Nuestros comienzos 2
Soy testigo de la dominación de mi mujer desde una posición privilegiada
Leer antes NUESTROS COMIENZOS.
Sentado junto a aquel macarra en aquel 4x4, con un cubata en una mano, y un cigarrillo en la otra, no podía quitarme de la cabeza la imagen de Carmen sometiendo a Lucía a su antojo.
A los pocos minutos vi como las dos aparecieron por la entrada del prado donde estabamos aparcados, charlando entre risas. Estaba claro que Lucía estaba bastante borracha, ya que entre el prado y los taconazos que llevaba, le costaba caminar en línea recta. Carmen la sujetaba por la cintura, y, conforme se iban acercando al todo terreno de Enrique, pudimos escuchar lo que decian, puesto que Enrique había dejado abierto el techo solar del coche.
Lucia:
" A saber donde se han metido estos dos, pero bueno, ellos se lo pierden, que yo me lo estoy pasando de puta madre contigo Carmen"
Escuchar a Lucía decir tacos confirmaba mi sospecha que tenía unas copas de más.
Llegaron justo al lado del coche de Enrique, Carmen entre risas dijo:
"No te preocupes por tu maridito, Enrique lo cuidará bien, volvamos a la fiesta, pero espera un rato que tengo que orinar, y en esta cutre fiesta no hay lavabos".
Se metieron entre el coche de Enrique y el de al lado, y pude ver como Carmen se levantaba con dificultad el ajustado vestido, mostrándole a Lucia sus medias de liga, y su depilado coñito.
Lucia se sorprendió al ver que Carmen no llevaba ropa interior y le dijo:
"Vaya, veo que te gusta ir cómoda"
Carmen respondió que no le gustaba que con un vestido así de ceñido se le marcase el tanga, mientras,en cuclillas, orinaba, dejando a Lucía una tremenda panorámica de sus enormes pechos, que luchaban por salirse del vestido en tan incómoda postura.
En un momento Carmen levanto la mirada y vio como Lucía ni le quitaba ojo a su canalillo, y le dijo.
"Nena, que me las vas a gastar de tanto mirarlas"
Lucía soltó una carcajada y le dijo:
"Ya quisiera yo un par de armas como esas, desde que llegamos los tios no hacen más que babear a tu paso"
Carmen se puso de pie, se colocó de nuevo el vestido, y mientras se las colocaba se acerco al oido de Lucia y le dijo.
"En eso tienes razón, estas dos han hecho doblar la rodilla a muchos hombres, y a alguna que otra mujer"
Diciendo esto, tomo a Lucía por la cintura, y atrayéndola hacia ella, le planto un morreo espectacular.
Lucia intento zafarse, y le dijo:
"Carmen, déjame en paz, yo no hago estas guarradas"
Entonces Carmen se separo de ella, levanto la mano y le cruzo la cara de un bofetón. Lucía quedó como en estado de shock,mientras Carmen la sujetaba por detrás, apostándola contra el coche de al lado.
"¿Guarradas?, Harás estas y muchas más, niñata de los cojones, vaya que si las harás, reprimida de mierda".
Mientras la sujetaba por el pelo, Carmen giró a Lucia, aplastandola contra la ventanilla del 4x4 de Enrique. Estaba claro que quería darnos una buena perspectiva de su actuación. Vi como sus manos soltaban los botones de la camisa blanca de Lucía, y como le bajo el sujetador negro de un tirón, y, mientras mordisqueaba su cuello amasaba con fuerza las tetas de mi mujer, que jadeaba y cerraba los ojos abandonando toda resistencia
.
Carmen apreso los pezones de Lucía que estaban a punto de estallar y los estiro provocando un grito de mi mujer, a lo rubia respondió dándole otro sonoro bofetón
.
"No te he dado permiso para que grites zorra"
Volviendo a colocarse tras ella, pellizco sus pezones de nuevo, y Lucía ni rechisto, simplemente acelero sus jadeos. Desde atrás, Carmen subió la falda de Lucia, y buscó con una de sus manos su tanguita negro.
"Vaya con la zorrita, si está empapada".
Obligó a Lucía a ponerse a cuatro patas entre los dos coches, y de un tirón le arrancó el tanga, guardándolo en su bolso.
"Zorrilla, no volverás a usarlo hasta que yo te lo ordene"
Y le dio una palmada enorme en una de sus nalgas.
Yo estaba viendolo todo desde el coche cuando Enrique me dijo:
"Ves niñato, como la tengo enseñada, pero no te preocupes, que veo que esto no ha hecho más que empezar, y parece que, por lo visto,no os desagrada.
