Nueva vida
Una nueva historia empieza.
Nueva vida
Mi nombre es Dino D'angelo, soy el primogénito de la familia D'angelo. Una de las familias más poderosas de Italia. Dominamos todo el sur de Italia, el jefe no es otro que mi padre Dante D'angelo.
Lidera a la familia con mano de hierro, si me dijeran que ese hombre fue expulsado del mismísimo infierno, me lo creería sin dudarlo ni un instante. Le he visto cometer las mayores atrocidades y no moví ni un dedo para impedirlo.
Siempre me dicen que soy un buen chico, pero no es así, si lo fuera, le abría plantado cara a mi padre hace mucho tiempo. Mi familia consta de dos miembros más, Mi hermana Isabella y mi madre Antonella.
Mi padre está obsesionado con la cultura japonesa y nos obligó a estudiar el arte marcial del Ninjutsu.
Taijutsu: Manejo del cuerpo; movimientos, desplazamientos y combate desarmado.
Kenjutsu: esgrima de sable, incluyendo la ninjato o shinobigatana.
Bojutsu: técnicas de lucha con bastones de diversos tipos o tamaños.
Hanbojutsu: arte de combatir con un báculo.
Shurikenjutsu: lanzamiento, manipulación y combate con elementos cortapunzantes.
Kusarijutsu: manejo de cadenas, solía usarse la Kusarigama, una hoz japonesa con cadena y contrapeso en el extremo o la Kusarifundo, una cadena extremadamente larga.
Sôjutsu: manejo de lanzas.
Naginatajutsu: uso de la Naginata, especie de alabarda en forma de espada curva con asta muy larga.
Bajutsu: equitación, lucha y técnicas a caballo.
Kuji Kiri: posiciones esotéricas de manos, las cuales según se decía dotaban al ninja de habilidades sobrehumanas.
Suijutsu: nado, lucha, combate y técnicas en el agua.
Kayakujutsu: fabricación y empleo de pólvoras y explosivos.
Bo Ryaku/Kyojutsu Tenkan Ho: estrategia de engaño intercambiando lo verdadero y lo falso.
Cho Ho: espionaje.
Shinobi Iri: ocultación y camuflaje (en todo tipo de climas y ambientes exteriores e interiores).
Inton Jutsu: infiltración.
Henso Jutsu: caracterización, interpretación y disfraces.
Ten Mon: meteorología.
Chi Mon: geografía.
Seishin Teki Kyoyo: desarrollo espiritual.
Desde bien pequeñitos estudiamos estas veintiuna disciplinas de Ninjutsu, hasta convertirnos en verdaderos expertos en todas y cada una de ellas. Eso nos hacía a mí y mi hermana en seres realmente letales.
Por aquel entonces mi padre se había embarcado en una guerra con las demás familias para hacerse con todo el poder, a mí sus obsesiones me tenían cansado, quería que fuera como él, pero no estaba dispuesto. Quería vivir mi propia vida y regar el suelo con la sangre de mis enemigos no entraba en mis planes.
Isabella, tampoco se encontraba cómoda con esta situación, pero era más permisiva con ciertas acciones que llevaba mi padre. Mi madre era una sumisa de manual, a ella todo lo que hiciera el gran Dante estaba bien.
Para hacerte miembro oficial de la familia D'angelo, derramar sangre era indispensable. Esa noche era mi misión roja como mi padre, se refería a ella. Cuando llegamos al hotel donde tenían retenido a uno de los lugartenientes de otra de las familias. Lo habían masacrado, entonces la mala suerte decidió pasarse por el lugar.
Una de las limpiadoras de hotel, abrió la puerta sin ninguna mala intención. Al llevar unos cascos e ir escuchando música, no se dio cuenta del ruido que estábamos haciendo. La orden de Dante estaba clara, esa mujer tenía que morir.
Yo les dije que lo haría, esa seria mi misión rioja. Cogí a esa mujer que lloraba y temblaba aterrorizada y la saque de la habitación. Uno de los hombres de mi padre me detuvo y me dijo.
• ¡A donde te la llevas Dino!, ¿por qué no la matas en el baño?
• ¡Prefiero hacerlo fuera, si no os importa!
La mujer me miraba aterrada, empezó a rezar y decía que su última ilusión seria volver a ver a su hija por última vez.
