Nuestro veintíun aniversario de bodas.
Salimos con Hugo a festejar nuestro aniversario de bodas, y el primero del trío. !Valla que festejamos!!
Nuestro veintiún aniversario de bodas.
Celebramos nuestro aniversario de bodas número veintiuno, solo que esta vez no hubo fiesta ni invitados, Hugo nos invitó a cenar para festejar nuestro primer aniversario del trío, fue en un restaurante muy bueno con una gran cena y mucho vino, Liz nos acariciaba discretamente las pijas por debajo de la mesa, el mesero estaba desconcertado; pues sorprendió a Liz besando en la boca a mi amigo, y luego me pilló a mí acariciando una pierna de mi esposa por debajo de su vestido.
Hugo nos comentaba que terminando de cenar fuéramos al Table dance donde conocimos a Tania, para ver si la encontramos. Yo les indicaba que es muy difícil encontrarla pues a las encueratrices las cambian muy seguido para variar el show, pero que por mi encantado de ir a ver mujeres desnudas. Liz se notaba excitada con la idea de Hugo. Terminamos de cenar y salíamos del restaurante. En el auto: Hugo le comentaba a mi esposa que le gustaría verla en acción en un show con otra chica como lo hizo con Tania. Mi amigo le corría una mano por sus muslos y mi esposa lo acusaba:
¡Papi mira a tu amigo!!..... ¡Me viene metiendo mano! . ¡¿Lo dejas?!!
Bueno . Pero solo un poco, por que es muy mano larga el cabrón este.
Cuando nos estacionamos en la calle donde hay varios antros, las prostitutas estaban en las esquinas luciendo unas micro falditas, y ropa muy llamativa, nos llamaban y le decían a Liz: Heey, pasa un viejo. Había una rubia impresionante y Hugo le preguntó; ¿cuanto cobras mamacita? Y que le responde a mi amigo con una voz ronca muy varonil: Es onda gay ¿quieres? Vamos No muchas gracias le respondió confundido Hugo. Liz estaba botada de risa nos decía: vallan con su güera. Ja, ja, ja.
Entramos al antro, di una buena propina y nos asignaron una mesita baja cercana al escenario, bailaban varias chicas desnudas, el lugar estaba totalmente oscuro solo se alumbraba por las luces del escenario, pedimos una botella de ron y refrescos de cola, se acercaban algunas muchachas a bailar a nuestra mesa, Liz estaba feliz viendo como bailaban en otras mesas, donde varios caballeros les metían mano y les oprimían las chichis y las nalgas. A una de las chicas que le aplaudimos bastante se acerca a Hugo y se le sienta en las piernas totalmente desnuda, y nos gritaba ¡les gustó mi baile! me llamo Rebeca. ¡Sí mucho! Le respondía Liz, mientras mi amigo le acariciaba las tetas. Liz no perdió la oportunidad para acariciarle los muslos. Nos comentaba ahora va a empezar un show muy bueno de dos chicas que les llaman las "Libélulas" es muy bueno les va a gustar.
La niña es muy simpática y está bastante buena, tiene las tetas bien duras, y le pregunta a mi esposa; y tu ¿con cual de los dos vienes? Y Liz le contesta con voz muy sexy; con los dos. Pero no te fijes amiga que a lo mejor te presto a uno. Je, je, je. ¿Me permiten? voy a ponerme algo de ropa, por que no nos dejan permanecer mucho tiempo desnudas en las mesas, ahora regreso. Pero no te tapes mucho le exclamé. A mi me gustó mucho la niña, es bajita de estatura con su pelo largo castaño, ojos negros y de piel blanca, nalguitas respingonas, guapita de cara, pero sobre todo muy simpática y sencilla.
Salió un maestro de ceremonias haciendo varios chistes picantes, Hugo y mi esposa estaban como novios, pues mi amigo no le soltaba los muslos, y luego se besaban en la boca, en algunos momentos la mano de mi amigo desaparecía bajo el vestidito de mi mujer. En lugares públicos solo me queda hacerme pendéjo, pues no puedo estar besando y fajando a mi esposa, pues de inmediato llamamos mucho la atención que dos tipos le metan mano a la misma mujer.
