Nuestros amigos del alma

Juntos 4 disfrutamos mucho más que 2, y más cuando es entre amigos.

Es hoy el día que aún puedo sentir sus labios sobre los míos, oler su cuerpo al rozar mi piel, sus pezones duros, la humedad que nos recorría a los dos y sus ojos mirándome.

Era una tarde fría de otoño, estábamos en la habitación del hotel recién duchadines y pensando en la cena de unas pocas horas después. Yo me había quedado dormido, cuando entre sueños siento cómo mi pene comienza a despertar, al abrir los ojos, pude ver a mi mujer chupándome la polla, la cual ya estaba dura como una piedra sin que yo me hubiese enterado, como se suele decir no hay mejor forma de despertar que empalmado y con una bella mujer entre tus piernas. Y verla ahí desnuda con el culito en pompas me excitó muchísimo, se acercó a mi boca y comenzó a besarme, sintiendo el sabor de mi pene en su beso.

Fóllame – me susurró al oído.

Patry, esta noche… si me corro ahora ya verás luego.

Bueno, pues no te corras pero metemelá.

Sin darme tiempo a responder, cogió mi polla y se la metió entera en el coño, lo tenía super húmedo. Comencé poco a poco a meterla la polla cada vez con mayor intensidad, ella gemía y me mordía el cuello – Sí, sí, así métemela, sí, como luego me van a follar cariño, así mmmh – decía gimiendo. Yo me tuve que controlar porque casi me corro también al verla tan excitada, y finalmente tras una fuerte sacudida se corrió, se tumbó a mi lado y tras besarla suavemente los pechos y en los labios se quedó medio dormida, al poco también yo me dormí.

Jony, despierta, Jony que se nos hace tarde- decía Patry desde el baño.

Estaba aún medio atontado, miré el reloj,…, jolín, habían pasado ya dos horas, me daba la impresión de que me acababa de dormirme. Pude ver pasar a mi mujer pasar con sus braguitas rosas por delante de la cama con el pelo aún húmedo de haberse duchado, me miró, sonriendo – Venga dormilón -, no pude por menos que sentir lo mucho que la quiero al verla ahí delante, tan bonita, con el pelo que la caía por la cara al girarse y los pezones duros por el cambio de temperatura.

Sabes cari?- la pregunté mientras volvía al baño.

Dime- contestó asomándose desde la puerta.

Que no puedo apartar mis manos de ti guapa.

Ni yo, ni yo, pero date prisa que llegamos tarde- respondió sonriente, tras lo que se metió de nuevo en el baño.

Con la tarde tan relajada que habíamos tenido, casi se me había olvidado, pero en ese momento el recuerdo de Wily y Ana resurgió en mi cabeza. MMMMhhh, Ana, que rica iba a ser esa noche, cenando con ellos y luego si todo va bien a ellos.

Una hora después ya estábamos en la calle, un paseo por las calles de otoño en Oviedo nunca viene mal, pero a las diez de la noche ya empieza a refrescar,, aunque seas de León se nota. Pero el paseo nos vino muy bien, despertamos ya del todo, conocimos un poco más la ciudad, pudimos hablar de Wily y Ana, de lo majos que nos habían parecido, de las ganas que teníamos de verles de nuevo y poder pasar una bonita velada los cuatro juntos. No era mucha la distancia que nos separaba de su casa, y distraídos mucho menor aún. Llegamos a su barrio, pero no estábamos seguros por dónde quedaba su casa, por lo que les llamamos al móvil.

Roberto, soy Patry, es que estamos por donde vivís pero no sé si nos hemos perdido…- dijo mi mujer al teléfono- hay un supermercado aquí donde estamos.

Ahh!! sí, sí os veo desde la ventana, mirar a vuestra izquierda- dijo Wily.

Efectivamente, allí estaba, a unos 200 metros, saludando desde una terraza.

Allí está Patry, ya le veo- la dije.

Ya vamos para allí- se despidió ella por teléfono.

Llamamos al portero, nos abrió Wily, y allí estaban al otro lado de la puerta de su casa, sonrientes, tan y como los recordábamos de la última vez que les vimos. Nos saludamos, entremos en su casa y comencé a sentirme muy a gusto, como ya me había pasado con ellos antes me sentía muy bien, era como si nos conociéramos de siempre, me sentía muy bien. Wily como gran anfitrión que es nos enseñó su casa, contándonos cosillas de aquí y de allá, en cosa de 5 minutos nos encontrábamos como en nuestra casa, charlando los 4 en el sofá de mil cosas.

Bueno, qué tal andais de hambre?, hemos preparado algo de picar si os apetece cenamos ya, vale?- comentó Ana.

Vale, sí mejor una cena suave que sino terminamos inchados- dije sonriendo.

