Nuevamente en el cine

Una aventura más en el cine porno.

NUEVAMENTE EN EL CINE

Hola a todos mis amigos y lectores de esta página de relatos eróticos. Quiero agradecer a todos los que se han tomado un tiempo para leer mis relatos y sobre todos a aquellos que me han escrito alguna líneas. Es un gusto volvernos a encontrar por este medio y espero que también ustedes estén complacidos con las historias de una ( sexo ) servidora.

El día de hoy les platicaré una historia más del cine aquel, al cual tanto a mi esposo como a mí nos gusta ir. Por cierto, al final de mi relato, como ya se ha hecho costumbre les regalaré un par de fotografías mostrándoles a ustedes la forma en como iba vestida el día en que aconteció dicho relato, que por supuesto, espero sean de su total agrado.

Fue un miércoles cerca de las 4:00 P.M. cuando me comencé a arreglar; una blusa blanca, por supuesto que sin sostén; sin calzones, doble pantimedia súper transparentes y satinadas las dos, una falda con mucho vuelo, de licra y muy chiquita; cubriendo mi cuerpo en su totalidad una chamarra tipo cazadora ya que para entrar al cine debíamos ser muy precavidos, sobre todo porque ese día no llevábamos coche y tuvimos que entrar al cine al filo de las 6:00 P.M..

Finalmente llegamos al cine, pagamos nuestras entradas y de inmediato nos ubicamos en un costado del cine, esto por la falta de luz ya que en la pantalla ya se reproducía una de las películas de cartelera. Cuando pudimos ver mejor nos sentamos en las butacas pegadas al pasillo casi como en la sexta fila, esto con el fin de que el muchacho de la gorra que juega con nosotros nos pudiera distinguir entre todos los que estaban en el cine. Pero no fue tan fácil.

No pasaron ni 2 minutos de que recién nos habíamos sentado cuando ya nos estaban rondado dos o tres tipos. Para esto, todavía yo traía la chamarra puesta; así es que lo único que se me podía distinguir de mi cuerpo eran de las rodillas hasta las zapatillas, claro mis piernas se veían muy brillosas, quizás por las pantimedias que traía puestas, y aunque no me desagradaba la idea de ser vista por algunos hombres en esas condiciones, preferimos esperar hasta que nuestro "amigo" se sentara delante de nosotros, como siempre lo ha hecho.

Hubo algo que notamos tanto José Luis como yo, era un tipo gordo que se había sentado detrás de nosotros al principio, pocos minutos después se sentó en el lugar en donde debía sentarse nuestro "amigo". Eso nos inquietó un poco, así es que decidimos cambiarnos de lugar. Como en otras ocasiones nos han hecho lo mismo, pensamos que el gordo no nos seguiría, pero fue incorrecta nuestra apreciación, así como nos cambiamos de lugar nosotros, él nos siguió y se volvió a sentar muy cerca de nosotros nuevamente y también en la fila de adelante. Total que nos estuvimos cambiando de asiento como 2 o 3 veces más hasta que entendió.

Nos tranquilizamos un rato y cuando menos nos imaginamos, llegaba nuestro "amigo". De inmediato nos volteamos a ver con mi esposo y comenzamos el juego.

Mientras la película corría, José Luis se percataba de que no se acercara gente a nosotros, en tanto yo comencé a bajar el cierre de la chamarra poco a poco y muy lentamente para que no se escuchara el ruido y nadie notara nada raro. Finalmente logré abrir en su totalidad la chamarra, en cuanto ya no estaba sujeta por el cierre, la extendí a los lados para dar paso a acomodarme la falda y por supuesto a mostrarme tal y como lo habíamos planeado. Si en un momento dado pasaba gente cerca de nosotros, mi esposo me tocaba fuertemente al hombro, ya que me tenía abrazada; eso indicaba que tenía que taparme nuevamente con la chamarra, pero sobrepuesta para que no estuviera mucha gente de babosa, y nosotros poder seguir jugando como es nuestra costumbre.

Nuestro "amigo", entendió a la perfección nuestros movimientos y no hizo nada hasta que tuve la oportunidad de abrirme la chamarra. Como es su costumbre, puso sus manos entrelazadas detrás de su nuca y comenzó a voltear a verme; quizás estuvimos así por cerca de 5 o 10 minutos, el juego consiste en cruzar mis piernas y que él me vea desde varios ángulos. Primero cruzo una pierna y la muevo constantemente, claro esta que con las luces de la película que se reflejan en la pantalla se logra ver de forma muy coqueta el brillo de mis piernas, debido a las pantimedias. Después bajo esa pierna y cruzo la otra para hacer exactamente lo mismo. Y finalmente me siento bien, es decir con ambas piernas apoyadas en el piso, abro y cierro mis piernas a un compás lento y coqueto para que él pueda verme mi sexo en plenitud. Mientras cierro y abro las piernas me levanto totalmente la falda y de esa manera él me puede apreciar mejor. Regularmente siempre hacemos el mismo juego para después pasar a cosas más excitantes.

Mientras yo hago lo mío y mientras mi esposo observa no solo lo que hago, sino también a mi alrededor, nuestro "amigo" se saca su verga y se la juega durante todo ese tiempo, lo hace muy lento; quiero pensar que es para aguantar más tiempo su excitación.

