Nuevas experiencias 5

Nuria sigue muy enamorada de su marido, pero el sexo comienza ya a ser algo importante en su vida

Sobre las dos de la tarde se despertó Nuria, en un principio se sintió desorientada, tardó un rato en ubicarse, se encontraba alterada y confusa, a su mente le venía un extraño sueño, donde hacía el amor , pero las imágenes eran confusas, parecía ver en medio de una nebulosa a Raúl, no estaba muy segura, a quien no veía era a su marido y al recordarlo, una inmensa sensación de placer recorrió su cuerpo, inconscientemente bajó su mano a la entrepierna y descubrió que su braga estaba corrida a un lado, notando su vagina toda mojada, su pelambrera empapada, así como sus muslos, se levantó asustada y comprobó que en la cama había una gran mancha húmeda.

Trató de recordar lo ocurrido a noche y enseguida le vinieron las imágenes de su marido y Laura entrando en el Oasis, el control de la policía y el sabor amargo de enterarse que estaba drogada, después el desasosiego de no poder contactar con su marido ni con Laura y al final la llegada de Luisa y las explicaciones que le dio, y por último que se acostó con su amiga y hasta ahora. Por lo tanto, había tenido un sueño y nada más, aunque las evidencias indicaban otra cosa.

En medio de estos pensamientos, miró su reloj dándose cuenta de la hora que era y no sabía nada de su marido, tendría que darle unas cuantas explicaciones, pero al saber que la habían drogado, se sentía más segura a la hora de explicarse. Se levantó y llamó a Carlos, sin obtener respuesta, empezó a ponerse nerviosa al no encontrarlo y fue cuando vio la nota en la mese del salón; su corazón palpitaba muy rápido, estaba muy nerviosa por lo que pondría y en cuanto la leyó, su cara se puso como la cera, de una palidez extrema y se dejó caer en el sofá. No creía nada de lo que ponía aquel papel, ni que lo habían llamado de la empresa ni el final TE QUIERO. Su marido la había abandonado sin pedirle ni una explicación, o es que ya sabía todo por medio de Luisa y se había marchado igual.

Pasada una media hora desde que viera la nota, sonó el teléfono y se levantó rápido a contestar esperando la llamada de Carlos, pero era Luisa preocupada.

-Cariño, ¿qué tal estás?, ¿ya hablaste con Carlos?, cuéntame.

En ese momento Nuria se derrumbó y comenzó a llorar desconsoladamente, asustando a su amiga.

-Nuria, por dios, qué sucede, dime algo por favor.

Nuria solo sollozaba y era incapaz de articular palabra, por lo que Luisa le dijo que se acercaba en un momento.

Luisa llamó a Laura y juntas llegaron a casa de Nuria; ésta las recibió llorando desconsoladamente, incluso al abrazar a Luisa aumentó su llanto, a Laura la saludó fríamente. Les dijo lo de la nota de su marido y siguió con sollozos, muy triste.

Luisa fue la primera que intervino,

-Tranquila Nuria, puede que sea verdad lo de la nota, él no sabe nada de la policía, no tiene motivo para largarse, que lo hizo mal: seguro, debería haber hablado contigo primero, pero yo lo vi muy preocupado, incluso quiso despertarte y yo no lo dejé.

Laura, por su parte, estaba muy confundida, no sabía que decir, y ¿si se había largado por lo ocurrido en su casa?, solo logró decirle que Luisa tenía razón, que no se preocupara.

Nuria al escucharla se lanzó sobre ella,

-Tú lo tienes muy claro, ¿verdad?, me puedes contar como llegasteis juntos y luego os quedasteis los dos y ¿hasta qué hora?

Y dirigiéndose a Luisa,

-A qué hora llegó Carlos a casa, tú estabas despierta.

Luisa está asombrada del cariz que tomaba el asunto, Nuria llorando y muy preocupada por lo que había hecho su marido y, sin más, saltaba sobre Laura para pedirle explicaciones, entonces se dio cuenta de que cuando estuvo contándole a Laura lo que había ocurrido con la policía, ésta no le contó nada de Carlos, ni si habían quedado o no, algo sonaba mal en aquel asunto.

-Llegó entre las diez y media y las once, no recuerdo bien.

-Y, ¿dónde estuvo hasta esa hora?  Dijo dirigiéndose a Laura.

-Yo no lo sé, contestó ella, temblándole la voz.

