Nueva ciudad, nueva sumisa 02

Continúa la historia de Aleis y Felicia, y aunque no hay sexo explícito en éste capítulo, es muy importante para la trama. Es importante leer la primera parte.

Así sucedió mi primer encuentro con Felicia, aunque corto en tiempo y en contacto sexual, psicológicamente fue grandísimo: me mostró que estaba dispuesta a todo y adquirimos confianza mutua. Le dije que nos reuniríamos el próximo viernes debido a la cantidad de trabajo que debia iniciar; le ordené no enviarme mensajes y que no me llamara y solo le adelanté que la quería con un vestido entallado y de una pieza, con tacones, peinada y maquillada.

Me costó trabajo irme al hotel con la verga erecta, tratando de disimular y de aguantarme las ganas de follar a esta mujer que, aunque llevamos años chateando y compartiendo el gusto por la D/s, nos acabábamos de conocer en persona y se puso a mis órdenes el primer día. Ttengo que probar sus límites me dije ya estando dentro del taxi que ella misma se ofreció a ordenar y pagar. Estaba claro que con esta mujer mayor, hermosa y muy insegura la dominación no era un juego sexual como yo lo pensaba, sino algo más que estaba dispuesto a descubrir.

De vuelta en la realidad de mi trabajo, me habían promovido y enviado a mi nueva ciudad para enmendar el mal camino que había tomado la sucursal de mi empresa de publicidad, así que tenía muchas cosas por hacer. La agencia sí estaba mal organizada pero nada que no se pudiera arreglar: despedí a un par de elementos nefastos; me reuní con los 3 clientes más importantes y les hice saber que yo estaba al mando, lo cual les agradó; me reuní con los empleados y les hice saber mi estilo: hacen lo que les mando y todo estará bien. No faltó el que no soporta eso y se molestó pero la situación no está para quedarse sin empleo. Desde la primera semana tuve que aprender las diferencias y problemas entre los departamentos y ayudar a resolverlos pero poco a poco todo se moldeaba a mi forma de trabajo.

Todas mis actividades las tuve que hacer pensando en Felicia y en todo lo que podría disfrutar con ella. Al dejar a mis directivos el viernes fui a mi hotel a bañarme y prepararme para mi cita con la hermosa mujer que acababa de conocer hace apenas 4 días.

Llegué temprano y Felicia estaba lista, justo como ordené: peinada y maquillada de manera sencilla y elegante, un vestido negro y muy entallado, de una sola pieza y de largo hasta sus rodillas, sin mangas y con un escote muy discreto; me quedé pasmado ante esta mujer mayor que podía conquistar a cualquier hombre si lo quisiera. Lo primero que hace es acercarse a mí, levantarse el vestido hasta la orilla de sus nalgas para poder arrodillarse, puso sus manos en el piso y con cuidado besó tierna y lentamente mis zapatos y dijo "bienvenido mi Amo, a sus pies" y luego se levantó, acomodó su vestido negro y me sonrió.

-- estas hermosa.

-- gracias mi Amo, pero debo confesar que no me siento cómoda en este vestido, nunca uso ropa tan ajustada.

Mientras hablaba se daba media vuelta modelándome la parte trasera y su hermoso culo, y aunque tenía razón y sus kilos de más se notaban un poco, lucía espectacular: su cintura, sus piernas, su culo... nada que envidiarle a las jóvenes de 20 años.

-- pues acostúmbrate mi bella sumisa, que te ves espectacular y hermosa. Iremos a cenar a un restaurante italiano que me ha dicho mi secretaria es muy elegante y exclusivo y tu atuendo no podría ser más adecuado.

Sonrió de manera cohibida y se sonrojó al escuchar eso mientras la tomé de la cintura y la veía a los ojos, luego la tomé por atrás y la pegué a mi cuerpo haciéndola sentir mi erección provocada solo con verla, ella suspiró y con su mano derecha me tomó de la nuca y se repegó más...

-- podría jurar que no llevas ropa interior.