Me levanté para ir al baño pues el show estaba a punto de empezar, cuando salí me encontré a Rebe, Hola le exclamé; iba a tu mesa pero dime sí me puedo sentar contigo, por que tu amigo prefiere a la dama que traen. Si claro, no te preocupes siéntate conmigo, la bebita solo traía un chal calado de tejido muy abierto del cual asomaba una punta de su pezón y una micro faldita de olanes de las de tipo lambada sin calzones.
Llegamos a la mesa justo cuando iba a empezar el show, Rebe se sentó junto a mi esposa y le dijo:
Mira lo que me encontré señalándome a mí . ¿Me lo prestas?
Claro que sí pero es muy serio el cabrón a ver si se lo quitas le respondió mi esposa.
Voy a hacer todo lo posible le comentaba Rebe.
En eso se apagaron totalmente las luces, yo le apretaba los muslos a mi nueva amiga que los tenía como piedra de duros y le rozaba mis dedos por su panochita. Se encendieron unas luces amarillas y rojas muy tenues. Salieron al escenario dos bellísimas mujeres, muy parecidas se podría decir que eran gemelas; muy blancas de pelo muy negro y de ojos verdes, vestidas iguales con una blusita verde oscura brillosa con la mitad de sus tetas de fuera, y unas falditas negras también brillosas con medias de red negras de las que se ajustan solas, al ritmo de una música muy sensual bailaban se rozaban sus cuerpos, se besaban las bocas de lengüita, al ver eso le dio un shock eléctrico a mi señora, pues vi como se le ponía la carne de gallina, y se estremecía en su silla con la ayuda de la mano de mi amigo, que estaba bajo su vestido
Rebeca rozaba su mano izquierda en mi verga, por arriba del pantalón, mientras yo le pasaba mi brazo sobre su cuello y le acariciaba una teta, el show continuaba, y una de las chicas empezaba a desnudar a la otra, sus besos en sus bocas eran cada vez más intensos, entonces note que Liz le acariciaba un muslo por la parte interna a Rebeca, mientras la mano izquierda de Rebe trabajaba dándome de pellizquitos en mi polla. ¡Uff que show!! Yo no sabía cual era más caliente, pues las chicas del escenario se besaban intensamente totalmente desnudas rozando sus sexos, y mamando sus chichis entre ellas, Rebeca y mi esposa se metían mano por debajo de sus falditas, Hasta que se tocaron sus coñitos entonces las dos retorcían sus nalgas contra la silla con un orgasmo, conteniendo lo más que podían sus jadeos.
El Show cada vez se ponía más fuerte pues apareció en el escenario una cama redonda, las chicas cada vez se prendían más acariciando sus sexos, y metiendo sus dedos una a la otra se comían sus panochas en un sesenta y nueve perfecto, y la cama empezaba a girar, abrían sus piernas al máximo y se daban lengua con todo, los giros de la cama le daban todos los ángulos de vista posibles a sus cuerpos, Rebe estaba ardiendo pero no tanto por el show, si no por los dedos de mi mujer le estaban abriendo su coñito acariciándole su clítoris con la yema de sus dedos.
Yo ponía mi mano arriba de la de mi mujer oprimiendo sus dedos en la panochita de Rebe, que le entraba un dedo de ella y uno mío, al mismo tiempo, estábamos los dos dentro de su panochita. Rebe me friccionaba muy fuerte la verga, los ojos de Hugo estaban volteados al revés pues mi mujer le jalaba la verga por dentro de los pantalones, al mismo tiempo mi esposa tenía una mano de Rebe debajo de su vestido y la oprimía contra su puchita ¿y la de Hugo donde estaría? Pues también estaba bajo el vestido de mi mujer.
El show seguía prendidísimo, las mujeres después del tremendo 69 se pusieron en cuatro patas se rozaban el trasero una con el del la otra, apareció un consolador largo de dos cabezas y se lo empezaron a meter lentamente hasta que se volvieron a rozar sus culos ¡se lo tragaron todo!! Así estuvieron dándose con el aparato por un buen rato sin meter las manos. Luego se levantaron y agradecían los fuertes aplausos del público.
Tal era la excitación que le preguntamos a Rebe que cuanto nos cobraba por venir con nosotros.
Pues que sean tres mil pesos más el hotel, ¡la vamos a pasar muy bien!! le decía a Liz.
Apuramos lo que quedaba en la botella de ron, Rebe nos pidió que si le podíamos adelantar mil pesos para cubrir los gastos de su salida, y que se iba a cambiar de ropa, se los pagué y de inmediato se levantó; no tardo ahora estoy con ustedes.