Luisa viendo cómo se estaba caldeando el ambiente, trató de desviar la conversación.

-Mira Nuria, lo que vas hacer es llamarlo y así saldrás de dudas, creo que es lo mejor.

-Sí, yo también lo creo, voy a darme una ducha y luego más relajada, lo llamaré. Muchas gracias a las dos por preocuparos de mí, y tú Laura perdóname, estoy muy nerviosa y no sé lo que digo.

Las dos amigas se marcharon, no sin antes decirle que estaban para lo que hiciera falta.

En cuanto estuvieron en la calle, Luisa se dirigió a su amiga para decirle,

-Creo que me tienes que explicar algo, Nuria está muy confusa y no se dio cuenta, pero yo noté como a sus preguntas te pusiste colorada y te temblaba la voz.

Ya por la tarde, una vez duchada y habiendo comido una fruta, no tenía apetito, Nuria estaba viendo la tele acurrucada en el sofá y sonó el teléfono, lo descolgó.

-hola cariño, soy tu madre, no sé si lo sabes, pero estamos en fiestas, que te parece si mañana venís a comer con nosotros y después nos vamos todos juntos, tu tía se alegraría mucho.

-Mamá, estoy sola, Carlos tuvo que marcharse por unos asuntos de trabajo y no sé qué día podrá volver, así que no podemos ir a buscaros.

Su madre enseguida notó por el tono de voz que a su hija le pasaba algo,

-Pero, ¿pasó algo nena?

-No mamá, no te preocupes, disfrutad de las fiestas yo estoy bien.

-A mí no me engañas, cielo, ya nos arreglaremos para ir, besos.

Nuria en cuanto dejó esa llamada, intentó contactar con su marido, pero no lo logró. Abatida, se dejó caer en el sofá de su casa

Carlos, al final, se decidió por ir a su casa en vez de a la de sus padres, para no preocuparlos, estaba deseando llamar a su mujer, pero no se atrevía, y cuando sonó su móvil y comprobó que era ella, lo dejó sonar sin contestar.

Ese domingo no salió de casa, no quería encontrarse con amigos o conocidos y le preguntasen por Nuria; no quería dar explicaciones, pero no iba a permanecer todos los días sin salir, así que el lunes por la tarde se pasó por su empresa para tener una coartada ante sus amigos.

Lo que había hecho dejando a Nuria en Asturias estuvo mal pero peor estaba no hablar con ella, que estaría pensando y, sobre todo, estaba preocupado si por no hablar con ella, la situación podría hacerse irreversible, así que decidió llamarla, en cuanto le descolgó, intentó hablar sin parar para que ella no pudiese intervenir,

-Nuria, que tal estás, siento mucho tener que venirme sin despedirme, pero era muy urgente que estuviese ayer mismo en la empresa, y tú estabas dormida y preferí no interrumpirte el sueño.

-Qué considerado eres, muchas gracias; o sea me ves casi desnuda con dos tíos, te enfadas, con toda la razón del mundo, y me dejas sola, pero al día siguiente en vez de pedirme explicaciones, me ves tan dormida que no quieres molestarme; crees que soy idiota. Continuó,

-No te paraste a pensar en porqué te había llamado tantas veces ayer, pensaste en si me había ocurrido algo, qué pensaste hoy por la mañana cuando llegaste a casa y te encontraste con Luisa, tuviste mucho tiempo durante el viaje para seguir pensando y aun así esperas un día más para llamarme, aparte de no atender mis llamadas, dime que tengo que pensar de todo eso; cuando te conocí, a los pocos días ya creí que te conocía de toda la vida y ahora cuatro años después, no te reconozco

Carlos se sentía abrumado por todo lo que estaba escuchando, su mujer tenía razón, pero no le podía contar lo ocurrido con Laura ni con ella misma; además se sentía un idiota por haber pensado que, marchándose, se solucionaría todo; su mujer no es de las que dejan las cosas a medias

-Sigo siendo el mismo, te quiero muchísimo, seguro que no obré bien, pero te compensaré en cuanto vuelva, yo te quiero y olvidaremos lo que ha pasado.

-Yo no quiero olvidar, quiero saber porque me dejaste sola en un momento tan malo para mí, pero ahora ya no tengo prisa, así que haz lo que te venga en ganas, como hiciste ayer.

