Nuestro secreto

Una noche de alcohol, me hace ser infiel por primero y unica vez en mi vida

Me llamo Julia y estoy casada desde hace quince años con Pablo, somos una pareja de lo más normal en cuestión de sexo, lo practicamos a menudo y disfrutamos todo lo que podemos, unas veces más y otras menos, pues como todas las parejas tenemos nuestros altibajos.

Esta historia que voy a contar ocurrió hace tres años, y fue durante una temporada en la que el sexo estaba continuamente presente en mi mente y de la que no sabe nada mi marido aunque he estado mil veces por contársela, pero la verdad no se como reaccionaria.

El caso es que debido a los niños hacia tiempo que no salíamos de la ciudad donde vivimos, pero un día se presento mi marido diciendo que mi cuñado Juan y mi hermana Carmen habían conseguido 4 entradas para un partido de futbol del Real Madrid, así que le habían propuesto ir el próximo fin de semana a Madrid y disfrutar un poco. A mi la verdad ir a ver el futbol, no era algo que me apeteciese mucho, pero bueno, serian tan solo dos horas y podríamos disfrutar el resto del tiempo saliendo a cenar y tomando algunas copas en los locales de Madrid, por lo que me pareció genial.

Siempre que hemos salido de viaje, me suelo comprar algo de lencería sexi, pues tengo que reconocer que el estar de viaje me hace sentirme mas despreocupada y solemos estrenar todos los hoteles en donde nos alojamos practicando sexo, y cuando llega la noche es cuando suelo sorprender a mi marido con su regalo. En esta ocasión, supongo que debido a la buena temporada de sexo que llevábamos, fui un poco más atrevida de lo normal y me compre un sujetador negro de los que solo elevan el pecho recogiéndolo por abajo pero sin cubrirlo, con sus tanguitas correspondientes, las cuales eran minúsculas y con un pequeño vuelo compañero al sujetador.

Al fin llego el fin de semana, saliendo el sábado por la mañana muy temprano para llegar a buena hora a Madrid, dejamos a los niños con los abuelos y nos montamos en el coche de mi hermana y mi cuñado, pasamos un viaje muy ameno  hablando de nuestras cosas, pues siempre hemos salido con ellos y solemos pasarlo muy bien. Llegamos al hotel sobre las dos de la tarde, nos dieron dos habitaciones contiguas y dejamos las maletas para comer un poco. Después de unas cervezas y unas tapas volvimos al hotel para deshacer las maletas descansar un poco y arreglarnos para salir

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Cuando terminamos de deshacer las maletas y, como no, comenzamos a jugar un poco, mi marido comenzó a besarme el cuello (mi zona mas sensible), para después seguir desabrochándome la camisa acariciándome las tetas y pellizcando mis pezones (mi segunda zona preferida) rápidamente me puso cachonda perdida, pues sabe los puntos que debe tocarme para excitarme, así que ni corta ni perezosa y con unas ganas de sexo tremendas le desabroche el pantalón y le saque su poya comenzando un sube y baja despacito, que por cierto, ni es enorme(esto tendrá trascendencia después), ni nada de eso  que suelen decir, pero con la que disfruto de lo lindo. Cuando note que comenzaba a gotear decidí agacharme y comenzar a chuparla, cosa que me encanta hacerle sobre todo cuando le miro a los ojos y veo la expresión de su cara mientras juego con ella dentro de mi boca. Él comenzó a suspirar y cada vez me apretaba con más fuerza mis pechos, sin embargo decidí ser traviesa y antes de que terminara me incorpore y le dije:

-bueno por ahora ya tienes bastante, espera a esta noche que te tengo una sorpresita preparada-

-Pero me vas a dejar de este modo- contestó Pablo

  • si, te quiero bien cargadito y en forma para esta noche, que ya sabes que tenemos que estrenar este hotel.