La cena trascurría genial, hablando de nuestras vidas, nuestros gustos, etc. Nos íbamos conociendo un poco más, sin dejar unos a otros de echarnos miradas fugaces. Podía notar a Wily cómo miraba a Patry, deseando ya tocarla como yo a su mujer, mientras comía un cacho de tortilla miraba a Ana hablando, observando mi rostro, sus gestos, sus respiraciones y solo pensaba en sentirla frente a mi, rozando su piel mientras podía sentir su respiración.

Al igual que empezó la cena terminó genial, nos sentamos en el sofá, Wily se preparó algo que tomar y Ana iba y venía a la cocina, mientras yo aprovechaba para mirarla el culo cada vez que salía del salón, y sugería a Patry con gestos lo excitado que estaba, a lo que ella me respondió con un susurro – Tengo unas ganas de besar a Wily y que me coma entera…-, tras lo que la besé en la mejilla.

Patry y yo nos sentamos en el centro del sofá, Wily al lado de ella, y Ana en el repaldo apoyada a mi lado. Seguimos hablando de cosas, y yo ya nos me podía contener más, tener a Ana ahí a mi lado, rozándome, poder ver su canalillo que dibujaba unos pechos preciosos, era irresistible. Al mirar hacia Wily pude ver cómo comenzaba a acariciar a Patry la piernas, lo cual me excitó muchísimo más aún si cabe, y sin pensarlo mi mano derecha comenzó a rodear la cintura de Ana, miré hacia su cara y solo pude sentir sus labios sobre los míos, nos unimos en un beso interminable, y mientras nos besábamos pude notar sus pechos entre mis manos. Se echó encima mio, mientras seguíamos besándonos, recorriendo sus labios con mi lengua y sus tetas con mis manos, pude escuchar a Patry gemir a mi espalda mientras Wily la besaba. Yo no hacía más que abrazar a Ana, besarla, desearla,… al mirar hacia Patry y Wily pude ver cómo ella metía la mano en el pantalón de él sacándole la polla tiesa ya como un garrote. Ana se puso a mi lado, mientras yo comenzaba a quitarla la camisa dejado al descubierto el sujetador que cubría sus preciosas tetas, la besé los pechos y la desabroché el enganche, tiré el sujetador al suelo, y comencé a acariciar a Ana desde la cintura, pasando por las tetas, por los brazos, mientras nos besábamos como locos, ella me tocaba la entrepierna por encima del pantalón y yo ya no podía con la presión, me intentó soltar el cinto pero era uno un poco raro y tuve que ayudarla, al fin me bajé los pantalones y los slips, mientras ella hacía lo mismo con sus vaqueros y un tanga que la hacía un culo precioso. Miré hacia el sofá pero ya lo habían invadido Patry y Wily, el estaba sentado mientras ellas desnuda con el coño bien abierto hacia nosotros le comía la polla hasta el fondo.

Ana y yo nos abrazamos y comenzamos de nuevo a besarnos, y ahora desnudos a frutar nuestros cuerpos, el uno al otro, sentía cómo mi polla rezaba con su coño, cómo mi lengua chocaba con la suya, cómo sus senos recorrían mi pecho. Ella me fue guiando hacia el otro lado de la mesa del salón, pero yo no podía dejar de sentirla cerca, de chuparla. Al llegar a un rincón de la alfombra amplio y sin muebles, se agachó y comenzó a chupar mi polla, sentía cómo su boca húmeda recorría cada milímetro de mi ser, cómo entra y salía de su boca, al cerrar los ojos podía sentir su lengua rozándome, presionándome, sus labios sorbiendo todo mi pene, volví a abrirlos y miré hacia abajo, nuestras miradas se cruzaron, y verla ahí, con su pelo negro y largo, sus ojos clavados en mí y mi pene en su boca, casi hizo que me corriera, traté de frenarme un poco, y poco a poco me fui arrodillando. Al mirar a mi izquierda, pude ver a Wily y Patry, ella estaba encima abierta de piernas, y él desde abajo la estaba metiendo toda la polla por el coño, pude ver la cara de placer, de gozo, de lujuria en los ojos de mi mujer, mientras Wily una y otra vez la metía todo la polla en su coñito chorreando del gusto que la estaba dando ser follada por él, se levantaba y volvía a bajar para besarle, devorarle la boca.

Al llegar a la altura de Ana, la besé la boca, susurrándola al oído - Túmbate Ana que te voy a comer este coñito tan rico que tienes-. Ella se tumbó boca arriba, me incorporé hacia su cuello, y mientras la chupaba con la lengua, ella cogía mi polla con la mano – Ahora te toca a ti disfrutar un poco y a mi disfrutar de tus fluido- la decía mientras me entretenía en sus pezones. Bajé por su vientre y al llegar a su vagina, pude contemplar el espectáculo, de sus piernas bien abiertas, mientras se acariciaba los senos y su coño esperaba ser explorado por mi boca, ni ella ni yo podíamos esperar más, al acercarme a ella pude sentir el olor de su chochazo, al pasar mi lengua por sus labios sentí el sabor en mi boca y el olor en mi nariz. Mi lengua recorría su coño, pasaba de los labios a la entrada de la vagina, del clítoris al frontón, mientras más me frotaba Ana con su coño más me excitaba yo y más me lo comía entero, y más gemía Ana, se retorcía y temblaba al sentir el roce de mi lengua en su cuerpo, cogió con sus dos manos mi cabeza presionándola con fuerza hacia si, introduciendo más y más mi cabeza entre sus piernas.