Liz tenía las mejillas bien rojas por la calentura que traía, Hugo esbozaba una nerviosa risita, yo la tenía que me reventaba los pantalones, pedimos la cuenta pagamos y en eso venía Rebeca que nos preguntaba; ¿nos vamos? Síii vallamos. Fuimos por el auto de Hugo, me subí en la parte trasera con Rebe, y mi esposa adelante con mi amigo.
Compramos una botella de ron, botanas, condones y refrescos. ¿A donde vamos? le preguntamos a Rebe. Nos respondió:
Hay un motel muy bueno no muy lejos, si quieren vamos ahí, es nuevo y está muy limpio, solo que Toño y yo nos ocultamos a la entrada y tu te sigues hasta la cochera que esté abierta, metes el coche y te bajas antes de que llegue el encargado, le pagas cierras la cochera y entonces ya nos bajamos, por que si no le hacemos así te quieren cobrar el doble.
Seguimos los consejos de Rebeca, antes de entrar nos ocultamos bajo las ventanillas del auto y todo salió como nos lo platicó Rebe, mi amigo pagó y cerró la puerta de la cochera y nos bajamos del auto subimos unas escaleras entramos a una sala con cómodos sillones, luego había una puerta que daba a una gran recámara con algunos muebles, sillas y una enorme cama King size con un televisor, luego un baño muy grande en mármol muy completo. Todo en excelente estado
Nos sentamos en la sala, mientras preparábamos unas cubas, las damas se veían excitadas, sentadas en un sillón para dos personas, brindamos por el gusto de conocer a Rebeca y le dimos un buen trago a la cuba, se quitaban sus sacos. Hugo comentaba que el show de las "Libélulas" estuvo muy caliente pero creo que ustedes lo pueden mejorar ¿verdad? Me preguntaba mi amigo. Claro que sí si aquí tenemos dos bellas mujeres y son más calientes que las del show ¿no es así?... Rebe exclamaba; claro que sí: Estás de acuerdo Liz mientras le apoyaba una mano en la parte interna del muslo de mi mujer, Liz solo separaba un poco sus piernas, la mano de Rebe subía por su muslo y se perdía bajo el vestido de mi esposa que daba un pequeño respingo cuando la mano hizo contacto con su puchita.
Las piernas de Liz se separaban otro poco, la mano de mi mujer empezó a recorrer los muslos de Rebe mientras su cara también avanzaba a la cara de Rebe, luego sus bocas se juntaron tímidamente y sus lenguas empezaron a rozarse, Hugo me volteaba a ver incrédulo, tomábamos las cubas a fondo, un leve gemido brotaba de la boca de mi mujer, que en ese momento le acariciaba los pechos a Rebe, la verga se me reventaba en los pantalones. ¿Por que no nos quitamos la ropa les propuse?
Entonces Hugo se acercó a mi mujer y le desabrochaba el vestido, mientras yo hacía lo mismo con la blusita de Rebe que no usaba sujetador brincaron sus tetas de tamaño mediano pero muy duras con unos pezoncitos oscuros. Luego la puse de pie, y le desabroché la faldita que cayó al piso quedando con una tanguita roja, cuando volteé a ver a mi esposa ella solo tenía su tanga negra y sus medias negras de las que se ajustan solas.
Servimos otro trago y les propuse que nos fuéramos a la recámara, yo tenía un morbo enorme pues era la primera vez que estaba con una mujer desnuda, y mi esposa alegre viéndome como le bajaba la tanguita, y le acariciaba las nalguitas respingonas pues la niña resulta que solo tiene veintidós añitos, (podía ser nuestra hija) en ese momento Liz solo tenía sus medias puestas pues mi amigo le besaba las tetas y le estrujaba las nalgas, subieron a la cama y mi mujer se acostó boca arriba con sus piernas ligeramente abiertas, Rebeca se acostó junto a ella y le empezó a acariciar la panocha, las dos cruzaban sus brazos y se tocaban simultáneamente sus sexos.
