Nuestro segundo día
La segunda vez que esta pareja vuelve a hacerse el amor.
Este día entro la primavera 20 Marzo.
Para nosotros fue también eso, la entrada a nuestra primavera.
No podía creer que tú, me hubieras dicho que ese día volverías a estar en mis brazos.
Tu fuiste la que lo propuso, eso me lleno de alegría, de verdad, para mi fue grandioso.
Eso quiere decir muchas, muchas cosas, que me amas!!! Que te gusta estar conmigo, y no es que lo dudara, es que no lo habías demostrado.
Y esa semana, fue más que evidente.
Unos días antes con la locura de meterte en la boca mi pene estando la calle.
Eso primero y después la propuesta y como se dieron las cosas, tan fácil.
No es que para ti lo fueran, pero te estas llenando de valor, por mi amor.
Buscaste un momento para estar juntos, mi vida, te lo agradezco, y te amo.
No sabes cuanto, cada día que pasa, mi amor crece, y se hace más fuerte.
Porque se y estoy mas que convencido que estamos luchando juntos para lograrlo.
Que la incertidumbre de no tenerte cerca, como cada día anterior, ahora no tiene tanta importancia, porque se que cuando estemos juntos, aunque sea un minuto, el abrazo y el beso que nos daremos, será así de intenso, como nuestro amor.
Este día, llegaste puntual a la cita, ahora el miedo no fue tanto.
Aunque todavía no te acostumbras, llegamos al cuarto, yo con la alegría en cada poro de mi piel, dispuesto a darte todo mi amor, mi cuerpo, mi pasión en esas dos o tres horas que sabía duraría nuestro tiempo.
Tú con mucho estrés por la situación.
Te ves hermosa, muy hermosa. Aunque el pants, no te hace mucha justicia, de todas maneras me gustaste, pero ya cuando te quedaste con el body, cuando te quite el bra.
Te veías súper-mega-rica.
Tus tetas, espectaculares, tu cintura breve y lo mejor, esas ricas nalgas, que con tu hilo dental, se metía en medio de ellas, y me daba envidia, ahí mismo yo quería ser tu calzón de hilo dental, para vivir preso de tus nalgas, mami, te adoro!!
Cuando te acostaste y según yo te di masaje, bueno, no soy bueno en eso del masaje, pero la intención era que se te olvidaran los nervios de esos momentos.
Así que me senté en tus nalgas y te hice lo mejor que pude tu masaje, pero es que no podía yo darte un masaje teniéndote ahí, con tus nalgas paraditas, era una injusticia,
Así que termine lo mejor que pude el masaje, te quite el body y te quedaste con tu calzón, no querías mostrarme lo bien que te quedaba por atrás, inclusive me habías dicho que no llevabas, pero ya mis manos lo habían percibido. Pornocha!!
Cuando te apiadaste de mi, me enseñaste lo bien que te queda esa prenda de vestir.
Mis ojos se llenaron de ti, de tus nalguitas blancas, tersas, mis nalguitas de princesa.
Antes de eso, me quite yo toda la ropa, me quede desnudo para ti, llamaste a tu mamá pidiéndole auxilio, jejeje
Cuando al fin te volteaste boca abajo, y juntaste las piernas, tus nalgas se alzaron imponentes, me acosté sobre de ti, y mi verga fue a hurgar en tus rincones, tu inmediatamente te alebrestaste por la intromisión de ese intruso, pensaste que te cogería por atrás, me hubiera encantado hacerlo, pero eso te lo prometo para mas adelante.
De todas maneras la sensación de penetrarte me gusto mucho, cuando te quite la tanga, tu sexo recortado, me excito mucho, ahora si pude ver en todo su esplendor tu maravilloso sexo, pero mi verga clamaba ser introducida en ti, así que le di gusto y te metí un ratito a mi amigo.
Tú sentiste como mi verga se abrió paso en tus entrañas, pusiste un pequeño gritito al mismo tiempo que nos besábamos.
