Nuestros dias juntas (1)

“Llegaste a casa a nuestra cita a la hora indicada como siempre, muy puntual desde que somos novias te has caracterizado por eso”.

Nuestros días juntas I

"Llegaste a casa a nuestra cita a la hora indicada como siempre, muy puntual desde que somos novias te has caracterizado por eso".

Me miraba al vestirme con una cara tan picara, tan llena de deseo, y me acerque a ti para darte un beso porque ya extrañaba tus labios después de algunos días sin vernos. Ese beso fue tan apasionado tan intenso que las dos queríamos continuar ese beso.

Sentadas una frente a la otro conversando nos mirábamos provocándonos con la mirada a tal punto que termine sentada a su lado, comencé a acariciar sus piernas, su espalda, su cabello y nos acercamos en otro beso.

Lentamente la hice caer en la cama sobre su espalda sin dejar de besarla, aquel beso cada vez mas intenso y fuerte, mis manos deslizándose por todo su cuerpo hasta que se estacionaron en sus senos, redondos, perfectos, blancos con los pezones duritos de la excitación.

Sentía como su cuerpo de estremecía al sentir el roce de mis manos, besándole el cuello sentía como su respiración se aceleraba cada vez mas y así fui bajando mi mano por todo el contorno de su cuerpo para llegar hasta su sexo y sobre el pantalón aplicar un masaje para lograra excitarla mucho mas sin sacar el botón de su Jean ( que le queda de un divino ) metí mi mano y acaricie su botoncito sobre su ropa interior preparándola para lo que venia luego, luego.

La levante hacia mi para sacarle la camisa y dejarle el pecho al descubierto así poder disfrutar de la belleza de sus senos y de su delicioso sabor, apoderándome de sus pezones los que recorría con mi lengua una y otra vez alternando entre uno y otro.

Ya sentía que no podía mas de tanto placer y baje pasando mi lengua por todo su abdomen para llegar a ese secreto maravillo que esta entre sus piernas, y con mucha suavidad comencé a acariciar con la punta de mi lengua y tus movimientos me hacían ir mas rápido y mas rápido según la exigencia d e tus movimientos, se colaron dos de mis dedos en tu rajita, uno en tu culito y mi lengua seguía trabajando en tu clítoris delicioso.

Mami que haces? Preguntaba con voz entre cortada.

Darte todo el placer que este a mi alcance bella.

Mis dedos cada vez entraban y salían mas rápido y mi lengua se movía con mucha agilidad para hacerte acabar, tus movimientos me decían que no faltaba mucho y continué con mas fuerza hasta que tus caderas se levantaron y mis movimientos rápidos pero suaves te hicieron acabar como nunca.

Mi lengua seguía en su clítoris hasta que me pidió que no mas que ya sus piernas estaban dormidas de tanto placer y subí para compartir sus flujos.

Entre un beso y otro sin descansar mucho venia ella ahora a encargarse de mi y miren que es pura candela esta mujer.... pero eso se los cuento en otra historia.

Espero les haya gustado se aceptan comentarios vía mail.