Nuestro Pub de referencia
Un día tranquilo como cualquier otro quedé con Matilde para salir a tomar algo.
Al llegar a su edificio saludé vagamente al portero y me dirigí al ascensor. Mientras subía llamé a Matilde para que me abriera, lo primero que vi fue su sonrisa bajo su precioso pelo pelirrojo, llevaba una camiseta de tirantes de ACDC que le cubría hasta la cintura, dejándome ver sus firmes piernas.
Me dijo que fuéramos hacia su habitación, de camino se fue dando saltitos, lo que hacía que se le levantase la camiseta y se le viese el culo, yo la observaba mientras caminaba detrás suyo. Al llegar al cuarto, me dijo, para variar, que aún no estaba preparada, yo me tumbé en la cama y charramos mientras ella se acababa de maquillar. Me puse a mirar el móvil mientras hablábamos, al rato terminó de maquillarse y empezó a elegir la ropa que iba a ponerse, iba de aquí para allá, cogiendo esto dejando aquello, mientras yo la miraba de vez en cuando. Al final decidió que ponerse, se quitó la camiseta de espaldas a mí, dejándome ver su firme y terso culo, su espalda y sus curvas, yo, como siempre, disimulo y hago como que no la miro cuando se viste, aunque ambos los sabemos. Se giró, no sin antes mirarse al espejo, ya que tiene un cuerpo muy bonito y sexy, y lo sabe, y yo disimuladamente me quedé mirando, es espectacular, sus tetas, no muy grandes pero preciosas, su cinturita, sus caderas, esas piernas que me encanta acariciar cuando estamos desnudos… iba solo vestida con unas braguitas rojas de encaje. Se terminó de vestir y finalmente salimos.
Estuvimos por algunos pubs que nos gusta frecuentar, nos tomamos un par de cervezas, jugamos al futbolín… Finalmente nos fuimos a un pub y nos encontramos con unos amigos, estuvimos bebiendo y charlando, al cavo de un tiempo nos salimos a fumar, estuvimos un rato hablando, cuando de repente Matilde me cogió de la mano y me dijo -Ven, sígueme-. Volvimos a entrar al pub, mientras atravesábamos a toda la gente que había yo me fijé en ella, llevaba unas botas negras y unas medias, tenía una falda de cuero granate que le resaltaba su, ya de por sí espectacular, culo, llevaba una camisa entreabierta que dejaba ver un sujetador negro de encaje. Seguimos atravesando el pub hasta llegar al final, donde estaban los baños, a pesar de la cantidad de gente que había fuera, dentro no había nadie haciendo cola. Eran unos baños mixtos, por lo que nos quedamos en la puerta y al segundo salió un chaval de uno de ellos.
Inmediatamente Matilde me cogió de la mano y me metió dentro, tardé un poco en reaccionar, tiempo en el que ella cerro la puerta, se giró hacia mí, me cogió de la cintura y del cuello y empezó a comerme la boca. Cuando por fin reaccioné la cogí del cuello y con la otra mano fui ascendiendo desde su muslo hasta coger su culo, nos besamos intensamente y su mano rápidamente encontró mi paquete, mientras con la otra me desabrochaba la chaqueta y empezaba a tocar mi pecho. En un segundo se giró, e inclinándose hacia adelante su culo comenzó a moverse presionando mi paquete de forma suave, mientras echaba su cabeza hacia detrás, su cara mostraba una sonrisa muy insinuante. Reaccioné cogiendo su pelo y echándole la cabeza más hacia detrás, lo suficiente para permitirme empezar a besar su cuello y mordisquearlo, lo que hizo que empezara a gemir suavemente sin dejar de mover su culo. Mi mano había pasado de su culo a su cadera, acompañaba suavemente su movimiento presionando contra mi paquete, mi otra mano empezó a subir poco a poco por su cintura y por su tripa hasta llegar a sus pechos, le desabroché la camisa poco a poco y metí la mano dentro de su sujetador. En un instante ella tomó la iniciativa, se volvió a girar y mientras me miraba, mordiéndose el labio, sus manos bajaron de mi pecho directamente para desabrochar mi cinturón y mi pantalón, metió una mano para tocar mi pene, ya excitadísimo, y al cogerlo se acercó a mi oído y resopló suavemente, poniendo cara de sorprendida. Se fue agachando poco a poco mientras me miraba e iba bajando poco a poco pantalón y calzoncillos juntos, eso provocó la salida de mi pene, le apuntaba, totalmente empalmado, directamente a la cara, ella lo miró y me volvió a mirar sonriendo. En ese mismo instante lo cogió y pasó su lengua desde la base hasta el glande, un escalofrío de placer recorrió mi cuerpo. Después de eso lo cogió y se lo metió entero en la boca, yo cerré los ojos y me dejé llevar por el placer que recorría mi cuerpo, empezó entonces a meterla y sacarla de su boca, al principio poco a poco, acompañando el movimiento con las manos, al