-- tiene razón mi Amo, es que este atuendo es tan ajustado que todas las bragas que tengo se notan de manera vulgar, pensé en preguntarle pero no quise romper sus órdenes...

-- hiciste bien, nunca rompas mis órdenes, si no fui claro en una orden tienes libertad de decidir e hiciste bien, a ti no te va eso de las vulgaridades Fely.

-- como me exita mi Señor, hablándome así, haciéndome sentir tuya, a tus órdenes y deseos.

-- ya iremos conociéndonos mejor, claro que si no me gustan tus decisiones te castigaré, tengo que amaestrarte bien.

-- si mi Amo, me esforzaré por agradarle siempre

-- vámonos ya que tenemos reservación.

Le dí una nalgada fuerte al salir de su casa a lo que ella respondió con una mirada sonriente; la dejé ir adelante para ver sus piernas y su culo que se veían espectaculares con esos tacones negros que sin ser muy altos resaltaban sus nalgas exquisitamente, no sé cómo resistí no follarla ahí mismo en el pasillo del edificio.

Ya en el restaurante mi Felicia robó las miradas de los presentes, esa mujer que estaba tan incómoda y que hacía esfuerzos para no desencajar en un lugar tan lujoso y nuevo para ella era lo más hermoso en el local, y para mí, saber que ésta mujer al tronar mis dedos la tendría chupándome las bolas, era exitante en extremo...

-- Bien, quiero que hablemos de los términos de nuestra relación, yo personalmente quiero convertirte en mi sumisa, mi juguete, mi tapete si se me antoja, mi mascota entrenada, mi prostituta si se me ocurre entregarte a otros hombres por dinero... Pero esto es de 2 personas y de manera consensuada, así que habla con libertad acerca de lo que tú esperas y lo que no permitirías...

-- Amo, solo con escucharlo hablar mi vagina responde y se humedece... Yo veo en usted un guía, un hombre al cual entregarme y claro que quiero convertirme en todo eso y disfrutar al igual que usted; poder disfrutar de nuestra afición con alguien de carne y hueso y no frente a un ordenador, con total libertad. Busco plenitud sexual y estoy segura en encontrarla con usted mi Amo y Señor. He tenido sexo y he sido dominada en la vida real por otros Amos pero solo follamos y me insultaban, pero lo nuestro es diferente. De mis límites, creo que no permitiría golpes y violencia extrema, mi esposo muerto me golpeaba y me marcó la piel y...

En ese momento se le quebró la voz y las lágrimas de impotencia corrieron por su rostro al recordar el abuso de su pareja, totalmente fuera del contexto sexual y de placer consensuado y que la traumatizó profundamente. Yo entendí que era un tema duro y me levanté y poniendo una rodilla en el piso la abracé y consolé.

-- Comprendo, no era mi intención traer ese tema a la mes...

-- Amo usted no sabía, no tiene la culpa.

Me dijo más tranquila...

-- Nunca había hablado con nadie de ese tema Amo pero siento que usted merece saber todo de mí. No toleraré golpes y maltrato físico que se pase de la raya, trataré de tolerar todo lo que pueda para complacerlo pero por favor, no queme mi piel... Tengo algunas marcas en la espalda...

-- Ni lo digas, eso es algo muy malo e inconcebible para mí, nunca haré nada que te haga daño, cualquier cosa que sientas sobrepasa tu límite dímelo al instante.

-- Lo haré mi Señor, gracias por comprenderme; hay otra cosa, tal vez sea insignificante pero no me llame perra, cerda, puta ni nada por el estilo. Yo soy su sumisa porque voluntariamente me estoy entregando a usted, y sé que me humillará y me tratará como un objeto de su propiedad en algunas ocasiones y eso me exita y lo acepto, pero no me llame como un animal o una puta por la misma razón que ya le conté, así me llamaba él y no quiero recordar eso.