Después de que le mostré mis piernas y mi sexo, y él se comenzó a excitar viéndome, me quité una de mis zapatillas y la pasé por debajo de uno de los respaldos de la butaca que estaba a su lado, pero sobre el asiento. Al darse cuenta de que tenía mi pie a su merced, comenzó a acariciarme los dedos, poco a poco se atrevió a acariciarme el pie de forma completa. Créanme lo que les digo, es hermoso sentir esas caricias. Continuó acariciándome el talón y hasta donde pudo llegar su mano, ya que el respaldo no le daba mucho espacio. Después puse mi otro pie y me hizo exactamente lo mismo. Puse los dos pies y me di cuenta como se desesperó, ya que quería acariciarme los dos pies al mismo tiempo con una sola mano, ya que en la otra no dejaba de jugarse el pito. Cada vez que cambiaba mis pies me acercaba a su butaca para verle su pito; lo tenía bien parado, se lograba ver también por el reflejo de las luces la babita que salía del pito, en ese momento sentía unas ganas enormes de metérme todo ese miembro a la boca y mamarlo hasta dejarlo completamente vacío.

Llegó el momento en que al incorporarme y volverme a sentar correctamente en mi butaca, poco a poco movía yo mis piernas de tal forma que mis rodillas llegaran a rozar una de sus manos; claro esta, la que tenía detrás de la nuca. Él al darse cuenta de lo que seguía, puso de inmediato sus dos manos nuevamente en la nuca y trató de acercarse a mi lo más que pudo.

Dicho y hecho, y ahora más atrevido que en ocasiones anteriores, fue directo al grano, o mejor dicho fue directo a mis piernas. En pasadas visitas al cine, lo primero que hacía nuestro "amigo" era, pasar ligeramente sus dedos sobre mi piel, es decir rozar primeramente mis rodillas, después ya sea mi pantorrilla o la parte superior de mi rodilla, es decir mis muslos. Poco a poco iba tomando más y más confianza hasta lograr tocarme de lleno, pero en esta ocasión no; esta vez fue a agarrarme completamente la parte que pudo alcanzar. Abrió totalmente su mano y me sujeto de mi rodilla y de inmediato me agarró toda mi pierna. Debo decir que no es nada brusco para acariciarme, quizás eso es lo que más me excita de esto, que lo sabe hacer de una forma en que me prende a tal grado de que he tenido alguna vez en esas mismas condiciones un orgasmo delicioso.

Fue todo muy rápido y aunque yo hacía lo posible por hacerme más adelante para que él llegara hasta mi sexo, mi esposo me detenía en repetidas ocasiones. Así cambié mis piernas una y otra vez hasta que nuevamente se comenzó a desesperarse y a moverse con más frenesí.

Nuevamente me incorporé en mi butaca a petición de mi esposo ya que seguía la otra parte del juego. Quitarme las primeras pantimedias y dárselas para que se viniera en ellas.

Así lo hicimos y aunque me costó un poco de trabajo quitármelas, debido a que de repente la gente pasaba a nuestro lado, logré quitármelas y él observó todos mis movimientos, no perdía detalle de mi. Las hice bolas y se las aventé de forma tal que no se diera cuenta la demás gente. Lo primero que hizo al recibirlas fue abrirlas en todo lo que daban y olerlas a la altura del calzón, donde se apoya mi sexo.

Pienso que eso le excito sobremanera ya que dado que yo no llevaba calzones y debido a un orgasmo que tuve iban un poco mojadas y lógicamente oliendo a mí. Se las puso sobre su pito y comenzó a jugárselo más y más rápido.

Debieron haber pasado casi como 5 minutos y ya quería yo oler su semen. Me acerqué a él fingiendo que veía mi reloj a contra luz y le pedí que ya terminara, pero que no hiciera bolas las medias para jugar con su semen. Aunque no me hizo caso, terminó en mis pantimedias y me las guardé en una de las bolsas de la chamarra.

Se levantó y se fue, pocos minutos después terminó también la película y se encendieron las luces, esto para dar paso al descanso que hay entre película y película.

Tanto mi esposo como yo estábamos sumamente excitados, lo que platicamos en el descanso y planeamos salirnos casi en cuanto diera comienzo la siguiente función. Solo que antes dejaríamos que el "amigo", si es que regresara a sentarse delante de nosotros, me acariciara un rato más.

Pasó el tiempo y se apagaron nuevamente las luces, comenzó la pantalla a reflejar el nombre de los actores, productores, directores y demás personal de la película. Mientras tanto mi esposo nuevamente vigilaba que no se acercara tanta gente y yo me iba ubicando nuevamente con mis piernas cruzadas hacia el frente por si llegaba el "amigo", toda fuera más fácil y rápido.

En efecto, no habían pasado ni 5 minutos que había comenzado la producción cuando llegó y nuevamente se ubicó frente a mi. Casi de inmediato, pero del otro lado a dos butacas del "amigo", se sentó nuevamente el gordo del que habíamos huido a nuestra llegada al cine. Pero era tanta mi excitación que le pedí a mi esposo que no se levantara porque él ya preparaba nuevamente el cambiarnos del lugar. También mi esposo entendió y se quedo en el mismo lugar.

Mi "amigo" no dijo nada, por lo cual inferí que probablemente fueran juntos. Como yo ya tenía mi chamarra bien puesta con el cierre hasta arriba, se me hizo fácil subirme la chamarra hasta la mitad de mis piernas no importando que estuviera el gordo observándonos. No perdió ningún detalle de mis movimientos, y también él se saco su verga para dar inicio a una masturbación.

Poco tiempo después, nos levantamos de nuestro lugar y salimos del cine, pensamos que sería peligroso dado que no llevábamos auto y teníamos que tomar autobuses urbanos.

Por el día de hoy, termina hasta aquí mi relato, espero que les haya gustado y que cualquier opinión o comentario, está mi correo abierto para ustedes.

PD Por cierto, les recuerdo que tengo una dirección electrónica en donde encontraran algunas fotografías personales, espero que la visiten, mi dirección es http://mx.photos.yahoo.com/lovelygirl3x ; más sin embargo, les regalo con este relato dos fotografías mías.

Adiós.