Nueva ciudad, nueva sumisa 03
Continúa la relación entre Amo y sumisa, volviéndose cada vez más íntima e interesante. Altamente recomendable leer las dos primeras partes.
Después de platicar más de nuestras vidas y olvidarnos un poco del sexo y de nuestra nueva forma de vida juntos como Amo y sumisa disfrutamos una muy agradable cena y una costosa botella de vino. Felicia comenzó a platicarme de manera relajada más de la relación con su marido y comprendí mucho su forma de ser y de donde viene su afición por ser sometida; me llamó Alex un par de veces sin darse cuenta pero al ser un lugar público lo tenía permitido... Pero ya era hora de disfrutar. Llamé al mesero con un gesto:
-- Mesero me puede traer la cuenta si es tan amable que ya no soporto las ganas de ir a disfrutar de cada centímetro del cuerpo de esta hembra, tu qué opinas?
-- Su acompañante es muy hermosa caballero. En seguida traigo su cuenta.
Felicia se puso roja y bajó la mirada avergonzada totalmente. Aunque ya estaba desinhibida por el vino, el incluir al mesero de esa manera y teniendo solo 1 semana juntos la sacó de balance.
-- Que pasa Fely? Te da vergüenza que un hombre te haga cumplidos? Mírame a los ojos y responde esclava.
-- Disculpe mi Señor, si me da un poco de pena, nunca he sido así.
-- Pues acostúmbrate, nuestras vidas cambiarán a partir de esta relación y planeo moldearte a mi voluntad, serás como yo quiera que seas, entendiste?
-- Si mi Amo y Señor, lo ansío como no tiene idea, disculpe mis titubeos
-- Ya tendrás oportunidad de ser corregida en mi hotel. Toma este billete, se lo darás de propina al mesero y agradecerás su cumplido, vale más que me agrade tu actuar.
Llegó el mesero con la cuenta la cual pagué en efectivo y mi sumisa se levantó ante mi mirada complaciente y se acercó al joven pegándose a su cuerpo, le metió el billete en el bolsillo y le dijo con una voz sensual.
-- Perdón por no agradecerte el cumplido que me dedicaste.
-- Señorita la propina ya está incluida en la cuenta, dijo nerviosamente.
-- Lo sé, pero esto es de mi parte... Gracias por el cumplido mi amor.
Y le dio un beso en la mejilla rosando sus labios, el mesero me volteó a ver asustado y solo encontró una sonrisa mientras me levantaba y estiraba mi mano a la hembra que le coqueteaba. El chico se quedó parado sin palabras viéndonos partir, y al no haber mucha gente en esa zona del lujoso restaurante, abracé a Felicia por la cintura, la pegué a mí y le agarré una nalga descaradamente adivinando que el chico nos veía salir desconcertado y excitado a la vez.
Al llegar al umbral con la host subí mi mano y la chica nos despidió de manera cortés y Felicia se pegó más a mí y comenzó a reír por lo que había hecho segundos atrás.
-- Apuesto que no haces eso a menudo.
-- Jajajaja nunca papy, nunca jajajajaja.
Me encantó que me dijera "papy" de manera tan natural y contenta, mi sumisa se estaba ganando más que mi deseo y excitación. Tomamos un taxi y llegamos al hotel, saludé al recepcionista que ya estaba conociendo y me respondió con una sonrisa cómplice al ver a la mujer que llevaba del brazo. Ya en el cuarto...
-- desnúdate y te quiero de rodillas en medio del living.
-- A la orden Amo.
Ni si quiera quise desnudarla ni contemplarla al desnudarse, era hora de ponerla en su lugar. Se arrodilló con las manos atrás, sentada en sus tobillos y con las piernas abiertas, con la mirada al frente totalmente inmóvil. Yo me quité la ropa despreocupadamente y comencé a ponerme cómodo, sin prisa le pasaba por en frente como si no estuviera ahí, era solo un objeto de mi propiedad. A sabiendas que por su posición podía ver hasta el WC entré a orinar sin cerrar la puerta, de reojo vi como me observaba fascinada mientras orinaba, estaba midiendo sus reacciones; terminé y al asearme terminé de quitarme el pantalón y quedé solo en ropa interior, dejando un desorden por todo el cuarto de hotel. Como si estuviera solo me acosté en la cama y comencé a revisar mi Smartphone... Después de contestar algunos mensajes del trabajo le dije sin siquiera verla:
-- levántate y asea todo, luego refréscate y puedes orinar o defecar si lo necesitas.
-- Si mi Señor, gracias.
Se levantó un poco confundida de mi cambio de actuar e inició levantando todo y doblando mi ropa, inclusive no descargué el retrete a propósito y ella lo hizo. Cuando fue a hacer sus necesidades dejó la puerta abierta para mi beneplácito, yo ya estaba con la verga totalmente erecta de verla desnuda ordenando todo sin chistar y al verla orinar, no es algo que me atraiga personalmente pero si me excita todo lo que representa: dominar a Felicia y que haga todo como yo quiero aunque le dé pena.
-- Terminaste?
-- Si mi Amo.
-- Qué haces ahí parada? De rodillas y con la vista al suelo, donde perteneces!