No podía aguantar ni un minuto más, su sabor envolvía todo mi cuerpo, acaricié suavemente sus nalgas mientras besaba su coño, y poco a poco me levanté con la polla completamente tiesa con unas ganas increíbles de sentir ese calor a su alrededor.

Patry seguía gimiendo ahora con Wily encima, metiéndola la polla hasta el fondo de su ser, mientras la comía las tetas, ella con los ojos en blanco del placer que la estaba dando Wily tras cada sacudida de su verga en ese coñito chorreando, le abrazaba, la llevaba sobre ella para recorrer su boca con la lengua.

Miré de nuevo hace Anina, y ahí estaba ella, sonriendo, bien abiertita de piernas, con su conchita húmeda como la esponja tras el baño, se mordía el labio inferior mientras me miraba.

Lo ponemos ya, no??- me dijo.

Sí claro, ahí donde la mesa tienes uno- la dije al verla levantarse para buscar un preservativo.

Póntelo tu que a mi se me da fatal- me dijo tendiéndome la goma en la mano.

Me puse el condón, la polla se me había relajado un poco, pero enseguida se la metió Ana en la boca para ajustar bien el preser y todo encajó a la perfección al sentir su lengüita juguetear con ella.

Túmbate en el suelo- me dijo, empujándome sobre los hombros.

Y ahí estaba sobre la alfombra de su salón, mirándola desnuda con esas preciosas tetas apuntando hacia mi, con sus mulos abriéndose paso sobre mi, su mano derecha sujetando mi verga y dirigiéndola a su coño, y así un segundo se me hacía eterno, sintiendo cómo rozaba la punta de mi nabo con la entrada de se vagina, no deseaba otra cosa que sentir la intensidad de su interior, de penetrar a esa asturiana que con su larga melena morena me estaba volviendo loco de gusto, poder tras un segundo más saber cómo era sentirme dentro de ella, y así fue, al meter mi polla lentamente soltó Ana un gemido al mismo tiempo que yo. Y así, tumbado yo boca arriba, acariciándola el culo mientras ella encima de mí me follaba, se metía una y otra vez mi polla, mientras gemía tocándose los pechos, yo podía sentir como los labios de su coño rozaban la goma del condón, cómo se tensaba su cuerpo al subir y bajar, cómo mis manos amasaban sus tetas, cómo moría de ganas de comerla la boca mientras la metía toda mi polla.

Ven Ana, ven hacia mi que quiero besarte- la dije entre gemidos.

Y así comencé a moverme yo, al echarse ella encima mío, la agarré el culo hacia mí, abriéndoselo mientras la introducía el rabo con rápidos movimientos, los cuales acompañaba mi lengua dentro de su boca, besando su cuello, mordiendo sus labios, atrapando a su lengua con la mía, y nuestros cuerpo unidos, temblorosos, sudorosos, mientras nos arrastraban los orgasmos tumbados uno sobre el otro, Anina comenzó a gemir mucho más alto y al sentir cómo se ponía rígida al verse desbordada por un eterno orgasmo mi polla explotó también en un orgasmo que hoy aún me parece sentirlo al verla en fotos.

Y ahí nos quedamos, ella sobre mi, acariciándome, mientras yo jugaba con su pelo, sonriéndonos y muy muy despacio besándonos, sintiendo que es ella la que en ese momento ocupaba mi mente, necesitando en cada momento tocar su culo mientras la tenía encima.

En ese momento pudimos escuchar a Patry y a Wily, los cuales seguían haciendo el amor sobre el sofá. Nos levantamos desnudos y aún abrazados nos quedamos mirando cómo ellos follaban, cómo Wily se moría también de gusto sintiendo el coñito de Patry alrededor de su polla, mientras ella se retorcía de gusto encima de él. En ese ratito, mirándolos Ana y yo nos dábamos besos inocentes, relajadines ya nuestros cuerpos de porcelana tras un placer tan extremos, disfrutando del espectáculo que nos daban nuestras parejas mientras disfrutaban ellos juntos como antes habíamos estado haciendo nosotros. Cómo Wily le comía el chocho a Patry tumbado boca arriba, mientras ella con las piernas bien abiertas le daba todo sus flujos, listos para beber, tras lo que se volvía a meter su polla entre las piernas dejándole a él sus palabras en ese último beso y mmmm, se corrió, la abrazó profundamente, la besó, descargando un torrente de semen dentro de su coño y al fin, paz y relax.

Así todos nos sonreímos, alguno fuimos al baño, otros a beber algo y todos algo más unidos, felices, contentos y con ganas de algún otro día poder disfrutar más unos de otros.