Nuestros mundos bajo la lluvia
El acercamiento de dos mundos que se desean en la distancia, un encuentro fugaz e intenso que ambos recordaran.
No dejo de oírte en mi cabeza, cada conversa mantenida contigo es un paso mas en que tu cuerpo se adentra en mi alma. Ayer me quede pensando una vez mas en tus palabras, te imagine conmigo, hablando sin parar, una noche en vela que dejaba entrever dos mundos que conectaban en los mas profundo, entender por fin un lenguaje humano, volver a sentir lo que alguna vez en la vida he sentido relatado en boca de otro igual.
Tras cada charla mi cabeza queda sedienta de mas, necesito mas sacos donde expulsar mis pensamientos a veces vacíos de coherencia, luego me calmo y vuelvo a sentir la relajación que me provoca pensar no en lo espiritual sino en lo carnal.
Me tumbo en mi cama y cierro levemente mis párpados, te imagino, imagino un encuentro fugaz, te veo a lo lejos sonriendo y ya entonces siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, quiero alcanzarte pero no lo consigo, poco a poco me acerco, a cada paso que doy voy notando como mi cuerpo se estremece ante la cercanía de tu cuerpo; tiemblo, me excito, siento miedo... Casi estoy llegando y por fin te toco, sin apenas saludarte, mi cuerpo quiere darte la bienvenida acariciándote, rozándote con mi cuerpo, nos fundimos en un abrazo que parece durar una eternidad pero que no basta; es entonces cuando sin refrenar mis impulsos naturales siento la necesidad de que invadas mi cuerpo, que penetres en mi cuerpo como cuando penetras en mi alma.
Es de noche aunque yo no me he dado cuenta, el tiempo no existe en este encuentro, lleva todo el día nublado, insinuando una lluvia que nunca llega.
Te he contado que me encanta mojarme bajo la lluvia? Miro hacia arriba intentando transmitir mis deseos de que empiece su incesante canción, esta vez tengo suerte y una pequeña llovizna empieza a caer, cada vez mas fuerte hasta que llega un punto en que ya estamos empapados bajo la lluvia, los dos en medio de la calle, no podemos apartar nuestras miradas el uno del otro; espero tu reacción, estas pensando igual que yo, estas sintiendo lo mismo que yo...lo veo en tus ojos.
Ya no puedo mas, me acerco como un animal hambriento de carne y empiezo a desearte, no podría usar mejor palabra, porque no te beso, no te abrazo, no te acaricio, aunque en realidad lo haga, te deseo, te deseo enfurecidamente, llena de toda la pasión que de igual manera emana de mis ideas, me fundo contigo bajo la lluvia, estamos empapados pero sentimos el calor de nuestros cuerpos.
Cada vez estoy mas excitada, tu me excitas, tus besos cargados de toda la ternura del mundo, mezcla de sensibilidad y de arrebato incontrolado, me cojes de la mano y me llevas a una calle que no tiene salida para el mundo, pero tu yo sabemos que esa calle es nuestra escapatoria, allí podremos dar salida a nuestros deseos.
Me empujas suavemente contra la pared, no quieres dominarme aunque quieres que ese sea el efecto que causes, yo también quiero sentirme así; de espaldas a ti sigo acariciándote, juego con tu miembro que pide un respiro a tu pantalón, atenta a sus peticiones la libero de el y la acaricio, tu te excitas conmigo, me acaricias todo el cuerpo y decides que este es el momento de acabar con la agonía de nuestros cuerpos, me arremangas la falda y descubres que hoy no llevo ropa interior, tu cara de sorpresa, la siento, es tu regalo, quiero regalarte mi cuerpo, así que sin dudarlo empiezas a acariciarme los labios de la vagina para terminar en mi clítoris, es entonces cuando me estremezco de placer y te ruego que me hagas tuya, quiero ser tuya, quiero sentir tu miembro, en mi interior, me muero de deseo.
A nuestro alrededor nada importa asi que me penetras lentamente, cuando los dos sentimos que estamos entrelazados nos volvemos locos de placer, pasamos del plano tierno al mas salvaje, me agarras fuertemente y yo me muevo al unísono contigo, cada vez mas fuerte, mas profundo, pronto no podremos mas bajo esta tormenta, demasiado pronto llegamos al éxtasis, yo te siento caliente en mi interior y tu sientes como mi vagina se contrae, no quiere dejarte marchar, no piensa dejarte marchar.
Después de varios minutos de placer nos quedamos abrazados yo de espaldas a ti, no queremos distanciar nuestros cuerpos ahora que han estado mas cerca que nunca, me giro y te miro, te cojo de la mano y te llevo de nuevo a la realidad, es entonces cuando te alejas, es entonces cuando despierto de mi ilusión, me toco la entrepierna y esta húmeda, muy húmeda; es entonces cuando me pregunto cuando empezaste a visitarme en sueños, cuando haremos que la lluvia caiga para nosotros.