Nueva sumisa 2

Primera toma de contacto con mi nueva sumisa

TU PRIMERA TOMA DE CONTACTO CON TU AMO (Continuación de donde menos te esperas puede saltar la liebre)

Después del fugaz encuentro en el centro comercial, la llamé para saber si estaba dispuesta ha se MI sumisa y su respuesta fue afirmativa por lo que concertamos una posterior cita.

La sumisa se llama Leyla (por supuesto no es su verdadero nombre) mide 1,75 pesa unos 60 kg., y pelirroja tiene 45 años, la verdad que está muy bien para la edad que tiene.

Quedamos para dos días después, y en nuestra conversación telefónica le indiqué como tenía que ir vestida, traje de falda y chaqueta, medias con ligueros, tacones altos en resumen una buena hembra.

Nos reunimos en una cafetería algo apartada del centro, me retrasé un poco de la hora indicada para poder apreciar de lejos si había cumplido mis órdenes y comprobé que así había sido.

Se había situado al fondo de la cafetería y se le veía algo nerviosa.

Entré y me senté a su lado y pude comprobar que tenía unas manos preciosas con uñas bien arregladas, le pregunté si era consciente de lo que estaba haciendo y que si empezaba le costaría salir ya que se engancharía fuertemente.

Me contestó que nunca había apreciado que era sumisa en su vida real pero la situación que se dio en el centro comercial le hizo plantearse la posibilidad.

Mi primera orden como la vez anterior fue que fuese al lavabo y me dejara las bragas encima de la mesa para que pudiera verlas el camarero, creí que no lo haría, era una prueba para ver si realmente quería ser una buena sumisa o solo fue el momento, pero torpemente se levantó y así lo hizo.

Al llegar a la mesa llegó cavizbaja como buena sumisa y sin ella saberlo comenzaba su aprendizaje que día a día iría moldeándola tal y como SU AMO, quería y depositó las bragas encima la mesa.

Estuvimos conversando y poniéndola en antecedentes de todo aquello que comportaba el ser sumisa, que su vida pasaba a pertenecer a SU AMO, que ella debería obedecerle en todo lo que SU AMO le dijera, que no importaba que estuviera casada.

Durante la charla se acercó el camarero que quedó sorprendido de lo encontró encima de la mesa a lo que Leyla agachó la cabeza y su cara cambió de color pasando a ser rojo tomate.

Después de esta toma de contacto ya se despidió de SU AMO, quedando a su entera disposición.

Le dije que pronto tendría noticias de SU AMO, y que agradecería toda su vida el encuentro ocasional que tuvo en el centro comercial.

Continuará…

Espero comentarios de sumisas valencianas en valenchic67@hotmail.es