Nueva Vida 13

Continuación de la historia (siempre son bienvenidos los comentarios y los correos, gracias por participar)

Asistimos a la boda los tres juntos. Ibamos realmente guapos, elegantes. Nos encontramos allí con familiares que no habíamos visto en mucho tiempo. Paco incluso no había llegado a conocer a alguno de ellos. Llegamos tarde a la ceremonia religiosa, cosa que a mi personalmente tampoco me produjo ningun problema. A mi madre, sí. A ella le gustan las ceremonias religiosas, sobre todo las bodas donde rara es la vez que no suelta alguna que otra lagrimita, ya sea gente allegada o no. Ella es así.

Durante la celebración estuvimos comiendo y bailando. Nos lo pasamos realmente bien. Bailé mucho con Paco esa tarde. En ese momento, abrazados al ritmo de algun pasodoble, sí parecíamos una pareja real. Yo no es que sea una bailarina adelantada, ni mucho menos, pero Paco es bastante torpe para el baile. No sincroniza bien sus movimientos con la música. Supongo que la juventud de hoy no está muy acostumbrada a los llamados bailes de salón y eso se nota.

Me alegró bailar con Paco. Me sentía plenamente mujer en su brazos al compás de la música. Fue una tarde muy agradable, muy bonita, de la que guardo un grato recuerdo.

Al final nos fuimos a casa los tres cuando la madrugada empezaba a avanzar. Mi madre nada más llegar se quitó los zapatos, los tacones la estaban matando, decía. Paco se sentó en el sofá, esperando no se sabe bien qué. Y ello me fui a mi habitación a quitarme el vestido y ponerme algo más cómodo. Cuando saqué mi vestido por encima de mi cabeza, me encontraba en frente al espejo de la cómoda. El mismo espejo con el que ya os he contado en alguna ocasión había tenido algún cambio de impresiones.

Me separé un poco, para que mi cuerpo casi entero se reflejara en el espejo. Me vi en sujetador y bragas, blancas de encaje. Un conjunto muy bonito y sugerente que me habia comprado exprofeso. Paco no me lo había visto. Le gustaría, sin lugar a dudas. Esta feo decirlo, pero me sentaba realmente bien. Me hacía muy sexy, como se suele decir. Me quité el sujetador y antes de ponerme la sudadera, masajee mis pechos. Tengo unos pechos de los que presumo. No excesivamente grandes, nada caidos, o casi, y tersos.

Cuando salía de la habitación, una vez cambiada, Paco seguía en el salón, sentado, vestido con su traje y su corbata que le hacía parecer algo más mayor, más adulto, no sé como decirlo, más formado.

–                    no estás cansado?

Se me quedó mirando como diciendome que no, que no estaba cansado, al menos fisicamente, y que le jodía que otra noche más, la segunda, yo tuviera que dormir en mi cama y el en la suya, en habitaciones distintas, tan proxima sin embargo una de la otra; era como si con su mirada me viniera a decir que no necesariamente teniamos que hechar un polvo, que bastaba con que nos acostaramos juntos, abrazados, que durmieramos juntos, como cada noche.

En esas estábamos, Paco sentado en el sofá mirándome y yo de pié, a unos metros de él, interpretando su mirada, cuando apareció mi madre en camisón

–                    es que no os acostais? Yo estoy muerta, voy a beber un vaso de agua y me voy ahora mismo a la cama.

Ninguno de los dos, ni Paco ni yo, hicimos el más minimo comentario. Continamos en la misma posición, de la misma manera. Estabamos teniendo un diálogo sordo intenso, recogido, íntimo.

Mi madre volvió de beber su vaso de agua y se dirigió hacia su habitación, al pasar nuevamente delante de nosotros volvió a decir

–                    que si no os acostais? Ya es muy tarde

–                    enseguida, mamá, yo voy a fumarme un cigarro

–                    sí, yo también me acuestare pronto, voy a esperar a mamá (dijo Paco)

–                    pues, buenas noches (dijo mi madre camino de dormitorio)

–                    buenas noches (contestamos Paco y yo a la vez)

Al poquito oimos cerrarse la puerta de la habitación donde mi madre iba a dormir. Yo cerré la puerta que unía el salón con el distribuidor de las habitaciones. La cerré con cuidado. Y me acerqué a Paco. Me senté junto a el. Cogí un cigarro del paquete y lo encendí.

