Nuestros comienzos 4

Comienza nuestra educación

Recomiendo leer antes las entregas anteriores.

Nuestros comienzos 4

Erán las siete en punto de la tarde y yo esperaba ansioso y excitado en mi portal la llegada de Carmen y Enrique. Encendí un cigarrillo cuando la ví cruzando los escasos cincuenta metros que separaban nuestros portales.

Carmen vestia una falda de tubo negra, que se ceñía a su cuerpo de manera alucinante, marcando sus firmes caderas, y su apetecible trasero. Llevaba una especie de corpiño, tambien negro, y una blusa blanca debajo. El corpiño hacía disimular sus pequeños michelines y levantaba sus enormes tetas, que, como siempre, luchaban por salirse de su abundante escote. En ese momento dudaba si había tomado la decisión correcta, el miedo, mezclado con la excitación se revolvían en mi estómago, pero mi polla se ponía como el granito nada más ver a aquella mujer .

Al llegar, me miró con cara sonriente, se acerco para darme dos besos, y disimuladamente, me agarró del paquete, y apretandolo con fuerza, me susurró al oido:

"Me alego de verte, Cornudín, espero que te hayas traido la VISA, que esta tarde voy a equiparos como la zorra y el cornudo que vais a ser". Por cierto, son las siete.

¿donde está Lucía?

Oirla hablar así me excitaba enormemente, di la última calada a mi cigarrillo, y contesté:

"Estaba terminando de arreglarse, si quieres subo a buscarla"

"No hace falta Cornudín, ya lo arreglaremos cuando baje", dijo Carmen en un tono mucho más serio.

Lucía bajo a los pocos minutos, vestía una faldita de vuelo por encima de la rodilla, y una camiseta de tirantes con un sujetador que realzaba sus "encantos", con unos zapatos negros de interminable tacón, las sesiones de solarium, y las horas de gimnasio, hacía que tuviese un aspecto totalmente espectacular.

Carmen la recibío con una picara sonrisa, diciendo con voz más seria.

"Bueno, ahora que ya estamos todos, podemos irnos. ¿Has traido tu coche, Cornudín?.

Sus palabras eran como una descarga de electricidad que ponía de punta cada pelo de mi cuerpo. Le dije que lo tenía en el garaje, que teniamos que bajar en el ascensor, y ella contestó que a que estaba esperando. Abrí el portal y nada más entrar en el ascensor, Carmen se situo a mi espalda y con un rápido movimiento,metio sus manos bajo mi camiseta, y atrapando mis pezones comenzo a pellizcarlos mientras me susurraba al oido. El dolor se mezclaba con la excitación, el solo contacto de sus tetas en mi espalda, y el olor de aquella mujer que me humillaba, hizo que el castigo al que estaba siendo sometido fuese soportable.

"Primer error Cornudín, NUNCA MAS me hagais esperar, decía mientras retorcia mis excitados pezones, ten en cuenta que, si algún día haces esperar a Enrique, el castigo será mucho peor". Diciendo esto, soltó mis pezones y metio su mano bajo la falda de Lucía, y, comprobrando que Lucía no llevaba ropa interior dijo:

"Vaya, vaya, parece que a mi nueva guarrilla le excita ver como te castigan, esta toda mojadita. No te preocupes zorra, que tu tambien tendras lo tuyo esta tarde"

"Quiero que quede claro que acabais de aceptar ser esclavos de Enrique, al que, a partir de hoy os dirigireis como AMO cuando estemos en privado, y como SEÑOR cuando esteis en público". A mí podeís dirigiros como Carmen, pero sólamente en público, en privado seré vuestra AMA."

Cuando llegamos a mi coche, un Mini de color azul claro, Carmen porfirío una sonora carcajada, comentando que estaba claro que tenía que tener una mariconada de coche como ese, que me iba como anillo al dedo.