Colgó el teléfono, ya no podía seguir hablando, un nudo se le había hecho en la garganta y de sus ojos empezaron a brotar gruesas lágrimas.

En los minutos siguientes, su móvil sonó unas cuantas veces, pero al ver que era Carlos, inmediatamente colgaba, si de verdad estaba arrepentido de su comportamiento, que sufriera como ella había sufrido. Al final, después de tanto llorar, se quedó dormida y no despertó hasta sentir que la puerta se abría y aparecieron sus padres.

-Nuria, ¿Dónde estás?, ya hemos llegado.

Nuria cuando había oído la puerta, fue corriendo al baño para lavarse la cara y dar una mejor imagen a sus padres.

-Estoy en el baño, ya salgo.

Cuando salió, estaba risueña como si no pasase nada, pero su madre notó enseguida que algo iba mal. Ella trató de explicarle lo más creíblemente posible que lo que le había dicho por teléfono era la verdad y su madre de momento dejó de interrogarla.

-Como habéis venido tan pronto, preguntó ella.

-Javi, el sobrino de Lucas, fue muy amable y aunque nosotros no queríamos molestarle, nos convenció diciendo que tenía muchas ganas de verte; ahora está aparcando el coche, tiene pensado quedarse unos días, aprovechando que estás tú.

Javi era sobrino de Lucas, el marido de Amelia, la tía del pueblo, cuando eran adolescentes andaban casi siempre juntos, es más, decían que de mayores se casarían, y a su tía le hacía mucha gracia. Después de adolescentes se veían solo en vacaciones y muy poco, ella estaba más en la ciudad con sus padres, a él siempre le gustó mucho Nuria, pero empezó con Carlos y las esperanzas se desvanecieron.

Esa misma noche Nuria se encontró mal, la abstinencia le produjo episodios nerviosos que intentó sobrellevarlo ella sola en su habitación y con ayuda del Tranquimacín.

A la mañana siguiente, en cuanto se levantó se fue a la cocina donde estaba su madre, y después de avisar a su padre, decidió contarles lo ocurrido con la policía.

Su padre cogió un cabreo de tres pares de narices y dijo que se iba a las dependencias de la Guardia Civil a solucionar el asunto; como ya dijimos él había sido hasta muy poco, militar y ahora estaba en la reserva, pero seguía manteniendo amistades y, sobre todo, influencias.

Por su parte la madre le comentó de ir al médico para que le hicieran un seguimiento y trataran de curarle esa adicción involuntaria.

-Carlos ya sabe esto, ¿verdad?, dijo su madre

-No, se marchó sin hablar conmigo.

Su madre no insistió porque ahora estaba segura de que algo había ocurrido entre ellos y esperaba que se lo contasen sin tener que hacer preguntas inoportunas.

El día fue pasando, en el médico le dieron tratamiento y le comunicaron que no era grave, en unos días su cuerpo ya no recordaría nada; por otra parte, el padre volvió del cuartel muy satisfecho, con los datos que aportó, le aseguraron que a su hija no le iban abrir expediente alguno, en cuanto al culpable o culpables ya no le importaba lo que les pasase, aunque le dijeron que no se iban a ir de rositas, a pesar de no poner Nuria ninguna denuncia; el padre creyó que era mejor dejarlo correr para no perjudicar más a su hija.

Nuria, por su parte seguía muy baja de moral y no quería hablar con Carlos. La madre intentaba que saliera a dar una vuelta con Javi, pero ella le contestaba que no estaba de humor, y permanecía en casa, a pesar de que, tanto Luisa como Laura la llamaban a menudo, sobretodo, porque esa semana comenzaban las fiestas patronales de la ciudad.

El jueves aparecieron por casa Luisa y Laura para obligarla a salir,

-Estamos en fiestas, incluso nuestros maridos están aquí, así que anímate y vente con nosotras, ya verás como no te aburrirás, además tienes a Javi, lo pasaremos de maravilla; le comentó Luisa.

El más contento de esa situación fue Javi, por fin podría salir con su amiga, el estar con ella ya era suficiente premio.

Salieron las tres parejas, fueron de sidrinas y cenaron de pinchos en un ambiente muy festero, todos lo pasaron bien, aunque Nuria siempre se mantuvo en un segundo plano, tanto fue así que tuvieron que explicarle a Ramón y Pepe que había un pequeño enfado, pero nada grave.

