ella, y la verdad, es que no se imaginaba hasta que punto.
Dejando a un lado esos pensamientos, decidió llamar a un compañero de trabajo para recordarle que lo mantuviese informado de cualquier novedad que se presentase mientras durasen sus vacaciones y al tomar el auricular oyó hablar a su mujer con otra chica:
-Pero Nuria, eso es por culpa tuya, después de las vacaciones del año pasado, cada vez que te llamé apenas me hablaste y nunca me devolviste las llamadas, llegué a pensar que estabas enfadada conmigo.
-No quiero que pienses eso Luisa, te estoy muy agradecida por preocuparte por mí durante las vacaciones del año pasado y conseguir que me divirtiese un montón con tus amigos, pero estaba algo avergonzada con lo que pasó el último día en tu casa, te ruego me perdones.
-Pero chiquilla, no tienes nada de que avergonzarte, lo malo fue el susto que pasamos, casi me da algo.
-Bueno eso ya pasó, vamos a dejarlo, tengo ganas de verte, mañana salimos de vacaciones y ya estaremos juntas.
-Por eso te llamo, tu madre me comentó que venías con tu marido; tengo muchas ganas de verte, así que llámame en cuanto llegues, vale?
Carlos iba a colgar pero esa conversación lo dejó un poco intrigado y decidió seguir escuchando, confiaba totalmente en su esposa, ya le había demostrado con creces su fidelidad y lo mucho que lo quería, pero lo que estaban hablando su mujer y Luisa lo tenían muy desconcertado y preocupado, por lo que, a pesar de sus principios, no colgó el teléfono.
-Déjame asentarme y te llamo, no te preocupes.
-Tengo interés en conocer a tu marido, después de lo mucho que hablabas de él, quiero conocer al hombre que te tiene totalmente entregada.
-Pues ya nos veremos, dale saludos a Laura, que también quiero verla.
-Sabes quien tiene más ganas de verte?, Raúl, te acuerdas?
-Eso es agua pasada, ya sabes que nunca me interesó y ahora menos, mejor deja ese tema.
-Vale cariño, en cuanto puedas me llamas, hasta entonces pues.
-Adiós Luisa, hasta vernos.
Esto último lo dijo Nuria muy seria y algo triste; pero él estaba a cuadros; que habría pasado, por un lado daban a entender que nada transcendente había ocurrido, pero conociendo a su mujer como creía que la conocía, algo importante estuvo a punto de pasar; en ese momento no quiso levantarse y ver la cara de su esposa, prefirió seguir sentado y empezar a recordar.
A Nuria la conoció un día que fue a su colegio hablar con la directora, era un colegio de monjas, Carlos tenía 23 años y se había licenciado en Químicas y se enteró por medio de Elisa, la mujer de su amigo Jesús, que buscaban un profesor sustituto hasta final de curso, y él en ese momento, a parte de mandar curriculums, no estaba haciendo nada, así que se presentó a solicitar el trabajo. En la entrada vio a una chica muy joven, después supo que tenía 17 años, le llamó la atención su gran belleza y, sobre todo, una mirada muy profunda, que le pareció fijarse un momento en él y sin más siguió su camino como si nada, pero Carlos quedó impactado, aun hoy no sabe por qué. Carlos es un tío que mide 1,85 de altura y pesa, unos 80Kg. hace mucho deporte, ahora menos, y de físico está muy bien, es decir tiene un buen tipo y es atractivo, la verdad es que parece un modelo de pasarela, nunca pasa desapercibido a las mujeres pero no es mujeriego y hasta el momento no había encontrado ninguna por la que interesarse, entonces los estudios y el deporte lo tenían siempre más que ocupado.
Jugaba al futbol y se le daba bien, aunque no para vivir de ello, pero cuando su equipo alcanzó categoría nacional, ya no lo podía compaginar con sus estudios y lo dejó; desde entonces para mantenerse en forma, va todos los días al gimnasio y practica Artes Marciales, que según dice, le tonifican el cuerpo y el espíritu.
Los recuerdos seguían llegando a su mente, la segunda vez que la vio fue en una cafetería, él entró a tomar un café y ella estaba sentada con unas amigas; se dirigió a la barra sin percatarse de la presencia de ella pero al rato empezó a escuchar murmullos y risitas nerviosas, entonces como si tal cosa, se giró un poco y notó que las chicas hablaban de él, eso no le llamo la atención porque ya estaba acostumbrado cuando eran grupitos de chicas jóvenes.