Volví la mirada hacia la escenita, y vi como Lucía continuaba a cuatro patas, mientras Carmen la azotaba con una mano, mientras con la otra, le metía los dedos en su encharcado coñito, Lucía jadeaba, y pude comprobar que ya se habia corrido, por la enorme cantidad de flujo que arrollaba por sus piernas.
Carmen dejo de azotarla, y vi como le había dejado las nalgas enrojecidas, cuando, sin avisar, le metio dos dedos en el culo. Lucia arqueo su cuerpo con una mueca de dolor, intentando zafarse, pero Carmen la sujeto por el pelo, mientras continuaba metiendole dos dedos en el culo, soltó su pelo, y comenzo a follarle el coño con la otra mano.
Entonces pude ver como la mueca de dolor había desaparecido de la cara de Lucia, y comenzó a mover las caderas, como buscando una penetración más profunda.
Carmen le decía.
"Joder, que rapido aprendeis las pijas como tu, si está claro que soys unas perras de cuidado"
Lucía, entre jadeos, comenzó a gritar.
Si, Carmen, hazme tu perraaaa!!!!!
Dejáme ser tu puta, pero por favor no pares de romperme el culo.
Carmen le metio otro dedo más en el culo, y Lucía explotó en el orgasmo más espectacular que había visto en mi vida, inundando de flujo la mano de Carmen.
Carmen levantó a Lucía tirando de su pelo, y llevando las dedos a su boca, le dijo:
"Vamos cerda, déjamelos bien limpios".
Lucía abrio su boca y fue chupando los dedos uno a uno, hasta dejarlos bien limpios.Una vez hubo terminado, Carmen se apoyo en el coche de al lado, volvio a levantarse el vestido, y obligando a Lucía a ponerse de nuevo de rodillas, le dijo.
"Vamos a ver como te comes tu primer conejito, pija de mierda"
Y diciendo eso enterró la cara de Lucia entre sus piernas, mientras con sus manos se saco sus enormes pechos del vestido, y comenzo a amasarselos, y a pellizcar aquellos enormes pezones que se alzaban deasfiantes, ante el cornudo que estaba al otro lado de la ventanilla.
"Vamos hija de puta, méteme bien la lengua, !! no parees!!"
Lucia, lamía y chupaba el torrente de flujos que arrollaba por su cara, respirando con dificultad, ya que Carmen la sujetaba con fuerza contra su cara.
Tras unos minutos, la respiración de Carmen se aceleraba, anunciando la llegada de su orgasmo, entonces la cincuentona tetuda agarro fuertemente a Lucía por el pelo y la tiró boca arriba en el suelo.
Lucía jadeaba espectante, mientras Carmen abrio sus grandes nalgas, y sentandose sobre su cara dijo:
"Vamos cerda, haz que me corra lamiendo mi ojete"
Carmen se llevaba esas enormes tetas a la boca, mordisqueando esos enormes pezones negros, comenzo a temblar, apretando la cara de Lucía contra su culo.
"Lo estás haciendo muy bien putita, vamos, mete bien la lengua, cerdaaa"
Gritaba como una posesa, estallando en un terrible orgasmo. Una vez recuperada se levantó, y poniendo una de sus botas negras sobre el cuello de mi mujer, le pregunto:
"¿Sabes que a partir de esta noche seras mi esclava para todo lo que te ordene?
Lucía, apenas podía hablar, y aún así, pude escuchar con claridad:
"Seré tu guarrilla para todo lo que ordenes Carmen".
Carmen la ayudo a levantarse y le dio un morreo de campeonato, y abrochandole los botones de la camisa, le dijo:
"Vamos a buscar a esos dos, no creo que estén muy lejos"
Y girándose hacia la ventanilla, guiñó un ojo, y lanzo un beso mientras me jugueteaba con el tanguita de mi mujer en su mano.
Entonces Enrique girándose hacia mi, dijo:
"Parece ser que he ganado la apuesta niñato de mierda, pero como suponía, la putilla de tu mujer se ha corrido como una perra unas cuantas veces, así que pienso que no te ha salido tan caro. Creo que este jueguecillo que has empezado por bocazas, va a ser muy divertido...."
Yo salí en silencio del coche, pensando en nunca había visto a Lucia correrse de esa manera, y que nunca me había excitado tanto como cuando Carmen la azotaba mientras le rompia el culito.
Estaba claro que aquella cincuentona tetuda, y el macarra de su marido nos tenían en sus manos.
Continuará....