-- Todo es importante para mí, el Amo siempre tiene ventajas sobre la sumisa en este estilo de vida, pero siempre debe de haber respeto. Si yo te exijo llamarme Amo, tú puedes pedir lo mismo, te he llamado perra por cyber muchas veces, pero ahora todo es diferente. Te llamaré sumisa, esclava o simplemente por tu nombre y en público serás Felicia o Fely. (Me pareció interesante que me pidiera no llamarla cerda o perra pero no dijo nada de prostituirla por dinero) Ahora pasamos a otras cuestiones: comprarás más vestidos como el de hoy, ropa interior adecuada, te quiero con tacones todo el tiempo, además te moldearé a mi voluntad así que iras con un nutriólogo y al gimnasio, entendiste esclava?

-- Si mi señor, haré todo lo que ordene pero... Yo vivo de la pensión de mi exmarido, creo que fue lo único bueno que me dejó el desgraciado, pero no es mucho, apenas puedo pagar la hipoteca y mis gastos del mes.

Me dijo con una mirada triste, y me di cuenta que si bien sabíamos nuestras fantasías sexuales y compartíamos los mismos gustos no sabíamos mucho el uno del otro en cuestiones cotidianas... Pero ya lo tenía solucionado.

--  Tranquila, obviamente yo pagaré por todo, y yo tengo la culpa de no aclararlo, debemos conocernos mejor... Yo gano un salario muy alto en la empresa y me lo acaban de aumentar y como no tengo pareja ni hijos ni nada, pues he ahorrado mucho dinero el cual pienso comensar a gastarlo en ti, mi sumisa. No considero importantes los autos, joyas ni grandes mansiones, solo gasto en relojes, buena ropa y en un seguro de gastos médicos.

-- Comprendo Amo, gracias por ofrecerse a pagar por todo, mi situación económica no es muy buena que digamos...

-- No deberás preocuparte por nada de eso, solo en complacerme, entendido? De la hipoteca y lo demás luego hablaremos, por ahora comamos y relajémonos, porque sabes que de aqui te llevaré a mi hotel y te follaré por todos tus agujeros.

-- Será un honor para mi complacerlo Amo, me muero de ganas por ser empalada por esa enorme verga que me permitió saborear la última vez que nos vimos.

-- Por cierto, en el corto plazo me mudaré a tu casa, entendido?

Se le iluminó la cara y sonrió al escuchar esto, y con el maquillaje levemente desencajado por las lagrimas derramadas momentos atrás dijo:

-- Eso me hará completamente feliz mi Señor, poder verlo diario y servirle en todo, gracias por darme tan buena noticia.

-- puedo preguntarte algo de tu vida de casada?

-- claro.

-- por qué soportaste tanto maltrato de tu difunto marido?

-- huy mi Amo, ni yo lo sé, así fui educada creo: la mujer debe ser abnegada y fiel a su marido, atenderlo y atender a los hijos y el hogar. Creía que simplemente me había tocado un marido de mal humor y debía soportarlo, el divorcio para mi familia era una humillación y nunca me atreví a confrontar a mi padre, que equivocada estaba...

Mientras la escuchaba atentamente dejé de verla desde la perspectiva sexual y comprendí su tristeza y sus ganas de recuperar el tiempo perdido y buscar la plenitud sexual de la que me habló.

--... tal vez por eso me exita tanto ser dominada y sometida a las ordenes de un hombre, mi padre y después mi ex, no sé por qué pero ser sometida, aunque sea algo pequeño como mi forma de vestir, me hace mojarme, aunque eso no pasa con cualquier persona. (se había sonrojado)

-- me alegro haberme ganado tu confianza todos estos años por el chat Fely.

-- creame que llevo mucho tiempo imaginándolo a mi lado dominándome y ahora que está aqui es como si fuera una ilusión Amo, y el hecho de que no se halla aprovechado para solo follarme y que tengamos reglas de nuestra relación especial me da cierta confianza, yo no quiero ese tipo relaciones fugaces y vacías.

-- lo sé Felicia, yo tampoco. Además, tenemos mucha experiencia y sabemos como es este juego de roles, y planeo que disfrutemos mucho ésto, muchísimo.

Al vernos a los ojos sonreimos sabiendo que esto era mucho más que una simple relación para follar de una sola noche.

Continuará...

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