Terminó su café y caminando hacia la puerta las saludó con una ligera sonrisa y en ese momento la vio, se quedó un momento parado, estaba preciosa con el pelo suelto, no llevaba uniforme, iba vestida con unos vaqueros muy ceñidos que le hacían unas piernas impresionantes y un suéter que realzaba enormemente su busto y sobre todo la misma mirada, aunque esta vez iba acompañada de una suave sonrisa que no sabia descifrar, si era una pose o una pequeña burla; después sabría que era su forma de mirar a la gente, sin más.
Esta vez se fijó más en ella y vio una chica muy guapa de cara, unos ojos muy vivos, labios preciosos y una sonrisa que impactaba, de estatura mediría 1,70 con unos pechos de buen tamaño una buena cadera que daba paso a unas piernas que, aun con vaqueros, se intuían impresionantes; una mujer que no dejaba indiferente a nadie y eso que aun era una chiquilla de 17 años, aunque próximo a cumplir los 18.
Pasados un par de meses, se inauguraba la discoteca de su amigo Jesús y no tuvo más remedio que ir y llegó acompañado de su mujer Elisa, la cual había recogido en su domicilio, que estaba al lado del de sus padres. Elisa es una mujer, que sin ser una belleza, es muy resultona y muy elegante, llama mucho la intención por donde pasa y allí están los dos en la barra cuando llegó Jesús y estuvieron hablando distendidamente hasta que éste fue reclamado y los volvió a dejar solos un rato; pasados unos minutos Elisa decide ir ver a su marido a ver si era necesaria, dado el trajín que allí había, le da un beso a Carlos y se despide con un hasta luego.
Carlos pasados unos minutos y sintiendo que no pintaba nada en aquel sitio y como ya había complico con su amigo se dispuso a abandonar el local y fu entonces que Nuria se acercó a él y le dijo:
-Parece que te dieron plantón, le dijo mostrando una amplia sonrisa.
-Ah! hola, vine a felicitar a mi amigo por su bonito local y ya me iba, como ves, no tuve suerte con esa preciosidad, también lo dijo sonriendo, aunque ella quedó un poco contrariada con ese comentario.
-Estoy con unas amigas y todavía no nos atendieron, si eres amigo del dueño podrías recomendarnos algún camarero, y señaló hacia las amigas, éstas cuchicheaban entre ellas y se reían igual que el día de la cafetería.
-Si os sirvo yo os atiendo enseguida.
-Vale, y se volvió a la mesa donde fue acogida por su amigas con mucha complicidad, como si hubiesen echo una apuesta.
Carlos se acercó a la mesa de las chicas y tomó nota de lo que querían, se la pasó a Jesús, le preparó todo y él mismo lo llevó junto a ellas.
Carlos se sentó un rato y estuvieron charlando, pero en el ambiente flotaba algo en cuanto él la miraba o viceversa.
Una hora más tarde Carlos se despidió y al salir apareció corriendo Nuria y le dijo que le había gustado mucho el haberlo conocido y si podrían quedar otra vez, entonces se intercambiaron los teléfonos. Él salió del local muy sorprendido por la manera de actuar de la chica, se notaba que tenía más mundo que él a pesar de la diferencia de edad, pero le gustó, tenía ganas de conocerla más a fondo.
En estos momentos estaba totalmente absorbido en los recuerdos de esa chica tan dulce que luego se convertiría en su esposa, que no escuchó que ella lo estaba llamando para cenar. No se atrevía ni a levantarse pensando en que cara tendría ella o si era capaz de hablar como si no hubiese pasado nada. Poco a poco se fue tranquilizando y como hacía en su trabajo, dejaría que las cosas fuesen sucediendo a medida que pasaban y se levantó a cenar, donde su mujer lo recibió con su mejor cara, como si no pasase nada. La verdad, si no fuese curioso estaría cenando como cualquier otro día sin ninguna preocupación.
Por la mañana ya tenían el coche cargado y salieron de vacaciones, ella iba encantada a casa de sus padres y él, de momento, no pensaba en lo ocurrido ayer, y después de haber dormido estaba convencido de que no era nada grave, por lo menos eso dijeron las dos.
En el coche llevaban música puesta y apenas hablaban y los recuerdos volvieron a su mente.