-¿Qué sorpresita? ¿Te has comprado algo para mi?-dijo Pablo

  • Ten un poco de paciencia, ya lo veras, venga vamos a arreglarnos- respondí

Nos duchamos rápidamente mi marido se puso tremendamente guapo y yo me coloque  mi conjunto nuevo, una minifalda negra, medias negras con liguero, una camiseta  negra no muy ajustada pues no deseaba que se me marcaran los pezones y un pequeño chaleco a juego. Estaba deseando que llegara la noche para volver al hotel y desnudarme para ver la expresión mi marido, ya que me sentía tremendamente atractiva.

Una vez listos y después de piropearnos mutuamente, bajamos a la cafetería del hotel, donde ya estaba mi hermana, guapísima como siempre con un pantalón vaquero ajustado y una camiseta blanca ajustada , siempre le ha gustado marcar, y mi cuñado de sport pero siempre cuidado y bien vestido.

El campo de futbol me impresiono, sobre todo ver a tanta gente, pero por lo demás, fue un aburrimiento ya que nunca me ha gustado el futbol, mi marido y mi cuñado disfrutaron de lo lindo, y mi hermana y yo pasamos la mayor parte del tiempo  hablando, que si aquel jugador estaba muy bueno, que no tanto, que el otro estaba mejor…, que donde iríamos después. En el descanso y cuando estábamos solas se acercó a mi oído y riéndose me dijo:

  • No te has puesto sujetador, marranilla.

-Te fijas en todo-le conteste- Si llevo, pero es un conjunto que he comprado para esta noche, solo te recoge por abajo, pero no tiene copa.

-¿Entonces, esta noche fiesta? Lo vas a poner cardiaco, jajaja-se rió Carmen.

-Eso espero que le bombee bien el corazón, que llegue bastante sangre a ciertas partes- respondí entre carcajadas yo también.

Después del partido nos fuimos a cenar a una marisquería famosa de Madrid, donde cenamos estupendamente, acompañando la comida de un  vino blanco que estaba buenísimo y que debimos tomar bastante pues tanto mi hermana como yo, ya salimos achispadas.

Después vinieron un sinfín de locales, con cantidad de gente, hablamos con unos con otros, nos reímos, hubo insinuaciones picantes por parte de nuestros maridos incluso algún rocecillo de mas, mi hermana incluso le tocó en un descuido de éste, el pene a su marido (por encima del pantalón claro), en fin, nos divertimos como hacia tiempo que no lo hacíamos. Bebimos sin parar, más de ocho copas creo yo, hasta que ya cansados decidimos irnos al hotel.

Al llegar al hotel, como teníamos un poco de hambre y eran mas de las cuatro de la mañana decidimos ir a la habitación de mi hermana y pedir cuatro sanwiches, y mi hermana se empeño en pedir una botella de champán. Mientras  esperábamos que nos subieran el pedido mi marido se tumbo en la cama, mi cuñado cogió el mando del televisor comenzando a  cambiar de canales hasta que encontró uno de videos musicales. Como no podía aguantar más después de toda la noche bebiendo decidí ir al cuarto de baño y mi hermana me acompañó para cambiarse de ropa,  mientras yo orinaba mi hermana se desvistió poniéndose un camisón blanco transparente y debajo las tanguitas blancas que llevaba, entonces le comente:

-¿Vas a salir así? Se te ve todo

-bueno no creo que  importe estamos en familia, y además por como miraba tu marido por la puerta del baño, creo que no ha perdido detalle de cuando me quitaba la ropa no creo que me pueda ver mucho mas,  y Juan pues ya me tiene vista, además tan solo he traído este camisón para dormir.

  • tu veras, pero conociéndolo se la vas a poner dura- conteste

  • pues eso que llevas de adelanto, jajaja

Después volvimos las dos a la habitación, mi hermana se tumbo en la cama junto a mi marido y yo me senté en una silla al lado de mi cuñado, comenzamos a comentar que bien había estado la noche, que la cena había sido estupenda, y poco a poco vi como mi marido se quedaba dormido. Mi hermana también se dio cuenta y se levanto de la cama, busco en la nevera de la habitación y encontró un par de botellitas de ron, que nos sirvieron para preparar otros tres cubatas. Al ratito llego el camarero con los bocadillos y la botella de champán.