Un momento después Rebeca estaba sobre mi esposa besando su boca con fuego y rozando sus panochas con fuerza, los gemidos de las dos empezaban a subir de tono. Mi esposa abría sus piernas y las subía mientras le oprimía las tetas a Rebe, que empezaba a descender besando y mordisqueando los pezones de Liz, Rebe seguía descendiendo besándole ombligo, y pronto estaba besándole el coñito corriendo con todo la lengua en la raja de mi mujer, ¡Uff que vista!! Jadeaban, las nalgas de las dos se movían para todos lados, mi esposa se retorcía de placer,
Rebe giró violentamente en la cama y se acomodó sobre mi esposa en un 69 y le daba lengua con todo. Mi esposa le acariciaba las nalgas, y poco a poco fue probando la panocha de Rebe. Hugo y yo nos volteamos a ver con ojos de plato, aprovechamos para desnudarnos, la verga de mi amigo lucía descomunal.
Liz le mamaba y le metía la lengua, mordisqueaba el clítoris y le abría las nalgas. ¡Que espectáculo!! Se daban lengua con todo. Un rato después de tener sus orgasmos, se acordaron de nosotros, Rebe se acercó a nosotros y me empezó a mamar la verga, mientras con su mano pajeaba la polla de Hugo y le exclamaba ¡Que vergón estás!! mi mujer le empezó a mamar la verga a mi amigo.
Les pedí a las dos que si me podían mamar la verga al mismo tiempo, pues es una de mis fantasías no realizadas, deseaba mucho sentir dos lenguas corriendo por mi pija. ¡Uff valla que lo sentí!! ¡Que cosa más exquisita!! Mientras mi mujer me mamaba el glande Rebe me besaba y chupaba los huevos, y luego intercambiaban posiciones, se besaban trenzando las lenguas con la punta de mi glande entre sus bocas. ¡Aah que rico! estaba a punto de correrme. Le cedí mi lugar a Hugo para que experimentara lo que pueden hacer dos boquitas en tú polla. Aproveché que estaban muy ocupadas las damas para ponerme un condón. Ellas seguían corriendo sus lenguas por los costados de la verga de mi amigo y cuando llegaban a la punta se besaban y rozaban las lenguas con el glande de Hugo que les mojaba las bocas con líquido preseminal.
Mi amigo me volteo a ver, y yo le hice una seña que captó de inmediato, pues tomó a mi esposa y la acostó de espaldas y se le subió encima y se la empezó a coger. Aproveché para acostar a Rebe junto a mi mujer, abrió sus piernas al máximo y se la clavé hasta el fondo de su coño que estaba muy abierto, yo tenía un morbo tremendo de estarme cogiendo a una mujer ¡junto a mi esposa!! que me volteaba a ver con ojos de plato muy excitada. Hugo lo notaba y más duro le daba mi mujer, jadeaba y tenia un orgasmo que le sacudía todo el cuerpo, ponía una mano sobre las chichis de Rebeca y se las oprimía con fuerza, Gritaba bufando ¡estoy muy caliente!! ¡Que rico me estas cogiendo!! Rebeca le hacia segunda con un orgasmo Jadeaba muy fuerte, y mi esposa gritaba; ¡Papi cógetela muy duro!! Le daba con todo, mi verga estallaba en la panocha de Rebe que jadeaba muy fuerte. En eso Hugo bufaba se le acalambraban las nalgas, le estaba rellenando de leche la panocha a mi mujer que abría sus piernas y las levantaba y seguían jadeando. Cuando Hugo se levantó la leche le escurría por su rajita, Rebe de inmediato se la acariciaba, mi mujer se retorcía con las caricias que le hacía su amiga y se besaban la boca.
Nos refrescamos y servimos otras cubas encendimos el televisor y lo primero que apareció fue una película porno, dos chicas preciosas le daban una mamada tremenda a un tipo, ¡que cosa tan rica!! Exclamé se siente delicioso, Hugo les explicaba sí es tremendo cuando se besan con la verga entre sus labios se siente que se te cae el cielo. Brindamos a fondo y volvimos a rellenar los vasos, y les pedí que si me podían abrazar las dos al mismo tiempo rozando sus chichis en mí pecho, de inmediato me complacieron con un abrazo muy apretado con cuatro tetas en mi pecho, me besaban al mismo tiempo que rozaban sus lenguas con la mía. Mientras las dos juguetean con mi verga ¡UFF QUE RICOO!! Hugo pedía el mismo tratamiento y lo complacían.