Después de verse en la discoteca e intercambiarse los teléfonos quedaron algunas veces en el mismo sitio, pero ahora ya ellos solos; Carlos cada vez estaba más asombrado de la inteligencia y la madurez de Nuria; mantenía conversaciones con fluidez muy lejos de las tonterías de esa edad, le contó que había nacido en Asturias, ya que su familia materna era toda de allí y después había vivido casi siempre en Galicia, en distintas ciudades, que su padre era militar; ahora al terminar COU, quería hacer enfermería, pero a sus padres les parecía que su inteligencia daba para mucho más, médico, profesora etc. Carlos viendo la personalidad de ella no dudaba de lo que iba hacer.
En Julio ella se marchó a su tierra, de vacaciones con su madre, su padre se incorporaría más tarde y Carlos fue fichado por una multinacional de medicamentos y tuvo que desplazarse a Madrid para hacer un curso intensivo y ahí se separaron casi durante un año; se siguieron llamando y ella puso muchísimo interés en seguir con la relación, pero Carlos estaba lleno de dudas, ella era muy guapa, ya tenía 18 años y siempre tenía chicos cerca suya y pensaba que no se iba a encerrar como una monja, así que poco a poco fue llamándola menos y aunque ella decía que lo quería mucho, la relación se enfrió, sobre todo por parte de él y eso que en el tiempo que estuvo en Madrid no salió con ninguna chica, ni siquiera a tomar una copa, se dedicó exclusivamente a estudiar y los resultados fueron que sacó el número 1 y obtuvo un puesto en la empresa muy bien considerado y muy bien pagado, le dejaron escoger destino y volvió a su ciudad.
Cuando volvió no se lo comentó a nadie, salvo a su padres, tenía miedo que Nuria estuviese con otro y si fuera así él se retiraría a pesar de que estaba loco por verla y poder besarla por primera vez. Esa chica no se le iba de la mente. Al día siguiente de llegar fue a visitar a sus amigos y el mejor sitio donde estarían seria la discoteca de Jesús y allí se encaminó, nada más entrar vio a su amigo Pepe con su novia, se paró a saludarlos, le invitaron a una copa y cuando estaba bebiendo oyó gritar su nombre y al volverse se encontró con Elisa, la mujer de Jesús, estaba impresionante, se abrazó a él toda emocionada, la verdad es que se tenían mucho cariño, tanto con ella como con Jesús, varios tíos se volvieron a mirar por la efusividad que mostró y con envidia de Carlos, que era el destinatario de aquellos achuchones de una mujer impresionante.
-Pero bueno, serás sinvergüenza, te crees que puedes estar casi un año fuera y no llamarnos ni siquiera una vez, ni avisarnos de que venías, mientras le reñía con cariño lo abrazaba y besaba en la cara.
-Perdona cariño, estuve totalmente enclaustrado preparándome para volver lo antes posible.
Estaban hablando y riendo en un ambiente distendido cuando Elisa, colgada de él, le dice:
-Oye y como va lo tuyo con aquella niña con la que tonteaste unos meses antes de marcharte.
-Nada, no haya nada, la distancia lo estropea todo, ya ves, mi sino es estar solo, pero como tengo buenos amigos y sobre todo amigas como tú, la abrazaba en ese momento, no puedo quejarme.
-Deja de hacerte el chulito, te conozco desde siempre y nunca te vi. tan emocionado con una mujer hasta que conociste a esa chica, a propósito, no es esa que está saliendo?
Carlos se gira y efectivamente era Nuria, la llama pero ella no se vuelve, entonces Elisa le dice:
-Pero sal a por ella, no la dejes marchar, tonto.
Carlos sale y tiene que apurar el paso porque ella iba muy deprisa y por más que la llamaba no se paró hasta que la alcanzó y lo tomó de un brazo.
-Nuria por qué no te paras, por favor escúchame, solo quiero saber como estás.
-Déjame en paz, llegaste sin avisar y no perdiste el tiempo, verdad? Esta vez si ligaste rápido, o ya lo habías hecho con anterioridad? Te importo algo?
Todo esto lo decía casi con rabia y a punto de llorar. Carlos tuvo que frenarla tapándole la boca.
-Pero si acabo de llegar y estaba saludando a mis amigos.
-Pues yo no tengo amigos que me besen y se echen a mi cuello casi con desesperación.
-Ja ja ja, pero no es lo que creses, ven conmigo
Y tomándola del brazo la introdujo de nuevo en la discoteca y le presentó a sus amigos diciéndole:
-Esta mujer tan guapa se llama Elisa y es la mujer de Jesús, el dueño, lo que pasa es que es una exagerada, dijo riéndose-
-No me digas que Nuria pensó que tu y yo…..JaJa Ja, pero niña si este idiota nunca me miró como una mujer ni a mi ni a ninguna hasta que apareciste tú, no ves la cara de tonto que pone a tu lado jajaja.