–                    estabas muy guapa hoy

–                    gracias, tu ibas muy elegante

Paco se acercó a mi con intencion de darme un beso. No abrí la boca, besé sus labios suavemente. El hizo un nuevo intento de querer introducir su lengua en mi boca

–                    no empieces, Paco, que luego es peor

–                    es que me apetece mucho

–                    y a mi, cielo, pero sabes que no podemos; si empezamos a besarnos luego querremos más y no puede ser, lo sabes

–                    y si nos vamos al baño como esta mañana? una pajita solo, anda

–                    que no... esperate a mañana...

–                    ya es mañana

–                    bueno, vale, pues esperate a que nos quedemos solos, vale?

La conversación había sido en voz baja, para nosotros. El gesto de Paco mostraba la desilusión del momento. Sinceramente, a mi me hubiera gustado jugar un poquito, aunque solo hubiese sido un magreo. Pero no podía ser. Aunque Paco se ofuscase, aunque yo me reprimiera las ganas, teníamos que irnos a dormir y cuanto antes mejor para evitar tentaciones.

Me terminé de fumar el cigarro y le dije a Paco que nos fueramos a la cama. Se levantó y me tendió la mano para ayudar a levantarme. Fuimos juntos hasta la puerta de su habitación que era la primera. Allí nos dimos un último piquito por esa noche y yo giré para dirigirme a mi dormitorio. Paco me lanzo la mano, dandome un pequeño azote en el cuelo. Era su manera de desearme buenas noches y yo se las devolví con una sonrisa.

El comienzo de la mañana del día siguiente fue como el del anterior. El ruido de la cacharreria en la cocina hecho por mi madre. Me desperecé un poco en la cama y me vestí. Según me iba acercando a la cocina esccuchaba la charla de abuela y nieto. Una charla animada, un diálogo normal.

–                    lo que teneis que hacer es ir mas por el pueblo

–                    pero abuela si es que casi no podemos, mamá se pasa el día trabajando y yo estudiando

–                    en verano

–                    en verano nos gusta más la playa y en el pueblo hace calor

–                    como si en la playa no lo hiciera... mira tú este... es una cosa que nunca he entendido: que os vayais de Madrid para ir algun sitio donde hace todavía más calor, salir del calor para achicharraros

–                    sí, pero por el día te bañas y se está muy a gusto.

Cuando entré en la cocina, cayaron su conversación. Me serví un café con leche. Mi madre me dijo que comiera algo. No me apetecía. Le pregunté a que hora salía el autobús para el pueblo. Me dijo la hora y que iba a preparar la cosas para su marcha. No me habia despertado de muy buen humor yo ese día, la verdad. Ya tenía ganas de que se fuera mi madre y volver a la normalidad, a la vida cotidiana, a lo de siempre.

Mi hijo y yo acompañamos a la estación de autobuses a mi madre, que no paraba de decir que debíamos ir más por el pueblo y que la hicieramos compañía. No esperamos mucho a que el autobus saliera, llegamos casi con el tiempo justo. Lo suficiente como para comprar el billete y montar a mi madre en el autobús, colocando su maleta previamente en el compartimento que el vehículo llevaba al efecto en uno de los laterales.

A penas el autobús arrancó nos dirigimos al coche que estaba estacionado en el parking de la estación. Ibamos andando Paco y yo sin hablar. Nos montamos en el coche sin hablar. Como decía mi humor ese día no era muy favorable.

Casi llegando a casa, estando parados en un semaforo,  Paco me dijo

–                    ya estamos solos

–                    sí, ya tenía ganas... la abuela me cansa mucho

Mi hijo cogió mi mano que la tenía apoyada en el cambio de marchas y me la acarició. Le miré y sonreí. Llegamos a casa y nada mas entrar por la puerta mi hijo me agarró de la cintura, sujetandome, dandome la vuelta y colocándome un muerdo impresionante, que yo respondí tambien con ganas

–                    vamos a follar ahora mismo, Marta (me dijo con voz de lujuria)

–                    quieres follarme?