• Dino nos importa, da igual que seas el hijo del jefe. Tenemos órdenes de ejecutar a los traidores.
Entonces saque unos cuantos Shuriken que llevaba en una muñequera del brazo izquierdo y le lance dos, uno le dio en la mano que llevaba el arma y el otro se le clavó en el cuello. Al no poder gritar, tampoco pudo dar la voz de alarma.
Cogí a esa pobre mujer y la saque del hotel, nos montamos en mi coche y la saque de allí a toda prisa, la mujer muy asustada me pregunto que a donde íbamos.
• Te llevo a un aeropuerto secundario, solo se usa para traer cargamento o llevarlo. Los aviones no son nada cómodos, pero de momento estaremos a salvo.
• Gracias, me acabas de salvar la vida.
• ¡Todavía no me agradezcas nada, no hemos salido del peligro!
Cuando llegamos al aeropuerto mi hermana me estaba esperando allí, como me conocía la condenada. No me apetecía nada tener que luchar a mi hermana, más bien porque uno de los dos moriría en este combate.
Tampoco estaba dispuesto a que mataran más inocentes.
• ¿Dino, estás traicionando a papa?
• Isabella, ¡al único que he estado traicionando durante estos tres años ha sido a mi mismo!
Mi hermana dio la orden y tres gorilas se lanzaron contra esa mujer y yo, hundí mi bota en el suelo de arena y se la lance al primero a los ojos, después golpee su nuez con el proximal de la mano, cayo como un saco de patatas al suelo.
Al segundo le fui deteniendo golpe tras golpe, mientras yo contraatacaba con golpes a su oído derecho, al final perdió el equilibrio. Con una patada vertical le incrusté la nariz en la cara, este también cayo al suelo y no se levantó.
El tercero me fue atacar por la espalda, entonces Isabella saco un Kunai que al lanzarlo se lo clavo en el cuello, dejándolo fuera de combate. Después saco un cuerpo de mujer con la altura y complexión de esa mujer, le pego fuego para que ya no la buscaran más.
• ¿Por qué hermana?
• ¡Porque te quiero hermanito, y hay limites que yo tampoco estoy dispuesta a traspasar!
• ¿Mujer de donde eres?
• España.
• Muy bien, ese avión de allí os llevará a donde le digáis, cuídate mucho hermanito. Jamás podrás volver a pisar Italia en toda tu vida, ni en tu muerte.
• Por primera vez podré vivir mi vida.
Me despedí de mi hermana con un emotivo abrazo, después subimos al avión. Una vez en el aire empezaba mi exilio de por vida, no me sentía triste sino liberado.
• Siento que no puedas volver a tu país por mi culpa.
• No lo sientas, la culpa no es tuya.
• ¿Como te llamas?
• Maria, ¿ y tu?
• Dino, encantado.
• Igualmente.
Cuando aterrizamos en un aeropuerto secundario de la ciudad de Madrid, acompañe a Maria a su casa, le di un teléfono irrastreable que mi hermana me dio y le dije.
• Si algún día estas en problemas, no dudes en usarlo.
• Gracias.
Me despedí de ella, mi hermana me había dado una cuenta irrastreable, una que mi padre no conocía. Alquilaría un piso y empezaría buscar trabajo, con mi currículo no tendría ningún problema.
Me tomé las cosas con calma, con el dinero que tenía en esa cuenta podría vivir el resto de mi vida sin pegar palo al agua, pero yo no podía estar sin hacer nada. Lo primero que hice es hacerme documentación nueva, cambiando mi apellido por el de soltera de mi madre. De aquí en adelante seria, Dino Romano, durante un tiempo mientras encontraba trabajo, me dedique a conocer la ciudad al dedillo.
Mi padre era un hombre con muchos recursos y muy vengativo, la afrenta que le había hecho, le debilitaría ante las demás familias. Solo poniendo mi cabeza cortada sobre la mesa, volvería a tener el temor y el respeto de los demás.
A los tras meses estaba trabajando como delineante en una empresa de arquitectura, la verdad que no me costó nada entrar. Buscaban un perfil específico y yo encajaba en el como un guante. El primer día que entre no pude evitar fijarme en una de las ejecutivas, encima hija del dueño. Era una mujer muy hermosa donde estacaban sus ojos claros y sus finos labios.