Luego les pedíamos que si hacían otro 69 pero ahora con Liz encima de Rebe, de inmediato tomaron posiciones en la cama y Rebe le daba lengua con todo a mi esposa, le abría las nalgas y le metía la punta de su lengua en el culito luego se la corría hasta su coñito metiendo toda la lengua, salían hebras de leche de Hugo y de mi mujer, para terminar mordisqueando y chupando su endurecido clítoris, mientras le metía la punta de un dedo en el culito, que la hacía convulsionarse con un orgasmo, mi esposa trataba de devolver el favor pero sus contracciones no le permitían concentrarse en el coño de Rebe pues jadeaba con todo y solo atinaba a clavarle dos dedos en su panochita.
La pinga se nos reventaba de ver a las señoras en acción, mi esposa me llamaba y me decía; quiero ver como te coges a Rebe. Entonces busqué un condón y me lo puse mi mujer nos daba instrucciones: A ver Papi tú acuéstate boca arriba, y tu Rebe quiero que lo cabalgues, yo me pongo en cuatro para ver de cerca como se la metes y Hugo me coge de a perrito.
Todos tomamos posiciones según los deseos de mi mujer. Rebeca estaba montada sobre mi, la cara de mi esposa estaba a centímetros de las nalgas de Rebe, y Hugo se estaba colocando en posición para ensartarse a mi esposa, Rebe se inclinaba sobre mi para darle una vista perfecta a mi mujer de su coñito y de cómo mi verga se deslizaba poco a poco al fondo de su puchita, sentía las manos de Liz como nos acariciaba la verga y el coño, de reojo veía las estrujadas de nalgas y los empujones que le metía Hugo a mi mujer ¡Uff era la locura!! Que morbo tener a una mujer ensartada en las narices de mi esposa, los cuatro jadeábamos, yo le estrujaba las tetas a Rebe, ella me cabalgaba a toda velocidad, Hugo le daba con todo a mi esposa, que gritaba: ¡Que ricoo nos están cogiendo haaggh!! Y le estrujaba las nalgas a Rebeca, que tenía un orgasmo muy fuerte le seguía dando con todo, un rato después yo estaba como fuente aventando leche y viendo estrellitas de colores. En eso Hugo se separó violentamente del coño de mi esposa y grito:
¡Quiero que me la mamen al mismo tiempo!! Y se trepó en la cama, Rebeca seguía ensartada encima de mí, y mi esposa se hincaba, para entre las dos darle una súper mamada a dos bocas por todo el vergón de Hugo que tenia unas punzadas muy fuertes. Rebe le daba tres mamadas profundas y se la pasaba a la boca de mi esposa, luego las dos se besaban sus bocas con la punta de la pinga de Hugo entre sus lenguas y le pajeaban con velocidad, la respuesta de mi amigo no se hizo esperar pues le temblaban las piernas como gelatinas, y le salían unos chorrotes de leche que bañaban las lenguas y mejillas de las dos, Rebe le seguía puñeteando la verga hasta que los chisguetes fueron disminuyendo, Rebe le corría la lengua por las mejillas a mi mujer limpiándole la leche, y terminando en un largo beso trenzando sus lenguas con la verga de mi amigo entre sus bocas.
Hugo cayó noqueado en la cama, Rebe se desmontaba de mí, y las damas corrieron al baño. Le comentaba a Hugo no sabes el morbo que me dio estarme cogiendo a una chica junto a mi esposa, fue una experiencia muy fuerte. Pero a tu esposa le gustó mucho, estaba súper excitada viendo como te la cogías, a mi lo que me calentó a tope fue verlas hacer un 69, y a Liz parece que también le gustó. No cabe la menor duda tu esposa es toda una actriz porno, quien lo iba a pensar, como ha evolucionado en un año.
Un momento después salían del baño felices, Rebe nos decía que se tenía que retirar y nos dejó su número de teléfono celular para el día que gusten estoy a sus órdenes, fue un verdadero placer estar con ustedes. Le respondimos que para nosotros también fue un gran placer conocerla, y que si quería la dejábamos en un taxi. Ella aceptó, nos vestimos y le pagamos los dos mil pesos que faltaban, repetimos la salida Rebe y yo nos agachamos en el auto y salimos del motel unas cuadras más adelante la dejamos en un taxi seguro.
Llegamos a casa y le dimos las gracias a Hugo, por el gran festejo de nuestro aniversario de bodas número veintiuno.
Esperamos sus valiosos comentarios.