Nuevas aventuras en la carretera
Cuando Tamara pensaba que se habia acabado la noche, encuentra una nueva aventura excitante en las oscuras carreteras secundarias cuando conoce a Bruno, un camionero recién divorciado bastante mayor que ella.
Iba camino a casa tras una fiesta muy larga, caminando casi en la oscuridad por un camino de tierra para poder llegar al autobús que me llevara a casa. Ni siquiera había trafico, solo el sonido de mis tacones sobre la tierra cuando empezó a iluminarse la carretera, un camión se acercaba no muy rápido, me alejé un poco más de la carretera y seguí adelante.
Poco a poco bajó la velocidad, supuse que para esquivarme con seguridad pero se paró unos metros más adelante y abrió la puerta el copiloto. Llegué despacio hasta allí intentando no asustarme y miré adentro donde se sentaba un hombre moreno, muy fornido, probablemente unos 20 años mayor que yo en vaqueros y camisa.
- ¿Necesitas ayuda niña?
- No, gracias. Voy al pueblo.
- ¿Andando a oscuras por la carretera? Es peligroso ¿Quieres que te acerque? Son dos minutos.
- En realidad voy a la parada de autobús, no hace falta.
- ¿A la ciudad? Yo voy hacia allí -pensé unos segundos analizándole, no parecía peligroso, aunque después de tantas copas podía equivocarme.
- ¿No sería una molestia?
- Molestia es ir siempre solo, no llevar a una belleza como tú -vi como se le escapaban los ojos a mis tetas por un segundo y me excitó un poco, así que pensé que seria divertido ver como se calentaba el madurito mientras volvía a casa gratis.
- Vale -le regalé una sonrisa- me vale con que me dejes más cerca que ahora
- Cuidado con los escalones -subí con dificultad al altísimo asiento, estaba totalmente inclinada, seguro que dándole una amplia vista de mi escote. Conseguí sentarme y cerrar. Él arrancó el motor.
- ¿Y cómo acabaste en esa carretera?
- Vengo de una fiesta, yo prefiero beber y caminar a casa.
- ¿Vas bebida? -me echó una mirada de reojo.
- Ya no demasiado, llevo un rato andando, y tengo muchísimo calor. ¿Puedes subir el aire? -presionó el botón y enfoqué el frío directamente a mí.
- Yo soy Bruno ¿Como te llamas? -bebió de un botellín de cerveza a su lado.
- Tamara ¿Tienes otra? me muero de sed -señaló detrás de los asientos, vi una caja empezada- ¿los conductores pueden beber?
- Guárdame el secreto -me dijo a los ojos y volvió a repasar todo mi cuerpo, seguro que se le estaba poniendo dura. Junto a las cervezas había una botella empezada de vodka.
- Te lo guardo si me invitas a un poco de esto -enseñe la botella.
- Bien, si te apetece seguir de fiesta -empecé a beber de la botella y asentí. El calor me bajó por la garganta y en un segundo sentía como se me endurecían los pezones por el aire acondicionado, pude ver como se me marcaban en la tela del vestido claramente y volví a beber sonriéndome.
- Yo de fiesta y tu trabajando q lastima, eres muy amable Bruno -me incliné mas hacia el chorro de aire frío- ¿sueles rescatar chicas en la carretera?
- No, no suele haber chicas caminando -pausó un par de segundos observándome las tetas- solas... -como esperaba, se le abultó un poco la bragueta, sonreí de nuevo y seguí bebiendo, la embriaguez me volvió del todo y el calor... me recline y abrí las rodillas, el vestido estaba muy subido, pero no podia ver nada, aun así giró la mirada comprobando mis muslos y abrí un poco mas las piernas.
- ¿Estas casado?
- Em...
- eso es un si
- Separado. Se tiró a otro cabrón.
- ...zorra... -bebí un poco más y decidí alegrarle la noche un poco más de lo que tenia pensado- pues estas muy bien... trabajas... y aun se te pone dura muy rápido.
- ¿Como?
- Se q ya la tienes dura, y tu también lo sabes ¿Miento? -empece a rozarme los pezones suavemente con los dedos por encima del vestido, el no me quitaba ojo, intentando mantener la atención en el camino.
- Has bebido demasiado?
- Puede ser ¿te molesta? ¿Quieres que pare? -bebí un poco más y mientras pellizque un par de veces el pezon izquierdo y vi duplicarse el tamaño de su paquete
- Joder no -le sonreí y baje la mano lentamente metiéndola entre mis muslos, pase los dedos sobre mi tanga mojado bajo su atención. Luego puse la mano en su rodilla y subí por el muslo hasta agarrar el enorme bulto encerrado en esos vaqueros.
