Nueva visita al club de intercambio.

María y su marido vuelven con un amigo al club de intercambio donde se encuentran con otra pareja y pasará de todo.

Nuevamente hemos ido a un club de intercambio de las afueras de nuestra capital, acompañados por nuestro “amigo fijo”, allí comenzamos tomando unas copas y nuestro amigo, al que llamaremos Manolo, se encontró con una pareja que ya conocía, ella no muy alta, guapa, con bonitas piernas y con enormes pechos, aunque poco trasero, él de gran tamaño, muy velludo y, según recordaba, con un pene no muy largo pero extraordinariamente grueso, después recordé que, en una ocasión, en otro club, habíamos tenido juegos los cinco.

Ya María animada, nos fuimos al vestuario, nos pusimos las toallas y chanclas que nos habían dado y pasamos a una especie de piscina interior, donde jugamos los tres, ella nos acarició a los dos los miembros, nosotros la acariciamos y jugueteamos con sus pechos y sexo, María y yo se la chupamos a Manolo, y María se puso a cuatro patas exhibiendo su precioso trasero para nosotros.

Cuando estábamos ya suficientemente excitados decidimos subir al jacuzzi exterior, situado en la primera planta, donde se encontraban los amigos de Manolo, Juani y Pedro, y en el que no pude entrar por tener una pierna lesionada y ser el acceso algo más complicado.

Les dije a María y Manolo que entraran ellos que yo miraría, a fin de cuentas me divierto mucho haciendo de voyeur.

Una vez dentro, Manolo y María empezaron a meterse mano, mientras Juani se la chupaba a Pedro, pronto Manolo comenzó a acariciar a Juani mientras María se la chupaba, yo estaba excitadísimo.

Juani comenzó mientras a acariciar los pechos de María mientras Manolo y Pedro les metían mano a ambas en una escena digna del mejor porno, después, se pusieron los tres manos a la obra con María y, mientras Juani le comía el coño, los dos hombres le acariciaban cada uno un pecho y Pedro la morreaba, llegando ella a un orgasmo brutal ante mis propios ojos, que veían como una mujer y dos hombres disfrutaban de su cuerpo, yo mientras lamía los pies de Juani, lo que, junto con el espectáculo que me ofrecían, me puso a mil.

Después, Juani se metió las pollas de su marido y de Manolo en la boca, chupándolas las dos a la vez mientras María salió del agua y se sentó en un sofá, comenzando a masturbarse mientras yo la acariciaba hasta llegar a un nuevo orgasmo.

Sin salir del agua, Juani se apoyó en el asiento del jacuzzi, siendo penetrada por su marido que comenzó un violento vaivén a la vez que le azotaba fuertemente las nalgas, a la vez yo se la chupaba a Manolo, chupada a la que se unió María, cuando estaba a punto de correrse, la sacó y, tirando de las piernas de María hasta tumbarla con sus piernas sobre los hombros, la penetró vaciándose al poco tiempo en el interior de su coño que se había dilatado bastante, en ese momento, Pedro, que no se había corrido, llegó y, sin que María cambiara de posición, la folló hasta correrse en su interior, mezclándose las dos corridas.

Después, bajamos los cinco a tomar una copa y continuar la juerga en las habitaciones.

Antes de entrar en una de ellas, pasamos a la sala sado, donde até a María, le vendé los ojos y, cogiendo una fusta que allí se encontraba, la azoté fuertemente en muslos y nalgas mientras la llamaba “puta” y ”zorra”, después, Manolo se puso a meterle mano mientras yo seleccionaba a uno de los chicos solos y le indicaba que podía hacer con ella lo que quisiera, María dio un respingo al notar que no éramos ninguno de nosotros los que la acariciábamos, el chico, que ya me habían confirmado que era de confianza, la tocó y acarició hasta que empezó a besarla metiéndole la lengua hasta la garganta a la vez que yo se la chupaba a Manolo para que volviera a estar dispuesto metiéndomela bien dentro de la boca.

El chico comenzó a restregar su pene, muy largo aunque no grueso, contra María, pasándolo entre sus muslos y sus nalgas, hasta que tiró de sus caderas hacia atrás y apoyó su miembro en el esfínter de María, penetrándola poco a poco hasta metérsela totalmente, le tuvo que llegar bastante dentro, dada la longitud que tenía, el chico se movía violentamente mientras le pellizcaba los pezones y tiraba de su pelo, parece ser que le había cogido el gusto al BDSM, hasta que eyaculó entre gemidos de placer, entonces yo, dispuesto a no darle a María ni un minuto de descanso, llame a la otra pareja que empezaron a hacer un sándwich con ella, él por delante y ella por detrás, mientras Pedro le metía la lengua hasta la garganta, Juani lamía el semen que caía entre las piernas de mi mujer y le acariciaba el coño, a la vez, Manolo y yo nos masturbábamos, cuando ambos estaban lo suficientemente calientes, dejaron a María y pasaron a una habitación abierta donde comenzaron a follar entre ellos, yo solté a María y pasamos Manolo, ella y yo a otra habitación donde, mientras yo miraba, Manolo la folló nuevamente a cuatro patas esta vez, cuando noté que estaba a punto de correrse, le pedí que echara la leche en sus pechos y cara para lo que María se volvió hacia él, cuando terminaron y María tenía el pecho empapado, le pedí que se pusiera nuevamente a cuatro patas y le pedía Manolo que frotara su pene sobre su culo para lubricarlo, después, sin que María cambiara de posición, la folle por ese agujero mientras le daba fuertes nalgadas, aquello fue demasiado para ambos y María se corrió por tercera vez mientras yo me vaciaba dentro de ella, cuando terminamos ya dimos por finalizada la sesión.