De todas formas, sobre las dos de la madrugada, Nuria decidió irse a casa, con el disgusto de Javi, que había tenido a Nuria en sus brazos mientras bailaban y eso para él era un éxito total.

Al día siguiente el padre viendo que Carlos no daba señales de vida y su hija seguía mustia, decidió solucionar el asunto de una vez por todas; llamó a su yerno a Galicia.

-Carlos, que coño pasa, que haces ahí tú solo y mi hija aquí toda amargada, me quieres explicar de una vez que es lo que sucede.

-Mira Antonio, tuvimos un pequeño problema, pero yo intento solucionarlo y tu hija no me responde.

-Y ¿así te quedas?, vente pitando leches hoy mismo, me da igual tu empresa, hoy te quiero ver aquí, ya está bien de tonterías, parecéis niños de teta.

-Está bien, ya me pongo en camino.

Carlos, por un lado, agradecía que su suegro tomase cartas en el asunto, pero por otro, estaba acojonado con la reacción que tendría su esposa por la espantada que había hecho, y estaba la madre del cordero, que no era otra que cómo le explicaba lo sucedido con Laura y con ella misma; tendría un viaje entretenido con todo ello.

Sobre las seis de la tarde llegó Carlos, antes de subir llamó a su suegro y los dos se fueron a tomar algo a la cafetería de enfrente; ahí Antonio le contó con todo lujo de detalles lo ocurrido con la policía; Carlos lo escuchaba, pero su cabeza estaba en otro lado, ahora estaba seguro de que su esposa no lo perdonaría en la vida, se derrumbó y a duras penas pudo contener sus lágrimas. Su suegro al verlo le preguntó,

-Pero, ¿tú no sabías nada de todo esto?

Él con la cabeza entre sus manos, la movió en sentido negativo.

-Entonces por qué carajo te largaste?

No obtuvo respuesta de su yerno y decidió que era mejor subir a casa.

Ya en casa, se encontró con su suegra y Javi en el salón, se lo presentó como un amigo de la infancia de Nuria y le indicó que ésta estaba en su habitación.

Carlos armándose de valor se dirigió a ella, allí estaba Nuria leyendo,

-Hola cariño, siento mucho lo ocurrido, no pensé que lo pudieses estar pasando tan mal, te ruego me perdones.

  • por fin has decidido mirarme a la cara, la última vez que nos vimos tu cara era de odio y me dijiste que mañana tranquilamente hablamos, ¿ya no te interesa saber porque me encontraba casi desnuda con aquellos dos? o es que ahora resulta que te gustó lo que viste.

-Cállate, por favor, tu padre ya me explicó lo que pasó, y prefiero hacer borrón y cuenta nueva, yo te quiero cariño.

-Como que borrón y cuenta nueva, ya no quieres saber si a mí me gustaba o no, no pensaste que a lo mejor yo estaba disfrutando.

-Siento mucho mi comportamiento, pero prefiero no hablar de ese tema, no eras tú la que estabas allí, eran las putas drogas.

-Me alegro mucho de que pienses así, pero a mí me hubiese gustado que te preocupases de mí en aquellos momentos y no largarte como un cobarde, ¿o había otras razones para hacerlo?, porque si es así me gustaría saberlo.

-Vuelvo a repetirte que lo siento mucho, me he comportado como un imbécil, pero podremos olvidarlo y seguir como antes.

  • No sin antes explicarme como llegaste con Laura y te fuiste con ella, dejándome a mi sola. ¿Estás dispuesto a contármelo o no?

-Pero cariño, no tiene importancia, me llamó al verte con esos y ya está. Lo mejor es que llegamos a tiempo.

-Está bien, ya veo que seguiré sin saber la causa de tu huida, voy a vestirme para salir con Luisa y Laura y me llevaré de pareja a Javi, contigo no quiero hablar hasta que me des una explicación convincente.

Llamó a sus amigas y quedaron para cenar fuera y después pasear por la fiesta; en cuanto estuvo preparada se presentó en el salón donde estaban todos viendo la tele casi en silencio, el ambiente no era de fiesta.

-Ya estoy preparada, Javi nos vamos que he quedado con mis amigas.

Tanto sus padres como su marido la miraron asombrados, iba espectacular con un vestido negro de sisas, donde se realzaban sus generosos pechos y con falda corta que se pegaba a su cuerpo como una segunda piel, y unos zapatos de fina aguja que resaltaban sus hermosas piernas haciendo un conjunto impresionante, tomó su bolso y una ligera chaqueta y se despidió con una sonrisa.