cavo de un instante su saliva caía caliente por el tronco hasta llegar a los huevos. Después de unos segundos disfrutando la cogí de la cara y la levanté suavemente, entonces la giré y le hice que se apoyara en el retrete, inclinada hacia delante dejando su culo en primer plano. Fui acariciando sus pechos y bajando, hasta que finalmente encontré la cremallera de su falda, la desabroché y cayó hasta sus tobillos, dejando ante mi su culo tapado únicamente por unas medias de rejilla y unas braguitas rojas. Fui agachándome bajando conmigo tanto las bragas como las medias, al llegar a sus tobillos paré y levanté la cabeza, pude ver en primer plano su coño húmedo y su ano, separando sus cachetes con ambas manos, entonces acerqué mi cara y fui lamiendo desde su muslo hasta llegar a sus labios. Ella soltó algunos gemidos más intensos cuando mi lengua se abrió paso entre sus labios, recorriendo todo su sexo, desde el clítoris hasta el ano, pasando la lengua una y otra vez, sus gemidos iban en aumento con cada una de mis pasadas, notaba como se estremecía y se movía al compás de mis lamidas. En unos instantes sus gemidos se fueron haciendo incontrolables, entre gemido y gemido se giró y me susurro -¡Follame, Follame ya!- Yo hice una ultima pasada, desde su clítoris hasta su ano, sin dejar ningún hueco sin explorar con mi lengua. Entonces me levanté y cogí mi pene, todavía húmedo por la mamada de hacía un momento, me acerqué e introduje la punta en su coño, el calor y la humedad inundaron mi glande en un instante, a la vez que ella soltaba un gemido más intenso. Fui introduciendo toda mi polla poco a poco, sin dificultad por lo húmedo de ambos sexos, me quedé quieto un segundo disfrutando del placer de tener todo el pene dentro suyo cuando ella se giró y me dijo -¡Follame ya, no pares!- Yo reaccioné empezando un suave movimiento, poco a poco fui aumentando el ritmo, a la vez que lo hacían sus gemidos y empezaron los míos. Con una de mis manos tuve que taparle la boca para que no nos escuchara todo el pub. Sus gemidos me excitaban aun más, con cada acometida sus gemidos se intensificaban y se mezclaban con nuestra respiración entrecortada, mi otra mano pasó de su cadera a sus tetas inclinándome hacia delante, ella, mientras se apoyaba con una mano, puso su mano derecha en mi culo para acompañar cada acometida con un pequeño empujón. Al cavo de unos segundos mi mano pasó de sus tetas a su pelo, lo cogí y estiré de él, haciendo que su cuerpo se curvase más, permitiéndome llegar más adentro con cada acometida, ese cambio hizo que tuviese que poner más empeño en tapar sus gemidos a la vez que controlar los míos. Poco a poco mi pene se iba hinchando, acercándose al momento el orgasmo, notaba que ella también ya que arqueaba la espalda con las acometidas más fuertes, en un momento se libró de la mano que le tapaba la boca, se giró y me dijo entre gemidos y jadeos -¡No pares, follame que me corro!-. Sus palabras me encendieron aún más, mi ritmo fue aumentando en velocidad y en intensidad, mi polla, empapada en su flujo hasta los huevos, entraba y salía sin ninguna dificultad. Su mano pasó entonces de mi culo a su clítoris, tocándose para aumentar el placer, yo estaba llegando al final y notaba como mi pene se hinchaba dentro suyo, volvió a girarse y me dijo -¡Si, Si, no pares, no pares!- entre gemidos. Yo mantuve el ritmo y su espalda se empezó a arquear, a su vez yo notaba como estaba a punto de llegar. Unas pocas acometidas más hicieron que estallara, mi pene se vació totalmente dentro suyo, mientras ella con la espalda totalmente arqueada me mordía la mano en un intento por reprimir sus gemidos, mi ritmo fue bajando poco a poco para alargar el placer todo lo posible, mientras, los gemidos daban paso a la respiración entrecortada.
Después de unos segundos recomponiéndonos, sin sacar el pene, ella se echó hacia atrás, yo la abracé y nos quedamos un segundo recuperando el aliento. A continuación, la saqué y nos pusimos a limpiarnos. Nos mirábamos y nos reíamos mientras acabábamos de limpiarnos y arreglarnos la ropa.
Una vez vestidos y arreglados se giró y me beso, para inmediatamente después salir sin mediar palabra, yo la seguí. En la puerta había dos chicas esperando su turno, al verla salir la siguieron con la mirada y yo salí un segundo después, las dos se quedaron mirándome sorprendidas, yo tuve que contener la risa mientras pasaba por delante suya. Una vez fuera empecé a reírme yo solo, a lo que Matilde se giró y me sonrió. Nos fuimos a la barra y pedimos dos cervezas bien frías, para luego salir otra vez con nuestros amigos.