Mientras comíamos mi cuñado comenzó de nuevo a cambiar de canal en la televisión, hasta que encontró un canal donde estaban poniendo un película porno donde aparecía un chico tumbado con una chica encima que estaba de frente, y se podía ver como la poya del chico entraba y salía de la chica conforme la chica subía y bajaba.

Yo me comencé a poner un poco excitada y nerviosa a la vez, pues entre el alcohol, las imágenes, en fin no sabia muy bien como reaccionar.

Mi hermana comenzó a comentar las imágenes de la película, pues la chica tenía unos pechos enormes y comenzamos a charlar sobre si eran de silicona, y si nos parecían bien o era demasiado falso. Yo era de la opinión de que si fueran un poco más pequeños serian mas verdaderos mientras Juan permanecía callado, así que mi hermana le pregunto:

-¿y tu que opinas? ¿Que aun no has dicho nada?

-bueno la verdad es que no están mal, pero las que mas me gustan son las tuyas ya lo sabes.

Mi hermana ante el halago, se acerco a mi cuñado y comenzó a besarlo, mientras el  le levantaba el camisón y comenzaba a acariciarle el culo.

Yo no sabia donde meterme, creo que toda la cara la debería de tener roja, no sabia si mirarlos o que hacer.

Mi hermana se giro, y comenzo a rozarle en el pene con el culo, mientras el le bajaba los tirantes y dejaba que el camisón cayera al suelo, sus manos se apoderaron de sus tetas mientra mi hermana le cogia las manos y le decia:

-Estas son las que te gustan mi cielo-

Yo como estaba supernerviosa dije: -bueno lo que de verdad es increíble es tamaño del pene de los hombres en las películas porno

Mi hermana me miro divertida y dijo –bueno no son para tanto ¿verdad?, cariño, anda enseñale lo que escondes ahí debajo.

Mi cuñado no se corto un pelo y rápidamente se despojo del pantalón y del calzoncillo sacando una poya que me pareció enorme, y que desde luego no tenía nada que envidiar a las de la película.

Mi hermana tampoco se corto pues la copio entre sus manos y comenzó a hacerle una paja muy lentamente y a reírse de mi- que te parece hermanita tiene tu cuñado una buena poya, te has quedado muy callada, anda ven acércate, cogela tu también.

Yo estaba descontrolada, no sabia que hacer, la imagen que tenia ante mi no me la podía creer, mi hermana no podía abarcar con su mano la poya de mi cuñado, ella en tanga, mi cuñado con los ojos cerrado y mi hermana invitándome a que yo también se la cogiese, mientras mi marido dormido encima de la cama.

Mi hermana volvió a insistir, no seas mojigata, anda cogela que estas deseando, y la verdad es que así era, así que con un poco de reparo, pero me decidí y comencé a tócala, era enorme y tenia todas la venas marcadas como si quisieran romperse, mi hermana de pronto se agacho y comenzó a metérsela en la boca, y me hizo un guiño para que yo también lo hiciera, ya puesta no me corte y comencé yo también a comérsela a mi cuñado.

De pronto mi hermana se incorporo besando a su marido y diciéndole – no decías que mi hermana también esta muy buena, pues no dirás el regalito que te estamos dando hoy la familia, ah hablando de regalito, ya que Pablo esta dormido -¿ por que no se lo enseñas a mi marido ese conjunto que llevas, seguro que lo vuelves loco?-

Yo estaba acariciando la punta de su pene con mi lengua y me pillo por sorpresa su petición – mi hermana me estaba pidiendo que me desnudara delante de su marido, y después de lo que estaba haciendo no creo que pudiera decir que no, así que aunque un poco cortada ya no pude negarme pues no quería parecer una cortarrollos.