En un ratito, te lo saque, tu estabas mas que lubricada, estabas inundada, tus flujos se expandían por lo largo de tu conchita, fue cuando por primera vez visualice todo tu sexo.
Vi como son tus labios exteriores, lo bonitos que se ven cuando se juntan, en efecto, parece una boca, una linda boca como la que tu tienes en tu carita de ángel.
Cuando la abrí tus labios internos, me dieron la bienvenida.
Tu clítoris estaba como tu la primera vez, tímido. Encerrado en tus pliegues.
Escondido, como tu pasión. Pero basto un beso de lengüita, para despertarlo.
Lo demás te lo iré platicando mas adelante
Me gusto lo que vi., tu sexo en toda su grandeza, que tonto fui en no pedir la cámara, hubiera sacado cientos de fotos de ti, de tu sexo, de los dos.
Te bese tu conchita, le metí la lengua, ahora me dejaste mas que otro día, inclusive te dije que ya tenia bigote y barba, porque estaba pegado como becerro a tu conchita.
Que rica sensación, y que maravillosa vista desde ahí.
Después volví a subir a tu cuerpo, nos dimos un beso, nuestras lenguas bailaron entre si.
Te montaste encima de mi, pero no te penetraste, ahora se que te gusta sentirlo así, duro, rozando tu sexo, te mueves rico, te ves preciosa. Tu cara se transforma, para ese entonces ya nadie existía a nuestro alrededor, solos tu y yo, estuviste mucho tiempo sentada sobre de mi, sentada sobre mi amigo. Te movías lento, suave, tu cuquita se mojo, se inundo, de vez en cuando te agachabas y me dabas besos, fue cuando te diste cuenta de lo que te decía la vez pasada, tu cabello nos hacia una especie de cortina, y la luz pasaba y le daba un toque especial a tu cara.
Tus tetas y tu cinturita, se ven súper, así, desnuda con los brazos abiertos, tu sexo besando el mío, conociéndose, llenándose mutuamente de nuestros jugos.
En otro momento te bajaste de mi, y me diste un mega beso, estabas excitada, súper excitada, te bajaste me besaste el vientre, y te fuiste sobre mi amigo, lo tomaste con tus manitas, lo besaste, lo lamiste, lo metiste todo a tu boca.
Cuando me lo comenzaste a mamar, ummmm, que extraordinaria sensación, me comiste la verga, y que rico lo haces mi amor, tu boquita subía y bajaba en torno a el.
Yo no quería terminar, te quitaba el pelo de tu cara, quería ver esa dulce carita con mi verga dentro de su boca. Y las sensaciones que me dabas, waaaooo. Extraordinarias.
Cuando te cansaste, te acostaste boca arriba, yo me subí, te penetre así, no recuerdo si fue suave o despacio, lo único que necesitaba era meterlo dentro de ti. Sentir tu sexo empapado, tu sexo caliente pidiendo que lo penetrara.
Me moví un rato así, suave, no quería terminar dentro de ti.
Cuando mi locura se hizo presente, te dije que me vendría dentro de ti, que te echaría mi semen, para embarazarte, que era la única forma que te llenaras de valor y viviéramos juntos, tenia todas las ganas de hacerlo, pero no, no podría hacer una cosa así, mi amor, pudo mas que ese instante de locura.
Te lo saque, esperando que mi calentura se pasara, estaba a punto de terminar.
Te acosté boca arriba, te bese tu cuello, tu hacías esfuerzos y te reías, te bese las tetas, y a los costados de estas, volví a tu cuello, te movías, volví a tus tetas, a tu vientre, al costado de tu vientre, poco a poco te ibas jalando hacia la derecha de la cama, seguía besando tu cuello, tu cara, tus labios, tus hombros, tu cuello, tus tetas.