Seguía conduciendo y en ese momento su rostro sonrió con aquel recuerdo y su mujer le dijo:
-Que te hace tanta gracia de repente, ya creí que hoy tocaba día serio, casi no despegaste los labios desde que salimos.
-Nada mujer, recordaba buenos tiempos. Y volvió estar serio.
Ella que estaba deseando llegar para ver a sus padres, tampoco era la alegría de la huerta, la conversación con Luisa le trajo viejos recuerdos en que por un lado deseaba olvidar y por otro le hacían revivir sensaciones que nunca había sentido hasta ese momento y que su cabeza le aconsejaba que no deberían volver a suceder.
Cuando llegaron, les salieron a recibir los padres de ella, se saludaron y entraron en casa que la comida ya estaba preparada.
Por la tarde, mientras su mujer y sus suegros quedaron poniéndose al día, él se fue acostar un rato, estaba cansado y algo tenso, seguramente sin motivos pero la mente actúa sin control, pero en vez de dormir volvió con sus recuerdos.
Retomaron la relación, donde se contaron sus vivencias durante esos 9 meses que estuvieron separados, que por lo visto ninguno de los dos tenía nada nuevo que contar, él ya sabemos que estuvo estudiando muy duro y ella empezó enfermería y durante el verano no se iría de vacaciones porque tenía practicas en el hospital.
Carlos en la universidad tuvo algún rollo con un par de chicas donde cayó un beso que otro y poco más; sus estudios eran lo principal y ninguna chica le había atraído lo suficiente como para perder tiempo, entre sus amigos era considerado algo raro.
Por su parte Nuria nunca se había besado con nadie, lo que le gustaba era bailar con sus amigas y divertirse siempre con buen royo, los chicos de su edad no la atraían en absoluto.
El primer beso de verdad entre ellos sucedió al mes de volver a encontrarse, fue un beso muy dulce que empezó muy despacito y al final fue un morreo en toda regla, y desde ahí ya estuvieron siempre juntos, aunque viviendo cada uno en su casa.
Llevaban ya dos años saliendo en serio como novios formales, él trabajando en la multinacional y ella que había terminado 2º de enfermería, como el año anterior se quedaba en Galicia haciendo prácticas en el hospital.
Cuando ella ya estaba en tercer tercer curso de enfermería, recordó el momento en que la llevó a una urbanización para que escogiera el piso donde iban a vivir y como se había emocionado ella, al pedirle formalmente matrimonio.
Unos días después fueron a cenar juntos para celebrar su compromiso de matrimonio y al terminar decidieron ir al nuevo piso ver como iban quedando los muebles y estando allí se abrazaron emocionados por estar en su futuro hogar, después vinieron los besos y cuando se dieron cuenta estaban tumbados en un sofá, esa fue la primera vez que hicieron el amor los dos, ya que ninguno se había acostado con otro.
Al recordar este momento tan tierno, Carlos se emociona y una lágrima recorre su mejilla; no puede ser que esta preciosa mujer le haya podido engañar, es imposible; tuvo que ser un mal entendido, no le entra en la cabeza que su novia entonces, hiciese algo malo, no, estaba seguro de que no.
En junio terminó enfermería y decidieron casarse en noviembre; en Julio la contrataron por un mes en el hospital, haciendo una suplencia y en Agosto fue junto a sus padres a Asturias, y ahí es donde ocurrió la causa de su preocupación..
Consiguió trabajo fijo en consultas de hospital a partir de septiembre y en noviembre se casaron, hace ahora 8 meses.
Como no podía dormir, se levantó y se reunió con su mujer y familia; los padres dijeron que salían dar una vuelta y su mujer le preguntó si quería salir y él le dijo que le daba igual,
-No quedaste con nadie? preguntó con ingenuidad él
-No, con quien iba a quedar, tampoco tengo tantos amigos aquí.
-Es que me pareció ayer oír algo, pero no me hagas caso.
-Ayer hablé con Luisa pero ya nos veremos, no tengo mucho interés, es una amiga que conocí el verano pasado, ya habrá tiempo.
Esa respuesta le tranquilizó, al final iba a quedar en nada todos sus temores y preocupaciones, o no?