Me senté al volante con Lucía a mi lado, y Carmen sentada en el asiento trasero. Me ordenó que me dirigiese al centro de Oviedo y aparcase en un céntrico parking. Cuando salimos a la calle, nos dirigimos a una tienda de telefonía, donde Carmen eligió dos teléfonos móviles que, evidentemente puso a mi nombre.

Al salir de la tienda me entregó uno de ellos, memorizando en el el número del otro, con el nombre de AMO ENRIQUE, y me dijo:

" Este movil estará siempre conectado, y vosotros estareis disponibles a cualquier hora. Nunca lo utilizareis para hacer llamadas, a menos que uno de nosotros os lo ordene, evidentemente, estos gastos, como todos los demás, correrán por tu cuenta Cornudín."

Diciendo esto, nos dirigimos a nuesta segunda parada de la tarde, un sex-shop. Al entrar Carmen saludo efusivamente a un tipo de unos cincuenta años,calvo ,regordete, con pinta de salido. Vestía unos pantalones vaqueros y una camista negra con unas inscripciones parecidas a las de las bandas de moteros americanos. Los fuertes brazos los llevaba completamente tatuados, y un montón de piercings adornaban sus orejas y sus labios. El tipo se llamaba Carlos, y era el dueño de varios sex-shops en Asturias. Carmen y él parecían conocerse de toda la vida, despues descubrimos que Carlos fue el primer amo de Lucía, hasta que Enrique se la ganó en una mano de poker. Carlos, salió de detras del mostrador, y echo el cierre.

"Así nadie nos molestará"

"Joder guarrilla!, cuanto tiempo sin vernos, veo que ese cabronazo de Enrique sigue mantiendote bien a raya, y tu, como buena perra, le sigues proporcionando esclavos".

"Asi es, vengo a equipar a esta perra y a este saco de cuernos...."

Carmen eligió unos cuantos vibradores de distintos tamaños, dos pares de esposas, un par de collares de cuero, unas cadenillas que tenían una pinza metálica en cada extremo, unos antifaces, un par de bolas bondage.....

Pero lo que más me excitó fue el primer conjunto que eligío para Lucia:

Una minúscula faldita de cuadros roja, una escueta camisa blanca, unos calcetines blancos, y unos zapatitos negros. Lucía entro en el probador, se lo puso, y salió convertida en una colegiala, a la que se el escapaban los morenos pechos por el escote de la camisa, y, a poco que se agachase enseñaba su culito.

Carmen se acercó a Lucía, y recogiendo su negra melena, le hizo dos coletas para completar el look de colegiala salida y le colocó uno de los collares en el cuello,al cual, enganchó una correa. Tiró de ella con fuerza obligando a Lucía a ponerse de rodillas, la paseó por todo el sex-shop.

"Que te parece mi nueva perrita Carlos?

Buff !!

Respondió el dueño de la tienda.

"Dile a Enrique, que algún día deberá darme la revancha de aquella mano de poquer. Lo que disfrutaría con una zorra experta como tu, y un caramelito como esta, además viene con el cornudo de regalo, esta claro Carmen que sabes muy bien como buscar nuevas adquisiciones para tu Amo."

"Eso es porque tuve un buen maestro.Le transmitiré tu propuesta a mi Amo, pero recuerda que rara vez pierde una apuesta"

"Algún día tendrá que ser el primero, algún día" -exclamo Carlos-

"Cornudín paga todo esto, y tu Carlos, no te preocupes, que seguro que dentro de poco Enrique te permite probar este caramelito, pero primero tendrá que catarla él"

Carlos extendió la mano, y la pasó su dedo pulgar por el desnudo y empapado coñito de Lucía, y llevándoselo a la boca, exclamo:

"Espero que esa mala rata se acuerde pronto de los amigos, jajajaja, me muero de ganas por hincarle el diente a semejante pichoncito,jajajaja".