Al final di con la casa apropiada, un ático con una terraza que me permitiría entrenar todos los días sin molestar a nadie, no podía bajar la guardia, empecé a ponerme trajes un poco más holgados para disimular mi físico, como hacia Superman con su alter ego Clark Kent.
Mi hermana y yo por suerte habíamos sacado la genética de mi madre, una mujer hermosa que con cuarenta y cinco años seguía haciendo que todos los hombres se giraran a mirarla.
Una de las mañanas que estaba en la sala de descanso tomándome un café de esos de máquina (muy malo por cierto), esa mujer se acercó para sacarse ella une. Empezamos una conversación y me dijo que se llamaba Sofía y tenía veintitrés años. Dos menos que yo.
Mañana tras mañana tomábamos el café a la misma hora, y solíamos comer juntos casi todos los días, empecé a sentir algo muy especial por ella, creo que ella sentía lo mismo, pero no quería forzar las cosas. Mi tiempo de ligón empedernido se quedó en Italia, en mi vida nueva quería hacer las cosas bien.
Todos los días cuidaba de Maria y su hija, ella abajaba en un hospital en la planta de rehabilitación, era una mujer muy hermosa como su madre, las cuidaba desde la distancia como mi sensei me había enseñado. Ellas jamás detectarían mi presencia y de esa forma no intervendría en sus vidas, a no ser que fuera necesario.
Ya había pasado un año y llevaba saliendo ocho meses con Sofía, hacia tres meses que se había mudado a mi ático. La verdad que nos compenetrábamos muy bien. La primera vez que hicimos el amor y me vio desnudo se relamió.
• Joder menudo cuerpo, no entiendo por qué lo escondes detrás de esos trajes que te quedan grandes.
• Porque yo quiero a una mujer que me quiera por como soy no por mi físico.
Sofía se echó a reír, me acerco a ella y me empezó a besar. Mi polla era de tamaño normal, no penséis que calzaba una polla enorme. Eso no pareció molestarle a Sofía y más cuando le demostré que sabía usarla.
A Sofía lo que más le gustaba era chuparme la polla, se pasaría toda la vida haciéndolo, yo no me quejaba. Era muy buena y muchas veces me costaba aguantar sin correrme. Lo segundo que más le gustaba era que le comiera ese coñito peludito con vello negro y brillante. Su sabor era exquisito, pero de ver como lo disfrutaba me ponía a mil.
La primera vez que hicimos el amor fue en el sofá, yo me senté en él y Sofía fue a su bolso, sacando un condón que me pulsó con la boca. La tenía tan dura que pensaba que me iba a reventar. Se sentó sobre mí y se la fue introduciendo poco a poco.
Ver las caras de placer de tu pareja es lo mejor que te puede pasar en la vida, yo disfruto más haciendo disfrutar a mi pareja. Se la metía y se la sacaba despacio, disfrutando de cada centímetro de su encharcada vagina.
Estuvimos haciéndolo durante un buen rato hasta que nos corrimos los dos a la vez. El segundo de la noche fue en la ducha. Sofía apoyó las manos sobre la pared, sacando el culo hacia fuera para facilitarme la penetración. Mientras la embestía agarraba uno de sus pechos y la besaba. Fue una gran noche.
Yo seguía con mi rutina de entrenamiento, trabajo y cuidar de Maria y su hija, así fue pasando el tiempo. Habían pasado dos años desde que Sofía y yo éramos pareja, pero como dice la frase todo lo bueno se acaba. Una mañana se creó una expectación en la oficina.
Según me contaron, hoy iban a presentar al nuevo ejecutivo. A mí me daba igual y seguí con lo mío, estaba revisando uno de los planos que no terminaba de convencerme. Entonces vi que venía Sofía, me levante a darla un beso y ella pasó de largo como si no me conociera. Me sorprendió y mucho, decidí que cuando atuviéramos solos, se lo comentaría.
A media mañana todavía no había tenido oportunidad de hablar con mi novia, estaba en la sala de descanso, comiéndome mi almuerzo cuando escuche una conversación.
• ¿Te has enterado?, el nuevo ejecutivo es el exnovio de Sofía.
• Siempre estuvo muy enganchada a ese hombre, me compadezco de su nuevo novio, ya puede ir comprándose una sierra que le va a hacer falta.