Me levante y con toda la lentitud que pude fui poco a poco quitandome la ropa, comencé desabrochando los botones de la camisa muy lentamente y girándome a la vez, mi hermana se sentó sobre su marido y los dos comenzaron a ver el espectáculo mientras se tocaban, mi camisa cayo al suelo dejando mi tetas al descubierto con los pezones duros como piedras, después desabroche mi falda dejándola caer con el contoneo del cuerpo quedándome en braguitas, liguero y medias. Juan y Carmen no perdían detalle y a su vez no paraban de tocarse, el le acariciaba el chochito y ella apretaba su pene haciendo que su glande apareciera y desapareciera.

Antes de terminar de desnudarmen, mi hermana me tiro de la mano y me acerco a ellos, donde los tres comenzamos a tocarnos, una mano se poso en mi culo comenzó a acariciarlo dándome suaves masajes y clavándome las uñas alternativamente produciéndome mas excitación si cabe, poco después comenzó a tocar mi sexo, hasta que un dedo se introdujo por debajo de mi tanguita y acariciaba  descaradamente mis labios, desde luego yo no había pensado jamás que esto ocurriría pero mi cuerpo ya no podía echar marcha atrás. Cerré los ojos y deje que pasara lo que tuviese que pasar, los dedos de mi cuñado entraban y salían de mí provocándome mas gusto del que nunca había imaginado, mientras mi hermana me chupaba los pezones y disfrutaba de la otra mano de Juan, yo nunca había estado con una mujer y menos pensar que seria mi hermana.

Ya no podía mas, alguien me giro, o me gire yo sola, mis braguitas cayeron al suelo, tome la poya Juan y la puse en la entrada de mi cueva y fui sentadndomente lentamente sobre ella, notando como cada centímetro que se introduía dentro de mi, cuando me encontré totalmente llena subí las piernas encima de los brazos del sillón y comencé a moverme buscando que entrara y saliera de mi, mi hermana comenzó a chuparme el clítoris  y a comerle los huevos a Juan, hasta que no pude aguantar mas, y me corrí como una loca.

Cuando me relaje una poco la poya de Juan seguía entrando y saliendo de mí coñito y Juan me dijo al oído: - vaya que follas bien cuñadita, que suerte tiene el cabron de Pablo- esto me hizo reaccionar y me levante rápidamente, busque mi ropa y me vestí más rápidamente aun.

¿Qué pasa he dicho algo malo? –dijo Juan

-no, no, todo esta bien, pero por favor no habléis de esto nunca, por favor suplicaba.

-¿Pero porque, que ocurre, no te ha gustado? ¿Me vas a dejar así?, mientras miraba su enorme poya aun empalmada

-Ha sido fantástico, pero por favor olvidad que ha ocurrido esto, vestiros y Pablo y yo nos marcharemos y podréis continuar vosotros, seguro que Carmen sabrá remediarte-.

En cinco minutos ellos también se vistieron y yo comencé a despertar a mi marido

-Venga Pablo, levanta que tenemos que irnos a nuestra habitación que  Carmen y Juan quieren dormir.

Pablo se levanto, miro a su alrededor y dijo,- Vaya habéis cambiado de programa, (la peli porno seguía en la tele, dos chicos se follaban a una chica), y Juan esta con unas ganas tremendas de acostarse, jajaja

Mire a Juan y su pijama hacia una enorme tienda de campaña, por lo que note come me sonrojaba un montón, mientras pensaba que me hubiese gustado verlo correrse.

Carmen se acerco a mi, me dio un beso y después otro a mi marido, yo me acerque a Juan sin poder evita mirar su entrepierna, lo bese y nos despedimos hasta el día siguiente.

A la mañana siguiente, al encontrarme con mi hermana esta me dijo:

  • se que dijiste de no hablar de ello, pero anoche cuando os fuisteis follamos como hacia tiempo que no lo hacíamos, Juan no se podía quitar de la cabeza tu culo subiendo y bajando sobre su polla-

  • Yo tampoco me podía quitar de la cabeza lo ocurrido, hasta Pablo me pregunto si la película me había puesto a tono, pues me corrí tres veces, pero es cierto, prefiero no hablar de ello, que se quede así, y que sea nuestro secreto- respondí

De acuerdo, así será-contesto