–                    no hay cosa que mas quiera

–                    relájate no vaya a pasar lo de ayer, que yo también lo necesito

En algunas zonas de la casa, todavía olía a mi madre. Eso me daba mal rollo, aun sabiendo que la habíamos dejado minutos antes en un autobús camino del pueblo. Llegamos a la habitacion, a la que era nuestra habitacion antes de la visita y a partir de ese momento. Nos desnudamos deprisa, por completo. Paco acabó antes que yo, empezo a besarme desesperadamente, con ímpetu

–                    tranquilo, fiera

–                    y una leche

–                    dejame que me desnude

–                    no puedo dejarte

Como pude me quité las ultimas prendas que me quedaban y me entregué de forma apasionada a los besos que mi hijo me estaba dando. Tocaba su polla, ya dura, que rozaba en mi vientre. Sentí deseos de tenerla. Me arrodille y me la metí en la boca. Cuando Paco notó su polla dentro de mi boca, soltó un suspiro, como diciendo: “por fin”. Yo lamía, chupaba, succionaba con deleite aquel trozo de carne empalmado, jugoso, apetecible. Le tocaba los huevos, le pasaba mis uñas por sus glúteos. Me sentía empapada. Cachonda perdida.

Paco paró mi trabajo oral de súbito y me empujo suavemente hasta extenderme en la cama. Llegaba mi turno. Sabía perfectamente lo que iba a pasar. Una vez tumbada en la cama abri mis piernas y mi hijo se situó entre ellas, empezando a lamer mis labios, introduciendo su lengua por mi coño y llegando hasta el clitoria con el que jugaba y succionaba. Mi deseo era irrefrenable. Mi calentura no daba más de sí. Mis ayes, suspiros y gemidos se multiplicaban. Movía mi cabeza de un sitio a otro buscando no se qué, sintiendo el placer tan grande que mi hijo me estaba proporcionando con su boca.

–                    no puedo mas....por favor.... follame

Pero el seguia jugueteando con su lengua, deborandome con su boca

–                    Paco, amor mío, follame, te lo suplico

Y es que realmente no le pedía, le suplicaba y le rogaba que me follara de una santisima vez. Necesitaba con urgencia tener todo lo suyo dentro de mí. Me incorporé un poco para atraerlo hacia mi. El seguia comiendome el chocho con maestria, dandome el mayor de los placeres. Le vi que mientras me trabajaba con la boca se tocaba, se meneaba su polla. No pude más.

–                    deja de pajearte y follame, cabron, dame tu polla

Entonces Paco se incorporo, me dio un cuarto de vuelta en la cama, de tal forma que estaba de costado, y poniendose detras de mi introdujo su cipote en mi coño, de un solo golpe, causandome una sensación de gozo que no se puede definir con palabras.

Me iba metiendo y sacando su miembro. Se oía el chapoteo de mis jugos, el golpear de sus huevos contra mi piel. Me metia un dedo en la boca, que yo chupaba con ansia, como si de una polla se tratara

–                    así te gusta?

–                    así me encanta, no pares

Pero paró. Sentí un vacío de pronto que me descolocó. Se agarró el miembro y lo apuntó a mi culo. Me iba a follar el culo.

–                    que haces?

–                    Tu que crees?

Costó menos entrar que la primera vez y aunque al principio me molestaba un poco, no tardando comencé a sentir placer aún más cuando Paco puso su mano en coño y jugaba indistintamente con mis pelos y mi clítoris.

Deseaba correrme, terminar ese dulce suplicio al que mi hijo me estaba sometiendo, consciente de mi goce. Sus movimientos era mas certeros, mas rápidos, causaban mayor sensación de placer. Mi cuerpo se tensaba, notaba que el de Paco también. Ibamos a llegar otra vez juntos. Nos había venido bien el deseo acumulado. Nuestra luna de miel habia sido suspendida por la llegada de mi madre, pero ahora la retomábamos con mas ganas si cabe.

Anuncié a Paco el final. Paco me ratificaba con sus gruñidos que el de él tambien era inmediato. Por fin se corrió, lanzo su leche en mi culo mientras yo me dejaba ir literalmente por el bienestar que me proporcionaba el orgasmo que estaba sintiendo. Fue un polvo total. Sin mas comentarios. Nada lo puede definir mejor.

CONTINUARA....