-Hasta mañana, no me esperéis despiertos.

En cuanto salieron, Carlos se retiró a su habitación hundido y los padres se quedaron preocupados porque se daban cuenta que, de momento, no había acuerdo entre ellos.

Por otra parte, Javi iba encantado al lado de tremenda mujer, causaría mucha envidia entre los hombres, no tenía duda alguna sobre ello.

Ya en la fiesta se encontraron con las amigas y sus parejas y comenzaron con los culines de sidra, esta vez Nuria no se cortaba un pelo, no solía beber, pero hoy no pasaba ronda.

Cuando decidieron ir a cenar, todos estaban algo contentos, pero Nuria llevaba una marcha más; quien lo agradecía era Javi que la llevaba siempre cogida de la cintura y en cuanto podía la apretaba con él.

Después de cenar, decidieron ir hacia la zona de pubs, Nuria iba muy enchispada, tanto que Ramón le preguntó si se encontraba bien, en caso contrario la acompañaría a casa.

-No te preocupes Ramón, si me porto mal, seguro que Laura queda con mi esposo y me rescatan, aunque luego se vayan juntos.

Al escuchar este comentario, todos quedaron callados, hasta que Luisa dijo riendo,

-Esta Nuria siempre de broma, vamos a seguir divirtiéndonos.

Pero a Ramón no le hizo gracia el comentario y pidió explicaciones y Laura dijo,

-Ramón, luego en casa ya te cuento, no tiene importancia.

-Como que le cuentas en casa, cuéntalo ahora y nos enteramos todos, dijo Nuria

Luisa volvió intervenir para dejar todo como estaba pero Nuria insistió, tanto que Laura empezó.

-El sábado pasado Nuria tuvo un problema en el Oasis y yo temiendo por ella, llamé a su esposo, fui a recogerle y después de solucionar todo, ella se fue para casa y él y yo fuimos a tomar algo, y como lo vi tan mal y no quería ir para casa, lo llevé a la nuestra, estuvimos bebiendo y se quedó dormido en el sofá, eso es todo; Ramón siento no habértelo contado antes, pero no tenía importancia y preferí no preocuparte.

-Está bien, ya hablaremos luego- Contestó Ramón, en un tono normal.

-Pues todo explicado a divertirnos, dijo Luisa.

Entonces Javi, por primera vez, tomó la palabra para decir,

-Nosotros es mejor que nos vayamos a casa, Nuria está demasiado contenta y será mejor que no beba más.

-Oye chaval, pero que te crees, que eres mi padre, yo me voy cuando quiera.

Entonces intervinieron los amigos y la convencieron de hacer lo que Javi proponía.

Javi no estaba preocupado por el estado en que se encontraba Nuria, sino que viéndola tan contenta no quería que los demás fuesen un inconveniente para poder aprovecharse un poco.

Caminando los dos hacia el coche, él la sujetaba con su brazo izquierdo por la cintura y ella también pasaba su brazo derecho por la de Javi y así riendo y comentando tonterías llegaron al Parking; allí la apoyó contra el coche y tomándola de las manos se acercó a ella y le dio un suave beso en los labios, a ella esa acción la cogió de sorpresa,

-Pero qué haces, me parece que te tomas muchas libertadas, ¿no crees?

-Sabes que me gustas mucho, me gustaste siempre, no pude evitarlo.

-Pues no te vuelvas a pasar, ¿entendido?

Javi se quedó un poco cortado, le soltó las manos y la tomó por la cintura para apartarla del coche y abrir la puerta, de esa manera le fue fácil subir su vestido de licra, dejando al descubierto sus preciosos muslos, que al sentarla tuvo un primer plano perfecto de sus blancas bragas. Ella ni se percató de la jugada, lo único que decía es que no quería irse para casa.

Ya circulando, Javi puso una mano en el muslo de la chica que, extrañamente, no rechazó, lo que envalentonó al muchacho que la fue introduciendo entre sus muslos, ya muy cerca de la braga. Ahí ella entre risitas intentó sacársela, pero él no cedió y entonces Nuria puso una mano encima de la de él y la dejó allí. Todo iba de maravilla para el muchacho, pero un inoportuno frenazo hizo que tuviera que sacar la mano.