Salimos del sex-shop y nos dirigimos recorrimos un par de calles peatonales por el centro de Oviedo, en dirección al Corte Inglés. Entramos, y nos dirigimos a la sección de imágen y sonido. Se nos acercó un dependiente, al que casi le da un infarto al ver llegar a Lucía con aquel look de lolita, especialmente cuando Carmen dejó caer su bolso y le dijo a Lucía que lo recogiese, mostrandole al vendedor una escepcipal panorámica de su culito. Era un chico joven,de unos 25 años, de tez morena, y pelo negro, impecablemente vestido con un traje oscuro, al que se le notaban las horas en el gimnasio.

Carmen le dijo que buscábamos una videocamara, un tripode, un foco y demás accesorios. El vendedor nos mostró unas cuantas, mientras clavaba sus ojos en los escotes que ambas mujeres llevaban. Despues de pagar todo aquello, el vendedor, nos acompañó a la puerta, y, para despedirnos Carmen se acercó a el, y mientras, disimuladamente, guiaba la mano del chico bajo la faldita de Lucia, le dió un beso en la mejilla, y le dijo.

"Muchas gracias por todo, quizás algún día volvamos para arreglar ese hinchazón que tienes bajo el pantalón"

El chico, llevandose los dedos impregnados en el flujo de Lucía a la boca, los chupó, y respondió.

"Nada me complacería más señoras. Cuando vuelvan, pregunten ustedes por Oscar, y podré darles una atención más especializada, y mostrarles las últimas novedades que tenemos en nuestro almacen"

"No dudes que volveremos" respondió Carmen

Me había fundido unos tres mil euros, con lo que mi VISA estaba llegando a su límite. Se lo comenté a Carmen, y esto hizo que se pusiese como una fiera, me agarró del paquete y apretó con fuerza, tuve que apretar los dientes para no gritar, mientras ella se acercó a mi oido y dijo:

Cornudo de mierda, como te atreves a hacerme este desplante. Esta noche tendrás tu castigo. Si no llega a ser que Enrique quiere probar esta noche a la zorra de tu mujer, la metía en la obra de al lado a chupar pollas hasta que hubiese recaudado lo suficiente.

Ahora no estoy de humor para nada más, nos vamos a casa.

Durante el viaje todos fuimos en silencio. Al llegar a nuestra calle, Carmen, con voz seria dijo:

Subid a vuestra casa y esperad nuestras instrucciones, pero ten claro una cosa. No se te ocurra tocar a esta perrita sin el permiso de Enrique. Y tu zorra, no te cambies de ropa, Enrique quiere darte tu primera lección hoy....

Ya se que estás chorreando, pero esta noche tendrás lo tuyo, te lo aseguro.

Carmen se fue a su casa y Lucía y yo entramos en el ascensor, nos mirabamos, jadeantes, excitados, me acerque a ella con intención de besarla pero ella me apartó bruscamente diciendo:

"Creo que no te han dado permiso para tocarme pichafloja, cierto que tengo el coñito encharcado, y me muero porque me den caña, pero porque me la des tú", y salió del ascensor meneando el culito con aquel look Lolita que haría levantarse de su tumba a un muerto.

Estábamos cenando algo cuando nuestro nuevo movil comenzo a sonar. Era un mensaje con las primeras instrucciones.

Dentro de treinta minutos estareis los dos en el parking del Estadio Carlos Tartiere.

Lucía debe de ir vestida como te indique.

Aparca en la parte más alejada al estadio, allí veras el coche de tu amo, coloca el tuyo frente a él, y allí recibirás nuevas instrucciones.

Salimos rápidamente, debido a que el estadio se encontraba a más veinte minutos de nuestra casa. Era una explanada grande, poco ilúminada donde había oido que mucha gente se reunía para sexo esporádico, más conocido como "dogging".

La explanada estaba desierta, así que no me fue dificil encontrar el enorme 4x4 de Enrique. Aparque frente a él, y rápidamente recibimos un nuevo mensaje.

