Nuestro segundo encuentro, tu primera entrega

Sabes que este relato es un regalo para ti, como premio por tu entrega. Está contado tal y como fué, para que de esta forma siempre puedas recordar la primera vez que fuiste MIA.

Nuestro cuerpos solo se conocían de tres horas, tres horas de sexo desesperado, tres horas en un viejo hotel de carretera, donde nos vimos la primera vez con la intención de saciarnos.

Aquel primer encuentro sirvió para comprobar que esa química que nos calentaba en la distancia, en persona se transformaba en sexo, y nuestra forma de entenderlo en lujuria.

Son las tres de la tarde, llevo haciendo tiempo desde poco más de las dos, siempre llego a mi hora. Además se que tú llegarás antes y estarás esperándome en la habitación lista para mi.

Llega un mensaje a mi móvil con el número de la habitación y una foto de tu entrepierna con tu vibrador rosa, me esperas cachonda como me gusta, sonrío y subo a por ti.

Al llamar a la puerta, veo que está abierta, accedo a la habitación con paso firme y te encuentro desnuda bajo la blanca sabana del hotel. Me acerco a besar tu boca y me doy cuenta que llevas puesto tu collar para mi. Enloquezco besándote mientras sujeto tu correa y te masturbo hasta hacerte correr.

Te levanto desnuda tirando de tu collar, te paro frente a mi mientras sujeto con firmeza tu correa, levantando tu mirada, te beso, te pongo tu mordaza, lamo tu cara, tu cuello y te digo al oído: “ahora eres mía, puta”.

Obedeces a mi orden y te colocas a cuatro patas sobre la cama, no puedo resistirme y azoto firmemente con mi mano tu culo viendo como te estremeces, cojo el pequeño látigo que traes entre tus cosas y alterno algunos chasquidos con caricias sobre ti, tus gemidos me ponen mas y más cachondo.

Sigues a cuatro patas, cachonda y notas como el frío del lubricante pasa por tu culo, notas algo redondo hacer presión y querer entrar en ti, lo conoces, es el plug de bolas que te regale, no te da tiempo a pensar más, ya lo tienes entero dentro, sin miramientos, comienzo a follarte con el, notas las bolas entrar y salir con una mezcla de dolor y placer cuando paro de repente.

En ese momento empiezas a notar otra cosa entrar en tu ano, algo mayor, más duro... es ese plug grande al que nunca venciste. Lo voy insertando con decisión, abriéndote en dos, pero tus gemidos ahogados con tu mordaza, hacen que ya no lo soporte mas, saque tu plug y te clave de golpe mi polla, follandote con fuerza hasta escuchar tu orgasmo. Salgo de ti y vuelvo a la carga con el temido plug, cada intento estás más cerca de engullirlo en el culo, gimes.... hasta que en uno de los intentos un grito ahogado por la mordaza se escucha a la vez que veo cerrarse tu culo con todo el plug dentro.

Me tumbo a tu lado orgulloso de ti, quito tu mordaza, tiro de tu correa para acurrucarte en mi pecho, besarte y acariciarte con dulzura. Tu mirada lo dice todo, llena por el plug agradeciendo ese gesto, te pones de rodillas y comienzas a mamarmela, saco tu plug mientras lo haces y disfruto de tu boca hasta correrme en ella.

Dos cuerpos desnudos bajo una sábana blanca de hotel, charlamos amistosamente desnudándonos también el alma, nuestros cuerpos se rozan en calma ahora, noto tu calor igual que tu sientes el mío, acurrucada en mi. Acaricias mi torso dulcemente con tu dedo mientras hablamos, te miro, me miras.... hay demasiado fuego, fin de la calma.

Me lanzo a tu boca y lamo tu lengua, mis manos buscan el fuego en tus pechos y entre tus piernas, gimes al notar mis dientes pellizcar tus pezones y entrar mis dedos en tu coño mojado, vas a correrte pero freno.

Me pongo en pie y tiro de tu correa, tu cara es una mezcla de lujuria y desacuerdo por frenar tu orgasmo. Te ordeno que te pongas a cuatro patas mientras te miro a los ojos y tras una milésima de duda, tiro firmemente de tu correa a la vez que bajas.