Nuria no estaba tan borracha, estaba muy alegre y eso podía hacer que se desinhibiera algo, aun así, era consciente de lo que sucedía, pero, por una parte, sabía que tenía al muchacho bajo control, ya cuando eran pequeños, siempre lo manejó a su antojo y por otra, esos tocamientos le estaban encantando. Antes de haber sido abusada por Raúl, ella nunca se dejaría tocar por otro que no fuera su marido, pero Raúl le hizo vivir nuevas sensaciones o experiencias que ella no conocía y que le resultaban tan placenteras, así que ese juego de te dejo, pero no, le estaba gustando.

Javi iba pensando a donde llevarla, pero no conocía mucho la ciudad y podía resultar peligroso, así que decidió llevarla a casa y en el portal ya vería lo que sucedía.

Al llegar al portal la ayudó a bajar, teniendo de nuevo una buena panorámica de su entrepierna, entraron dentro y la llevó hacia el fondo, donde estaba el ascensor; allí quedaban fuera de la vista de cualquiera que pasara por la calle y solo tenía que controlar la puerta y el ascensor, que en cualquiera de los casos les daría tiempo a recolocarse sus ropas, una vez allí, llamó el ascensor para tenerlo controlado y además aprovechar su luz, ya que la del portal se apagaba.

Nuria pensaba que iban a subir a casa y le extrañó que no intentase aprovecharse subiendo las escaleras, pero no sabía que los planes de Javi eran otros, no era solo de tocamientos, después de verla tan receptiva, iba intentar follarla.

La volvió a coger por la cintura y la sujetó contra la pared, y antes de que ella reaccionase ya la tenía aprisionada totalmente, ella intentó separarse, pero no podía moverse.

-Ya te dije que no Javi, no podemos hacer esto, mi marido está ahí al lado, suéltame de una vez.

-Tranquila que no pienso hacerte daño, tú estás deseando esto como yo, me tienes loco.

Antes de que ella volviese a protestar ya le estaba comiendo la boca, ella forcejeaba para liberarse del beso, pero le era imposible, así que dejó que la besara a ver si se tranquilizaba; Javi subió su vestido hasta la cintura, acercó su cadera a la de ella, haciéndole notar su pene totalmente erecto, con el brazo izquierdo la sujetó por detrás de los hombros y con su mano derecha comenzó acariciar sus pechos, mientras seguía besándola.

Ella no tenía espacio para separarse y no podía hablar por la presión que ejercía sobre su boca, hasta que se la dejó libre para respirar, lo que aprovechó para reprocharle,

-Suéltame de una puta vez, todavía no ha pasado nada, así que subimos a casa y mañana veremos las cosas de otra manera.

-No puedo dejarte ahora, tu marido hace días que no te toca y tú lo estás deseando, déjate como en el coche y verás lo que vas a gozar.

Nuria estaba enfadada, más que nada, porque se le estaba yendo de las manos, además los tocamientos a que estaba siendo sometida le traían recuerdos no muy lejanos y muy placenteros, se encontraba en una encrucijada, si ceder o luchar, aunque esto último lo tenía difícil por la falta de fuerzas.

Javi al ver que ya no protestaba y estaba más relajada, dejó de sobarle los pechos y mientras la volvía a besar, esta vez sin oposición, comenzó a bajarle por detrás, la cremallera del vestido, le bajó los tirantes, dejando a la vista el sujetador de media copa, lo que permitía ver casi la totalidad de sus grandes y bonitos pechos. Nuria volvió a forcejear para liberarse, pero no consiguió nada, así que optó por dejarle el camino libre.

Enseguida el chico comprobó que por fin cedía, con su mano derecha se bajó la cremallera, dejando libre el pene, que saltó como un muelle; en ese momento Nuria dejó de hacer fuerza y colocó sus manos en los hombros de él que dejó de aprisionarla para coger los elásticos de la braga y comenzar a bajarla, se agachó para sacársela y le mandó levantar la pierna y al hacerlo, con el pie acarició el pene que se mantenía excitadísimo,

-Te gusta ¿verdad?, dijo el chico.

-Mucho, contestó ella

-Pues ahora te va a gustar mucho más, le dijo mirándola a la cara y comenzando a subir sus manos por la pierna.

  • ¿estás seguro?

-Completamente.

Aún no había terminado de decirlo, cuando sintió un fuerte dolor en su carnet de paternidad, producido por una patada de Nuria que lo dejó retorciéndose en el suelo.