- Voy a ver -desabroché el botón- qué se esta perdiendo tu mujer... -baje la bragueta y aun con la ropa interior dio un salto, deseando salir y creciendo cada vez más- mmm... -la saqué por completo y la recorrí con la mano, era muy gruesa, parecía enorme- joder Bruno! esto si que es una polla. -reí y use ambas manos, aun asomaba el glande por encima- ¿te la chupaba ella en el trabajo?
- Nunca. Ni en el coche.
- Q desperdicio... -coloqué la rodilla en mi asiento dejando el trasero bien alto y rodee la punta con los labios, empapándola poco a poco con mi saliva, le oía respirar entrecortadamente mientras la metia todo lo adentro que podia, aun dejandome parte fuera, repeti varias veces cuando me colocó la mano en la nuca dirigiendome un poco, intentando metermela hasta la garganta cada vez un poco más. Un poco despues me retire para divertirme un poco mas- Para el camión -no tardó ni un minuto mas en encontrar un lugar y parar el motor. Me coloqué con cuidado encima, entre él y el gran volante dejando su polla entre los dos y masajeándola muy suavemente. Me agarré las tetas apretándolas entre si frente a su cara.
- Ahora te toca comer a ti -le guiñe un ojo y volví las manos a su verga.
Más rápido de lo que esperaba los agarró fuerte entre las manos apretando varias veces y me bajó de golpe el vestido dejándolas fuera, agarrándolas de nuevo. Empezó a lamer los pezones poco a poco hasta ponérmelos completamente duros. Me agarraba tan fuerte que casi dolía pero me volvía loca, cuando siguió succionándolos uno a uno, cada vez un poco mas fuerte.
Cogí la botella de mi asiento y deje caer un poco sobre mis pechos antes de darle un trago mas y ofrecerle. Bebió y volvió a succionar con fuerza varios segundos haciéndome jadear y apretó los dientes, se me escapó un pequeño grito pero no pareció importarle, cambio y repitió lo mismo en el otro, manteniendo el mordisco un par de segundos mas.
- ahh, ah... más fuerte -apretó un poco mas, sonriendo. Continuó hasta dejármelos enrojecidos. Me saco el vestido por encima de la cabeza, reclinó los asientos y me levantó por la cintura para tumbarme y abrirme la piernas delante suya. Paso un par de dedos sobre mi tanga, lo aparto a un lado y metió muy despacio un solo dedo, volvio a sacarlo y metelo mordiendose los labios.
- Que mojadas estais las jovencitas joder... -ma agarre las piernas tras las rodillas para mantenerlas arriba y mostrándole bien mi concha.
- Tu mujer se volveria loca si te viera, metiendole los dedos -lo cual seguia haciendo hipnotizado- a una jovencita de 23 años que acaba de comerse tu polla...
- 23... -llevo directamente la cabeza entre mis piernas abriéndome con la lengua y repasándola de arriba abajo un par de veces, paró en la entrada y metió la lengua explorando. Volvió al clitoris y succionó varias veces mientras yo gemía ya en voz bien alta, nadie iba a oírme. Lo notaba muy hinchado y ya me caían jugos entre los muslos cuando comenzó de nuevo a succionar sin soltar, cada vez con mas intensidad.
- Joder! Ahhh, ah... -me temblaban las piernas y me faltaba el aire, cada segundo que seguía sentía que iba a desmayarme- para... Dios! -le empuje los hombros intentando separarle antes de correrme pero era imposible, así que me rendí gimiendo cuando paró volviendo a quedarse de rodillas entre mis piernas, me quitó el tanga que había apartado.
- Estas buenísima niña -me pellizcó los pezones suavemente a lo que conteste con un gemido- y que mojada joder... -dijo mirando mi conchita sin dejar de jugar con mis tetas. Colocó la punta de su polla en mi entrada, abriendo los labios pero sin moverse, la notaba caliente y dura y me moví lentamente para meterla más pero se retiró.
- Fóllame -solo me sonrió mientras volvía a colocarla en la entrada y después deslizarla por toda mi raja varias veces hasta dejarla bien mojada.
- Tranquila niña, voy a hacerlo... -me cogió las rodillas juntándome las piernas y llevándolas a un lado- y te quiero aun mas apretadita -me metió un dedo y noté lo cerrada que estaba, añadió otro dedo y mojó la entrada.