Ya eres mi perra, lo sabes. Era lo que deseabas, caminas detrás de mi a cuatro patas, desnuda, cachonda... yo acepto el reto.

Llegamos junto a la ventana, la abro, tengo calor. Lanzo un cojín al suelo para que te acomodes, me asomo a la ventana y tiro de la correa hacia mi cuerpo hasta que llevo tu cabeza junto a mi polla, la miras y empiezas a mamarmela automaticamente, sabes que soy adicto a tus mamadas y tu adicta a complacerme.

Tras darme un rato de placer y relax cierro la ventana y te ordeno que te pongas de pie, sujeto con una mano tu collar tensándolo hacia arriba mientras que mi otra mano separa tus piernas y empiezo a masturbarte, cuando comienzas a jadear y a llegar al orgasmo acerco mi boca a tu cuello y te digo al oído.... “no se te ocurra correrte, puta” tu cuerpo se endurece, se tensa, noto tu respiración entrecortada y sigo follandote con mis dedos diciéndote cuando no podías más, ahora córrete para mi.

Gimes, chillas, se entrecorta tu respiración y tiemblan tus piernas... me encanta como te corres, pero no tengo intención de frenar y sigo jugando velozmente con tu clitoris, vuelvo a prohibir que te corras, estas roja, paro de tocarte y a la vez te doy permiso para correrte, te quedas a punto y vuelvo a la carga. Mis dedos follan tu coño empapado, tu ya no aguantas más sin correrte, te fallan las piernas, tiemblas, gimes.... acerco mi boca a tu cuello y te digo córrete puta a la vez que dejo de tocarte.

Mmmm. Esta vez explotas, y comienzas a tener orgasmos en cadena, no paras de correrte, tu cuerpo se dobla como un pelele, te agarro y coloco sobre la cama mientras te sigues corriendo. Tu no estas, no escuchas, ni ves... solo eres sexo, lujuria, placer.

Vuelvo a tumbarme a tu lado y acaricio tu pelo orgulloso de tu entrega, recuperas la mirada y la conciencia pegada a mi cuerpo con una sonrisa tímida y te beso.

Detrás de esa sonrisa tímida de niña buena, se que se encuentra mi zorrita insaciable, la que siempre quiere más. Te miro a los ojos y te digo que te has ganado tu premio, voy a comerte el coño.

Solo al escucharme una sonrisa recorre tu cara, apartas la sábana y separas tus piernas para que pueda disfrutar plenamente de tu manjar.

Paso mi lengua alrededor de tu raja, por el medio probando tus jugos y llego a tu botón. Sabes a puta, me encantas. Empiezo a jugar con tu clitoris y tu ya estás corriéndote, no paro quiero mas, lamo con decisión, de manera rítmica, cada vez más rápido mientras tu empiezas a correrte una y otra vez, te retuerces y y cierras las piernas, pero te sujeto y sigo a lo mío hasta quedar saciado de coño y tu de orgasmos.

Me doy la vuelta, mi polla apunta al cielo desafiante, sabes lo que quiero.

Te dije que si eras mi puta te follaria a pelo, me miras sonríes y te colocas sobre mi.

Apuntas mi polla a tu culo, aun algo abierto por el trabajo del plug y te dejas caer sobre ella follandote. Cabalgas, notas mi polla caliente y mojada entrar y salir de tu culo, empiezas a correrte y yo comienzo a apretar... un orgasmo, dos....

Te sales, la quieres en el coño y follamos con fuerza. Me cabalgas con decision y gimes con mis embestidas, tus tetas bailan sobre mi, empapas mi polla con tus jugos y te corres una y mil veces....

Se me antoja tu boca, descabalgas y empiezas a mamar, mi polla sabe a puta, sabe a ti y eso te calienta mas, mis dedos juegan con tu coño, gimes, gruño y vuelvo a llenarte la boca de mi leche caliente.

Nos duchamos, nos vestimos, nos seguimos follando con la mirada, caricias peligrosas, el reloj, un beso, otra caricia atrevida, abro la puerta y abandono el hotel.

Camino con paso firme hacia el coche, con una sonrisa en la cara.

Los dos sabemos que esto no ha hecho más que empezar.