-Creo que vas a disfrutar tú solo, me parece a mí..

Nuria recompuso el vestido, se subió las bragas y tomó el ascensor y antes de activarlo le dijo, date prisa si no quieres quedarte a dormir en la calle.

Ya en el piso, se metió en el baño y cuando salió vio a Javi, aún encogido, en un sofá.

-No seas tan quejica, que no fue para tanto.

-estás loca tía, casi me lo destrozas.

-No te llevaste la mitad de lo que merecías, ¿Dónde querías llegar?, estabas tonto o que te pasa; vete a la cama y descansa, mañana tenemos que hablar.

Nuria se dirigió a su habitación, ya no le quedaban efectos de la bebida y si le quedaba alguno se le pasó en cuanto vio a su marido despierto.

-Pensé que estarías dormido, ya son más de las dos de la mañana.

-No tengo sueño, además con el ruido que hicisteis, me hubiese despertado, que le pasa a Javi, me pareció oírle quejarse.

-Se tropezó con un escalón y se hizo un poco de daño, pero sin importancia, no te preocupes.

-Tenemos que hablar, dijo Carlos, no podemos seguir así, yo no voy a soportar que me ignores y me humilles como esta noche; voy a contarte todo lo que pasó y por qué me fui, no me interrumpas, si al terminar decides que me vaya, lo haré con todo el dolor de mi corazón, pero así no quiero seguir.

Nuria no intentó interrumpirlo para nada, estaba muy preocupada con lo que escuchaba, que podría ser tan grave como para echar a su marido de su vida.

-Primero está lo de Laura, ella me llamó….

-Lo de Laura ya lo sé, ella nos contó todo.

-Os contó todo ¿a quién?

-Pues a los cinco que estábamos con ella.

  • ¿A Ramón también? Y ¿qué dijo?

-Nada, se quedó pensativo, pero dijo que estaba bien, a mí tampoco me hizo mucha gracia, pero al fin y al cabo bebisteis y te quedaste dormido en el sofá.

A Carlos se le abrió el mundo cuando la escuchó, que bien lo hizo Laura, ahora venía la otra explicación, que tampoco era menos grave, pero por lo menos una ya estaba resuelta.

  • Eso fue lo que pasó, pero yo tenía miedo de que te sentase mal, al haberte dejado sola, pero en ese momento no pude pensar con claridad, estaba muy defraudado por tu comportamiento.

´Pues claro que me sentó mal, y sobre todo cuando me sentí sola ante la Guardia Civil, ni te lo puedes imaginar cómo me sentí.

Ahí Nuria comenzó a llorar desconsoladamente y se dejó caer en la cama, quizás esperando que su marido la consolara, pero éste no se movió, deseaba abrazarla, pero no se atrevía sin antes contarle todo.

-Vamos tranquilízate, ya pasó todo y dándole un pañuelo comenzó a relatarle como la había follado mientras ella soñaba con Raúl.

-Siento mucho lo ocurrido, cada vez que lo pienso, me da mucha vergüenza ese comportamiento tan miserable que tuve contigo. Lo siento muchísimo y solo pido que algún día puedas perdonarme.

Nuria al escucharlo comenzó a comprender el sueño que había tenido y los resultados del mismo, miró a su marido y le dio pena verlo tan hundido, lo abrazó,

-No te preocupes, no tengo nada que perdonarte, me trataste como a la puta que viste en el Oasis; pero ahora ya están las cosas claras y, por mi parte, yo también te quiero y no deseo otra cosa que no sea vivir contigo.

-Creo que te quiero más que nunca, le dijo él.

-Pues debemos recuperar el tiempo, llevamos días de abstinencia y no te imaginas a la presión que me ha sometido Javi.

-Ahora entiendo lo del escalón, dijo Carlos riéndose, contagiando a ella con sus risas.

Esa noche hicieron el amor de una manera mucho más intensa que en otras ocasiones, sobre todo ella que no pudo evitar recordar el sueño con Raúl, cuando la follaba su marido mientras ella dormía.

Esa noche Carlos se quedó dormido enseguida, había soportado mucha tensión, pero a Nuria le costó mucho más, su cabeza era un hervidero de las sensaciones vividas últimamente, ese placer de sentirse observada y manoseada la hacían temblar, incluso esa noche se tocó por primera vez.