De inmediato asumió su posición a orillas de la cama. Yo me levanté y fui al baño por un lubricante que compré para esta noche y mi cinturón, le ordené ponerse con el culo al aire sobre la cama y comencé a tocarle la concha la cual estaba húmeda, ella estaba con la cabeza hundida entre las almohadas gimiendo despacio y trataba de parar más el culo ante mis caricias, fue ahí donde le dí el primer azote de manera firme en las nalgas y respingó sorprendida. Más caricias y otro golpe, cada vez se mojaba más y gemía más fuerte, hasta que llegue a 10 azotes y algunas marcas rojas en las nalgas, entonces lubriqué mi verga y su concha y me paré en la cama clavándole mi verga usando el peso de mi cuerpo y manteniendo el equilibrio. Su concha no opuso resistencia y comencé a follarla poco a poco, tratando de mantenerme de pie sobre la cama y sobre ella, usando todo mi peso para embestirla y aumentando la velocidad e intensidad poco a poco. Ella gemía armoniosamente hasta que empecé a taladrarla de manera brutal, hasta el fondo de su concha la cual chorreaba fluidos y mis bolas chocaban contra ella haciendo un sonido muy característico, ahí fue cuando yo comencé a gemir y ella gritaba, poco a poco su cuerpo fue cediendo y bajó sus caderas en la cama hasta quedar acostada y yo aplastándola y follandola como loco. Pasé de estar parado en la cama a estar acostado sobre sus hermosas nalgas penetrándola sin descanso, la tomé del cabello y la jalé fuertemente levantándole la cara, el pistoneo no paraba y ella gemía descontrolada mientras le escurría saliva de la boca desencajada. No paré hasta correrme y llenarle de leche las entrañas. Ella hundió la cara en las almohadas de nuevo y yo me rodé a su izquierda agotado. Recuperé el aliento y me senté en la cama, observé el reloj digital del hotel y estuvimos follando 45 minutos sin parar, yo sentí como si fuera un minuto. Felicia tiene una concha perfecta y deliciosa, sin hacer un solo movimiento estuvo maravillosa en mi cama.
Ella recuperó el aliento y se durmió justo en la posición que quedó después que la follé, yo creo que debido al vino, a los orgasmos que tuvo y a la hora; no hay mejor estampa que ver a una mujer con ese culo al aire, esas piernas y esa espalda dormida despreocupadamente. Yo me levanté tratando de no despertarla y tomé un baño. Al salir ella seguía dormida pero boca arriba, con una pierna recta y la otra doblada un poco (aún hoy no dejo de asombrarme y admirar a Felicia cuando duerme desnuda) dejándome ver su concha adornada con un triángulo de bello púbico, entonces me acerqué y decidí despertarla y comencé a tocar sus labios vaginales con mis dedos, despacio, tratando de no exaltarla, poco a poco comenzó a gemir y a mover un poco la cadera y a abrir sus piernas sin despertar del todo, yo ya le tenía metido un dedo cuando dio un brinco asustada y despertó por completo.
-- Amo! Perdóneme por favor, me quedé dormida profundamente, perdóname no era mi intención dejarte solo y ...
-- silencio, recuéstate que no hay problema.
Se recostó y relajó, retomando los gemidos y la excitación que mis ahora 2 dedos daban a su vagina, de pronto comienzo a ver y sentir como sale mi semen de su concha llenando mis dedos y sus labios. Le saqué los dedos llenos de semen y de sus fluidos y se los enseñé, sin hacer ni un gesto se levantó rápido y chupó todos mis dedos y dejó mi mano limpia. Seguí repitiendo el proceso por unos minutos.
-- debo preocuparme por preñarte?
-- No mi Señor, después de mi segundo hijo me operaron.
-- bien, eso me agrada, ahora ve por una bolsita negra al baño y te vuelves a acostar con las piernas abiertas.
-- Si mi amo.
Ya acostada saqué mis cosas de la bolsa para rasurarle la concha. Ella reaccionó algo raro y apenada por el contacto de la crema de afeitar y el rastrillo.
-- tranquila, si te mueves te cortarás.
-- disculpe Amo, se siente algo frío.
-- ya casi termino, te quiero rasurada todo el tiempo, sabes? Además de mandarte al nutriólogo y a gimnasio te mandaré depilar todo el cuerpo
-- la cabeza también mi Señor? (preguntó preocupada)
-- no seas tonta, claro que no, del cuello hacia abajo jajajaja
-- Ok Amo (suspiró aliviada)
-- cuando dormías boca abajo pude ver las cicatrices en tu espalda, son mínimas y están en la misma zona, aún te duelen?
-- no Amo, son viejas y sanaron hace mucho
-- bien, las cubriremos con un tatuaje que yo diseñaré y así podrás superar ese tema, quedará perfecto con la piel tan hermosa que tienes; y como yo siempre he querido tatuarme, tu escogerás el diseño de mi tatuaje, ok? Listo ya terminé (dije mientras limpiaba su concha e ingle de los restos de crema de afeitar con una toallita)
Se paró y me abrazó a la orilla de la cama con un par de lágrimas en los ojos y me dijo "Gracias Alexis" y me besó tiernamente.
-- ahora ve a bañarte y termina de asearte la concha que esta verga no se va a chupar sola (le dije alegremente para que se relajara)
-- Si mi Amo y Señor, dijo sonriendo y corrió alegremente al baño.
Continuará...
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