Nuestro regalo de aniversario, continuación.
Antonio puso a María a cuatro patas y desde atrás lentamente le fue metiendo su buena polla, yo aproveche para meterme debajo de mi mujer y lamer su clítoris, así como algún que otro lametón se llevo la polla
Me llama mi mujer por teléfono, indicándome que esa tarde había quedado con la mujer que suele depilarla en su domicilio, para depilarse, pero está vez quiere que yo le acompañe, quedamos en vernos a las cuatro de la tarde.
Llegamos puntual al domicilio y tras los saludos de rigor, Ana pregunta quién va a ser el primero en depilarse, mi mujer le dice que comience por mí, y haciéndonos pasar a una pequeña habitación que es el lugar destinado a su trabajo, me indica que me vaya desnudando, me quito toda la ropa quedándome solo con el calzoncillo, ella comienza su tarea y primero me depila las axilas, así como el poco vello que tengo en mi pecho, terminado este, mi mujer le indica que también me depile mis genitales, Ana cogiendo por los lados mis calzoncillos me los quita, primero recorta un poquito los vellos de mi pubis para después aplicar la cera, la cosa duele, pero hay que aguantar, ya depilado por delante, me doy la media vuelta para que depile mi parte trasera, dándome a continuación una crema hidratante por todas las partes que ha depilado, con el visto bueno de mi esposa, me visto y mi mujer me dice que ya puedo marcharme, que a ella le llevara más tiempo y nos veremos en casa.
Cuando a la noche llega mi mujer a casa le pido que me explique el porqué de depilarnos hoy, me indica que recibió una llamada de Antonio (con el que estuvimos en el verano en Tenerife) que este fin de semana nos vendrá a visitar y ella quiere que nos vea guapos, el llegaría a últimas horas del viernes. Cuando nos acostamos esa noche, me extraño mucho que mi mujer, se pusiera un camisón largo para dormir y no se quitara las bragas, ya que casi siempre nos acostamos desnudos los dos.
Habíamos reservado dos habitaciones en un hotel céntrico de Barcelona, para la noche del viernes y el sábado, recogimos a nuestro invitado en la estación de Sants y nos dirigimos al hotel para dejar el equipaje de Antonio.
Yo recogí mi llave y Antonio la suya y nos dirigimos al ascensor, las habitaciones estaban una al lado de la otra, mi mujer se ofreció para deshacerle el equipaje y yo mientras desde nuestra habitación cogía restaurant y los lugares que visitaríamos esa noche, pasada una media hora llamo a la habitación donde esta mi mujer y él, contestándome que ahora abrirían, al momento se abre la puerta y contemplo que él está desnudo completamente y mi mujer está en el baño.
Antonio me da la gracias por el regalo que mi mujer le ha hecho y me dice que es una preciosidad, yo al principio pienso que le ha gustado que mi mujer vaya completamente depilada, pero me equivoque, no se había depilado completamente si no que como en Tenerife se dejo una matita de vello pero esta vez se lo había teñido de color cobre y a los lados de sus labios vaginales tenía dos nombres escritos en gena, el suyo y el mío, a mí también me encanto como se había dejado su coño y compartirlo con Antonio.
De camino al restaurant mi mujer me cuenta la gran follada que acaba de tener con él y que este viene como un semental, que parece que lleva mucho tiempo sin follar, cosa que Antonio corrobora, después de una buena cena regada con vinos blancos y terminada con un cava delicioso, nos dirigimos al Badag de Barcelona, donde hay buen espectáculo de erotismo y actuaciones en directo, íbamos los tres bastante calientes, Antonio nos propuso irnos ya para el hotel, y andando llegamos al hotel.
Decidimos ir primero a nuestra habitación y mientras Antonio preparaba las bebidas, mi mujer comenzó a desnudarse y marcho para el cuarto de baño, saliendo con una toalla anudada por cima de sus tetas y cuando caminaba se le podía ver su bonito coño con sus pelitos color cobre, ella se recostó en la cama y yo desnudo fui al baño para lavarme al igual que hizo Antonio.
Los tres desnudos encima de la cama, comenzamos a tocarnos unos a los otros, mientras yo saboreaba el coño de mi mujer, está le estaba haciendo una buena mamada, cambiamos de posturas y ahora era él que lamia el coño de María y yo le chupaba la polla.
Antonio puso a María a cuatro patas y desde atrás lentamente le fue metiendo su buena polla, yo aproveche para meterme debajo de mi mujer y lamer su clítoris, así como algún que otro lametón se llevo la polla, en esto ya tuvo mi mujer su primer orgasmo, ya que sus jugos invadieron mi boca, así como la descarga de leche que en ese momento la polla de él, inundaba el coño de mi mujer.
Descansamos un ratito, mi mujer se dio la vuelta quedando con el culo para arriba, cosa que aproveche para lamérselo y mientras yo estaba lamiendo, Antonio se puso detrás de mí y comenzó a lamerme el culo, cuando me lo tuvo bien lubricado, puso la punta de su capullo en mi ano, que poco a poco fue tragando el precioso nabo, deje de lamer a mi mujer para disfrutar de la enculada que me hacía. Mi mujer levantándose se metió debajo mío, cogiendo mi polla comenzó hacerme una buen mamada y acariciaba los huevos de él, antes de correrse saco la polla de mi culo, y dándome golpes sobre mis nalgas soltó una buena corrida y recogiendo parte de su leche, se la ofreció a mi mujer que gustosamente le chupeteo los dedos, volviendo otra vez a meterse mi polla en la boca, hasta que yo me corrí en ella , se levanto y con los restos de la corrida se morreo con Antonio, pasándole en su morreo parte de mi leche a que él saboreo y trago.
Serían ya cerca de las 6 de la mañana, y un poco cansados, yo me retiro a la otra habitación para descansar, mi mujer que está dormida la dejo en la cama con él, y quedo que pondremos en la puerta el no molestar, para dormir tranquilos.
Otro día contare lo que siguió pasando ese fin de semana.