- Ten cuidado, tienes la verga enorme Bruno
- Estás bien mojada, seguro que te entra -ajustó la punta para meterla y agarró mis rodillas para mantenerlas juntas al lado empezando a empujar. Se deslizaba fácilmente mientras gemía sintiendo como me llenaba por completo hasta que me note demasiado apretada
- Ah... para, para, ahhh duele -paró de entrar y empezó a moverse dentro y fuera lentamente un par de veces agarrando uno de mis pechos y jugando con el pezón.
- Relájate -se acerco a lamérmelos mientras seguía el mete-saca y volvía a empujar más adentro, mi cuerpo empezó a ceder un poco, llenándome un poco más.
- Joder... ahh.. aahhh... no cabe mas, cuidado -mordió el pezon que aun tenia entre los labios, el dolor me estaba excitando pero sentía que no podia metérmela más
- Te cabrá -sonó casi como una orden- ya te has tragado mas de la mitad y me has puesto muy caliente. Así que usa la mano, tócate el coño y relájate para que entre -volvió a morderme un poco mas fuerte- o te la tendré que meter de una embestida -fue extraño pero lejos de asustarme, me sentí de repente mucho mas excitada, así que le miré a los ojos y metí la mano entre los muslos, rozando mi clitoris.
El volvió a empujar poco a poco, me mordí los labios intentando no volver a quejarme aunque las oleadas de dolor seguían acercándose y disipándose a medida que entraba. Me abría en dos cuando volvió a estar de rodillas y apretó haciéndome dar un enorme grito.
- ¿Ves como si te cabía? -sonreía manteniéndola completamente dentro, yo notaba mis músculos relajarse, aceptando aquel enorme aparato dentro de mi- dime, ¿sigues queriendo que te folle?
- Si
- ¿Como? -saco un par de centímetros y la volvió a meter, provocándome un escalofrío- no te he oido...
- Si! -me cogió el pezon fuerte entre los dedos apretando y repitió, la saco solo un poco y volvió adentro, ya me notaba completamente abierta y empapada.
- Dilo de nuevo ¿que quieres niña?
- Que me folles, follame por favor...
Me agarró la cadera y las rodillas y sin esperar un segundo empezó a embestirme con fuerza sin parar. Mis gritos debían oírse desde fuera, el dolor se fue inmediatamente, me acercaba al orgasmo rápidamente sintiéndola entrar mas adentro de lo que nunca me habían entrado, golpeándome en las nalgas con las pelotas al llegar al fondo cada vez.
Llegué inmediatamente a correrme, dejó que liberara las piernas cuando comencé a temblar pero seguía metiéndola sin parar mientras me corría mojando el asiento aun más.
Se sentó haciendo que le dejara hueco y me agarró del cuello acercándome su polla a la boca, me la metí sin preguntar nada más, mamándosela un rato mientras agarraba mi pelo para verla entrar y salir de mis labios. Aun estaba muy cachonda, hice que me soltara y me coloqué sobre él, dándole la espalda y arrodillada, adelantó un poco la cadera para acercar su verga, la masajeé un poco y me la coloqué en la rajita entrándola un poco y me dejé caer de golpe. Un escalofrío me recorrió la espalda al notarla abrirme de nuevo y le oí gemir.
Le monté un buen rato mirando hacia la carretera, pasaban algunos coches, y me excitaba que alguno pudiera haber visto como me follaba. Me agarro las tetas desde detrás, apretando con fuerza.
Estaba a punto de volver a correrme cuando me agarro de la cintura y me empujaba hacia delante colocándose de rodillas, mis pechos quedaron sobre el cuero del asiento cuando me dejó completamente tumbada, tuve que colocar la cabeza bajo el volante del camion. Él se puso tras de mi y me juntó las piernas poniendo las rodillas junto a mis caderas, con la mano volvió a abrir mi coño y se colocó mientras entraba con paciencia.
En esa postura volvía a costarle entrar, yo casi sentía su polla chocar con el asiento aun dentro de mi vagina, esa polla tenia que estar en un museo, nunca me han rellenado de esa manera y joder, como me estaba gustando. La metió por completo y me agarró por el cuello embistiéndome cada vez más rápido. Me introdujo un par de dedos en la boca, mientras los lamia me empezó a venir otro orgasmo, los succiones entre gritos y gemidos, cerré las piernas aun mas, sintiéndola como una vara que me atravesaba.
Poco después me agarró las caderas con fuerza, dándome sin parar hasta que la sacó rápidamente, oía como se la machacaba entre gemidos hasta correrse sobre mi espalda. Las gotas calientes me caían por los lados mientras se calmaba y recuperábamos el aliento.
Volvimos a vestirnos algo después y continuamos el camino que me había prometido, cuando me dejo cerca de casa habíamos hecho un trato, me quedé su número de teléfono. Por si volvía a quedarme sin transporte a casa...