PON EL MANOS LIBRES, ESTO DEBEIS ESCUCHARLO LOS DOS.

Rápidamente obedecí, la pantalla del manos libres se iluminó con un nombre:

AMO ENRIQUE

Descolgue, y tras unos interminables segundos de silencio, Enrique comenzó a hablar:

"Me alegra mucho que hayais venido, habeis aceptado ser mis esclavos,y por lo tanto obedecereis todas mis ordenes":

De momento, tu, Hugo, te quedarás en el coche, quiero que seas testigo de la sumisión de tu mujer. Conectaré las luces de mi coche para que puedas verlo bien, y pondre el altavoz del telefono para que puedas oirlo. No te bajarás del coche bajo ningun concepto hasta que yo te lo ordene, sea lo que sea lo que veas, ó sea quien sea quien te lo pida.

¿Has entendido?

Lo he entendido AMO.

Muy bien

Lucia, ahora tu ama Carmen irá a buscarte, ¿llevas puesto el collar?.

Mi mujer jadeante de excitación, contestó:

"Lo llevo AMO".

En ese instante, las luces que aquel monstruo llevaba en el techo se encendieron iluminando el espacio entre ambos vehículos como si fuese de dia. Carmen se bajo del coche y comenzo a caminar hacia el nuestro con la correa en la mano. Llevaba un abrigo de piel entreabierto,podía ver claramente un el body de piel negra que llevaba debajo, con sus enormes pechos a punto de hacerlo estallar, llevaba tambien un liguero negro, unas medias de rejilla y unas botas altas, tambien de piel negra.

Abrio la puerta, y sin pronunciar palabra, engancho la correa en el collar de Lucía obligandola a salir y a seguirla caminando a cuatro patas.

La puerta del conductor del 4x4 se abrio, y de él salió Enrique, llevaba un chaquetón de cuero negro, y unas botas de cuero, tambien negro, con punteras metálicas, unos vaqueros ajustados, y una de sus camisas negras, abiertas, y su inseparable cadena de oro.

Enrique se acercó a Lucia, la tomó por la correa y la acercó a mi coche, la despojó de la blusa, Lucía jadeaba de pie frente a mí. Enrique sacó sus pechos de las copas del sujetador, retorciendo con fuerza sus oscuros y excitados pezones. Mi mujer gemía de dolor, pero permanecía inmovil aceptando el castigo.

Enrique tomó sus manos y las apoyó sobre el capo de mi coche, y, haciéndole un gesto a Carmen, dijo:

"Me parece Hugo que ha llegado el momento que esta zorra se lleve unos azotes para que sepa quien manda aquí, deberías de haberlo hecho tu hace mucho tiempo, pero, como eres una maricona, ha tenido que venir un hombre para meterla en cintura"

"Ahora zorra, vas a contar en voz alta cada uno de los golpes que te propine, para que el cornudo de tu marido vea las consecuencias de ser una maricona bocazas"

Carmen le acercó una pala de ping pong, y levantó la minúscula faldita de colegiala:

Enrique le asesto el primer azote, la fuerza del golpe hizo que los pechos de Lucía se bamboleasen ante mis ojos, y los todos los músculos de su cuerpo se tensasen debido al dolor.

Unoo, grito Lucía.

Su aparente resistencia pareció cabrear a Enrique que fue aumentando la fuerza de los golpes. Dos, tres, cuatro, así hasta diez.

Yo podía ver las lagrimas arrollar por la cara de Lucía, pero, en ningún momento trató de detener el castigo.

Enrique devolvio la pala a Carmen, y tomando a Lucía por el pelo, le dijo:

" Estoy muy contento de tu resistencia, zorrita, te has ganado un premio"

Diciendo esto la obligo a ponerse de rodillas, frente a el, se abrio los botones del pantalón, y saco su enorme polla. Era mucho mas larga que la mía, por no decir que la doblaba en grosor.