Fue cuando mi verga se fue a incrustar en ti, otra vez, te tome del cabello, te jale, ahora sabia que no te hacia daño, te penetre con mas fuerza, jalando tu cabello, besando tu cuello, tu estabas muy, muy excitada, ahora ya no decías nada, solo recibías, te gustaba lo que te hacia, hasta que paraste en seco con los chupetones de tu cuello, tu estabas llegando al clímax y eso me hizo parar en seco.
Estábamos muy excitados tu encima de mi yo tocándote por todos lados, incluso metí un dedo en tu anito, te bajaste y te pedí que te pusieras empinadita, waaoo, que rica que te ves en esa posición, pareces una perita, tu sexo hermoso, se dibuja un corazón con los pliegues de tus labios, me gusto, te penetre fuerte, en eso estaba yo metiéndolo cuando mi vista noto cierto enrojecimiento en tus pliegues, prendí la luz y te revise, en efecto te había abierto, no sabes lo mal que me sentí. Pero teníamos que terminar.
Así que me te seguí metiendo mi verga, hasta que termine en tu vientre
Cuando todo hubo terminado, te bese, nos dimos un abrazo, sudados los dos.
Nos separamos y así nos quedamos.
Tú empezaste con esa costumbre de ver el reloj, ya eran casi las 10.00, pero yo sabía que no habías terminado, y quería que tú por lo menos recibieras un orgasmo.
Empezamos a jugar, te pregunte que porque no habías llegado, me comentaste que casi, que era cuando estábamos en la orilla de la cama, entonces comprendí algunas cosas.
Te senté en mis piernas, te di un beso.
En ese lapso de relajación volví a observar tu sexo, estaba rojito, y muy húmedo, te pase la pluma verde por encima de tu clítoris y te escribí mi nombre y un corazón con nuestras iniciales. Te metí la lengua.
Toque tus tetas, te incline un poco, te bese, y te deje caer en la alfombra, mis pies te sostenían en esa posición tu conchita se abría perfectamente, le empecé a pasar el dedo, y en efecto, pude comprobar de que pie cojeas.
Tú me decías:
No hagas eso, no hagas eso .
Y fue cuando te seguí tocando, un poco, otro más, estabas a mil.
Te levante, y te acosté en la cama, mi verga aun un poco flácida por no haber pasado ni media hora de la vez anterior, te la movía en tu conchita, ahí, fue lo mas grandioso.
Ese "SI MI AMOR, SI MI AMOR" era todo lo que decías, estabas a tope, esta vez te sentí. No se cuantas veces lo dijiste, pero era música para mis oídos,
Te volví a penetrar, te tome de los cabellos, otra vez, como a ti te gusta, te lo hice fuerte, fuerte, nuestros sexos chocaban en cada embestida, se oía el clásico chaca chaca. Nuestros sexos empapados, tú concha inundada, y tu orgasmo por llegar.
Solo sentí una leve presión en mi verga, pero tu cara me dijo que si, te pusiste flojita, ya no podías mas, yo también estaba a punto de terminar.
Cuando por fin termine una vez mas lo saque de ti, y termine en tu vientre, te había dicho que quería terminar en tu boca, pero solo me dijiste si mi amor, si mi amor, pero cuando termine tu te quedaste acostada, y no fuiste en busca de mi amigo.
No importa, tú estabas mas que exhausta, pero feliz, tus ojitos me lo decían.
Hasta que te cayo el 20 y te metiste al baño en chinga.
No te tardaste nada, yo buscando mis calzones, me metí a lavar y al fin me los encontraste.
Me vestí de volada, y salimos presurosos.
El 20 de Marzo había terminado para mí.
Esta vez, no quisiste que te acompañara a tu casa.
Te fuiste comiendo una naranja en el camino, casi no hablaste.
Se volvió a notar esa preocupación.
Llego el micro y te fuiste, te daba para que pagaras el pasaje, pero no quisiste aceptar.
Solo te subiste, había que volver a la rutina diaria.