Cuando se dieron la vuelta y me vieron agacharon la cabeza y salieron sin decir nada. Tenía claro que no andaría detrás de Sofía rogándole, si decidía serme infiel, significaría que no me quería tanto. Por lo contrario si me era fiel, seriamos felices.
La suerte no estaba de mi lado, una de las noches que estaba vigilando a Maria y su hija que habían ido a cenar a un restaurante que estaba cerca de un hotel de cinco estrellas. Al fijarme vi lo que ningún novio quiere ver, a su novia entrando a un hotel de la mano de otro hombre.
Desde ese momento mi actitud con Sofía cambio me lo tomaría con calma, tarde o temprano tendría las pruebas y podría seguir con mi vida sin una persona egoísta y traidora.
Las pruebas no tardaron en aparecer, una noche que hicieron una especie de fiesta en la empresa por el buen trabajo que se había realizado en el último proyecto. Fuimos invitados todos los trabajadores, yo me vestí para la ocasión, pero lo de Sofía era exagerado.
Se esmeró para ser la mujer más hermosa de la fiesta, lástima que ese vestido no se lo había puesto para mí, yo tenía que ir si o sí. Uno de los planos tenía un error y aprovecharía para mandar a la empresa el plano ya corregido. Mientras todos se emborrachaban y mi novia desaparecía fui a mi ordenador.
Mi ordenador llevaba tiempo dándome problemas, pero como mi jefe era un tacaño, me tocaba joderme. Este plano era muy importante, hable con él y me dijo que lo mandara del suyo. Cunado fui hacia su despacho, empecé a escuchar ruidos sospechosos. Pensé que no sería capaz.
Pues lo fue, cuando abrí la puerta allí estaba Sofía con el vestido subido, el tanga en los tobillos y recibiendo las embestidas del maromo. Lo que más me jodió fue que conmigo siempre condón y con él lo estaba haciendo a pelo. Pensándolo bien mejor porque con las pintas de picha brava que tenía el tío seguro que le pegaba algo a Sofía.
Me hacerque a la mesa.
• Que tal si me dejáis mandar esto que es urgente.
• Dino yo…
• Tu nada Sofía, por lo que a mí respecta te puedes seguir follando a este personaje, pero quiero todas tus cosas fuera de mi casa mañana mismo.
El maromo se puso chulito, por un segundo se me cruzo el cable. Menos mal que pare, no podía dar la nota. Dante D'angelo tenía ojos en todas partes y si le sacudía el polvo a este infeliz, podría hacer saltar todas las alarmas.
Una vez terminado de enviar el plano, mire a Sofía con indiferencia y decidí que en esa fiesta ya no pintaba nada. Hace unos días había recibido sendas ofertas de empresas competidoras, las estudiaría y aceptaría la que sería más beneficiosa para mí.
Sofía y el maromo salieron del despacho, yo aproveche para escribir mi carta de renuncia, la firme, la metí en un sobre y al salir se la entregue al padre de Sofía en mano. Mientras me daba la vuelta para irme, el padre de Sofía me dijo que cuál era la causa de mi dimisión.
• ¡Pregúntaselo a tu hija, ella tiene la respuesta!
Me monté en mi coche, estaba dolido y muy cabreado, el asfalto estaba mojado. Termine estrellándome contra un árbol. No tuve lesiones muy grabes, pero tuvieron que operarme la rodilla derecha. Sofía intentó venir a verme al hospital, pero le denegué el acceso a mi habitación.
Una mañana se presentó una mujer en mi habitación, era la encargada de mi rehabilitación y cuál fue mi sorpresa que era la hija de Maria.
• ¡Cómo se encuentra el paciente?
• ¡Con ganas de salir del hospital!
• ¡Eso depende de ti!
• ¿Cómo te llamas?
• ¿Dino y tú?
• Nadia.
• Encantada Nadia.
• Igualmente.
Tenía que rehabilitarme lo antes posible, con una rodilla en mal estado no podría defenderme en condiciones, con la mala suerte que revoloteaba a mi alrededor era tentar mucho a la suerte.
Todo no era mala, la hija de Maria me pareció una chica muy agradable, me gusto su sonrisa y actitud positiva.
Continuará.