"Vamos a ver si la sabes chupar como la putilla que eres"

A Lucía parecia que se le iban a salir los ojos admirando aquel pollón. Lentamente, comenzo a darle pequños lenguetazos, asiendola con ambas manos, poco a poco intentaba metersela en la boca, cuando, de repente, Enrique le asestó un tremendo bofetón que la hizo caer al suelo.

" Que cojones haces niñata, me parece que tendré que enseñarte tambien como se come una polla como la mía"

La agarro por las coletas que le había hecho Carmen y de un golpe le metío la polla en la boca, sujetando su cabeza con fuerza, dejándola sin respiración. La mantuvo así unos cuantos segundos, y despues aflojo un poco la presión para que Lucía cogiese aire.

"¿Ves como si te cabía toda?"

Y diciendo esto comenzo a follarle la boca , aquella enorme polla, entraba y salía de la boca de Lucia que parecía haberse acostumbrado a su enorme tamaño, y la chupaba con fuerza. Mientras tanto, yo estaba sentado en el coche con una enorme erección viendo como aquel macarra ahogaba a mi mujer a base de pollazos.

Enrique comenzó a bramar y sujetando la cabeza de Lucía le dijo:

"Perra, no dejes caer ni una sola gota"

Y entre ruidosos jadeos comenzó a correrse a grandes borbotones, llenando de semen la boca de Lucía.

"Muy bien putita, trágatelo todo, no desperdicies ni una gota de la leche de tu amo, dejámela bien limpia..."

Carmen se acercó a Lucía y la besó, compartiendo con ella el semen de Enrique, sus lenguas se entrelazaban mientras Enrique las miraba.

"Muy bien perra, ahora quiero ver como le comes el coñito a tu ama", y diciendo esto le quitó el abrigo a Carmen tumbandola de espaldas sobre el capo del coche, le quitó el tanga, y tomando a Lucía por la nuca, le metio la cabeza en entre las piernas de Carmen, apretando su cara contra el depilado coñito de su mujer, dejándola casí sin aire mientras decía:

"Chúpalo bien zorrita, mete bien esa lengua, me parece que vas a tambien voy a tener que enseñarte a comer coños. Lámele el ojete, a Carmen le gusta sentir la lengua de sus putas en el culo, métesela hasta el fondo".

Carmen gemía, retorciéndose de gusto, mientras masajeaba sus enormes tetas, pellizcandose con fuerza los pezones. Sus bramidos eran cada vez más fuertes:

! Ahh, sigue zorra, no pares !

! Eso es, cómete mi culito perra, mientras el cornudo de tu marido nos mira !

En ese momento, Enrique se colocó detras de Lucía, y dirigiendo su enorme pollón la ojete de Lucía, se la clavo de una solo golpe. Lucía soltó un grito de dolor, separando su cara del coñito de Carmen.

Enrique atrapó sus pezones y retorciéndolos con fuerza le dijo mientras la enculaba sin miramientos.

" Zorra!!, no te he dado permiso para que dejes de comerle el culo a tu ama, ¿ó es que acaso nunca te había dado por el culo un hombre?, no me extraña, viendo la maricona con la que te has casado.

!Contesta putita !

"Si amo, el cornudo de Hugo no me satisfacía en la cama, pues su polla es pequeña y flacida, hasta hoy nunca había probado un hombre de verdad.

"Pues ten por seguro que te hartarás de polla"

Había perdido la cuenta de las veces que tanto Lucía como Carmen se habían corrido, cuando Enrique comenzó a bramar,y tensando su cuerpo se corrio dentro del culito de Lucía.

Sudoroso, agarro a mi mujer y la tumbo boca arriba sobre el capo de mi coche. Carmen me hizo salir y, guiando mi cabeza entre las piernas de Lucía me dijo.

Limpiale el culito a mi esclava !!

Continuara....